Si, por mucho que me costará admitirlo , la persona a la que quiero es una chica. Su nombre es Marina.La miraba pasar de vez en cuando sin embargo nunca se me ocurría ninguna buena excusa para hablarle, todas las que llegaban a mi mente me parecía muy tontas y temía no agradarle si le preguntaba cualquier tontería, sin embargo un día como cualquier otro reuní todo mi valor y me anime a hablarle, cuando vi que de su mochila colgaba un pin de una de mis bandas favoritas.
-¡Hola!- le hablé por primera vez -¿Te gusta mucho el grupo ZOE?- ella asintió con una sonrisa y mi corazón dio un vuelco
-Si, me gusta mucho ¿Y a ti?
-¡También! me encanta la cancion de Zoe, esa que dice mmmm, bueno, no la recuerdo, es la de :Soñé! –respondí aliviada al recordar el título, su sonrisa no desapareció ni un segundo, y eso me ponía un poco nerviosa.
-¡Esa es muy buena! tienes buen gusto, Soy Marina.
-Me llamo Yuki- conteste con un leve sonrojo.
Ese día escuché su voz dirigida a mí por primera vez,me sentí flotar en el cielo, entre nubes, lo se, suena bobo y cursi, pero eso sentí. Desde ese día mi vida cambio por completo.
A las cuantas semanas salíamos de la preparatoria a dar una vueltas al parque o a bailar PUMP IT UP, nuesta canción favorita. No saben lo feliz que me hacía el que aceptara una invitación mía, todas ellas me parecía como una cita, una cada vez mas bella que la anterior. Los dias pasaban y en uno de ellos dabamos nuestro acostumbrado paseo por el parque cuando vimos un brincolin, ambas con los ojos brillando por los recuerdos de la infancia decidimos subir. Saltábamos como locas pero a causa de un bendito accidente yo resbale y Marina al intentar sostenerme cayo encima de mí. el tiempo se detuvo mientras observa su rostro tan cerca del mío, sentía el peso de su cuerpo y su aliento cerca de mi rostro, todo eso me hizo sonrojar en un instante.
-jajajaja, ¿estas bien, Yuki-chan?- ella rompió el silencio riendo, con una de sus acostumbradas sonrisas.
-¿Eh? si...- respondí rapidamente.
-¿Segura? estas toda roja- ella seguía sonriendo, parecía que sabía lo que yo pensaba, mientras seguía arriba de mi.
-si, estoy bien....- respondí yo, empujándola levemente para poder levantarme y esconder mi sonrojo.
Ya llevábamos saliendo así casi dos meses... y yo... no me había decidido a decirte nada... yo... te abrazaba y daba besos en las mejillas sin razón y tú sólo sonreías... todos nos veían como amigas...
pero... ¿Y si te decía lo mucho que te amaba y me rechazabas? No creo que mi corazón soportara algo así de nuevo...
Tenía que decirtelo, pero como??? sentía en mi pecho una opresión, una fuerte que no me dejaba en paz desde que te había conocido.
-Tengo un mal presentimiento- pensé, Así que pagué los refrescos y caminé de vuelta--son solo ideas raras mías- dije suspirando.
Iba tratando de calmarme de vuelta con Marina ,pero lo que vi me dejó impresionada. Marina, MI Marina!!, abrazada de otro tipo. ¡Juro que sentí mi sangre hervía y salía por los poros de mi piel! Pero me sentí aun mas frustrada pues ella solo es mi "amiga" no podía hacer nada mas que mirar con una sonrisa falsa.
Ella me vio y se me acercó junto con el chavo, yo solo rogaba por que no me lo presentara como su novio, por que en ese caso me moriría ahí mismo.
-¡Yuki-chan!!! Volviste!
-Yo tan solo sonreí de vuelta levemente.Ella rompió el silencio al ver que el hombre este no hizo ningun intento por presentarse y que yo no lo haría tampoco.
-¡Mira, deja te presento a Sakuma-kun! es mi viejo amigo de la primara- me dijo ella aclarando rapidamente.
- Sentí un gran alivio, y sonreí sinceramente, haciendo una reverencia al amigo de Marina, -Mucho gusto- respondí.
-- Platicamos un rato, y luego él se fue, resultó que no era un sujeto tan malo y no parecía tener intenciones amorosas con Marina.
Una vez solas decidí que no podía desaprovechar tan buena oportunidad, además, Adriana Corres, una chica de la escuela me había ayudado a pensar en como declararme. Así que prefería hacerlo yo antes de que las otras chicas se enterarán, pues Adriana no podría estarse callada mucho tiempo.-¿Sabes, Marina?...- rompí el silencio de forma nerviosa -Hay... hay algo sumamente importante que debo decirte...