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Sunflower Fields Forever por Silver Wolf

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Notas del fanfic:

Un fanfic dedicado a tod@s l@s que gusten de pokemon y a mi one-san Silver-Kagome que me inspiro para crear este fic.

Declaimer: Los personajes de Pokemon no me pretencen, solo los tomo prestados.... Solo soy un fan más n_n

Aqui les dejo un dibujo que hice en honor al fic! Hope U Like It.

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

-Dialogo de pesonajes.-

-Pensamiento de personajes.-

Flashback incia y termina con: **

Capitulo 1

When the sun goes down.

 

El frio viento soplaba de manera suave y tranquila, las nubes grisáceas evitaban que el sol de esa mañana calentara el lugar, adquiriendo un ambiente lleno de calma, silencio, tristeza y soledad que complementaba el aura de las personas reunidas en ese punto.

Solo se escuchaba el soplido del viento que se colaba como fantasma entre las frías y duras lapidas del cementerio, meciendo las escasas flores que crecían entre las tumbas, la mayoría de ellas abandonadas; con polvo y telarañas tapando las letras del nombre de los difuntos.

La escasa luz que se filtraba con el cielo gris era suficiente para hacer relucir algunas de las lapidas, en especial una que se veía bastante pulcra y bien cuidad, de echo parecía ser nueva.

A su alrededor un pequeño grupo de personas representando su luto con conjuntos de vestimentas negras y lo acompañaban con suaves sollozos que se ahogaban en sus gargantas y bocas hasta convertirlo en un susurro que se perdía en el silbido del viento.

Las mujeres se aferraban al brazo de un hombre mientras sollozaban y se limpiabas sus lágrimas con pañuelos de encaje, todos miraban con tristeza y pena la lapida frente a ellos, irónicamente se veía adornada por flores de muchos colores, pero ninguna flor tapaba las letras de plata.

El sonido de unas pisadas en el camino de tierra atrajo la atención de todos los presentes y lentamente giraron sus rostros hacia donde provino el ruido. Muchos agacharon la mirada con pena y susurraron débiles "lo siento mucho", otros solo lo miraron con tristeza compartida pero sin atreverse a decir nada, después de todo ¿Qué se podía decir realmente para hacerlo sentir mejor?

Un par de ojos azules observaron al recién llegado y se ensombrecieron al verlo de esa manera; su cabello negro ya no era como lo era hace cuatro años, el corte del fleco lo mantenía igual pero el resto de su cabello era mucho más largo, incluso le llegaba hasta los hombros, sus profundos ojos cafés eran cubiertos por un par de lentes oscuros, lo más probable para ocultar el rojo de sus ojos después de tanto llorar; su rostro más definido y afilado que hace cuatro años se mantenía agachado, no queriendo ver a nadie, su cuerpo era cubierto por una negra gabardina que le llegaba hasta los tobillos; lo único que rompía la gama de negro era el ramo de girasoles que llevaba en brazos que, extrañamente, hacia juego con el pequeño animalito amarillo que acompañaba al chico.

-Ash...- Escapo de los labios de la ojiazul sin ser escuchado.

Camino sin importarle el resto de las personas, ignorando las miradas que en él se posaban, todo su atención concentrada en la lapida frente a él. Sus pasos eran lentos y tranquilos, como si no tuviera prisa pero como si en cualquier momento se fuera a caer.

Se detuvo frente a la tumba y dejo que todas sus fuerzas lo abandonaran, callo de rodillas con un golpe seco en el pasto, estiro sus brazos y deposito con suavidad el ramo de girasoles al centro del cemento. Todos sus movimientos eran tan tranquilos que lo hacían pensar que todo era un sueño, un frio y triste sueño.

Sus ojos se aguaron nuevamente, volviendo más difícil el poder ver debido a los lentes oscuros. Lagrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas y al ver eso, le criatura amarilla se acerco hasta su maestro y le acarició la mano con su nariz.

-Pika...- Fue un pequeño murmullo, algo así como un "no llores" o "estoy contigo"

El moreno tomó al pokemón amarillo entre sus brazos y lo abrazó con fuerza, sin llegar a lastimarlo.

El silenció se volvió denso y pesado, nadie sabia que decir, ni siquiera sabían si tenían que decir algo, solo lo veían allí hincado frente a la tumba, con sigilosas lagrimas resbalando por sus blancas mejillas, abrazando a su pokemón.

Poco a poco las personas se fueron yendo; solo murmuraban un "lo siento mucho" y se daban la vuelta para irse, así fue sucediendo hasta que solo se quedo el moreno, la chica de ojos azules y un niño de cabello negro.

-May, ya tenemos que irnos...- Murmuro el menor a la ojiazul.

-Yo...- Miro al moreno y después a su hermano menor. -Ahora los alcanzo, dile a mamá y a papá que los veo en el hotel.- Se giro nuevamente hacia el chico moreno y camino hasta quedar junto a él, se sentó de igual manera que él.

El silencio regreso acompañado del viento que meció con suavidad el cabello largo de ambos.

-Ash...- Llamo la castaña. -¿Cómo estas?- Pregunto con suavidad viendo la lapida donde podía leer con letras plateadas dos palabras, un nombre y un apellido que sabia lastimaban el corazón de su mejor amigo.

Delia Ketchum

-¿Cómo debería estar?- Respondió al fin con una voz neutra.

-Eh....- No supo que responder.

-Todos me preguntan como estoy, pero... no se que es lo que debería sentir.- La ojiazul escuchaba asombrada, la voz de su amigo sonaba tan calmada y neutra... no entendía como era capaz de controlarlo tan bien.

-Quizá...- Tardo un poco en responder. -Quizá deberías sentirte triste y feliz a la vez, solo pero acompañado, desesperado y aliviado.- Miro a Ash. -Muchos sentimientos encontrados.-

-¿Dolor?-

-¿Eh?-

-¿Se puede sentir dolor?- Pregunto con la mirada aun fija en la lapida, nunca la despegaba.

-Si, Ash...-

-Entonces.... Me duele....- Una triste sonrisa adorno su rostro. -Cuando me entere yo... no lo creí, sentí tantas cosas que salí corriendo al bosque hasta que ya no pida ni caminar, ni siquiera pensar... lo que yo quería era eso, no pensar.- Abrazó con más fuerza a su Pikachu.

-Siempre pensamos que es lo mejor, pero no... lo mejor es afrontar.-

-Todos esperaban verme caer llorando frente al tumba de mi mamá, que suplicara que volviera, que gritara que no era gusto...- Tomo un poco de aire. -Pero ya no puedo llorar.- Sintió la insistente mirada azul sobre él. -No se cuantos días pase llorando, encerrado, gritando, sufriendo.- Se seco las mejillas con la manga derecha de su gabardina. -Hasta hoy pude salir de la casa y me sentí tan extraño... era como si todo fuera un sueño... cada persona, cada voz, cada flor... solo eso.-

-Ash.- Tomo la mano derecha de su amigo y la acaricio con suavidad. -Esta bien llorar, esta bien sufrir, esta bien sentir dolor, siempre y cuando sepas deshacerte de él, sepas conservar un buen recuerdo y no un triste sentimiento.- Le sonrió con dulzura.

Agradecía internamente que Ash ya estuviera más tranquilo, aun recordaba como el chico se la paso encerrado llorando y era imposible hablar con él, se enojaba con facilidad y se fastidiaba muy rápido, pero ahora... era diferente.

-Creo que tienes razón,  May... pero por el momento yo... no puedo... no puedo evitar sentirme así.- Sonrió con tristeza reprimida. -Pero lo intentare.-

La castaña lo miro con cierto asombro, si ya bien era cierto que el joven Ketchum había madurado durante los cuatro años que no se vieron parecía que durante los días que había pasado llorando y en la desesperación total había terminado de madurar, aunque ella hubiera deseado una manera diferente de madurar.

-¿Dónde están tus otros pokemóns?- Pregunto intentando cambiar el tema un poco.

-Están con el profesor Oak, se los di...- Por primera vez desvió la mirada, tan solo unos momentos, hacia Pikachu que parecía adormecerse entre sus brazos. -Creo que es mejor que estén allí, jugando, divirtiéndose...- Las palabras se ahogaron en su garganta.

-Ash...-

-Yo, quiero estar solo, May.- Poso su oscura mirada sobre los girasoles. -Por favor.- Su voz comenzaba a quebrarse nuevamente.

-Ash...- Llamo por segunda vez.

-Por favor.- Escapo de sus labios en forma de suplica, odiaba que lo vieran llorar.

La castaña solo lo miro con una sombra sobre sus ojos, conocía lo terco y testarudo que era su amigo y sabia que insistiría hasta que se marchara. Se levanto lentamente y poso su mirada en el ex entrenador.

-De acuerdo, Ash.- Pudo decir con algo de molestia, no quería dejarlo solo. -Me quedare unos días más aquí, en Pueblo Paleta, por si me necesitas.- Se dio la vuelta y empezó a caminar con suavidad, su vestido negro la hacia parecer que flotaba. -Pero, Ash...- Giro un poco su cabeza y lo miro de reojo. -Lo que menos necesitas ahora es estar solo.- Sin decir más siguió su camino.

El ex entrenador pokemón escucho el sonido de los tacones de su mejor amiga alejarse por el mismo camino de tierra por el que vino, poco a poco el ruido fue disminuyendo hasta volverse nulo, dejando solamente el susurro del viento.

Dejo a un dormido Pikachu a su lado y le acarició la cabeza para después mostrar una sonrisa, tiste, pero una sonrisa al fin de cuentas. Su amarillo amigo había pasado semanas en vela, desde que su mamá se enfermo y él había decido ir a ciudad Viridian por medicinas, pero... sin embargo... fue demasiado tarde...  Aun recordaba la llamada, el sonido del auricular cayendo al suelo cuando lo soltó, sus ojos derramando lagrimas que ni siquiera sentía, la sensación de que algo en su interior se rompía, una extraña presión y la soledad, las voces preguntando si estaba bien, todo el mundo se le destruyo en un segundo... después de eso solo recuerda el haber corrido, si, corrió no supo cuanto, solo corrió hasta que no pudo más y sus ojos se cerraron y lo dejaron en la inconsciencia.

El recuerdo de despertar en su habitación, de comprobar que era cierto, que no era una pesadilla, el salir corriendo y adentrarse en el bosque, el llorar hasta quedarse dormido, el dolor, la soledad... todo eso aun estaba en su mente, demasiado fresco.

Se quito los lentes y dejo que sus ojos castaños oscuros, casi negros se dilataran un poco al intentar acostumbrarse al fantasmal brillo, permitió que sus lagrimas volvieran a salir de sus ojos y caer por sus mejillas con caminos marcados; ahora que nadie podía ver su dolor, que no podían ver sus ojos rojos... ahora que no podían sentir lastima por él.

Se dejo caer sobre la tumba y continuo llorando, solo quería sacar su dolor, lo que le estaba matando. Sus ojos se posaron sobre los girasoles que trajo y un recuerdo subió a la superficie de su mente.**

-Ash!- Grito la señora Ketchum. -¿Qué horas de llegar son estas?- Le regaño sin mala intención. -Les dije que regresaran para la hora de la comida.- Miro a su hijo que entraba con una sonrisa inocente al igual que el Pikachu en su hombro.

-Disculpa mamá, es que nos entretuvimos jugando con los otros.- Se quito la chamarra que era parte de su conjunto deportivo que constaba de un pantalón de material ligero, color negro con una franja roja en los costados, a juego con su chamarra, una playera roja en combinación con sus tenis. -¿Verdad Pikachu?-

-Pi! Pikachu!- Respondió la criatura con una sonrisa.

La señor Ketchum solo suspiro un poco y después sonrió. -De acuerdo, ¿Por qué no vienen a comer algo?-

-Si, mamá.- Se dirigió hacia la cocina junto con su mamá y su pokemón.

El moreno se sentó a la mesa y Pikachu se colocó sobre esta mientras un alegre Mr. Mime los saludada mientras calentaba la comida. Ash se acomodo un poco el fleco que se le pegaba a la frente por la ligera capa de sudor y después se acomodo el resto de su largo cabello.

-¿Por qué no te lo amarras?- Preguntó la mujer mientras servía algo de sopa en un tazón.

-Prefiero traerlo así.- Sonrió de manera tranquila. -Es mucho más cómodo.

-Has cambiado mucho hijito.- Colocó el tazón frente al aludido y después acarició su negro cabello. -Apenas reconozco al chico de 12 años que salió de esta casa con el sueño de convertirse en maestro pokemón.- Colocó otro tazón frente a Pikachu. -Ahora solo veo a un apuesto joven de 16 años.

-Mamá!- Exclamo abochornado el moreno.

La señora Ketchum solo se limito a sentarse con una sonrisa, dispuesta a acompañar a su hijo y su pokemón mientras estos comían.

-Ya llevas unas semanas aquí Ash.- Soltó de repente. -¿Cuándo piensas seguir con tu viaje?-

-¿Es que acaso ya quieres que me vaya?- Pregunto de manera divertida.

-No! Por supuesto que no, Ash.- Exclamo la mujer bastante escandalizada.

El joven Ketchum rió. -Tranquila, mamá solo bromeaba.

-Pero no lo dije por eso, Ash.- Se calmo un poco. -Lo pregunto porque siempre eres impulsivo y nunca te detienes cuando tomas una decisión.

-Yo... bueno, pensé que seria buena idea tomarnos unas vacaciones.- Acarició la cabeza de su amarillo amigo.

-Es fabuloso oír eso, hijo.- No pudo evitar sonreír ampliamente. -Pero debo decirte que escuche que en la región de Sinnoh acaban de abrir nuevos gimnasios.- Pensó que esa noticia lo animaría; no es que ya quiera que se vaya pero es que ya llevaba al menos tres semanas en Pueblo Paleta y no había siquiera mencionado el adonde iría y eso la preocupaba un poco, además había dejado todos sus pokemóns con el profesor Oak, excepto Pikachu.

Los ojos del pelinegro se desviaron hacia su tazón vacio y empezó a jugar con la cuchara de manera distraída. -Si, creo que escuche algo parecido.-

-¿Ash?- Lo miro de manera insistente, esa reacción no era común en su hijo. -¿Qué sucede?

-Nada, es solo que...- Las facciones de su rostro se tensaron, al igual que su cuello, sus ojos se mostraron con un brillo sereno y extrañamente maduro. -He estado pensando que quizá sea hora de empezar con otro sueño.

-¿Otro sueño?- Repitió sin realmente entender.

-Realmente disfruto el viajar con mis pokemóns y ver nuevo y conocer gente y ganar batallas en gimnasios o contra entrenadores, pero...- Miro a su fiel amigo con lo que se podía interpretar como un sonrisa nostálgica. -Me he dado cuenta que busco algo más...-

-¿Algo más?- La mujer empezaba a interesarse cada vez más, su hijo actuaba de una manera muy madura, algo muy extraño en él.

-Si... no estoy seguro de que es, pero...- Poso sus oscuros ojos sobre los de su madre. -Quiero ser algo además de un entrenador pokemón, quiero ser algo más que eso...-

Delia lo miro con cierto asombro, en verdad su hijo había madurado mucho. -Ash...

-He estado viajando por varios años, conociendo gente y pokemóns y eso me hizo darme cuenta que quizá lo que realmente busco esta donde empezó todo.

La mujer sonrió. -Quizá no se pasa lo que es ahora, pero con el tiempo sabrás lo que buscas.- Lo miró. -Tal vez al principio no parezca tan buena idea, pero yo creo que es una sabia decisión Ash, el querer establecerte para después saber que camino tomar, haz madurado tanto hijito.

-Mamá...- Los colores subieron a su cara.

-Oh! Aun recuerdo cuando eras más chico y siempre te estabas peleando con Gary por todo.- Rió un poco. -Ustedes dos siempre han sido tan buenos amigos.

-Uhm!- Hizo un puchero molesto y se cruzo de brazos. -Ese tonto presuntuoso no es mi amigo.

Delia solo pudo reír. -Oh! Ash... ¿Cómo puedes decir eso? Antes no te despegabas de él.- Ante eso las mejillas de joven ardieron. -De echo decías que cuando fueran grandes se iban a casar.- Rió aun más recordando que cada vez que su pequeño decía eso, el castaño solo se ponía rojo.

-MAMÁ!- Exclamo avergonzado y algo molesto. -Tenia cinco años!!- Su cara no podía estar más roja y encima su Pikachu se reía a carcajada abierta. -Gracias por apoyarme!- Le reclamo a su criatura amarilla.

-Vamos, Ash... no es para tanto.- Le sonrió con calma hasta que su hijo se tranquilizo. Miro hacia la ventana. -Oh! Mira.- Se levanto y se colocó frente a la ventana seguida de su hijo de ambos pokemóns. -Girasoles...- Exclamo viendo un pequeño grupo de girasoles que crecía en el patio trasero. -¿No son hermosos?-

-Si, en verdad lo son...- Respondió sin quitar su oscura mirada de las flores.**

Las lagrimas parecieron acabarse, como si sus ojos se hubieran secado; los sollozos se silenciaron, pero el dolor seguía allí, latente y consistente. Quería dejar de sentirse de esa manera, sabia que su vida tenia que continuar... ¿Continuar? Si, pero... ¿Hacia donde? Ya había dejado atrás lo de ser un maestro pokemón y ahora no cambiaria de opinión; no lo quedaba más que regresar a casa y... y ver que sucedería después. Se incorporo pero no se levanto, aun no estaba tan seguro de irse, quería quedarse un poco más.

¿Qué hora era? Saco un celular rojo de tapa con el símbolo de una pokebola en la parte de atrás y en una esquina de la parte de enfrente, del aparato colaba una pequeña figurilla de un Pikachu de plástico. El aparato había sido un regalo de su madre por sus 16 años, aunque se lo tuvo que dar recién que llego. Apretó uno de los botones laterales del aparato y la pantalla exterior se ilumino dejando ver un fondo con la imagen de un Pichu sacando la lengua y los números que indicaban la hora, 1:40 ¿Tan tarde era? Realmente había perdido la noción del tiempo. Volvió a guardar el aparato en su bolsillo.

-Ash...- Una voz ligeramente grave sonó detrás de él.  Se paralizo al reconocer la voz.

-¿Gary?- Dijo aun sin creerlo. ¿Qué hacia él aquí? El profesor Oak le había dicho que estaba en la región de Sinnoh por investigación y tardaría mucho en regresar.

El moreno escucho como los paso del castaño se acercaban a él y de inmediato se volvió a colocar sus lentes oscuros para evitar que viera el rojo de sus ojos.

-Hola Ash.- Se detuvo detrás del joven Ketchum que se puso de pie y lentamente se giro para encararlo. -Yo... ¿Cómo estas?

Los ojos castaños oscuros observaron con atención al peli corto, analizándolo con la mirada; un poco más alto que él, como por media cabeza, su cabello castaño lo mantenía igual, con el mismo corte pero ligeramente más largo, su cuerpo era cubierto por una chamarra negra y unos pantalones del mismo color, lo único que salía de la gama de negros era la bufanda azul oscura.

-Si solo vienes a fastidiar, Gary no es un buen momento.- Desvió la mirada.

-No vengo a fastidiarte, no vengo a desafiarte a un duelo, si es lo que crees, solo vengo a ver como estas.- Se acerco un poco al moreno. -Me entere de lo que paso y viene enseguida.

-No tenias que hacerlo, Gary y... realmente apreció que no vegas con intención de fastidiar.- Sonrió un poco, de manera imperceptible.

-Cuando me entere, yo...- Inhaló y exhaló con fuerza. -Estaba preocupado por ti.

-Vamos Gary, no tienes que ser condescendiente.- Dijo sin creer las palabras dichas por el castaño.

-Lo digo en serio.- Lo miro con insistencia pero el moreno no le devolvió la mirada. -No se que pienses de mi, Ash, pero no soy desalmado sin corazón o una persona incapaz de sentir si eso es lo que crees.- Ketchum pudo identificar cierto tono dolido en su voz.

-Yo... lo siento, se que no eres así, es solo que...- Se mordió el labio inferior.

-¿Qué?- Alzo la ceja con curiosidad.

-Es algo difícil creer que te preocupas por mi... después de todo somos rivales.- Por alguna razón, le sonó estúpida esa excusa.

-Bien.- Soltó en un suspiro. -Supongo que tienes razón. ¿Qué te parece si lo intentamos de nuevo?- Espero hasta que Ash lo mirara. -¿Amigos?- Le estiro la mano en señal de amistad.

Observo con atención la mano y después al que se la ofrecía, puede sonar extraño pero la idea de ser amigo de Gary le hacia sentir un poco mejor. -De acuerdo.- Sonrió levemente y estrecho la mano del castaño; pudo sentir como algo se movía en su interior pero no supo descifrarlo.

-Ahora si...- Sonrió de la manera más cálida que pudo. -¿Cómo estas?- Inclino un poco su cabeza.

-No... no lo se...- Respondió con titubeos.

-Ash.- Estiró la mano y tomo los lentes de Ash para después quitárselos con un movimiento suave. -Realmente, lo siento...- Guardo los lentes en uno de sus bolsillos y después coloco sus manos sobre las mejillas del moreno y con ambos pulgares elimino los rastros de lagrimas.

-Yo...- Cerro los ojos y coloco sus manos sobre las de Gary, su corazón empezó a acelerarse y después el color subió a sus mejillas. -Gracias.- Alejó las manos del castaño con suavidad y nerviosísimo, no entendía el porque de esas reacciones.

-Deberías descansar.- Se alejó un poco. -Ven, te llevo a tu casa.- Le ofreció con una sonrisa.

-Yo...- Miro de reojo la tumba.

- Vamos, Ash, se ve que necesitas descansar...- No logro que lo viera. -Por favor.- Su voz sonó algo desesperada.

Ketchum lo miro con curiosidad ¿Y ahora que le pasa a Gary?

-De acuerdo, supongo que tienes razón.- Empezó a caminar junto al castaño. -Ven Pikachu.- En cuanto fue llamado, el pokemón amarillo corrió hasta saltar a los brazos de su amo.

El silenció se hizo bastante pesado, Ash sentía la insistente mirada de Gary sobre él y por aluna razón eso lo ponía nervioso.

Sin saber muy bien que hacer, se limitaron a caminar en silenció hasta llegar a un vehículo deportivo negro. Gary le abrió la puerta al pelinegro que se había sumido tanto en sus pensamientos que no noto ese gesto por parte de Gary.

El castaño se subió del lado del conductor y arranco el coche.

Durante el trayecto, Ash se limitaba a ver el paisaje y Gary a mirarlo mientras se mordía el labio inferior; había tantas cosas que quería preguntarle pero no podía, al menos no por ahora.

-Aun no lo se.- Soltó de repente el pelilargo sin voltear a mirar al castaño. -No se como me siento...-

-Quizá dormir un poco te relaje y te aclare la mente.- Respondió con amabilidad.

-Si, quizá es...- Su voz fue interrumpida por un bostezo, la verdad era que si estaba muy cansado. -... es ayude, dormir un poco.- Se acurruco un poco en sus asiento y poco a poco el sueño se fue apoderando de él hasta que lo dejo completamente dormido.

El joven Oak observo al pelilargo dormir con un Pikachu de igual forme en su regazo. No pudo evitar el estirar una mano y acariciar los oscuros y suaves cabellos del chico.

-Realmente has cambiado mucho, Ash...- Dijo suavemente para no despertarlo para sonreírle de manera única.

Notas finales:

S*W*: ¿Les gusto? o.O

Ash: Por supesto que si! n_n

S*W*: ¿Lo dices en serio, Ashy? (con lagrimas en los ojos)

Ash: SI!!!!

S*W*: Oh! Ashy! (Lo abraza fuertemente)

Gary: Ey! TU! Idiota! Sueltalo! o_Ó

S*W*: Tranquila Gary-chan n_n

Gary: ... ¿Como fue que me llamaste? u_ú#

S*W*: n_nU Eh ... jejeje

Gary: Voy a matarte! o_Ó#

Ash: Gary! No!

S*W*: n_nU beuno... antes de irme me encantaria pedirles que... ME DJEN REVIWES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Se acepta cualquier comentario, sugerencia, critica...

Gary: Yo voy a darte un comentario y te lo voy a meter por donde no llega la la luz del sol o_Ó#

S*W*: O_OU

 


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