Un rubio se despertaba agitadamente, sentía que se olvidaba de algo... o más bien de alguien..
- No importa, después me acordaré - dijo tras un pesado suspiro, la noche anterior no había dormido bien... pero aun estaba medio dormido y no se acordaba el por qué
Miró a su costado y ahí no estaba su baka, cosa extraña, ya que era sábado y los sábados el pelirosa aprovechaba que no tenía que ir a NG para pasársela durmiendo abrazado a su rubio escritor, pero esa mañana no estaba allí
El rubio se encogió de hombros, seguramente se había marchado a casa de Nakano. Buscó en su mesita de noche sus cigarros y se sorprendió al encontrarlos allí, ya que el pelirosa siempre cuando se levantaba se los escondía para que no andara fumando a esas horas de la mañana
Dejó la cajetilla de cigarros en la mesita de noche nuevamente y se dirigió al baño con intención de darse una ducha para así despabilarse. Al hacer contacto con el agua fría las imágenes de la noche anterior se le vinieron de golpe a la cabeza
Pero claro! El pelirosa se marchaba de gira por América esa mañana y lo había intentado convencer al escritor de que lo fuera a despedir... el rubio le había dicho que no y el pelirosa se había sentido lastimado. Pero el escritor si que lo iba a despedir, solo quería que fuera una sorpresa
El rubio salió rápidamente del baño con solo una toalla amarrada a su cintura y busco las pertenencias de Shu, sin encontrar nada... ni sus prendas, ni sus mangas, ni ningunas de sus tonterías; solo una carta con su nombre
Yuki:
Siento haberte presionado para que me vengas a despedir y lo demás que hice mientras convivíamos bajo el mismo techo. Creo que me acerqué a ti pensando en que te podría cambiar y serías cariñoso conmigo... no sé que me hizo pensar eso.
Me marcho de gira para América, como ya sabes, y cuando vuelva me dedicaré a buscarme un departamento... no quiero ocasionarte más problemas.
Sabes que te quiero mucho, es por eso que me marcho... no quiero molestarte más y hacer que me termines odiando.
Siempre te amaré.
Atte. Shuichi
El rubio arrugó la carta en sus manos. El no pensó que su pelirosa terminaría interpretando todo así, solo pretendía darle una sorpresa.
Miró el reloj, las 9:30 AM, el avión de Shu partiría a las 10:00... tenía poco tiempo. Corrió a su habitación y se vistió a las apuradas, tomó las llaves de su coche y se encontró esperando el elevador. Tocó varias veces el botón, sin embargo este no subía. Maldiciendo corrió por las escaleras, ya que estaba en un 7 piso... solo a él se le podía ocurrir mudarse a otro departamento en un 7 piso!!!
Me desperté llorando,
soñé que no volvías,
que no llegaba a tiempo quizás,
quizá a tu despedida.
Se subió a su auto y arrancó haciendo que las ruedas chirriaran, miró el reloj una vez más, 9:40, rezó por que no hubiera tráfico
A los 2 minutos comenzó a sacar conclusiones, o Dios no existía o este lo odiaba... nunca había visto al tráfico tan denso
- Me odias con toda tu alma, no es así? - susurró mirando al cielo con humor de perros
Luego de 10 minutos, de haber tocado bocina y haber dicho todas las groserías que se sabía, se vio librado del transito y, pisando a fondo el acelerador, se dirigió al aeropuerto
15 minutos más tarde se encontró saliendo del coche, dejándolo mal estacionado, y corriendo hacia la puerta del aeropuerto.
Corrió y corrió, sin embargo ni rastros del pelirosa
- Disculpe señorita - habló agitado - el vuelo de las 10:00 hacia América?
- Déjeme ver - contestó sonrojada al comprobar que no era nada más ni nada menos Yuki Eiri quien le estaba hablando para luego teclear algo en su computadora - Oh, lo siento señor pero ese vuelo partió hace 5 minutos
Al rubio se le fue el color del rostro y con un desganado "gracias" se fue a sentar en una de las bancas.
El pelirosa se había marchado... se había ido de gira, durante 4 largos meses, malinterpretando las cosas y no volvería con él. El escritor soltó lágrimas y con una mano se tapó el rostro, la había jodido... esta vez si que la había jodido
Las lagrimas saladas,
mojaban mis mejillas,
mi carita empapada,
los sueños,
los sueños que morían.
Con desgano se dirigió a cu coche y se encontró con un papel verde en su parabrisa que decía "Multa de 50 dólares por mal estacionamiento", hizo un bollo el papel y lo metió en uno de sus bolsillos... luego se encargaría de eso, ahora no estaba de humor como para que alguien le reclamara o sermoneara. Prendió un cigarro y se subió al auto, este sería un largo día
A la vuelta se estaba largando a llover y no había muchos autos, parecía que lo estaban cargando... esperaba que pronto un hombre salga y le diga "Esta es una joda para Videomatch" (1) y aparecería Shu, el lo llamaría baka y volverían a casa felices, pero no... ningún hombre aparecía y el pelirosa no estaba con el, estaba de gira en América
Te siento en ese beso
que no fue
te siento en las ausencias
te siento en los escombros
de este amor
que me llenó de pena
Te siento en el olvido
Te siento en el recuerdo
Te siento en cada parte
te siento en todo el cuerpo
Los días fueron pasando, convirtiéndose en meses y el no podía llenar el vacío que le había dejado su pelirosa, ni siquiera la escritura le había ayudado a olvidarlo... cada línea, cada párrafo hablaba de la agonía que sufría al no estar junto al tonto niño de cabellos rosados... a qué punto había llegado a amar a ese pelirosa? Esperen un segundo... amar? …l, Yuki Eiri, el príncipe de hielo... se había en realidad enamorado? Si, aunque no lo quisiese admitir aquel ángel de ojos violeta lo había cautivado con su inocencia, con su hiperactividad, incluso con sus tonterías.
Amaba hasta cada pequeño detalle y rincón del cuerpo de ese niño, porque sí era un niño para él aunque el tiempo había dictado lo contrario... el pelirosa había cambiado, en apariencia claro está... la actitud del chico seguía igual y nada ni nadie podría cambiarlo mientras cierto escritor estuviera a su lado
El rubio se había decidido a arreglar todo cuando el pelirosa volviera. Hablaría con él y si todo saldría bien se casarían y nunca más nada ni nadie los separarían
Prendió el televisor y allí estaba su pelirosa. Estaban pasando unos fragmentos de los tantos recitales que había hecho.
Se veía como siempre, lleno de vida, transmitiendo todos sus sentimientos mediante sus letras, que aunque el escritor criticara, las escuchaba día a día pensando que su pelirosa estaba junto a él cantándoselas
No importaran las formas
Ni la piel que te pongas
Ni cuando donde y como?
el nombre
el nombre que te nombra
El escritor abrió los ojos dándose cuenta de que se durmió en el sillón mientras miraba a su pelirosa, miró el reloj y apagó el televisor que ya había dejado de transmitir debido a la hora. Se levantó y con un bostezo se dirigió a su habitación, ya había terminado con la novela así que no tenía nada que hacer. Se recostó en la cama y nuevamente pensando en su pelirosa se quedó dormido
Se encontró en un lugar en donde estaba todo nublado, no podía ver otra cosa que no fuera él mismo. De repente una risa se empezó a escuchar... una risa que le era muy familiar, acaso no era...
- Shu? Eres tú Shu, no es así?
La risa se seguía haciendo escuchar en cada rincón del lugar mientras un desesperado rubio corría intentando hallar al portador de aquella risa
De pronto, el rubio se incorporó sudado... un sueño, solo eso había sido? Anhelaba tanto que su baka estuviera a su lado que ya estaba empezando a alucinar y tener sueños raros. Se tocó una mejilla, extrañado, comprobando que por ella unas lágrimas habían descendido
- Demonios - susurró encabronado
Se levantó de la cama y se fijó en el calendario, el día estaba marcado con rojo... y eso por qué? Demonios, no le hacía bien dormir poco porque si no al otro día no recordaba nada. Se dirigió a la ducha y abrió el grifo de agua fría, dejando que el agua limpie las lágrimas que habían caído anteriormente.
Abrió los ojos de repente, como lo había olvidado?! Ese era el tan esperado día en que su pelirosa volvía
Porque se que estas cerca
te siento en carne viva
me desperté llorando
y supe
y supe que hoy volvías
Salió corriendo de la ducha, igual que 4 meses atrás cuando había olvidado que Shu se iba, y se vistió rápidamente. Miró el reloj, 10:45, el pelirosa llegaría a las 11:30 pero no se permitiría otra vez llegar tarde... ah no señor, eso de nuevo no le pasaría!
Se subió al coche y viajó lo más tranquilo, ese día no había tráfico... al fin un día la vida le sonreía. Llegó al aeropuerto alrededor de las 11:20, todo marchaba bien.
15 minutos después miraba atentamente a los pasajeros que habían bajado del avión en el que su Shu había viajado. Pronto entre la multitud pudo notar algo rosado, era el baka... SU baka
- Yu... Yuki? - preguntó sin podérselo creer el pelirosa
- Quién más? - dijo el rubio burlón con una gran sonrisa en su rostro
- Yukiiiii! - se le abrazó - pensé que no me querías más y que me abandonarías - soltó entre lagrimitas
- Si que eres baka, malinterpretaste todo... - le da un beso apasionado
- Ejem ejem... Shu, sé que estás ocupado pero a menos que quieras que una multitud de fans se den cuenta que Bad Luck y Yuki Eiri están en el aeropuerto, creo que es hora de irnos - dijo un cansado Hiro
Un sonrojado pelirosa y un encabronado escritor se separaron y muy a su pesar asintieron
Te siento en ese beso
que no fue
te siento en las ausencias
te siento en los escombros
de este amor
que me llenó de pena
Te siento en el olvido
Te siento en el recuerdo
Te siento en cada parte
te siento en todo el cuerpo
Cuando llegaron al departamento que ambos compartían, el escritor ayudó a guardar a Shu todas sus pertenencias y luego se sentaron en el sofá... sin decir nada, solo el pelirosa apoyando la cabeza en el pecho de su amante con los ojos cerrados
- Yuki, te extrañé mucho
- Yo también baka... pero aun me debes algo - una sonrisa pervertida se formó en el rostro del escritor y se lanzó sobre del pelirosa
- Espera Yuki! Ahora no, estoy cansado! - gritaba mientras un rubio pervertido le quitaba la ropa
- Ahhh no! 4 meses de abstinencia son suficientes para mí, baka. Tendremos que recuperar todo el tiempo perdido - decía en tono meloso
- Yukiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Te siento en todo el cuerpo...