Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dead Letters por KakaIru

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

n_nU

Sé que llevo muuuuuucho tiempo desparecida, pero... no estoy muerta, creo ^^U

Esta es una nueva cosita que empecé a escribir desde hace algún tiempo y apenas hoy he terminado, y por supuesto, va dedicado a una persona muy especial...

Notas del capitulo:

Este es un fic dedicado a una de las personas más lindas y pacientes que conozco. Arigato, Mika-chan, por ser un amor de persona. Te quiero mucho y lo sabes, ¿verdad?

Esto es, en parte, una disculpa por haber detenido mis fics tan abruptamente (pero los voy a continuar, en su debido momento), pero sabes que no puedo negarte nada , aunque un poquito insignificante, quiero darte este Oneshot en respuesta a todos esos fanarts preciosos que me has dado.

Y como siempre...

One-shot dedicado a Mikaria Karter (Mika-chan! ^O^) y a tod@s l@s fans de esta superlinda (y nunca mejor dicho) parejita...

GaaraxLee

P.D.: los remitentes de las cartas no los he podido alinear a la derecha, gomen :( 

Título: Dead Letters
Autor: KakaIru
Resumen: "A 'Dead Letter' is a letter that has never been delivered because the person to whom it was written cannot be found, and it also cannot be returned to the person who wrote it." [GaaLee] "Una 'Carta no reclamada' es una carta que nunca ha sido entregada porque la persona a la que fue escrita no pudo ser encontrada, y tampoco pudo ser devuelta a la persona que la escribió"
Advertencia: One-shot. Angst.
Estado: Completo 

 

* * *


"Querido Gaara-kun:"

"Sé que han pasado un par de semanas desde la última vez que te escribiera y me disculpo por ello. Realmente hemos estado bastante ocupados en estos últimos meses. ¿Podrás perdonarme, Gaara-san? Te he extrañado mucho, muchísimo más de lo que puedo expresar, de verdad. Hay veces en las que quisiera escapar a Suna y estar contigo. Por supuesto, no sería justo para Gai-sensei que me fuese de esa forma, además, tampoco estaría bien que me apareciera en tu oficina sin comunicártelo primero, ¿no es así? Supongo que lo único que puedo hacer es soñar contigo, pensar en ti y escribirte apenas tengo tiempo."

"Ha pasado tanto desde la última vez que nos vimos, Gaara-kun. Te extraño tanto, tanto, que a veces me duele el sólo hecho de pensar en ti. Pero no te preocupes, cada vez que esos pensamientos invaden mi mente me pongo a entrenar y lo olvido casi por completo. Realmente espero que estés bien, Gaa-kun, y también Kankuro-san y Temari-chan. ¿Cómo le ha ido a Kankuro-san con su nueva novia? Y Temari-chan, ¿aún sigue dando clases en la Academia? Y tú, Gaa-kun, ¿estás muy ocupado? ¿Cómo te está yendo con Shu-kun? ¿Sigue dando problemas? Espero que no hayan destruido parte de la aldea mientras no estoy... Oh, cuánto los extraño."

"Aquí en Konoha las cosas siguen igual que siempre, con muchas misiones peligrosas y Gai-sensei y yo tratando de hacer que Neji explote como se debe el poder de su juventud. ¿Te he dicho ya que sale con Tenten? Fue una sorpresa enterarnos de esto, pero creo que ya era hora. Todos estábamos esperando a que se declararan de una vez. Mi querido rival Neji finalmente ha encontrado el amor, ¿no es maravilloso?"

"Tsunade sigue mandándonos a misiones peligrosísimas, pero sin duda la emoción vale la pena. También la paga, por supuesto. Y no creas que he olvidado que se acerca tu cumpleaños, Gaa-kun. En la Tienda de Artesanías vi algo que iría a la perfección contigo. Es un dije precioso, de cristal, brillante, apenas lo vi pensé en ti y supe que tenía que comprarlo. Es cierto que es algo costoso, pero por eso estoy haciendo muchas misiones, muy pronto podré reunir todo el dinero que necesito y ya verás, ¡te encantará! ¡Es precioso! Pero claro, nunca tan bello como tú, Gaa-kun."

"¿Sabes? No soy yo el único que te extraña en la villa. Naruto también te extraña mucho y cada día me pregunta por ti. Aún no termino de entender su sentido del humor, ¿sabes? Hace unos días..."




La carta de Lee seguía unas seis hojas más y terminaba con un lindo "Se despide amorosamente, Rock Lee". Gaara abrió los ojos, nuevamente, sorprendido por la extensión de la misiva. Soltó un largo suspiro y volvió a concentrarse en su lectura.




"Para Rock Lee:"

"Hola Lee, es bueno saber que estás bien. No hace poco recibí tu carta, me alegra que sigas tan... enérgico como siempre. No hay nada que perdonar, yo también he estado ocupado últimamente y no he tenido tiempo para escribir. Kankuro volvió a romper con su novia, nada sorprendente, y Temari ha reaccionado bien a sus estudiantes. Shukaku aún está inestable pero he podido controlarlo bien, gracias por preguntar, y no, no hemos destruido media ciudad en tu ausencia."

"En cuanto a mi cumpleaños, no tienes que comprarme nada, con que te acuerdes es suficiente. No te sobrepases con las misiones, recuerda que aún estás débil de tu último encuentro. Por lo que veo Konoha no ha cambiado mucho desde la última vez, Suna sigue igual que siempre, seca, árida y calurosa. Espero que podamos vernos pronto, atentamente,"

"Kazekage Gaara"





Lee agachó la mirada de forma triste ante el corto mensaje recibido. Resultaba increíble que luego de tantos años y tantos momentos pasados Gaara aún se dirigiera de forma tan impersonal hacia él. De algún modo su frialdad lograba herirlo, pero de pronto recordó lo mucho que amaba a Gaara y una sonrisa se formó en su rostro. Después de todo su lindo pelirrojo nunca había sido demasiado comunicativo. Ya era todo un milagro que respondiera a sus cartas, no podía ponerse a exigir que le escribiera unas siete páginas.

-Aunque no estaría mal que de vez en cuando me dijera algo cariñoso- susurró mientras apretaba fuertemente contra su pecho la pequeña hoja blanca recién recibida. Si ponía todo su esfuerzo casi podía sentir el calor de Suna emanar del pulcro pedazo de papel. El momento en el que Gaara tomara el bolígrafo y comenzara la carta, de esa forma silenciosa y metódica con la que usualmente hacía todo.

Sí, si se esforzaba al máximo podía ver el resplandeciente pelo de su koi, brillante, moviéndose ligeramente al compás del viento que entra por la ventana de su oficina, moviendo suavemente los ropajes de Kazekage. Ese mismo viento casi podía traer a su mente el olor de Gaara, el olor a arena, desierto y sequedad. Un aroma que lo hechizaba y lo hacía sonreír como tonto. Y de pronto se encontró a sí mismo con una gigantesca sonrisa en el rostro, las mejillas sonrojadas, y una felicidad abrumadora trancada en el pecho.

Rápidamente se acercó a la cama, se apoyó en un libro que se encontraba por ahí, tomó unas hojas, un bolígrafo y comenzó a escribir de nueva cuenta.




"Querido Gaara-kun:"

"No sabes la felicidad que me ha dado recibir tu carta. Ha sido un hermoso gesto de tu parte, te lo agradezco muchísimo. Pero no tienes que preocuparte por mí -lo cual de verdad agradezco-, ya sabes que estoy más que acostumbrado a las constantes misiones. En cuanto a tu regalo de cumpleaños, ¡ni hablar, Gaara-kun! He decidido comprarte ese dije y nada de lo que digas me hará cambiar de opinión. ¡Yosh! Ya verás que te encantará."

"EPor otro lado es una lástima que Kankuro-san haya terminado con su novia, me pregunto si algún día encontrará a la persona correcta. En cuanto a Temari-chan, me alegra tanto que aún siga con la idea de entrenar en la Academia de Suna. ¿Y entonces Shu-kun sigue dando problemas? Mmm... recuerdo que la última vez estaba bastante arisco, ¿lo recuerdas, Gaa-kun? Tuvimos que... ¡wa! Que vergüenza acordarme de ello... Shu-kun es un pervertido..."

"Gaa-kun, mañana mismo saldremos en una misión nueva a la Aldea del Remolino. Creo que tendremos que recuperar un pergamino antiguo muy peligroso que fue robado de Konoha hace unos cuantos años, la verdad es que Tsunade no nos ha dicho mucho, pero no sabes lo emocionado que estoy. Además, con lo que nos pagarán será suficiente para comprar tu dije. Ne, no aguanto las ganas de que llegue el momento de vernos de nuevo. Ha pasado un año y no nos hemos visto ni una sola vez. Entiendo que estés ocupado con tus labores como Kazekage, demo, ¿no podrías venir ni un momentito pequeñito y super cortito? Mmm... gomen ne, Gaa-kun, ¿estoy pidiendo demasiado, verdad? No voy a volverlo a mencionar, lo prometo."

"Gaa-kun, ¿verdad que tú también me extrañas mucho? Acá los días son bastante aburridos sin ti. No hay momento en que deje de pensar en ti, o desear estar contigo. Aquí..."




Gaara soltó un suspiro ante la enorme carta de su koi que seguía y seguía durante siete páginas más. Aún no terminaba de entender qué emoción podía hacer a Lee escribir tanto, hojas y hojas de plática sin sentido e insustancial. ¿Por qué pensaba Lee que a él le interesaba perder el tiempo leyendo sobre las estupideces de Naruto o los rídiculos retos de su sensei? Aún así, no podía negarlo, tenía que reconocer que las cartas de Lee se encargaban de llenarlo de una calidez casi abrumadora. Y sus palabras siempre lograban acortar la distancia entre ellos, casi haciéndole olvidar lo mucho que lo extrañaba, la forma en la que se sumergía en sus labores para no pensar en su dedicado Genio del Taijutsu.

Sonrió.




"Para Rock Lee:"

"Antes que nada espero que estés bien. Por lo que veo estás empeñado en conseguir ese dije y nada de lo que diga o haga te hará cambiar de opinión, así que no lo mencionaré más. Lamento no poder ir a visitarte, últimamente tengo demasiado trabajo y nada de tiempo libre, pero en cuanto pueda trataré de visitar Konoha. Yo también espero verte. Ten cuidado en tu misión. Se despide,"

"Kazekage Gaara"





Lee leyó el diminuto mensaje y, con una triste y casi fantasmal sonrisa en los labios, se guardó el papelito en uno de los bolsillos de su chaleco de chuunin. Salió con paso cansado de su departamento y se encontró con el resto de su equipo frente a las puertas de Konoha. Gai lo saludó con su usual sonrisa resplandeciente y, luego de una pequeña charla explicándoles la situación, salieron rumbo a la Aldea del Remolino en lo que sería una larga, cansada y agobiante misión...






Gaara se removió, inquieto, en el asiento de su oficina. El sol, extrañamente, lucía más sofocante de lo normal, más molesto, más seco, y el viento resultaba demasiado insoportable, es más, la sola sombra de sus cabellos sobre los papeles que revisaba lograba sacarlo de sus casillas. Frente a él Kankuro y Temari dieron un respingo ante la -anormal- actitud de su hermano, pero ninguno de los dos dijo nada.

Resultaba alarmante el hecho de ver semejante cambio en Gaara, y todos se preguntaban a qué se debía. No era como si el representante de Suna hubiese sido alguna vez una persona amable, pero esto ya era ridículo. Gaara había despedido a su secretaria -sólo- porque le había entregado un pergamino equivocado. Y vaya que tuvieron que salir corriendo cuando Shukaku, el mapache interno del pelirrojo, bramara una noche y amenazara con destruir la aldea entera.

-Márchense- ordenó Gaara con un gruñido, atestiguando que prontamente caería en un nuevo arranque de malhumor.

Kankuro y Temari sudaron, tragaron saliva con dificultad y, tras un par de risitas nerviosas, salieron de la oficina.

-¿Qué le pasa?- preguntó el Amo de las Marionetas con rostro confuso una vez hubieron abandonado el despacho de su hermano.

Temari sólo se encogió de hombros y se perdió por uno de los corredores...




Dentro de su despacho Gaara apretó los puños y lanzó a un lado los papeles.

-¿Por qué?- preguntó en voz baja, apretando los dientes y los ojos abiertos en pura furia.

¿Por qué no escribe?, cuestionó Shukaku en un tono casi preocupado. Era cierto, Lee había pasado varias temporadas sin escribirles, pero nunca más de dos meses, y Gaara ya había esperado más de tres. Y, por alguna extraña razón, el hecho de no saber nada de Lee comenzaba a... angustiarlo. No quería admitirlo -realmente eso sería lo último que haría- pero en el fondo sabía que, a pesar de todo lo dicho o pensado, necesitaba de la presencia de Lee más de lo que él mismo estaba consciente.

Se mordió los labios con ansiedad. Abrió uno de los cajones de su escritorio, sacó un puñado de hojas, tomó un bolígrafo y comenzó a escribir.




"Para Rock Lee:"

"Antes que nada espero que estés bien. Te preguntarás por qué te escribo, y la respuesta es que hace un tiempo que no he sabido nada de ti y me pr---"





Con un suspiro de frustración arrugó la hoja y la hizo una bola diminuta, arrojándola sin contemplaciones al cesto de la basura. Tomó una larga bocanada de aire y comenzó una nueva carta.




"Para Rock Lee:"

"Parece que no has tenido mucho tiempo para escribir, supongo que algo habrá sucedido. No es que esté ansioso pero Kankuro y Temari han preguntado por ti. ¿Estás bien? Porque yo---"





Una vez más arrugó el papel que escribía. ¿Por qué no podía sencillamente preguntarle si estaba bien? ¿Por qué no podía decirle que lo extrañaba? Porque de verdad que lo echaba de menos, sus tontas cartas, sus historias, sus palabras, el sentimiento que le provocaba saber que se acordaba de él. ¿Acaso...? ¿Acaso lo habría olvidado?




"Para Rock Lee:"

"Esta es la tercera carta que empiezo y realmente este molesto sentimiento de angustia está empezando a fastidiarme. Mi cumpleaños fue hace más de un mes y no tuve noticias de ti. Dudo mucho que lo hayas olvidado, ¿pasa algo? Si es por el dije no tienes que preocuparte, no había necesidad de que te esforzaras tanto en conseguirlo, sólo quiero... sólo quiero saber si estás b---"





Sintiéndose un tonto por demostrar tan abiertamente sus sentimientos arrugó la carta con fuerza desmedida y lo arrojó de forma errática hacia la basura. La bolita de papel chocó contra el borde y cayó al suelo. Gaara ni se molestó en recogerla. ¡Esto ya era estúpido!

Estamos preocupados, ¿no es así?, señaló Shukaku lo evidente.

Gaara simplemente agachó la cabeza. Sí, estaba preocupado, porque era imposible que Lee olvidara un evento como su cumpleaños. Y vaya que Gaara lo había esperado, casi al borde de la histeria, y finalmente las horas habían pasado y, cuando se dio cuenta, el día siguiente había llegado y él no había recibido, de parte de Lee, ni un mensaje, ni una llamada, ni una felicitación, nada, ni siquiera su presencia.

¿Crees que ya no nos quiere?, preguntó el demonio mapache en un tono de voz que Gaara nunca antes había escuchado.

-Eso es imposible- respondió con voz suave.

Pero ya no nos escribe como antes...

-Debe estar ocupado- trató de convencerse a sí mismo.

Sabes que eso no te lo crees ni tú, ¿cierto?
Gaara apretó los puños con fuerza y se mordió los labios de forma violenta. Lo sabía, por supuesto, resultaba impensable que Lee dejase de escribir "unicamente" porque estaba ocupado. Lee siempre escribía.

-Debe tener una razón- ante esto el demonio no respondió.

Sólo el silencio de la oficina hizo compañía al eco de las palabras de Gaara.




"Para Lee:"

"Por favor, olvida el estúpido dije, te dije que no era importante. ¿Por qué no me llamaste en mi cumpleaños? Pensé que nos veríamos. Hace demasiado tiempo que no sé nada de ti. Realment---"





Volvió a suspirar. Tiró la carta a la basura y, completamente rendido ante el pensamiento de que esa noche volvería a ser un tormento, trató de concentrarse en su carta para así poder hallar las palabras correctas.




"Lee, estoy preocupado por ti. ¿Estás bien? Por favor, responde aunque sea sólo para saber que no te ha pasado nada. Por favor... Te necesito... Necesito saber como estás... Por favor, responde."

"Gaara"





Contempló con mirada vacía el corto mensaje. A pesar de las pocas palabras había tanto sentimiento en ese pedacito de papel... Estuvo unos segundos más mirando la hoja, decidiéndose entre enviarla de una vez o lanzarla a la basura. ¿Acaso debía exponerse tanto? Arrugó la hoja. No, demasiados sentimientos demostrados.

Pero lo necesitamos, aclaró Shukaku, sabes que no podemos estar sin él. Vamos a enloquecer...

Estas palabras, viniendo del mapache, sonaban graciosas, y Gaara hubiese sonreído con ironía si no hubiese estado consciente de la terrible verdad tras lo dicho por su demonio interior.




"Lee, te extraño, me preocupas, no sé si estás bien o si te ha pasado algo. Por favor, respóndeme. No es necesario que me expliques, sólo quiero asegurarme de que no te ha pasado nada. Te amamos...

"Gaara"





Con el corazón latiéndole a toda prisa Gaara dobló la mínima carta, la metió en un sobre y la selló, todo a gran velocidad, antes de que se arrepintiera. Con paso vacilante se acercó a la puerta. Sí, tan sólo unos pasos más, enviar la carta y esperar pacientemente por la respuesta. Cuan grande fue su sorpresa cuando, al abrir la puerta, se encontró con el rostro de uno de los ninjas a su disposición.

Sin mutar la expresión de su rostro se guardó la carta entre uno de los pliegues de su ropa, a la espera de que el shinobi hablara. Finalmente, luego de unos segundos de desconcierto por parte del ninja de la arena y luego de una pequeña reverencia ante su Kage, el hombre extendió hacia Gaara lo que parecía ser una carta.

Gaara abrió los ojos con suma sorpresa al notar que había sido enviada desde Konoha. Tomó rápidamente la carta -de forma casi violenta-, despidió al hombre y se encerró nuevamente en su despacho. Con pasos temblorosos por la emoción se acercó a su escritorio y volvió a tomar asiento.

Entonces contempló el sobre. Un sobre blanco, impecable, pero algo ahí le hizo arrugar el ceño. Porque eso que estaba ahí era...

El sello de Tsunade...

¿Por qué nos escribe ella?, cuestionó Shukaku, pero no obtuvo respuesta. Ella nunca nos escribe, ¿por qué lo hace ahora?, su voz casi había dado paso a la histeria. ¡¿Gaara, por qué demonios nos escribe?!

-No lo sé, deja de gritar- respondió el Kazekage sintiendo un repentino dolor de cabeza ocasionado por los gritos del mapache que, aunque fastidiosos, llevaban mucha razón. Tsunade nunca les escribía, ¿por qué hacerlo de buenas a primeras?- Tal vez es una reunión...

Ante esto el mapache permaneció en silencio, expectante, susurrando de vez en cuando que abriera de una vez la maldita carta. Gaara respiró con dificultad y, con un pesar casi extremo, abrió el sobre, estiró las hojas y se dispuso a leer.




"Para Sabaku no Gaara, Kazekage de Sunagakure:"

"Estimado Sabaku no Gaara, la razón por la que le escribo es porque, siendo yo responsable de todos los ninjas de mi aldea, me veo en la penosa necesidad de darle una noticia que tal vez no le sea del todo agradable. No sé si desconoce la situación pero Rock Lee salió a una misión, hace un poco más de tres meses, a la Aldea del Remolino con el propósito de recuperar un pergamino perteneciente a nuestra aldea. Lo cierto es que la misión se extendió por más tiempo del esperado. Apenas hace unos días logramos dar con el Equipo Gai. Lamento informarle, Gaara-san, que Rock Lee ha muerto. Si es su deseo estar aquí para el entierro le informamos que se llevará a cabo dentro de tres días. Esperamos contar con su presencia, atentamente,"

"Tsunade, Hokage de Konohagakure"





Gaara contuvo el aliento, los ojos abiertos como platos, el rostro más pálido que de costumbre. Y eso era todo. Así de fría, así de impersonal, así de destructiva, simplemente... "Rock Lee ha muerto", sin nada de tacto, sin nada de compasión, como si el corazón de Gaara no se hubiese detenido con tan sólo leer esa pequeña línea.

Muerto... Muerto... Muerto... Rock Lee ha... muerto...

Y su mundo se derrumbó por completo. Hecho pedazos, su corazón, esa fría herramienta que se detenía, ahora gimiendo dolorosamente. Muerto... la persona a la que más amaba, la única.

-Lee...- susurró alzando la mirada, ahora vacía y perdida en un punto muerto, a la par que sus manos caían a ambos lados de su cuerpo.

La hoja de papel voló hasta situarse a sus pies.

No hubo, en su pecho o en su mente, ni un sólo pensamiento racional. Porque simplemente... había perdido lo único en el mundo que realmente había intentado cuidar.







El funeral fue largo, aburrido, lleno de enormes nubes negras que amenazaban por derramarse en cualquier momento y él, perdido tras la multitud de dolientes, amigos y conocidos, permaneció con el rostro estoico y sin emociones que le caracterizaba, en ese momento tan cerca de él pero a la vez tan lejos, más lejos que nunca. Ahora sí... ahora sí...

Lo perdimos...




Con pasos cortos, livianos y apariencia casi fantasmal, Gaara se acercó al antiguo departamento de... No quería decirlo, no quería repetir su nombre, no quería ni siquiera pensar en él, en ese terrible dolor que se extendía por toda su alma, un dolor más grande que cualquier otra cosa que hubiese sentido antes. No quería saber el porqué, o cómo había sido, no quería... no quería pensar, no quería sentir, simplemente alejar ese terrible tormento que estrangulaba en su garganta un gemido de dolor.

Se acercó a la habitación vacía, con sus cortinas verdes abiertas de par en par, ondenado al compás del viento, susurrando terribles canciones a su oído. La cama estaba perfectamente acomodada, con las blancas sábanas, las suaves almohadas, todo perfectamente ordenado. Sus pasos lo guiaron a la pequeña mesita a un lado de la cama. Suavemente acarició la madera, sintiendo la fina capa de polvo que confirmaba el tiempo pasado sin que una mano humana se posara sobre ella.

La única luz que entraba a la habitación era la proveniente de la luna, que brillaba suave y sutilmente en aquel cielo despejado de estrellas.

Tomó asiento sobre la cama, suprimiendo los recuerdos que asaltaban su mente. Recuerdos hermosos pero ahora dolorosos, imágenes que en el pasado le habían echo sonreír pero que ahora sólo hacían sus ojos arder.

Había tanto silencio.

Nunca antes había sentido el silencio de esa forma tan desesperante. Esa habitación... esa habitación era antiguamente tan ruidosa, llena de carcajadas, palabras, exclamaciones, gemidos... y ahora... tan vacía, tan... solitaria. Y de pronto una masa borrosa de memorias se agolpó en su cabeza. Una sonrisa amable y brillante, unos ojos negros que destilaban inocencia a raudales, un mono verde que rodeaba un cuerpo trabajado, unos calentadores que herían la vista pero que formaban parte del hermoso conjunto, un cabello negro y extremadamente brillante, una piel sonrosada y vigorosa, y una voz que... una voz que estremeció el alma de Gaara y llevó su sufrimiento a un nivel inimaginable.

Suprimió un jadeo dentro de su pecho.

Sus pálidas y temblorosas manos tomaron un pequeño paquete que descansaba del otro lado de la cama. No quería abrirlo, pero su ser entero clamaba por ser partícipe de los últimos momentos de... de... de él. Con una devoción, fascinación y repulsión casi enfermizas, abrió el paquete de considerable tamaño, desperdigando sobre la cama una cantidad de sobres que Gaara enseguida reconoció.

Eran cartas para él. Cartas que habían sido escritas para hacérselas llegar en algún momento. Eran... cartas muertas.

Mordiéndose los labios con ferocidad tomó uno de los sobres, lo abrió con parsimonia desesperante y su corazón dio un vuelco al reconocer la letra.

Sus ojos encerraron lágrimas de sufrimiento...




"Querido Gaara-kun:"

"Han pasado unos días desde que recibí tu última carta, la cual guardo en el bolsillo de mi chaleco. Ya hemos salido rumbo a la Aldea del Remolino y adivino que no tendré demasiadas oportunidades para escribirte, así que aprovecho todo el tiempo posible pues siento que esta es la única forma en la que podemos estar juntos. Te extraño, Gaa-kun, pero claro, tú eso ya lo sabes."

"La misión, según nos ha dicho Tsunade-sama, no ha de ser demasiado peligrosa. Recuperar un pergamino... Realmente no me agrada mucho la idea de abandonar la aldea y, de esta forma, abandonarte también a ti, pero pensé en el hermoso dije que te compraré y definitivamente vale la pena."

"¿Sabes, Gaa-kun? Hay veces en las que me pongo a pensar en las pocas veces en las que nos vemos y me siento sumamente triste. Sé que no debería decirte esto porque sé que no es tu culpa, pero cuando aceptamos nuestros sentimientos nos pedimos honestidad, ¿no es cierto? Pues así me siento cuando no estamos cerca, y me duele que estemos separados. Pero entonces recuerdo los hermosos momentos que pasamos juntos y no puedo evitar sonreír. Jejeje estoy sonriendo en este mismo momento. Realmente, lo que quería con todo esto, es decirte una vez más que TE AMO, Gaa-kun, te amo con todas mis fuerzas y no puedo esperar el momento de verte de nuevo."

"Te extraño tanto, mi Gaa-kun. Oh, quisiera seguirte escribiendo pero parece que nos están siguiendo. Debo despedirme ahora, espero que puedas leer esta carta. Y no olvides nunca que te amo Gaa-kun, saluda a Kankuro-san y a Temari-chan de mi parte, y no te olvides de decirle a Shu-kun que lo quiero. Se despide amorosamente,"

"Rock Lee"





Gaara agachó la cabeza, reprimiendo al máximo sus emociones. Apretó los puños con fuerza. Él... él nunca había parado de decirle que lo amaba, en todo momento se lo recordaba, siempre le decía: "Te amo, Gaa-kun", y Gaara nunca... nunca se lo había devuelto, nunca le había dicho "Yo también te amo". Y aún con eso jamás pasó por su cabeza que el otro pudiese dejar de amarle, porque era tan paciente, tan tolerante, siempre con su gentil sonrisa, esperando, esperando por esas palabras, siempre sonriente anhelando escuchar esa declaración, impasible en su pensamiento, porque sabía que en algún momento Gaara iba a decirle lo mucho que lo amaba. Pero nunca... nunca se lo había dicho... Y ahora...

Tomó otro sobre, lo abrió, y sus ojos se dispararon hacia las palabras.




"Querido Gaara-kun:"

"Perdona por lo corto de la carta anterior y la despedida tan abrupta. Espero que no te hayas preocupado pues es lo último que desearía. Lo cierto es que al parecer la Aldea del Remolino contrató muy buenos ninjas, pero descuida, nada a lo que no podamos hacerle frente. ¡Yosh! Ne, Gai-sensei me llama. GOMEN NE, Gaa-kun, esta carta va a ser muchísimo más corta pero no puedo quedarme más tiempo. Ya veo a Neji mirándome mal. Bah, lo hace porque tiene a su novia al lado, no tiene que sufrir de amor. Jejeje menos mal que no va a leer esto o le da una úlcera, es demasiado recto... y aburriiiido. Oh, ya me llaman. Ne, Gaa-kun, espero poder escribirte pronto. Te amo, te amo, te amo, te amo, no lo olvides nunca. Se despide amorosamente,"

"Rock Lee"





Detuvo la lectura un momento, un segundo en el que el ardor en su pecho le atacaba con abrumadora decisión. Se negó a soltar lágrimas, se negó rotundamente, agitó la cabeza de un lado al otro, ¡no iba a llorar! Por más que doliese, por más que le torturase ese sentimiento, esas palabras, esa profunda entrega por parte del otro, ¡no iba a llorar! Él era Gaara, Sabaku no Gaara, él nunca lloraba no importa que tan terrible o desesperanzadora fuese la situación... Él... no iba a... no iba a llorar...

Echó la carta a un lado, sintiendo unos remordimientos terribles pero, más que eso, la culpa. Culpable, así se sentía, por nunca haberle dicho lo mucho que lo amaba, lo mucho que lo necesitaba...




"Querido Gaara-kun:"

"Aprovecho esta oportunidad porque al parecer no podré escribirte en un tiempo. Nos han atacado esta mañana y han envenenado a Tenten. ¡No puedo creer que lo hayamos permitido! Neji está devastado, Gaa-kun, aunque no lo demuestre sé que está muy preocupado, al igual que Gai-sensei y también yo. Debemos encontrar rápidamente un hospital donde puedan atenderla. Realmente no esperábamos que los ninjas fuesen tan fuertes... Me da vergüenza reconocerlo pero los subestimamos. Ese ha sido nuestro error..."

"Pero no quiero que te preocupes por eso, Gaa-kun, estoy seguro de que cumpliremos con éxito nuestra misión. Al parecer ya hemos encontrado un lugar en donde puedan atender a Tenten. Gai-sensei ha insistido en llevarla pero Neji no está dispuesto a separarse de ella. En el fondo lo entiendo. Si yo estuviese en su situación nada ni nadie podría alejarme de ti. Es tan triste ver así a mi compañero... Realmente duele, verlo de este modo, cuando él siempre se ha mostrado ajeno a los sentimientos. Me parte el corazón ver su tristeza, su dolor... No quiero que Tenten muera, Gaa-kun, ¿verdad que no morirá? Gomen ne, Gaa-kun, ya debo marcharme. Espero que estés bien y que todo vaya bien en tu aldea. Saluda, a Kankuro y a Temari de mi parte. Se despide amorosamente,"

"Rock Lee"






Gaara inspiró profundamente, llevándose una mano al pecho. Tan doloroso... leerle de esa forma, a su amado chico, aún ante las adversidades sosteniendo una sonrisa en el rostro. Casi podía imaginarle allí, abrazado a sí mismo, alejado del resto para que no viesen sus lágrimas de preocupación. Su niño, su lindo, pequeño e ingenuo niño, siempre tomando en cuenta los sentimientos de los demás antes que los suyos propios.

Y eso era. Siempre así. Aún ante Gaara, ante los desplantes, los silencios, siempre sonriendo aún ante el incontenible dolor de no recibir ni un gesto de su parte que demostrara aquello que sentía. Y ahora...

Ahora se había ido...

Esta vez para siempre...




"Esta muerta... Gaara-kun, ¡está muerta! Tenten-san murió a causa del veneno... Gaa-kun... es tan doloroso... Yo... Yo... Gomen ne, Gaa-kun, perdona que te diga estas cosas pero es que... es que no puedo evitarlo. Me siento tan mal... No puedo mirar a Neji a los ojos, porque siento como si mis pensamientos hubieran matado a Tenten, cuando pensaba que él tenía a su novia y por eso miraba mal mis cartas. Gaa-kun... Te necesito... te necesito tanto... Ojalá pudiese estar contigo en este momento y poder llorar en tu pecho, y abrazarte y... Perdona, sé que estoy siendo egoísta, gomen ne, Gaa-kun. Por favor, perdóname... Demo... Tenten-san está... Y Neji-kun está destrozado. Ha vuelto a encerrarse dentro de sí mismo y no permite que nadie se le acerque o hable de Tenten en su presencia. Gai-sensei también está destrozado por su partida... Yo... yo sólo quiero... sólo quiero volver a casa, Gaa-kun, quiero regresar. Ven por mí, por favor, quiero irme, quiero abandonar esta pesadilla. Yo... te amo, Gaara-kun, no lo olvides nunca."

"Rock Lee"





Una vez más esa declaración escoció en el pecho de Gaara. Esas sencillas palabras, ese "te amo" que en ese instante resultaba tan devastador. El dolor, el sufrimiento de su pequeño, la petición, el deseo, y ver el papel manchado de lágrimas. Lo necesitaba en ese momento y no pudo estar para él, no pudo cumplir su deseo, no pudo hacer nada. Alejado por completo, ausente a causa de su frialdad. ¿Esa cosa que se detenía era el corazón de Gaara? ¿Eso que hacía arder sus ojos eran lágrimas? ¿Lágrimas de sufrimiento? No, no eran sólo lágrimas, era tormento. ¿Podía alguien entenderlo?

Sus manos tomaron la última carta.

Pero no quería abrirla. ¿Y si encontraba la peor declaración jamás hecha? ¿Y si él no podía soportar lo que decía en esa carta? Tembló visiblemente, terribles espasmos sacudiendo su cuerpo.

¡Ábrelo de una maldita vez!, bramó el mapache en su interior.

Pero Gaara no se movió.

-No puedo...- susurró, derrotado.

No seas estúpido, Gaara. Ya lo perdimos por tu idiotez, quiero leer sus últimos momentos, y esto era... una petición. Porque Gaara tabién quería saber, pero al mismo tiempo sentía que no podría tolerarlo. Ya era algo más que la culpa, era... era el conocimiento, el saber que había lastimado a Lee más de lo que nunca pensó.

Con paso vacilante tomó la última carta. Sus ojos dolieron al ver la sangre seca. Su corazón se encogió ante el dolor por su pérdida. Y su mirada se paseó por la letra temblorosa, irregular, como si hubiese sido escrita en un momento de nerviosismo,o tensión, o... como si fuese la última vez.




"Gaara-kun... Probablemente esta sea mi última carta pero yo... quiero que sepas que... que te amo. Tal vez... no lo diga lo suficiente pero... te perdono por todo, ¿sabes? Porque sé que.. sé que te exigía demasiado en cuanto a tus sentimientos. Pero no importa porque yo sé que me amabas, y eso es... suficiente para mí. Ahora que... que nos han atacado, me han herido y... estoy muriendo, quiero aprovechar mis últimas fuerzas para... para pedirte perdón. Perdóname, Gaa-kun, perdónenme, ambos, tu también Shu-kun, porque sé que llorarán con mi muerte y estarán tristes... Nunca fue mi intención... Nunca quise... yo no quería preocuparlos... Yo... los amo, con todo el corazón. Gaa-kun,perdóname, creo que nunca podré comprarte ese dije que te prometí... Perdóname, yo---"




Ahí se acababa la carta, una horrible mancha de sangre seca inundaba el resto del papel.

Gaara permaneció en silencio ante esa estocada final, ese golpe final del destino, de la vida. Los ojos abiertos al máximo, los labios entreabiertos y en su rostro una expresión de absoluta sorpresa. El papel cayó de sus manos. Él permaneció inmóvil, sin reacción, hasta el mapache demonio calló ese instante.

Y cuando se dio cuenta de que ese era el final, cuando Gaara comprenció por fin que no había más, fue entonces cuando el peso de la realidad cayó sobre él. Porque le había perdido, para siempre, no habría otra oportunidad. Y justo en ese instante el dolor se hizo insoportable, destructivo en su fiera naturaleza. Su cuerpo tembló, y de pronto el fuego en sus ojos se derramó. ¡Estaba llorando! Sí, lloró sin desanso, esa noche sus puños golpearon el colchón, su garganta profirió lo lamentos más agudos, desconsolado, por primera vez sintiendo la verdadera pérdida.

Sus lágrimas bañaron su rostro, el rostro del demonio, y su corazón se estrujó, se revolvió, se encendió, pero el dolor no menguó, al contrario, se hizo cada vez más intolerable. Ese sufrimiento casi eterno pero que ahora lo atacaba, el haberle perdido. El no haberle dicho "te amo".

Sus sollozos se alzaron en plena noche, cuando él lo único que quería era sacarse el corazón y dejar de sentir esa pena, porque incluso en ese momento decir "lo siento" no hubiese servido de nada, no había nadie a quien proteger ahora, a quien... amar.

-¡¡¡Lee!!!- gritó desgarrándose la garganta.




* * *




-¡¡¡Lee!!!- un grito proferido en plena noche.

Y abrió los ojos de pronto, asustado, confundido. Su respiración estaba agitada, su corazón latía desbocadamente, temblaba sin control, sudaba copiosamente. La vista borrosa poco a poco fue aclarándose.

Estaba en su oficina.

Llevó la mirada hacia la ventana, constatando una noche oscura y carente de estrellas. Descuidadamente se llevó una mano al rostro y con sumo desconcierto contempló que...

-Estoy llorando...

Sorprendido por un hecho de semejante magnitud llevó la vista al techo, poco a poco su respiración se calmaba. Encerró su mano en un puño. "Un sueño... una pesadilla...". Soltó un suspiro de alivio al tiempo que más lágrimas brotaban de sus ojos. Ni siquiera le importó el hecho de que se hubiese quedado dormido, simplemente saber que aquello tan terrible era creación de su imaginación, de su subconsciente...

Su Lee-kun...

Su Lee-kun estaba...

-Vivo- susurró casi con una sonrisa en los labios.

Vivo ahora, para él, y seguramente dispuesto a escuchar aquello que había estado esperando siempre. Fue ahí cuando Gaara tomó la decisión. Haría lo que tenía que hacer, y lo haría ya.

Con esta nueva resolución en mente la arena se cerró a su alrededor. Gaara respiró y calmó su rostro hasta hacerlo tan inexpresivo como siempre. Antes de dar la orden acarició la carta que llevaba en el bolsillo. Se mordió los labios ante la expectativa. Y marchó. Cuando el escudo de arena se disolvió pudo constatar que ya no se encontraba más en Suna, ahora estaba en...

Konoha.




* * *




Con pasos lentos y cansados Lee se acercó a su departamento. La noche caía ya en la aldea, volvía de uno de sus entrenamientos y lo único que ocupaba su cabeza en ese instante era tomar una buena ducha y caer rendido en su cama hasta la mañana siguiente. Soltó un audible suspiro al entrar a casa. Dios, estaba literalmente molido. Se guió por las sala a oscuras, sin molestarse por prender una luz, de igual modo se sabía su casa de memoria.

Finalmente llegó a su habitación, en donde tampoco tuvo necesidad de prender la luz. De forma casi automática se quitó los calentadores con una mano mientras con la otra se masajeaba el hombro izquierdo, con los ojos cerrados. Tal vez fue por el silencio, o por la aparente paz de su habitación, o quien sabe, tal vez se debió a la suprema calma que todo lo inundaba, pero cuando una voz seria y serena habló desde las sombras, no pudo evitar pegar un agudo chillido que seguramente se escuchó hasta en la oficina de la Hokage.

-Lee-kun...- dijo el intruso saliendo desde las sombras mientras observaba a Lee, quien se colocaba en posición de combate.

-¿Quién eres?- demandó el Amo del Taijutsu con voz decidida. Sí, definitivamente era la combinación de sueño y cansancio, de otra forma Lee hubiese podido saber, por sí solo, que esa voz le era más que conocida.

Cual grande fue su sorpresa al ver aparecer, lentamente, un cabello rojo, unos ojos turquesas y una piel pálida casi fantasmal.

-¡¡¡Gaara-kun!!!- exclamó Lee lanzándose a los brazos de su pelirrojo. Y es que... ¡no lo podía creer! ¡De verdad estaba ahí!- ¡Gaara-kun!- repitió abrazándolo con todas sus fuerzas, olvidándose del cansancio, del dolor debido al entrenamiento, de todo- ¿Qué haces aquí?- preguntó de pronto, pero por toda respuesta Gaara sólo besó sus labios suavemente. Un pequeño sonrojo se extendió por las mejillas de Lee. ¿Era su imaginación o Gaara estaba siendo... dulce?- ¿Gaa-kun? ¿Estás bien?

-Aishiteru, Lee-kun...- murmuró Gaara contra los suaves labios de su koi.

Al escuchar esta declaración el rostro de Lee se puso casi del mismo color del cabello de Gaara. ¿Qué? ¿Garaa acababa de decirle que lo amaba? Sus ojos se abrieron con absoluta sorpresa...

-¿Qué?- preguntó Gaara esta vez devolviendo el abrazo de forma íntima- ¿No puedo decir que te amo?- susurró contra el cuello de su Lee, desatando en el otro millares de escalofríos.

-Yo también te amo, Gaa-kun- respondió uniendo sus labios con los del otro.

¡Lo había extrañado tanto! Tanto que casi pensaba que enloquecería. Pero había vuelto... Y seguía siendo tan cálido como siempre. Su Gaara-kun, el amor de su vida, su malhumorado pelirrojo... Nuevamente se entregó a él, comunicándole en cada beso lo mucho que lo amaba, lo mucho que lo deseaba, lo mucho que lo necesitaba, que lo había necesitado siempre. Cuando la lengua de Gaara decidió formar parte de esa demostración de amor Lee le recibió más que gustoso, entregándose a ese beso como nunca antes, sintiendo su lengua acariciar la de Gaara en esa batalla por una dominación inexistente. Y así el amor, la pasión que los consumía, los escalofríos al sentir los fríos dedos del Kage deshacerse del mono verde, acariciando su piel directamente.

-Gaa-kun...- gimió dentro del beso, él mismo deshaciéndose de la ropa de su amante, dejando al descubierto la perfecta e impoluta piel, únicamente suya.

-Lee-kun... te amo.

El pelinegro soltó una jovial sonrisa.

-Gaa-kun- le llamó entre besos. El pelirrojo se detuvo un instante, contemplándole con interrogación, manteniendo sus manos alrededor de la cintura de Lee, quien aún se preguntaba porqué Gaara le decía tantas veces que lo amaba-, no estoy muriendo, ¿verdad?

Un escalofrío nada agradable recorrió a Gaara al escuchar estas palabras.

-Claro que no, baka- encerrándolo en un asfixiante abrazo.

Lee sonrió suavemente.

Bueno, tal vez no era necesario que él muriera para que Gaara le hablara abiertamente, ¿o sí? Realmente no tuvo más oportunidad de pensar en ello. Y esa noche volvió a entregarse a él, se entregaron mutuamente, repitiéndose de forma incansable lo mucho que ambos se amaban pero, más que eso, demostrándolo.

-Te amo, Lee-kun- volvió a decir Gaara cerrando los ojos, agotado, sudoroso, aún sosteniendo entre sus brazos a su pequeño muñequito.

El pelinegro soltó una risita al ver el relajado rostro de su chico. Lo abrazó fuertemente, sintiendo su desbocado corazón calmarse lentamente. Con sumo afecto besó el kanji en la frente de Gaara.

-Muchas gracias...- murmuró contra la tersa piel.

-No fue nada- respondió Shukaku guardándose una pequeña sonrisa de superioridad, después de todo manipular el subconsciente de Gaara no había sido tan difícil-. Ambos lo necesitaban.

Lee asintió y acunó dulcemente el rostro de su koi. O, más bien, sus kois.

-Feliz cumpleaños, Gaara-kun- susurró antes de caer complatemante dormido.



* * * OWARI * * *
Notas finales:

Y eso es todo! Espero que les haya gustado!!! En cuanto a los fics que aun no continuo, quisiera pedirles una disculpa por demorarme, y aún me demoraré un poco más. Mil perdones pero... tengo mis razones.

De igual forma muchisimas gracias por leer, espero que lo hayan disfrutado aunque sea un poco, especialmente tú, Mika-chan! n_n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).