En las oscuras calles de la ciudad todo parece calma, aunque si hay algo que debemos tener en cuenta es que nada es lo que parece. En un edificio que solia fungir como un antiguo teatro y que ahora lucia abandonado, habia mas actividad de la usual. En el interior de las instalaciones se llevaba a cabo una "subasta" bastante peculiar, pues la "mercancía" que ahí se exhibia constaba de jóvenes donceles, quienes por una noche complacerian a aquel que pagara por ellos a cambio de un pago por las noches que "trabajen" ahí, sean o no subastados.
Entre los asistentes a tan singular evento, se encontraban hombres influyentes, empresarios, e incluso poderosos lideres de la mafia... en ese lugar no importaba a que te dedicabas, siempre y cuando tuvieras la solvencia suficiente para adquirir una de aquellas preciadas piezas de colección.
Pero en esta noche en particular, un joven de entre los asistentes parece no encajar en los estandares de la "clientela" habitual. Por principio de cuentas se veia bastante joven, ademas de poseer un bello rostro, de cabellos castaños medianamente largos, sujetos en una coleta baja y ojos tan negros como la petrea noche, de hecho, mas que parte de los asistentes, pareciese que fuera uno de los donceles a subastar, por lo que habia sobre el mas de una mirada indiscreta, haciendole sentir bastante incomodo
*Como demonios fue que me deje convencer por Selene?... este lugar no es para mi, debi pensar de inmediato que no planeaba nada bueno cuando me dijo que necesitava algo de "diversión"* pensaba el castaño para si mientras el evento comenzaba.
Por otro lado, tras bambalinas, entre los numerosos jóvenes que esperaban ser llamados a la subasta de esa noche, se encontraba un joven de azulina cabellera, a leguas se notaba que estaba bastante nervioso por toda la situación pero intentaba tranquilizarse a si mismo. Levaba ya varias noches asistiendo al lugar sin que su nombre fuera mencionado en el escenario y con suerte esperaba que ese dia tampoco sucediera, pues seria el ultimo para el... al fin habia reunido el dinero suficiente para pagar su matricula de ingreso a la universidad.
*Por fin... una noche mas y todo habra terminado... finalmente me olvidare de este asunto* eran los pensamientos del peliazul, mas tal parecia que el destino tenia algo mas planeado pues ni bien habia terminado de pensar en lo anterior cuando la voz del maestro de ceremonias pronuncio su nombre fuerte y claro. Tardo varios segundos en reaccionar hasta que uno de lo encargados tras bambalinas prácticamente lo arrojo al escenario desde donde pudo percibir mas de una mirada perversa clavarse en el, lo cual no le auguraba nada bueno.
Por su parte, el castaño buscaba la menor oportunidad para salir de ahí cuando vio como aquel doncel era exhibido cual trofeo y al igual que el temeroso joven sobre el escenario, el distinguio las miradas que la mayoria de los presentes le dirigian al chico y, con un poco mas de experiencia sobre los bajos instintos que podian despertar la inocencia y el temor que esos ojos tan azules como el mar reflejaban en ese momento , impelido por un sentimiento de proteccion hacia el joven, sin pensar dos veces hizo una oferta tan exorbitante que mas de uno quedo boquiabierto, solo uno de entre todos los asistentes decidio hacer competencia al castaño por la "compra" del peliazul pero el de ojos negros no estaba dispuesto a dejar que cayera en malas manos, asi que después de un rato de increíbles incrementos en las sumas... finalmente consiguió la victoria cuando su oponente se retiro de la puja.
Una vez que que el subastador declaro cerrada la subasta, el castaño se dirigio con premura a recoger su "adquisición" y liquidar el trato, una vez hecha la transacción el encargado mando por el chico que no tardo en aparecer y aun estaba bastante nervioso...
-Felicidades caballero, nuestro preciado Sora es todo suyo- pronuncio con zalameria el subastador mientras tomaba al peliazul de la mano para llevarlo junto a su nuevo propietario quien sin dudar un momento, prácticamente lo arrebato de las "garras" de ese sujeto. Ignorando el gesto del comprador el sujeto en cuestion prosiguió... -y permitame dcirle que es un hombre con suerte pues este hermoso joven nos abandona esta noche - finalizo con una fingida melancolia que solo consiguió asquear al castaño, el cual sin mas palabra se alejo de ahí con el chico...
Mientras caminaba noto que el peliazul temblaba ligeramente en su agarre, asi que aprovechando que ya estaban lejos del subastador y a punto de salir de ahí, se separo un poco de el para mirarlo y sonreir tranquilizadoramente, cosa rara en el. Al ver esto el peliazul se relajo un poco aunque no del todo.
-Te llamas Sora verdad?- pregunto el castaño a lo que el menor solo asintio mudamente. - Será mejor salir de aquí, siento que me quieren matar - comento por las miradas que los demás lanzaban. Una vez fuera del lugar, ninguno de los dos sabía cómo comportarse, asi que lo mejor que se le ocurrio al castaño fue seguir con las presentaciones.
- Bueno, yo me llamó Cassiel Amat, mucho gusto Sora...- dijo sonriente el mayor a la vez que ofrecio su mano al peliazul, quien tras unos segundos, aun con algo de timidez, extendio la propia para estrecharla... en ese momento ninguno de los dos sabia que con ese simple roce el destino de ambos quedaria marcado de por vida.