Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Frente al espejo por Gadya

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Basado en la teoría de la magia simpática del señor Arnold Hauser, este es uno de los mejores fics que haya escrito hasta el momento... por eso mismo, dedicado al fallecido señpor Hauser, a mi profesora de El Arte en la Historia, que nos martirizó con dicha teoría, a mi hermana, que me bancó el fic por más que el yaoi no le guste ni medio, y a Dita-Sensei (Te acordás de Seiya con Saga?)

Notas del capitulo: Hay veces en las que lo que estudiamos se entremezclan con nuestras pasiones e ideas, creando cosas que valen la pena ser mostradas... este fic es una de ellas, y es el escrito del que más orgullosa estoy...
FRENTE AL ESPEJO

            Otra vez aquí, igual que siempre, todos los días… a veces creo que es enfermizo que dependa tanto de ti, de este momento que a cada jornada se prolonga más, y sin embargo no puedo evitarlo, no puedo evitar necesitarte, desearte, quererte, amarte, sin culpas ni censuras, más que las que pondrían los otros si supieran que te amo hasta rozar la locura. Necesito mirarte, y perderme en tus ojos, en tus labios, en tu pelo, necesito una forma de decirte sin decirte lo que siento. Y es por eso que otra vez estoy aquí, contemplándote, contemplándome, encontrándote en mis ojos, en mi boca y en mi pelo, en todo mi ser como si fuera una extensión del tuyo, tu reflejo, mi reflejo.

-Kanon, yo…-

            Extiendo mi mano y toco tus labios, mis labios, como si mi imagen capturada en el espejo fueras tú, mi deseo inalcanzable; en aquel hechizo ingenuo que he creado sólo para mí, para amarte sin amarte, y sin que sepas que te amo, para tenerte sin tenerte, tan sólo teniéndome como una evocación de tu presencia, como si aquel espejo en la pared de mi habitación fueras tú, a quien cada tarde confieso mi amor prohibido, como una forma de calmar mi alma torturada.

-yo…-

            Mi mano regresa a mí, a perderse en mis cabellos, como si fuera a ti a quien yo toco, a quien yo siento, a quien en doloroso silencio estoy entregando mi alma. Ya no me importan los tabúes ni las dudas que al principio me asaltaban, he aprendido a ignorarlos, a diluirlos en la inmensa pena que me asalta al contemplarte en mi rostro y saber que jamás podrás corresponderme.

-Otra vez frente al espejo, pero qué narcisista eres-

            Tu voz se burla de mi muda confesión, y te sonrío tristemente. Tú jamás entenderás el por qué me esclavizo frente a un simple reflejo cada tarde, como si lo que tuviese enfrente fuera real. Tu no sabes que a quien yo adoro en silencio no es la imagen en el cristal, sino a aquel que en este mundo es mi vivo retrato.

-Estoy intentando encontrar diferencias. No podemos ser exactamente iguales.-

-Lo somos, Saga, lo somos-

            No, no lo somos, pero tú no lo sabes. Tus ojos son apenas más claros que los míos, siempre bañados por una luz que no sé de donde proviene. Eres apenas más alto que yo, y tu cabello está un poco más corto que el mío. Y también eres más fuerte, y no tan tonto como yo, que caí mortalmente enamorado de ti.

-Es verdad, somos gemelos, pero aún así…-

            Intento convencerte de mis absurdas teorías, y te ríes de mis tontas explicaciones. Nunca te interesó el por qué de las cosas, siempre fuiste tan despreocupado, tan despistado, y a la vez tan comprensivo.

            Suspiras y me miras

-¿Qué será de ti cuando se rompa ese espejo?-

            No lo sé, no lo sé. Quizás me arme de valor y te lo diga, o tal vez muera irremediablemente, preso del absurdo dolor que signifique no poder volver a decirte, a decirme, cuanto te amo.

-Cuando eso suceda ¿Tu serías mi reflejo?-
 
           Me ves con esos ojos llenos de ternura, me pierdo en ellos, me ahogo y revivo mil veces, preso de tu mirada. Te acercas a mí, tanto que casi puedo alcanzarte con mis pensamientos, y siento tu respiración, tan pausada, que me envuelve en un arrullo.

-Lo seré, te lo prometo-

            Y te marchas, y me dejas aquí otra vez, en compañía de mi reflejo, única forma de tenerte. Pero ya no puedo seguir jugando, no puedo seguir mintiendo y suspirando enamorado ante un espejo que me devuelve tu imagen, fiel reflejo de la mía. No puedo callar, no ahora que te he visto a los ojos, porque el espejo ya no me llena, ya no me basta contemplarlo como el poeta enamorado de la luna, él no puede abrazarme, no puede acariciarme ni jugar con mis cabellos, él no puede besarme, y yo necesito que lo haga, que lo hagas.

            Envuelvo mi mano en una sábana, y golpeo sobre el cristal, que sucumbe ante el poder de mi puño. Desde el piso, tus ojos, mis ojos, repetidos infinitamente, me miran con reproche, mas no me importa. Dejo caer la sábana al suelo y espero que llegues.

            El ruido te asusta, corres preocupado hacia mí, yo te sonrío.

-Mi espejo se ha roto, Kanon-

            Me miras confundido, yo sigo hablando

-¿Podrías ser mi reflejo, por favor?-

            Sonríes y cierras la puerta, ambos nos sentamos en la cama y te miro por largo rato, grabando en mi memoria cada gesto que tú haces. Ya no puedo controlarme, no puedo ocultarlo ahora que eres tú, en carne y hueso, quien me mira

-Kanon…yo…-

            Mis dedos delinean el contorno de tu rostro, y cada una de tus facciones. Tú me dejas hacer sin preguntar, tanto es que me conoces que puedes leer mi alma.

-Yo… te amo…-

            Lo he dicho. No haya nada más. Poco me importa que no me correspondas, que me odies o desprecies. Simplemente necesitaba decirlo, decírtelo, para no morir de desesperación. Me paro y me dirijo hasta la puerta.

-Saga, yo…-

            Te miro con tristeza. No quiero oír lo que vas a decirme. Sonrío melancólico.

-Calla, Kanon. Los reflejos no hablan-

            Y me marcho.

            No sé cuanto tiempo pasó, siento un ruido semejante al de mi espejo al morir. Corro preocupado a ver qué sucede, no quiero imaginar qué pasó.

            Me paro en el umbral de tu puerta y te miro. Tu mano ensangrentada pende sobre los miles de añicos a los que quedó reducido tu espejo, reflejando el rojo líquido que mana. Te Acercas a mí sonriendo, yo no reacciono. Al final quedas frente a mí, y yo no entiendo por qué lo hiciste. Puedo sentir tu aroma claramente, tu cercanía me marea.

-Saga…mi espejo también se rompió-

            Y yo cierro los ojos, y me pierdo en la placentera sensación que me produce el roce con tu cuerpo, y otra vez me olvido de todo, los tabúes, los prejuicios, lo correcto y lo incorrecto; me pierdo en tu presencia.

            Y tu sellas mis labios con un beso, y el cristal esparcido por el suelo es mudo testigo de que al fin pude entregarte el corazón sin estar frente al espejo.

Notas finales: Finalizado, gentes (léase: Damas y algún que otro caballero que disfrute de esta afición) Como suelo decir en otros foros: Virus no, que la computadora es mia y es mi herramienta de trabajo *lol*

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).