Asqueroso, así se sentía. Completamente asqueroso y sucio.
Una piel fría y el viento de la calle de luces rotas
Sombra desconocida
Las huellas del abandono
La libertad fue robada
¿Cómo había llegado a esa situación? ¿Por qué él? ¿Qué había hecho mal para que kami-sama lo castigara así?
Maldición estúpido Dios!! ¿Tan mal había actuado en esa maldita y repugnante vida para semejante castigo?
Lo único que podía sentir en ese momento era el dolor que le propinaba aquella persona la cual no conocía, entrando y saliendo, entrando y saliendo, como un divertido juego del cual gozaba viéndolo sufrir.
Si aparece un cielo oscuro
Una risa penetra en mis oídos tapados
La violencia abusa de mí
-de... detente, por favor- cada palabra que pronuncia sentía como si alguien cortara su garganta con un cuchillo. El dolor era insoportable.
Cerró sus ojos al notar que la mano posada en su cuello hacía más presión provocando que sus sentidos se distorsionaran. Pequeñas lágrimas afloraron de sus ojos mojando aquellos dedos sádicos que lo estaban empezando a privar de aire, trayendo como consecuencia una risa del acosador mientras aumentaba el ritmo de su cadera lastimándolo en significante magnitud. Su risa se le era familiar, la conocía...
Entender es imposible
¿Por qué fui elegido?
Alguien debería contestarme...
-cá... cállate- susurró
La risa continuaba
-cállate!! cállate, cállate, cállate!!!- gritó como pudo
La mano que estaba ocupada con su cuello fue dirigida hacia su cara propiciándole un buen golpe para luego tapar su boca.
Sintió como su violador salio de su cuerpo completamente para entrar nuevamente en una envestida propiciada con gran fuerza, demostrándole que él mantenía el control de la situación. Noto como algo se “rompía” dentro de él dándole otro dolor más el cual aguantar en esa maldita tortura.
Por favor, dime que todo esto es un mal sueño
¿Cuánto más tengo que gritar y retorcerme de dolor?
Por favor, muéstrame que todo esto es un mal sueño
Grité una y otra vez, mi voz se quebró.
Al instante pudo sentir como era que un líquido caliente recorría su interior, y sabia perfectamente que su abusador no había acabado ya que sus envestidas seguían al mismo ritmo que al principio, el olor a sangre no tardo en llegar a sus fosas nasales.
Ese maldito hijo de puta no iba a detenerse a menos que lo dejase invalido!!
Su habitación estaba completamente oscura, la escasa luz traviesa que se colaba por las rendijas de la persiana no ayudaban lo suficiente como para que pudiese reconocerlo. Un rostro en el anonimato, el cual no reconocía ni tampoco quería hacerlo. Solo deseaba que eso terminase lo más rápido posible para poder descansar y despertarse pensando en que tuvo una maldita y horrorosa pesadilla. Pero lo sabía, sabía que eso no era ninguna pesadilla, era la cruda y viva realidad.
Aunque intentase gritar no podía, su voz se ahogaba entre sus labios y esa mano represora.
No hay más cabello que sacar de esta cabeza
Una risa penetra en mis oídos
Una débil temperatura se mezcla con el invierno
“Siento como este maldito da un grito de triunfo, sabiendo que había acabado dentro de mí, sintiendo como ese desgraciado calor arde dentro mió por la herida ocasionada anteriormente. Quema. Me retuerzo por el dolor y la incomodidad. Deténganlo, quema.
Lentamente sale de mí. Hijo de puta, justo ahora sos delicado?
Me mira, puedo ver el brillo en sus ojos y el reflejo de luz en sus labios curvados en una media sonrisa.
Puedo reconocerlo. Maldito desgraciado! No logro comprenderlo, ¿Por qué? ¿Por qué a mí?. Se levanta y se empieza a vestir sin quitarme la mirada de encima, esa mirada enferma.”
-Por tu cara veo que me has reconocido, kai-kun- el sujeto se acerco al mencionado ya cambiado- ni se te ocurra a decirle a alguien o denunciarme, porque te juro que sino realmente te dejaré paralítico, de acuerdo?- lamió su mejilla en señal de que había terminado su único comentario de toda la noche.
-Eres un maldito hijo de puta, miyavi-kun- dijo como pudo mientras acentuaba el nombre en tono irónico
-gracias, es un hermoso halago para una persona como yo-
-a toda mierda como vos le viene bien cualquier halago-
Miyavi miró de mala manera a Kai ante tal comentario. Como respuesta sonrió y comenzó a reír mientras tomaba su abrigo y se retiraba del departamento del batero.
Dejé de gritar y cuando sentí
que podría marchitarme y morir,
me dije a mi mismo
No pierdas las ganas de vivir
En las noches temblorosas, me callo
y me hundo en mi dolor
Por favor, perdona mi débil respiración...
Kai al estar seguro de estar completamente solo, se hundió en su triste soledad e intento gritar con todas sus fuerzas, sabiendo que la voz nunca saldría de su garganta, nunca se oiría. Había sido violado de la peor manera posible. No sabía como se lo diría a Reita, su novio, el cual había sido tan delicado y atento en su primera vez y en todas las cosas que hacia.
Todo eso se había ido al diablo, se convirtieron en trizas en unas miserables dos horas de puro sufrimiento desde el primer segundo hasta el último, no sabía como explicarle lo sucedido y más como lo miraría a la cara.
-Reita, te amo... aún cuando me corrompan en cuerpo y alma, yo siempre te amaré- pronunció antes de quedarse dormido sobre las sábanas manchadas de ese líquido carmesí.
Reita no tardaría en llegar como era de costumbre, todos los días a las 7:00 a.m. lo pasaba a buscar para ir a la compañía juntos.
Por favor, dime que todo esto es un mal sueño
¿Cuánto más tengo que gritar y retorcerme de dolor?
Por favor, muéstrame que todo esto es un mal sueño
Quiero volver a reír una vez más antes del fin.
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