Hola de nuevo. Sí lo sé, es una estupidez decirlo de esa manera, pero es que no encuentro otra forma para comenzar.
¿Comenzar que? Es una buena pregunta, aunque lamentablemente no tengo una respuesta porque ni yo lo sé.
En estos momentos solo camino, sólo, camino a tu lado, ya se nos ha hecho una costumbre salir como amigos cuando no hay trabajo, caminar de arriba para abajo hablando de cosas sin sentido, no sólo nosotros dos, sino todos nuestros compañeros y amigos; y sin embargo, no entiendo una cosa…con tanta gente a mi alrededor ¿Por qué me siento tan solo? Te preguntaras que coño hago cuestionándote esto a ti, bueno, muy simple, eres la única persona que tengo en mente en estos momentos, y no solamente ahora, sino siempre.
Hace un tiempo te dije que te amaba y tu lo hiciste también; sin embargo hace ya varios años de ello. Ahora después de todo lo que ha pasado ¿Qué hay de ese amor?, ¿lo recuerdas?
Cuando todo comenzó nuestro amor era torpe, inseguro e inmaduro y pese a todo, nuestros lazos eran débiles, por el temor. Temíamos perderlo todo y a todos, estábamos colgando de la cuerda floja, sí, recuerdo ese sentimiento muy bien.
Esa inseguridad e inmadurez fue lo que nos destruyó ¿no es cierto? Cuando más lo necesitábamos, ninguno de los dos luchó y nuestro amor fue atado, jurándonos en silencio que no saldría a la luz de nuevo, jamás.
Encerrando los recuerdos que durante mucho tiempo fueron nuestro tesoro, pero que en esos días eran las dagas más frías y afiladas que se clavaban sin piedad en nuestra mente y corazón.
Tantos días sin verte a la cara, evitando a toda costa cruzar miradas y buscando refugio en otro lugar que nunca llegó a ser suficiente. No lo recuerdo muy bien, pero puedo jurar que fueron alrededor de dos semanas sin poder conciliar bien el sueño. ¿Qué fue de ti esos días? Jamás lo pregunté, por miedo a tocar ese tema que tanto daño nos causó.
Y fue en esos tiempos que a nuestro alrededor ellos se dieron cuenta. La necesidad nos hizo correr a sus brazos y contarles nuestro dolor buscando una sola y simple palabra de consuelo. Grande sorpresa fue el descubrir que lo entendían y poco les importaba lo que fuéramos. Al contrario nos animaron a seguir adelante. A luchar.
Esa, puedo decirlo con seguridad, fue la primera vez que sentí como mi débil y quebrantado amor comenzaba a madurar y ser restaurado. Pero aun así dudé, mi frágil y confundido mente me impedía tomar una decisión y hasta hoy me sigue causando muchos problemas.
No se recuerdas como era yo cuando nos conocimos. Si sonreía era solo por inercia, por intentar ocultar mi verdadero rostro y pocas veces lloraba ante alguien, ni siquiera lo hacia ante mi mismo.
Tan devastado y solo que únicamente buscaba y rogaba por que la muerte llegara por mi, haciendo todo lo posible por que eso sucediera. Pero ustedes me sacaron de allí, sobre todo tu y ellos dos, que nunca se alejaron de mi lado, por dura que fuera la batalla, me libraron de esa oscuridad que me ahogaba hasta el alma y me impedía ver que aún había cosas en la vida por las que valía la pena luchar.
Soy débil, siempre lo he sido, me rindo muy fácilmente porque siento que es inútil luchar cuando desde el inicio el camino se observa sumamente doloroso y difícil. Pero tú me has ayudado a seguir adelante, hasta ahora.
¿Pero quien soy yo para venirte a aburrir con toda esta cháchara? Aunque…¿realmente te aburro? Es decir, no me oyes ni siquiera sabes que todo esto pasa ahora mismo por mi mente.
Caminas tan abstraído con a charla de los demás que no te has percatado de que sujeto fuertemente el cordón de tu chaqueta por miedo, ¿a que?, a que te alejes nuevamente de mi. Sí, por que a eso se ha reducido todo.
Aun con lo que hemos vivido y todos estos años que hemos pasado aprendiendo el uno del otro, somos tan inmaduros. Incluso nuestra reconciliación no llegó a mucho. ¿Aunque fue realmente una reconciliación? Me insististe y yo me negué, muchas veces, diciendo que todo había sido un error y cuando por fin me di cuenta de que tenías la razón y acepté, todo volvió a la normalidad.
Nos veíamos de ves en cuando, charlando de cosas triviales, jugando con nuestras manos y viviendo a escondidas del mundo, pero dime, ¿realmente todo había vuelto a la normalidad?
Al principio todo estaba bien, me bastaba con estar contigo unos minutos o unas horas y aunque te despidieras al tiempo y te fueras por muchos días antes de volver a aparecer ante mi yo me sentía bien.
Pero lo lamento, ni siquiera yo recuerdo cuando paso, no me di cuenta, es solo que la inseguridad se estacionó en mí.
Empecé a comparar todo, el tiempo que antes me dedicabas, las horas al teléfono, los días de escape juntos, cada detalle, con el corto tiempo y las contadas charlas que mantenías en esos momentos.
Y me di cuenta que no me era suficiente, que me faltaba más, que me faltabas tu en demasía. Y no solo eso, sino que comencé a sentir celos, de todo a tu alrededor, por que para mi, todo estaba comenzando a ser mas importante para ti que yo mismo y la sola idea me asustaba.
Te reprochaba con miradas, con mensajes, incluso con acciones, pero siempre en silencio, el que me degradaras en tu corazón. Y fue cuando lo entendí, después de pensarlo una y ora vez, de discutir contigo innumerables veces por cosas absurdas y sin sentido, de lanzarte indirectas que jamás recibieron respuesta, entendí que no era que estuviera dejando de ser importante para ti, sino que era yo mismo quien había dejado de sentirse importante para ti.
Podrás jurarme ahora que yo nunca deje de importarte tanto como en el pasado, pero mentirías y lo sabes. Tu mismo lo dijiste tiempo atrás, que el amor nos había cegado, y que después de abrir los ojos todo se veía diferente.
Nunca deje de ser importante, es solo que otras cosas y nuevas personas entraron a tu vida y a tu corazón y mi lugar tuvo que ser compartido con ellos.
¿Y sabes algo? Muchas veces intenté que pasara eso, que llegara alguien que te sacara de mi mente y de mi corazón y de esa forma seguir adelante, como tú lo hacías. Pero fue demasiado para mi, mientras trataba de alejarte mas me acercaba a ti, mientras trataba de borrarte de mi mente, mas pensaba en ti y termine de esta forma, patético y desdichado, con nada mas en la cabeza que tu solo nombre y tu solo ser.
Esperando que tengas tiempo para dedicármelo a mi, y aprovecharlo al máximo, haciendo locuras tan solo para que me mires y saber que aun te preocupas por mi, tratando de llamar toda tu atención y sentir, otra vez, que solo eres para mi, aunque se y tu también lo sabes, que no es así, ya no.
Y vuelvo a lo mismo, camino a tu lado, lo mas pegado a ti que puedo, pero aun asi parece que no me ves, no se si es mi imaginación o simplemente ya se trata de una obsesión, pero cada día que pasa siento como te alejas más. No se que pasó a nuestras vidas.
Todo nos separa y me doy cuenta de ello, por que aunque trato de ignorarlo es imposible. Realmente no se cuanto tiempo pasara antes de que te pierda completamente y no quiero pensar en ello, de solo hacerlo me deprimo de sobremanera al instante y siento como caigo de nuevo, aunque sabes algo, ya no es a ese vacío sin final, puesto que ahora se que hay alguien que siempre va a amarme y que ha estado allí desde el principio, que pese a todo nunca me ha dejado solo y siempre me ha dado palabras de apoyo. Mi padre, aquel que está en los cielos.
Pero mira, soy un idiota, ya estoy llorando y ni siquiera me había dado cuenta que ahora todos me miran preocupados, tu desde atrás. ¿Cuándo llegaste allí si hace unos minuetos estabas a mi lado?, ¿Cuándo te soltaste de mi agarre?, ¿acaso será así cuando te pierda, tan rápido que ni siquiera sentiré cuando te alejes? Tienes razón al llamarme idiota, tonto o todo eso que me dices, lo soy, un idiota enamorado y lo peor, un débil.
Sabes algo, hay una cosa que nunca te perdonare, que me hayas quitado las ganas de morir, que hayas alejado ese valor. Ahora mismo soy tan débil y estúpido que aunque lo deseo con toda el alma no soy capaz de quitarme la vida. Y soy aun más idiota porque he arruinado el paseo de todos, y ahora lloro en brazos de ella, como un niño que ha roto su más preciado juguete. Sí, ella, mi gran amiga, mi consuelo desde que te perdí. Y al parecer sabe perfectamente por que lloro. ¿Tan obvio soy?
- ¿Pasa algo malo? - Preguntan todos a mí alrededor, pero solo hipidos y sonidos cortados salen de mi boca.
Me avergüenzo de mí. ¿Pero ves? Todo es tu culpa, por que te tengo en mi cabeza a cada instante, porque no hay nada ni nadie que te saque de mis pensamientos ni por un segundo y lo peor de todo es que solo puedo pensar en el momento en que te perderé.
- Ven conmigo - Me separas de ella y tiras de mi brazo alejándome de todos mientras yo sigo llorando sin detenerme un solo instante.
Que patético debo de verme. Me arrastras hasta un callejón no muy visitado y me arrinconas contra la pared. ¿Qué pretendes mirándome de esa forma?, ¿hacerme llorar aun mas fuerte?
- ¿Qué te sucede? -.
Que pregunta tan estúpida, pero lo olvidaba, tu sentido de la percepción es casi nulo. Sonrío un poco al pensar en ello, pero da igual, mi dolor es aun mas fuerte. No me mires de esa forma, no diré nada, por que aunque quiera no puedo.
Y el silencio apoderándose de nosotros de nuevo. Como lo odio. Odio ese estúpido silencio, que se posiciona de nosotros una y otra vez, recordándome que ya nada nos une.
Si, a esa conclusión llegue hace mucho, por que en ningún momento se reparó nuestra relación. ¿Que somos ahora? Me has preguntado es muchas veces, y la respuesta es: no lo sé. A decir verdad ni siquiera tu lo sabes, realmente creo que no hay respuesta.
¿Somos amigos? No, por que yo me siento mas para ti que un simple amigo.
¿Somos amantes? No, por que nuestro amor ya no es el mismo.
¿Qué somos? Solo dos idiotas, inmaduros, indecisos y débiles. ¿O acaso solo yo debo incluirme en esta descripción?, ¿ Que opinas tu?
Por que yo te amo y me preocupo por ti, quizás no siempre lo demuestro abiertamente por que simplemente no se que de otras formas hacerlo. Pero, ¿tú me amas? Se que me quieres y se que te preocupas por mi, o al menos de eso se ha dado cuenta mi corazón.
Las veces que te importa poco donde o con quien estés y me buscas para saber si me encuentro bien me lo demuestran. Las veces que me lo dices al teléfono me los demuestran, tu preocupación por mi persona, pero… ¿Qué hay del amor?, ¿me amas tanto como antes? No. Se que me amas, hasta cierto punto, lo se. Tú me lo has dicho, quizás no tantas veces en persona como lo requiere mi corazón para estar bien, pero me lo has dicho.
Quizás no se trata de que no me ames, tal vez solo no me amas tanto como yo a ti o quizás no me amas de la misma forma en que te amo yo a ti, o… ¿No es eso? Tal vez me amas de la misma forma que yo a ti pero nuestras formas de amar y facilidades de demostrarlo son diferentes. No lo se, realmente no lo sé, mi cabeza es un lío. Siempre lo ha sido y creo que moriré así.
¿Lo recuerdas? Tienes una neurona en tu cabeza y yo solo poseo una en la mía. Ambas me pertenecían, pero te transplante una para estar conectados, sin embargo, como eran una pareja que se amaba, la tuya murió de tristeza y la mía se suicido. Una tontería muy grande, pero eso explicaría mi falta de inteligencia.
- ¿No me responderás? - Insistes.
Hace unos minutos que deje de llorar, o al menos eso parece, levanto el rostro para mirarte fijamente. Tienes el ceño fruncido pero tus ojos reflejan preocupación.
- ¿Me amas? - Cuestiono con la poca voz que logra escapar de mis labios, pero muy firmemente. Me miras con dudas al respectote mi pregunta.
- ¿Tu que crees?...es estupi…- Interrumpo tus palabras colocando mi mano sobre tus labios.
¿Qué no entiendes nada? Eres muy lento, lo sabias. Necesito que lo digas, aunque sea por última vez.
- ¿Me amas? - Pregunto de nuevo soltando tus labios.
Guardas silencio durante varios minutos y sin aviso alguno, tomas mis labios con los tuyos, sin dejar de mirarme fijamente a los ojos y acorralándome como si fuera tu presa contra la pared. ¿Cuánto tiempo podemos estar así? No mucho tiempo, lo sé. Sueltas mis labios y sujetando mi rostro entre tus manos chocas tu frente contra la mía.
- Claro que te amo - Sueltas regalándome una sonrisa, que se que solo es para mi - Ahora deja de llorar y vámonos - Te das media vuelta.
Gracias. No se que pase en el futuro, cuanto tiempo me quede para disfrutarte o cuanto no tiempo compartiremos un lugar en este mundo, pero ahora me basta con esas palabras.
Salto sobre ti, dantote un gran abrazo, que desde tiempo atrás necesitaba. Te das la vuelta encarándome sorprendido por tal acción, pro correspondes a mi gesto y acaricias mi cabeza tiernamente mientras yo te regalo una sonrisa.
Y poniéndonos de pie volvemos a donde los demás nos esperan. Deben estar preocupados así que les mostrare mi mejor sonrisa. Sincera, como las que tu me enseñaste a usar.
Quizás nunca te diga todo esto que estoy pensando, o tal vez si, pero por ahora solo tendré algo en mente. Te amo, como a mi padre que esta en cielo a quien amo por sobre todas las cosas y como a mi familia y amigos en la tierra y te amare por siempre. Por que hoy, y ahora, tu eres mió. Eres Mi Yuu Kanda. SOLO MIO.
Te amo - Rabi.