Sorrow
Sus ojos paseaban por todo el contorno del papel, ¿era verdad? Se había preguntado tantas veces la misma pregunta que su mente ya la había incorporado como un recuerdo más en el fondo de su cabeza, al hablar sin dudas recordaría el amargo sentimiento.
¡¡Diablos!!
Maldijo tirando el objeto al piso bruscamente, una mano enredando sus cabellos, peinándolos hacia atrás con fuerza, un suspiro escapando sus labios y finalmente, dejando el peso de su cuerpo estrellarse contra la mesa. Sus brazos cubriendo su rostro. De pronto un ruido lo sacó de sus vaporosos pensamientos, levantó la cabeza mirando a un costado, inmóvil por unos instantes. Parpadeó respirando hondo, conocía la melodía, ¿cómo no conocerla? Suspiró profundo levantándose hasta llegar al aparato. No necesitaba verificar la pantalla para saber quien era la persona que lo estaba llamando.
-Hola. . .-murmuró, sintiendo de repente su boca seca y amarga, como si hubiera tragado veneno. Y tal vez eso sería lo mejor. . .
-. . .Oí. . .-
-Lo sé- interrumpió al otro, no estaba preparado para lo que venía, aunque a estas alturas ya debería de estarlo.
-Gackt. . .-murmuró.
-No lo digas por favor-
-¡Mierda! ¿Podrías por un segundo dejarme hablar?-
Silencio.
Gackt intentó reprimir una sonrisa, fallando gravemente, a pesar de todo. . .no había cambiado en nada.
-Esta bien, esta bien- extrañamente, se sentía todo lo contrario a lo que había pensado, los instintos fallan. . .a veces.
-Lo siento-murmuró, algo apenado. Su voz se sentía cansada, algo nerviosa, pero. . .para nada alterada, notó el cantante de, ahora, cabellos negros.
-Supongo que. . .fue mi culpa, yo debería pedir perdón- se detuvo, silencio nuevamente, decidió proseguir-siempre soy yo. . .siempre- cerró los ojos, sintiendo una nube de emociones atacar su pecho nuevamente, ¿desde cuando respirar costaba tanto?
-No es cierto. En una relación hay dos partes. La culpa es de ambos- como le dolía decir estas últimas palabras. La verdad duele, rió para sus adentros, ya cansado de darle la espalda a la realidad.
Sus ojos se volvieron a abrir, algo húmedo cayendo en el proceso de apertura, resbalando suavemente por su mejilla, dejando cálidos rastros en su triste rostro. Pensativo hizo lo mejor que sabía hacer.
-Lo siento, lo siento, lo siento- cayó al piso arrodillado cerrando sus ojos fuertemente, el impacto pudo ser escuchado por el otro.
-¿Gackt?. . .¿Gackt?. . .¡¡Respondeme!!-
-No lo soporto, es tan doloroso. . .- llevó su mano libre a su pecho, aferrándose fuertemente, parecía que en cualquier momento podía arrancarse la camisa.
-No otra vez-
-Lo siento, lo siento- seguía repitiendo como un autómata sin escuchar al otro, su mente atestándose de recuerdos, sensaciones. . .dolor, siempre dolor.
-¿Por qué haces esto?- de pronto su voz, que había intentado mantenerse tranquila, se quebró, un agudo sollozo escuchándose a lo lejos.
Gackt tragó en seco, conteniendo su respiración, dándose cuenta de lo que estaba haciendo.
Realmente lo siento
-No te lo mereces- libró el agarre de su mano, cayendo levemente al costado, palpando el piso como si se tratara del rostro, el blanco y suave rostro del otro. -Yo te lastimo, siempre termino haciendolo y realmente no te lo mereces.-
-Gackt- cerró sus ojos anticipando las palabras del hombre que alguna vez fue su compañero.
-Puedo manejar a las personas, puedo manejar situaciones, pero esto. . .esto simplemente es algo que no puedo manejar y. . .lo siento, porque tuve miedo de perderte y me alejé- una amarga sonrisa formándose en sus labios- supongo que al final mis miedos se hicieron realidad-
-No. . .-
-Es muy tarde para eso. Tal vez es mejor así, tomarse un tiempo, focalizándonos en nuestros trabajos, vos por tu parte yo por la mía. Hay cosas que no pueden forzarse Mana, por más que queramos-
Y las lágrimas que recorrían su rostro por algún motivo no sabían saladas. Sabían a tristeza, angustia y. . .desamor. ¿Cuántos anhelos perdidos en el fondo de su corazón? ¿Cuántos sentimientos encerrados en lo más profundo de su ser? Pero las cosas nunca habían sido fáciles, y lamentablemente, nunca lo serían.
-No puedo dejarte ir-murmuró mordiendo sus labios.
-Nadie dice que tenes que hacerlo, yo tampoco puedo. Es solo tiempo, un poco de tiempo- enderezó su cuerpo levantándose del piso, sintiéndose de pronto helado.
-Por favor no sigas huyendo Gackt, Yo. . .-
-¡¡No lo digas, no ahora, maldita sea!!- cerró sus puños fuertemente- si lo haces, yo no. . .-
-Entonces. . .decís que no hay que forzar las cosas, pero yo creo que el que lo está haciendo sos vos, ¿por qué hacerte más daño?-
-Porque lo merezco-
-No, yo no lo creo y. . .él tampoco lo cree-
Su pecho comenzó a latir más rápido, cuando pensaba que ya no tenía más lágrimas para derramar por él sus ojos se humedecieron ante su recuerdo. Si hubiera sido capaz de controlarlo entonces. . .¿entonces que hubiera hecho?
-No podes seguir culpándote, a todos nos dolió. No seas egoísta-
-Lo soy, y lo siento mucho pero no puedo cambiar eso en mí-
Mana suspiró, ¿Qué más podía decir? Ya no quedaba nada por ser dicho, miró a un costado, la cortina moviéndose ondulante por el viento. Si tan solo él pudiera ser como el viento. . .
Pero no, le tocó vivir esa realidad y lo aceptaba porque él de cierta forma la había elegido y de ser posible lo volvería a hacer porque su amor. . .su amor traspasaba todas las fronteras. Sonrió con nostalgia. Ese era su problema. Amaba demasiado.
Él, sin dudas, era la única víctima de su crimen.
-No me olvides- murmuró.
-Nunca lo haría.- respondió el cantante con melancolía.
¿Cómo hacerlo? Jamás podría. . .jamás.