SOLO ESTA NOCHE
Yu gi oh
Seto – Joey
Shinigami Ely chan
La soledad era la dama que predominaba esa noche sobre las frías calles por las que caminaba. Sabia que estaba mal, que no debía acudir a esa cita, sin embargo su corazón se lo exigía mas que al aire mismo.
Pronto noto su objetivo, un lugar demasiado llamativo para esa zona pero con la exclusividad y privacidad de cualquier hotel de 5 estrellas.
- Buenas noches – saludo amablemente a la recepcionista que de inmediato le reconoció y le entrego un juego de llaves sin mediar palabra alguna – Gracias - respondió antes de desaparecer por las escaleras – 12 – repitió en voz alta el numero que se encontraba en aquel juego de llaves antes de abrir y encontrarse con la imagen del culpable de sus actos.
- Llegas tarde – escucho la voz varonil y perfectamente modulada de la persona que se encontraba dentro de la habitación recostada en actitud desenfadada y con la corbata floja.
- Tengo una vida sabes – respondió con molestia ante el reclamo del joven castaño que le miraba desafiante mientras el retiraba su gorra dejando ver sus cabellos rubios y la gabardina de sus hombros.
- Desgraciadamente lo se – respondió con igual molestia el joven recostado en la cama – Pero solo seria cuestión de que tu …
- No podría hacerlo – respondió con melancolía al recordar el principal obstáculo en su vida – Ella a sido muy buena con nosotros.
- Ven aquí – escucho un intento de comprensión en la voz de su interlocutor mientras este elevaba su mano pidiéndole ir hacia el.
- Por que dejamos que pasara esto? – pregunto el recién llegado mientras buscaba acomodarse sobre el pecho de aquella persona.
- Aun no lo sabes? – acariciando sus cabellos rubios – Por ambición – notando la mirada de desconcierto que le dirigían – No me mires así, sabes que tengo razón – retirando el cuerpo encima suyo para sentarse al borde de la cama – Tu querías lo que nunca tuviste.
- Una familia – escucho como respuesta antes de que su acompañante también se levantara de la cama – Y tu?
- Yo… apoyando sus codos en sus rodillas y bajando la cabeza - Yo solo quería mantener mi estándar de “hombre exitoso” - termino la respuesta con sarcasmo.
- Eres un hombre exitoso, tienes una gran empresa – acercándose a ese joven que ahora le daba la espalda y permanecía con la cabeza baja – Tu hermano es uno de los mejores estudiantes de su universidad gracias a que tu siempre pudiste apoyarlo – colocándose frente a el – Tienes una hermosa e inteligente mujer tu lado – dejando que recargara su cabeza sobre su abdomen – Y pronto serás padre del niño mas afortunado de este mundo – sonrió con ironía al recordar que el estaba en una situación similar.
- Y de que sirve eso cuando lo único que necesito para ser feliz no lo tengo a mi lado? – le pregunto mientras levantaba su rostro y confrontaba sus miradas – De que me sirve ser el maldito dueño del mundo si siempre terminamos aquí – levantándose y elevando sus brazos para mostrar las cosas que les rodeaban – Encerrados en esta maldita habitación de hotel durante 2 o 3 horas a la semana - dímelo? – pidió con algo de irritabilidad en su voz – dime de que sirve si no puedo tenerte? – pregunto cansado antes de dejar caer su cuerpo en la cama con los ojos cerrados.
- Eso es mentira – sonrió de manera tierna ante el repentino ataque de egoísmo demostrado – Sirve de mucho que tengas todo ese poder en tus manos – colocándose sobre su abdomen con las piernas a cada lado de su cadera – Por que es gracias a eso el mundo te admira – depositando un beso en su frente – te envidia – descendiendo por sus mejillas – te idolatra como si fueras un dios – depositando un beso casto sobre sus labios – Pero sobre todo… – descendiendo sus labios hasta su oído – es gracias a eso que podemos estar aquí, tranquilos y sin que nadie nos moleste – mordiendo ligeramente el lóbulo.
- Detente – pidió al sentir que el rubio comenzaba a mover sus caderas.
- Por que? – elevando su rostro para mirarle – No te gusta? – pregunto con coquetería mientras retiraba la camiseta que portaba y dejaba ver su piel blanca.
- Por que juegas conmigo cuando trato de hablar en serio? – murmuro con algo de molestia el joven que estaba debajo de el.
- Yo no juego – deteniendo su movimiento – Pero de estas cosas podemos hablar siempre que nos vemos en la oficina – acercando su rostro hasta el de el – Pero – rozando ligeramente sus labios – Solo tengo este par de horas para demostrarte cuanto te…
Sus palabras se vieron interrumpidas cuando el joven frente a el había tomado sus labios de manera posesiva y asfixiante, demandando el dominio. Dominio que el cedió con gusto cuando sintió que era elevado de su lugar en las caderas de su amante y depositado con suavidad en la cama.
- Sabes que esta noticia valdría millones – intento bromear mientras su pareja se desprendía totalmente de la corbata y la camisa de marca que siempre utilizaba – Los reporteros morirían por saber que no es la primera… - guardo silencio al sentir como su boca descendía por su cuello y pecho estimulándolo – Eres todo un demonio – susurro al notar la mirada lujuriosa que mostraba el castaño mientras retiraba sus pantalones – Un demonio por el que daría mi vida – alcanzo a murmurar antes de lanzar un gemido ahogado cuando sintió como su miembro era estimulado sin compasión por los labios del castaño.
- Que deseas? – pregunto mientras una de sus manos continuaba el trabajo iniciado por sus labios y la otra se encargaba de rodear su cintura para colocar de lado aquel cuerpo que temblaba entre sus brazos.
- Deja los juegos – reclamo el rubio mientras giraba su rostro y con su mano sujetaba el de su amante para poder besarle. Un beso hambriento que le permitía degustarse a si mismo… Un sabor extraño siempre lo había dicho, algo salado , pero no desagradable.
- Dime lo que quieres? – exigió aumentando el movimiento de su mano.
- A ti… Pronto… –pidió mientras lograba descender una de sus manos hasta el miembro del castaño para comenzar a estimularlo por sobre la ropa obteniendo un gemido de satisfacción por sus acciones.
- Será como quieras – respondió mientras que la ansiedad del momento le obligaba a liberar su miembro sin desvestirse por completo y colocarlo sobre la entrada del rubio para seguir estimulándolo.
- Hazlo ya – suplico sobre los labios de su amante que sonreía con satisfacción ante sus palabras y comenzaba a entrar en el con lentitud, pues si bien no era su primera vez tampoco usaban ningún lubricante que les facilitara la tarea.
- Sigues siendo estrecho – susurro en su oído mientras esperaba un poco para que su pareja se acoplara y le indicara que podía continuar.
- Y tu sigues siendo un bruto – sonrió un poco mientras observaba como sus facciones cambiaban de sorpresa ante sus palabras a unas de placer cuando comenzaba a mover sus caderas y las palabras eran sustituidas por sus propios gemidos.
El vaivén entre ellos era lento, cadencioso y suave, demasiado tierno para quien les conociera en la vida fuera de esa alcoba. Los besos y las caricias entre ambos eran necesarios para demostrarse la necesidad que cada uno había tenido del otro.
- Quiero verte – susurro en su oído el castaño mientras detenía todo movimiento y sonreía feliz al ver el sonrojo en las mejillas de su pareja que se limito a recorrerse en la cama para que su espalda quedara recostada y de esa manera complacer al castaño – Eres hermoso – dijo antes de besar sus labios y colocarse sobre ese cuerpo que tanto había deseado en ese tiempo.
- Solo para ti – susurro el rubio mientras comenzaba a mover sus caderas para que sus miembros comenzaran a estimularse de esa manera – Esto también es bueno – intentaba hablar el rubio al sentir como le faltaba muy poco para culminar.
- Si eso quieres – respondió el castaño mientras deslizaba su mano entre ellos y se cerraba sobre sus hombrías de manera que aceleraba el movimiento e intensidad del estimulo.
Cuerpos sudorosos, movimientos controlados, gemidos silenciosos y un grito de placer dado por el rubio anunciando su inminente orgasmo marcaban el final de aquel rito entre ambos.
– Lo siento yo no pude detenerlo… - dos dedos sobre sus labios lo silenciaron para que notara que no solo el había alcanzado la culminación con ese estimulo.
- Te amo cachorro – susurro el castaño antes de acostarse a su lado y atraerlo hacia su pecho.
- Y yo a ti – murmuro adormilado por el latido acelerado del corazón del castaño – Seto …
- Tan dormilón como siempre – sonrió con dulzura el castaño de ojos azules mientras notaba como aquel ser que mas amaba en el mundo descansaba sobre su pecho, tranquilo, ajeno a todo lo que detras de esa puerta les impedía estar juntos.
A veces pensaba que había sido un tonto al dejarse guiar por los estereotipos y terminar casado con esa frívola de Ishizu, pero otras como ahora sabia que había hecho la elección adecuada; pues como su cachorro solía decirle, si no fuera por ella y el capital que había aportado a su empresa ellos jamás tendrían la privacidad de este momento.
Aunque siempre quedaba la duda de que hubiera sido de ellos si ninguno hubiera sido tan impulsivo.
- Ah ¡ - suspiro con fastidio. Odiaba esa clase de pensamientos, sobre todo cuando los tenia al lado de su amante – Me pregunto si en algún universo alterno tu y yo seriamos diferentes – susurro con amargura antes de disponerse a dormir junto al calor que había añorado durante esa semana – Seria bueno saberlo – retirando un poco el rebelde cabello de sus ojos – Seguro que es mejor que estar escondiéndonos y seguir mintiendo al decir que será solo esta noche… - Murmuro antes de quedar dormido abrazando a su pequeño secreto.