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THE BLACK ROSE por Yoru Eiri

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Notas del fanfic:

Cualquier parecido con la realidad... puede que sea verdad.

Este fic esta dedicado a Fer (te amo!!) a Ken-chan, Aurora, Yen, Lorena, Phio-chan, Lira, Mena-chan, Livier y todo aquel que disfrute del Haitsu n___n En especial a mi mamá, por enseñarme que la vida no siempre es color de rosa y se tiene sufrir para llegar a lo deseado, gracias y ojala algun dia leas esto.

Bueno para empezar, ya habia subido este fic, pero por alguna extraña razón no se subió con el formato adecuado, y eso me molestó mucho asi que lo eliminé y volví a intentarlo... ah he tenido problemas con esta página así que, no lo se, es que simplemente me frustra demasiado y me estresa que no se suba como yo quiero, es horrible -__- si esto sigue así, será el último fic que publicó aqui!!! que frustrante!!

Un torbellino de ideas le poblaba la mente, y una insatisfacción nefasta le recorría el cuerpo entero.  El olor penetrable del tabaco le dominaba de pies a cabeza y aquella resaca olvidada volvía para recordarle lo miserable que podía llegar a ser al querer sentirse superior.

          ¿Por qué no escapo cuando pudo? Esa era la pregunta usual después de cada noche desperdiciada en vicios. Sólo una melodía le volvía a la cabeza, una melodía que no podía recordar con exactitud. Y los actos que realizaba en las noches, le recordaban en la mañana, que no era más que un humano. El peor humano que jamás hubiese existido en la raza.

             No podía olvidarlo. La culpabilidad de sus actos le llevaba a la peor de las resacas. El pecado que cometía noche tras noche le casaba para no dejarlo ir.        

-Fue hermoso...- la voz femenina que se perdió en el abismo de su alma.     

    Y él con su habitual hábito de deshacerse de la basura, se puso de pie y con sólo un movimiento cogió del suelo las prendas que la chica había perdido en la madrugada. 

        -Lárgate- su voz apagada por el cigarro dio la orden habitual.

         Tiró la ropa de la chica a la cama y se alejó del lugar con una sonrisa cínica en los labios. Era algo que acostumbraba hacer, acostarse con cualquiera para después deshacerse de ella y disfrutar de la agonía provocada.

          Se vistió con las mismas ropas del día anterior y salió ha echar un vistazo para asegurarse de que nadie le reconociera. Salió del hotel en el que se había hospedado para una noche de pasión insatisfactoria y prendió un cigarro.

          -No es nada fuera de lo común- se reprendió en su mente- es normal... 

        Lo disfrutaba; disfrutaba ver el rostro de todas aquellas a las que tomaba sin piedad aprovechándose de su atractivo visual para después dejarlas tiradas en algún rincón. Era algo que cínicamente disfrutaba, podría reír en sus caras al verlas despertar, pero su cinismo aún no llegaba a tanto.

         En el momento de deleite mental, escuchó el vago sonido de su celular. Contestó sabiendo muy bien lo que le esperaba detrás de esa bocina.

         -¡¿Dónde estás Hyde?!

         Escuchó con calma la voz de su jefe en turno, Tetsuya Ogawa, y sonrió para si mismo.

         -Estaba durmiendo- contestó sin malicia- ¿Qué acaso no puedo descansar?

         -¡Eres un demente!- parecía enojado- ¡No nací ayer, estoy lo suficientemente grandecito para adivinar lo que hacías en un hotel a esas horas de la noche con una chica!

         -No me grites- alejó un poco el celular- me duele la cabeza.

         -¡¿Cómo no te voy a gritar?!- estaba más enojado aún- ¡Te dije perfectamente que necesitaba canciones!

         -Las estoy escribiendo- se excusó.

         Mientras seguía caminando por las ajetreadas calles sin ser reconocido. Era una de las ventajas de ir a otro país.

         -¡No es cierto!- suspiró y bajó su tono de voz- te las pedí desde hace meses y no has hecho nada.Últimamente lo único que haces es eso, vas de aquí para allá gastando montones de dinero en estupideces y no trabajas... me preocupas, siempre has sido así pero, me gustaría que le pusieras más empeño. De allí todos comemos, creo que es algo que deberías considerar.

         Hyde hizo caso omiso a las palabras cursis que emanaban del celular en turno.

         -Si quieres enciérrame hasta que puedas sacarme algo bueno- sonrió con malicia esta vez- mi querido Tetsuya, sabes con exactitud como es la manera en que me inspiro para escribir... y te juro que lo estoy haciendo, es sólo que no me puedo inspirar si me llamas a todas horas reclamándome que no estoy trabajando.

         No se escuchó respuesta del otro lado de la bocina, el vocal tenía lo que quería en sus manos.

          -Tetsuya, iré a tu hotel, necesito darme un baño y creo que también necesito ropa limpia.

          -Como quieras...

         Y colgó el celular. Su sonrisa no se borraba tan fácilmente, conseguía lo que quería siempre y a cada momento en cualquier lugar del mundo. Se consideraba superior en todos esos aspectos, sólo cuando despertaba podía observar lo miserable que era. Pero en cuanto se ponía de pie, volvía a ser el canalla aquel en el que se había convertido con el paso de los años.

          Sus noches de pasión intensas se resumían en pura porquería sexual y  repugnancia andando. Las chicas con las que siempre estaba, sólo eran objetos con los cuales podía masturbarse sin llegar al clímax. Disfrutaba verlas e incluso humillarlas, pero no disfrutaba lo demás, sólo su mente retorcida le permitía seguir haciendo eso, porque sólo por eso seguía vivo y de pie; por mero cinismo.

          Tomó un taxi y arribó al hotel donde se hospedaba el niño lindo que nunca crecía, o eso pensaba.

          Sacó el celular, que traía consigo, del bolsillo de su saco y marcó el número que estaba primero en la lista de contactos.

         El tono sonaba cerca de su oído, y sus ojos se deleitaban con la maravillosa vista del hotel de lujo que su compañero había escogido para hospedarse. Era lindo en verdad, demasiado para sólo una noche desenfrenada, pensó Hyde. Detalles de la estancia que le hacían sentir cómodo le llamaron la atención, y la atención de los trabajadores le cautivó aún más; el era el rey allí y en china, siempre y en todo lugar al que fuera.

          La alfombra roja que relucía debajo de sus pies le hizo recordar los gritos que le llenaban cada noche. Una insaciable sed de sexo que no se detenía ni aunque fuere de día. Rebuscó con la mirada a alguna jovencita que quisiera sufrir en sus manos, pero no logró encontrar ninguna antes de que Ogawa contestara el celular.         -¿Ya estás aquí?- fue lo que pronunció.

         -Si- Hyde se quitó los lentes de sol usuales- dime como llego hacia ti.

         -Bueno...- un suspiro de nuevo, de cansancio y agonía mental- Entra, pasa por la recepción y los primeros elevadores que veas al final de un largo pasillo, aborda esos. En el quinceavo piso la habitación 1506.

         -Voy para allá.

         Y de nuevo colgó sin decir adiós. Su perspectiva le emocionaba. Caminaba desfachatadamente por los lujosos pasillos del aquel hotel y no se sentía merecedor de aquella alfombra roja, ya fuera por su desfachatez o la ropa sucia que aún era poseedora de su delgado cuerpo.  

        Pero todo aquello no importaba en un lugar como ese; no había prensa a la cual largar ni personas a las cuales dirigirse. Siguió caminando por los pasillos carmesí del lujoso hotel y siguió al pie de la letra las instrucciones de Tetsu.

         Siempre igual, pensó al subirse al elevador. Conseguía lo que quería sin tener resultados aceptables para después correr a esconder su vergüenza en los brazos de Tetsuya, sólo allí no se sentía miserable del todo, se sentía como un niño que después de haber hecho una travesura era llevado a los brazos de su madre, quien lo regañaba para después apapacharlo. Era cinismo, eso era cinismo. Sonrió de lado para después sacar un cigarro de su bolsillo. Lo colocó entre sus labios y buscó su encendedor.

         -No se puede fumar en los elevadores- una voz femenina se hizo presente en el plano.

         Y sus hormonas le hicieron darse cuenta de la presencia de una jovencita de no más de veinte años. La vislumbró con una de sus mejores sonrisas y quitó el cigarro de su boca.

         -Lo lamento, es la costumbre- se disculpó sin quitarle los ojos de encima.

          La caza había comenzado de nuevo, sus hormonas le exigían ese cuerpo débil sin huella alguna.        

          -¿Podrías proporcionarme tu nombre?- su voz galante con ese toque rasposo que hacía vibrar a cualquiera.

         La chica se quedó callada por unos momentos mientras trataba de reconocer al sujeto que estaba de pie frente a ella.

          -¿Cuántos años tiene usted?- la chica no era tan fácil como se veía, o eso dio a entender.

         Y eso le fastidió al cantante; no le gustaba revelar su edad en sus citas fugases.

          -Treinta- mintió con descaro interno sin quitar su hermosa sonrisa- Supongo que usted tiene veinte, si no me equivoco.

         La galantería comenzaba de nuevo, necesitaba ese cuerpo, necesitaba a esa chica para deshacerse de su vergüenza humana. Miraba discretamente las curvas que en verdad le resultaban repugnantes, sus largas piernas, sus ojos temblorosos y esas manos que no resultaban más grandes que las suyas.

         -Si- la voz delicada que le resultaba desesperante- pero, usted parece más joven.

         Notó el sonrojo de la chica al pronunciar estas palabras y sonrió; la tenía en la red.

         -Eso me dicen a menudo- esta vez se acercó un poco más a la chica- pero, la edad no importa, ¿o si?         Sus intenciones fueron reveladas, como un animal al asecho en temporada de apareamiento se lanzó sobre la chica que tenía en frente y sujeto su cintura.

         -No creo que sea correcto...- el rostro de la chica totalmente ruborizado le atraía demasiado.

         ¿Por qué no divertirse cuando podía? De nuevo escuchaba aquella melodía pasada que le incitaba a meter las manos por debajo de la corta falda que cubría las piernas de la muchacha. Las ganas de saciarse de nuevo con los gritos de la juventud. Estaba a punto de cometer el mismo pecado que estaba condenado a cumplir día tras día.

          Besaba con ternura la piel que se le ofrecía, sin tomar conciencia ni de sus propios sentimientos. Nunca besaba los labios de otra persona, era algo que nunca era necesario hacer, y no le gustaba en absoluto.

          Su presa había caído, solo tenía que sacar la ropa que le estorbaba y todo estaría completo, de no haber sido por el tono del celular.

         Trató de ignorar el molesto tono, pero en cuanto vio de quien era la llamada, tuvo que atenderla.

         -¿Qué quieres?- contestó sin dejar sus asuntos.

         -Ya deberías estar aquí...

         La voz de Tetsu fue interrumpida por el sonido del elevador; ya había llegado al piso donde tendría que bajar. Las puertas se abrieron de par en par, Tetsu estaba parado justo frente al elevador; miró con repugnancia lo que sucedía pero no mencionó nada.

         -Me tengo que ir- la chica totalmente avergonzada.

         Quitó las manos que la sujetaban y salió del elevador a toda prisa cubriendo las partes de su cuerpo que habían sido descubiertas.

          Hyde miró con desgano como su presa se alejaba sin ninguna marca.

         -¡Eres de lo peor!- Tetsu le gritó al momento que colgó el celular.

         -¿No pudiste esperar en tu habitación a que yo llegara?- se notaba molesto- me interrumpiste.

         Dijo con simpleza. Tetsu se quedó sin palabras, no podía reprocharle nada, Hyde estaba lo suficientemente grandecito para saber que hacer con su vida y como utilizar su atractivo visual de la manera que él quisiera. Lo único que le preocupaba era que las canciones nunca estarían listas si Hyde no se inspiraba como quería. ¿Por qué siempre utilizaba el sexo para inspirarse? Era algo que siempre se preguntaba pero le daba miedo darse cuenta.

         -¿Nos vamos?- Hyde le miró de reojo.

         -Si- asintió.

         Y comenzó a caminar en dirección a su habitación. El camino estaba un poco tenso, Hyde sabía como Tetsu odiaba sus aventuras repentinas, pero le encantaba verle enojado.

         -Me dijo que tenía veinte- comenzó la platica tensa que el bajista había querido evitar- pero era mentira, tenía por lo menos dieciséis.

         -Y tú también le mentiste sobre tu edad- mencionó con desdén.

         -Le dije que tenía treinta....

         -Treinta y cuarenta, debiste haberle dicho.

          -No eres gracioso Ogawa. Estás celoso porque consigo a cualquier chica donde sea y tú te tienes que conformar con la tonta de Kaori.

         -No es tonta, sólo es un poco inocente.

         -Ahora así se le llama- rió- no te preocupes Ogawa, las farsas terminan pronto, como Megumi y yo, terminó pronto.

         Tetsu sintió que la sangre le hervía, odiaba las conversaciones de Hyde, las odiaba desde el fondo de su alma. Siempre resultaban ser tan banales y altaneras.

          -Mira, no me importa- llegaron a la habitación, Tetsu pasó la tarjeta por la ranura y consiguió que la puerta se abriese- Mis asuntos son mis asuntos- Invitó a Hyde a pasar y cerró la puerta de nuevo- Kaori es solo publicidad, lo sabes, tal como Megumi, pero no por eso dejan de ser personas.

         El vocalista observaba con deleite los finos gustos de su compañero; la suite de lujo con todo lo que alguien pudiera desear. Una cama amplia en la cual fantasear y realizar todo tipo de atrocidades, un sofá frente a la televisión y todo lo demás estaba de más porque lo único que le interesaba a Hyde era la cama.

         -Se que son personas- observó detenidamente los cajones donde el bajista guardaba su ropa- pero no puedo evitar sentir que son solo parásitos que se agarran de nuestra fama para poder salir del anonimato.

         -¡Hyde! Bien sabes que ellas ya eran famosas.        

          -Si, pero no tanto como nosotros...

         El bajista decidió dejar allí la conversación, no tenía ganas de pelear con Hyde, no tenía ganas de nada ese día.

         -Me bañaré- mencionó Hyde al momento que esculcaba en los cajones.

         Tetsu le miraba desde lejos, sacó el celular de su bolsillo y lo dejó en la mesa de noche a un lado de la cama donde se sentó. Sabía perfectamente lo que pasaría: Hyde se bañaría, se pondría algún pijama y se dormiría por veinticuatro horas sin parar.

         -¿Cuántos días llevas sin dormir bien?- la voz protectora le hizo reaccionar.

         -Desde hace una semana- contestó sin dejar de esculcar entre la ropa interior de su amigo- pero vaya que ha sido una semana mala. Sabes que últimamente no me satisface nada.

         -¿Por qué lo sigues haciendo? Si no te satisface.

         -Porque tal vez alguna pueda hacerlo.

         Sacó un pijama de dos piezas, pero optó por quedarse con la camisa, que era lo suficientemente grande para hacerle sentir cómodo.

          -Ninguna lo hará- Tetsu giró su vista hacía la ventana.

         -¿Cómo lo sabes?- se intrigó por la respuesta poco usual- ¿Cuánto tiempo llevas sin tener buen sexo Ogawa?

         -Eso es algo que no te interesa.

         -Claro que me interesa.

          Habiendo encontrado lo que quería se dirigió al baño, no sin antes tomar el celular de Tetsu sin permiso. Y Tetsu lo notó, pero no objetó, sabía perfectamente lo que haría Hyde, así que no le dio la menor importancia. 

        El vocalista acostumbraba esculcar todas sus cosas, y le gustaba indagar en el celular para ver que encontraba, aunque nunca conseguía nada en absoluto. Era parte del cinismo del vocal, era algo que le caracterizaba desde que los celulares se habían inventado.

         Hyde entró al lujoso  baño y abrió la llave de la tina dejando el agua correr. Se sentó en el retrete mientras esperaba que la tina se llenara.

         -Veamos- abrió el celular ajeno-Kaori...Kaori...Kaori...- revisaba los mensajes recibidos- Hyde...Hyde...Hyde...- revisaba los mensajes enviados.

         Tal parecía que Tetsu no contestaba los mensajes de la dulce Kaori, ni tampoco le contestaba el celular. Hyde sonrió, Tetsuya era solo para L’Arc-en-Ciel, no había otra cosa que lo absorbiera tanto como su grupo.

          La tina se llenó. El vocalista se desvistió y se metió lo más rápidamente al agua, no quería observarse desnudo al espejo, le traía recuerdos y no quería recordar lo miserable que era.

          -Hyde, ¿puedo entrar?- Tetsu tocando la puerta.

         -Claro...

         Y entró sin hacer el menor escándalo. Se sentó a un lado de la tina para poder ver a Hyde de frente.

         -Mi celular, ¿dónde esta?

         -Allí- apuntó con el dedo un lugar predeterminado.

         Tetsu recuperó su celular y revisó minuciosamente que estuviera en buen estado.

         -¿Por qué nunca le contestas a la tonta?- su curiosidad era más que su arrogancia, eso era lo único que le hacía ver inocente a veces.

         -Porque tu tampoco le contestas a tus conquistas...

         -Esa no es una respuesta válida- se relajó al fin en la tina, dejando que su largo cabello se mojara en el agua caliente.

         Tetsu le observó, no era la misma persona que había convencido para ser vocalista; ahora era sin lugar a dudas un niño pequeño con necesidades de adulto.

         -Si lo es- se tornó menos serio esta vez- de todos modos, Kaori no me simpatiza mucho, además ella es sólo publicidad. No tengo porque asumir responsabilidades extras.

         -Sólo me contestas a mí...- se relajó un poco más, al punto de sumergirse completamente.

         -Sólo me preocupas tú- volvió a su porte serio- llevas más de un mes yendo de motel en motel acostándote con medio mundo. No duermes ni te alimentas bien, ¡llevas más de un mes con la misma ropa! Ya que te la quitaste debería quemarla.

         Hyde rió ante ese comentario, era cierto todo lo que Ogawa le reprochaba. Llevaba más de un mes viviendo la “buena vida”

         -Estoy de acuerdo Tetsu- le miró a los ojos- quema la ropa, pero solo me queda una duda a todo esto, ¿me espías?

          Su mirada, inconscientemente seductora logró captar la atención del bajista de una manera no deseada.

         -¿Qué te hace pensar que te espío?- sonrojado, giró su mirada para ocultarla de la de Hyde.

         -Pues... sabes todo lo que hago, inclusive sabes cuantas veces he ido al baño.

         -¡Claro que no!

         -He ido una vez...- probó

         -No has ido en todo el día.

         -¡Lo ves!- sonrió- me espías...

         Tetsu volvió su vista a los ojos de su vocal.

         -No te espío Hyde, solo me aseguro de que no mueras. También se lo que hace Ken y Yukihiro. Pero ellos no son tan escandalosos como tu y no generan cuentas millonarias a cada lugar al que van a pasar la noche. Es por eso que desde hoy te quedas conmigo.

         Eso no le pareció del todo a Hyde, tenía la suficiente edad para decidir que hacer con su cuerpo, dinero y vida.

         -No me quedaré contigo- le reprochó- Tetsuya, no puedes controlar mi vida.

         -No puedo...- bajó la mirada- pero, al menos quiero que descanses lo suficiente y comas bien.

         Dicho esto salió del baño con la intensión de hacer un pedido de comida a la habitación.

          Hyde se avergonzó de haberle dicho eso, no quería lastimar sus sentimientos porque sabía muy bien que Tetsu se preocupaba por él, también se preocupaba por los demás, pero más por él. Se inclinó despacio y disfrutó del agua caliente y el vapor que se elevaba a su alrededor, saldría y le pediría perdón a su madre postiza. Pero no quería salir aún, no sin haber calmado las ganas que tenía de sexo alocado, primero tendría que hacer algo con esa nefasta sensación de hastío y asco a su cuerpo.

         Las primeras ideas le vinieron a la cabeza, pero no supo como ordenarlas. Miró su reloj, eran más de las dos de la tarde. Y no había comido nada desde el día anterior, se sentía vacío, y lo estaba.

          Terminó de bañar su delgado cuerpo y salió de la tina sin miedo a mirarse en el espejo empañado por el vapor, porque sabía que no se reconocería. Se vistió con la ropa interior que había tomado del cajón de Tetsu y se puso encima la camisa de l pijama. Sólo eso y un toque de la colonia que había en el tocador. Tomó la secadora de cabello y comenzó a secar su largo cabello. ¿Cuándo había sido la última vez que lo había tenido tan largo? Desde los inicios de Laruku. Claro que también se lo había dejado largo para los conciertos de “Smile”, pero se lo había tenido que cortar. Y podría asegurar que ahora estaba tan largo como en un principio... si solo pudiera enchinárselo, sería el Hyde que había comenzado, el que se satisfacía fácilmente, el que amaba componer, el que quería a Tetsuya como si fuera su madre, el que era amable e inocente, el Hyde que nunca debió haber cambiado. Después vino el Hyde de cabello rojo, el que buscaba más, y de allí hasta que se cortó el cabello fue una persona diferente.

         Le repugnaba pensar así, no le gustaba pensar en el pasado, pero... siempre que tenía la oportunidad de humillarse lo hacía.

         Salió del baño con el cabello seco y solo la camisa larga del pijama cubriendo un poco sus piernas.

         -Pensé que tendrías hambre- Tetsu lo recibió con su habitual sonrisa cansada y una bandeja repleta de comida.

         A Hyde le brillaron los ojos como niño en Navidad y accedió rápidamente a comer del delicioso banquete que se le ofrecía.

         Saltó a la cama y esperó a que Tetsu pusiera la bandeja encima de sus piernas.

           -No cambias- Tetsu le miraba complacientemente- aún comes como desquiciado.

         -Hay cosas que no cambian- Hyde seguía observando el plato antes de ingerir bocado- ¿Tu no comerás?

         -Ya comí, hace rato, antes de que llegaras.

         -Puedes poner todo lo que pediste en mi cuenta.

         -No lo haré, bastante hay en tu cuenta.

         -Puedo pagarlo.

         Eso era lo que le colmaba la paciencia al bajista. Se puso de pie frente a la cama y le miró retóricamente.        

           -No, no puedes, porque he cancelado todas tus cuentas.

         Hyde se atragantó con lo que acababa de comer debido a la noticia; ahora sabía muy bien porque su tarjeta había sido rechazada en el motel la noche anterior.

         -Por tu culpa tuve que pagar con efectivo- se fastidio sin dejar de comer- pero dijiste que no saldré de aquí, así que puedo consumir todo lo que me des y no gastaré nada.

         El bajista sintió alivio al escuchar eso. Hyde no era tan malo después de todo, le haría caso y se quedaría quietecito con él, sin hacer desmadre ni nada que le afectara la salud, ¡Ni siquiera fumaría! Y eso le hacía sentir aliviado y feliz.

         -Lo siento Tetchan, si dije algo tan feo hace rato- a veces el Hyde cínico dejaba salir al Hyde niño- es que lo nefasto no me deja vivir; no sabes lo horrible que se siente- dejó de comer por un instante para fijarse en lo que decía- me despierto todos los días y tan solo ver el sol me da vergüenza...

         Bajó la mirada para abrazarse a si mismo con sus brazos.

         -Nada me complace, cada vez quiero más y más, pero eso solo me lleva a los límites de mi pecado. Y no se como parar, es imposible, mi cuerpo me lo ordena- suspiró- y cuando me miró en el espejo, no puedo soportar mirarme desnudo, es algo que no soporto... No se por qué demonios te estoy contando esto a ti Tetsuya, pero siento que alguien debe saber... lo horrible que se siente ser yo...

         -No digas eso- Tetsu se posicionó a un lado de la cama, justo a un lado de ese ser que a veces se transparentaba para que alguien le abrazara- no eres horrible.

         Y Hyde sonrió de la manera más cínica que se pudo haber experimentado.

         -Y... me gusta...- sonrió de nuevo- pero dime Tetsu, decías que tú tampoco te satisfacías....

         -Pues no- retiró su presencia del pequeño bipolar- pero no me agobia tanto como a ti.

         -Desde cuándo- quiso saber.

         Volvió a recuperar el apetito y comió más a prisa sin dejar de observar los movimientos de Tetsu.

         -Pues... desde que, pues... hace años....

         Sus movimientos empezaron a cautivar los ojos de Hyde, sus manos en especial, esa facilidad para explicar las cosas con un solo movimiento; estaba hipnotizado.

         -Hyde, ¿me estás escuchando?- se dio cuenta de que el vocal lo miraba extraño.

         Hyde asintió torpemente sin dejar de observar los movimientos que le atraían, empezó a comprender el por qué Tetsu era uno de los mejores bajistas del mundo. Sus dedos se movían delicadamente al compás de sus palabras. Lo que decía, lo expresaba mejor con las manos. Y era peculiar, porque nunca jamás se había fijado en las manos de nadie más. Sus impulsos animales le describieron la situación de una manera sensual, tenía que detener esos movimientos o no resistiría la tentación.

         Su vista evitó las manos, pero algo más llamó su atención, los labios que se movían al ritmo de una línea de palabras armonizadas en una frase. Delgados, pero suculentos, sólo la imagen de besarlos se le vino a la mente. Jamás habría besado a nadie en los labios, a nadie que deseara en realidad.

          Bajó la mirada para concentrarse en otras cosas, pero la melodiosa voz que le llenaba los oídos lo embriagaba más que cualquier alcohol ingerido. Era tan parecido a esa melodía olvidada que le incitaba a acostarse con cualquiera. Pero esa persona no era cualquier, esa persona era el muchacho delgado que había llegado a él hacia más de quince años para rogarle que formara parte de un grupo de rock.

         Comenzó a imaginar las escenas de sexo y logró excitarse con tan solo la idea de estar con él. Se ruborizó completamente sin dejar de pensar, no podía imaginar otra cosa que no fuera el contacto íntimo de sus cuerpos en una apasionante sesión lujuriosa. Las palabras que salían de esos labios ya no tenían sentido, quería callarlos con un beso, quería lamerlos y morderlos; su sentido común no le haría cambiar de opinión.

         ¿Qué pasará si lo hago? La pregunta no estaba formulada aún, y las consecuencias de sus actos se resumirían en un terrible desenlace de hechos que no querían ser relatados.

         -Fue lo que Sakura pensó- se dijo en voz alta al observar detenidamente el cuerpo que comenzaba a desear.

         -¿Perdón?- Tetsu dejó de hablar sobre sus nefastas experiencias.

         Sólo para darse cuenta de que Hyde lo veía de una manera por demás rara e incitante. Se mordía los labios, siempre lo hacía, pero esta vez lo hacía mirando las partes más íntimas del bajista.

          -Sakura- trató de fijar su vista en los ojos que aún no lo cautivaban- Sakura pensaba que tu eras perfecto, por eso trató de...

         -¿A qué viene esa plática?- Tetsu se puso de pie para desviar los ojos que lo miraban- ni siquiera me estas prestando atención.

         -Lo siento...- bajó la mirada al sentirse vulnerable de nuevo- pero es que... Por eso lo sacaste... por eso se fue... porque...

         -Yo no lo saque- aclaró- te recuerdo que fuiste tu.

         La conversación tocaba límites que nunca se habían discutido, la partida de Sakura había sido por decisión propia después de ciertos incidentes que Tetsu nunca quiso revelar a los demás. Pero la decisión final había sido tomada por Hyde, quien le dijo que no volviera, por el bienestar de la banda y por Tetsuya por supuesto. Nunca le interesó nada con ninguno de los miembros de su grupo, pero sabía que Sakura sentía cierta atracción hacia ellos, inclusive por Ken; pero no lo dijo y no se atrevió nunca a averiguarlo.

         -¿Te pidió que te acostaras con él?- Hyde lo miró a los ojos.

         Y esos ojos comenzaron a captar su atención, los ojos de un ángel que no habían provocado aún el pecado de la lujuria en manos de otra persona. Hyde quería ser esa persona, él que le enseñaría el camino al infierno, donde tendría que fornicar a todo momento; ese era su infierno, y quería compartirlo. Los deseados ojos se escondieron detrás de los cabellos delgados, esos que quería tomar entre sus manos.

          -Algo así, creo- Se sentó de nuevo a un lado de la cama- yo sabía perfectamente que quería algo con alguno de nosotros, pero jamás pensé que me pediría algo así. Tienen que entender que aún éramos muy jóvenes, y todo eso a mi me asustaba. Se me insinuó; todos consumíamos drogas, pero fue la excusa perfecta para alejarlo de nosotros. No quería arriesgar  a ninguno...

         El perfecto escándalo para proteger su inocencia. Nunca quiso arriesgar más de la cuenta, más de lo que Hyde arriesgó a lo largo de su vida y ahora estaba pagando. Su infierno se resumía en noches de vela y sexo nefasto, pero no buscaba una solución, porque sabía que si la buscaba se hundiría más y más en el abismo en el que Hyde estaba atrapado.

          Hyde pagaba día con día el hecho de haber salido de sus límites, porque ninguna puta le daría la satisfacción que buscaba. Abusar del cuerpo sólo le traía recuerdos asquerosos y la vergüenza de no poder mirarse a un espejo o mantener fotos de si mismo en algún álbum. Necesitaba hundirse con alguien en aquel infierno... o buscar la manera de hundir a alguien más. Y Tetsuya parecía la persona perfecta para el papel de niño que cayó al pozo. ¿O era más bien la necesidad de tratar de satisfacer su cuerpo con otro cuerpo no satisfecho?

         -Pero después él te pidió perdón- repasó los hechos que le habían llevado al descubrimiento de S.O.A.P – pero lo demás ya no me importa.

         -¿Por qué mencionaste a Sakura?- la curiosidad que siempre le caracterizaba salió de repente.

         Recordó cómo Hyde había estado viéndolo y se le vino a la mente la razón por la cuál el vocalista había sacado ese tema.

         -Porque... pienso que... no lo sé- no era bueno con las palabras de convencimiento. Era una persona prepotente, y no podría aceptar un “no” por respuesta, y menos de parte de su presa más deseada en ese momento- Creo que puedo ayudarte con tu problema.

         Susurró lo último en un ademán de captar un poco la atención de Tetsu.

         -Puedo...- se acercó un poco más con sus movimientos felinos hasta llegar a posar una de sus manos en las piernas que tanto quería cerca de las suyas- ayudarte a liberarte de esas experiencias nefastas...         Tetsu presintió el peligro en las caricias disfrazadas de toques cualquieras. Se puso de pie en cuanto pudo y evitó mirar a un Hyde medio excitado.

         -Tengo que tomar un baño- su excusa- pide lo que quieras si tienes hambre todavía....

         -Puedo escribir...- Hyde se puso de pie, colocó la charola vacía en el tocador y caminó a un lado de Tetsu- Tu tienes aquí mi cuaderno, puedo escribir, pero necesito que lo veas...

         Una insinuación tan directa.

         -Puedo tomar el baño contigo- usó su ronca pero sensual voz para insinuarse un poco más. Eso de seguro excitaría al bajista.

         Tetsu por su parte, se alejó un poco para alcanzar la libreta que estaba junto a su cama, era la libreta de Hyde que últimamente había estado en blanco. Aprovechó para darle una ojeada a su vocalista. Le miraba allí parado sin hacer nada; su delgada figura siempre deseada y esa apariencia andrógina que a todos atraía con locura. Sus piernas estaban expuestas, sólo le tapaba un poco aquella camisa blanca de botones que traía encima. Su cabello largo le recordaba muchas cosas, pero la necesidad carnal que emanaba de sus movimientos le asustaba. No quería llegar a esas cosas con Hyde, o ¿si quería? No pudo más que lamerse los labios, y Hyde lo notó enseguida.

          -Aquí está- le entregó la libreta teniendo cuidado de no mirar demasiado tiempo sus blancas piernas, y Hyde lo notó –Hideto- dijo antes de meterse al baño-  No quiero que hagas escándalo...

         Dicho esto entró al cuarto de baño seguido por un Hyde dispuesto a hacer lo que sea con tal de conseguir lo que quería.

         La tina se llenaba apaciblemente, el agua en movimientos circulares que después se irían igual. El vapor que llenaba la habitación era un impedimento para escribir, pero Tetsu sabía muy bien que el vocalista no escribiría, sólo estaba allí para poder verle bañándose. Se desvistió sin importarle la presencia del vocal.

          Pero Hyde le observó con cuidado, atrapando cada movimiento de su cuerpo en su mente como un tesoro privado para poder tocarse a si mismo pensando en esas imágenes. Era como una revista pornográfica, ver a Tetsuya en ese estado, lo más vulnerable posible, quería quitarse todo también y juntarse a ese cuerpo perfecto. Quería abrazarle, quería besarle, quería ser parte de ese cuerpo. Si, algo en su mente estaba planeando lo que haría con ese cuerpo.

         -Puedes observar si quieres- Tetsu se daba cuenta de lo que Hyde deseaba. Su voz también había cambiado un poco; algo en esa voz estaba excitándolo más de lo que podía soportar- si quieres, puedes acercarte más- sus movimientos adquirieron cierta manía seductora que le atrajo demasiado.

         Gemiría si Tetsu volvía a decir algo o hacer algo. Sentía su propia erección y se preguntaba si Tetsu también la tendría, si la tenía quería desesperadamente verla, saborearla...

         El bajista entró a la tina, esperando a que Hyde se posicionara a un lado para “escribir” y no tuvo que esperar demasiado para que su próximo esclavo mental cayera en su hechizo. Hyde se sentó a un lado de la tina con el cuaderno en su regazo, sabía que los papeles cambiaron, pero no quería quedarse atrás, no podía permitir eso.

          -Dicen- comenzó de nuevo con su hermosa voz- que te hace sentir el séptimo cielo- tomó la pluma entre sus delicadas manos y comenzó a escribir el título de su siguiente single.- I’ll make you feel the Seventh Heaven- murmuró a los oídos del bajista.

          Ser el atacante siempre le había producido la satisfacción de hacer sufrir a los demás, pero se daba cuenta de que Tetsu estaba en la misma posición que él. Los dos peleaban en un juego de seducción.

          -Me parece bien- sentía los vapores del agua caliente, pero nada le calentaba más que las palabras descritas por el vocalista- me parece buen título, aunque creo que sólo “Seventh Heaven”, así quedaría mejor.

         Hyde no estaba seguro si su presa había captado la indirecta, pero prefería seguir el juego. Escribió con su letra inconfundible el título en inglés. No estaba precisamente inspirado, pero en el estado en el que se encontraba podía escribir cualquier cosa cursi que pasara por su enfermiza mente.

          -Aunque, ha habido una melodía en mi mente- todas sus palabras eran murmuradas cerca de su presa, su seducción tendría que dar resultado en algún momento- es una melodía, pero no se si ya la escribí o no, y cuando despierto se me olvida.

         -Quizá es una vieja canción- Tetsu perdió su magia de un momento a otro para hablar sobre trabajo, L’Arc-en-Ciel lo era todo para él; todo.- pero hace mucho que no la tocamos y por eso no la recuerdas.

         Hyde hizo un pequeño puchero al ver que todo el juego tendría que volver a empezar, pero después de hablar seriamente sobre el maldito trabajo.

         -Quizá es una canción erótica- quería comenzar de nuevo, lo necesitaba. Su cuerpo se lo pedía a gritos, debía hacer algo.

         -Pues hay muchas- el comentario generó una sonrisa en él- tal vez “Secret Sings” o “Taste of Love”.

         -Debería incluir una en el nuevo disco- sonrió como sólo el sabía hacerlo, con un toque diabólico irresistible.

         -No lo sé Doiha-chan, podría ser peligroso- de nuevo esa magia mayor a la que Hyde utilizaba.

         Sus piernas de seguro estaban temblando, no podría ponerse de pie si lo hacia en ese momento, y Tetsu lo sabía. Hyde era demasiado frágil, aunque aquellos aires de grandeza le dieran cierto encanto, siempre sería el joven bello y débil que había conocido en un club.

          -No me digas así- se sintió vulnerable de nuevo- me hace sentir...

         -Débil- finalizó la frase por él y sonrió, lo tenía en sus redes- pero lo eres Hyde... y así me gustas.

         No supo por qué lo escuchó, Tetsu había dicho algo peligroso en aquel juego, algo que de lo que tendría que acatar las consecuencias. Y eso ya no podía soportarlo, si tenía que entregarse a ese hombre lo haría; estaba encantado, quería que lo tocara, necesitaba ese toque... Escribió como pudo y terminó esa canción improvisada con las frases que todas sus fans querían escuchar.

          Tetsu sabía lo que había hecho, y le resultó encantadora la manera en que Hyde había reaccionado. El baño le estaba sentando bien después de todo, y estaba seguro de que Haido había caído en sus redes de lujuria; una persona adicta al sexo como lo era Hyde  no podía rechazar la oportunidad de tenerlo de maneras distintas, y de eso Tetsu se encargaría.

         Alguien llamó a la puerta en ese momento, Hyde escuchó el llamado, pero temía levantarse del suelo en ese estado.

         -Tendré que ver quien es- Tetsu salió de la tina con toda la pereza del mundo y se colocó una toalla alrededor de la cintura.

          Hyde sólo observaba alucinado las hermosas curvas de su amigo. No eran tan femeninas como las suyas, pero tenían su encanto masculino que él no poseía.

         Se abrió la puerta del baño y salió de ella un muchacho renovado por el agua de un tibio baño y un juego bastante divertido. Se apresuró a abrir la puerta del cuarto y encontró a la muchachita que había estado en el elevador cuando fue para recoger a Hyde. Su expresión calmada cambió a una frustrada, sentía coraje hacía ella, no podía soportar la idea de haberle visto entregando su cuerpo a un completo desconocido.

         -Lo siento- se avergonzó la chica- es que...- se veía que trataba de inventar una excusa- es que... bueno... yo...

         Tetsu no tenía tiempo para excusas, quería continuar atormentando a Hyde, quería regresar a la cama y tirarse a su vocalista.

          -Es que yo...- el sonrojo en su bello rostro denotaba sus intenciones. Había creído que encontraría a ese “joven” misterioso y podría continuar con sus acciones desesperadas para deshacerse de su virginidad. Sólo por eso había tomado su celular al momento en que el elevador se había abierto y otro muchacho les había descubierto, sólo era una excusa para verlo y definitivamente hacerlo.

         -Tu...- el bajista estuvo apunto de largar a la chica, de no haber sido por la presencia del aclamado sujeto que llegó debido al ruido que se generaba en la entrada.

         La muchacha miró de pies a cabeza al que antes consideró el mejor hombre para el trabajo; estaba vestido de la manera más femenina que jamás había podido imaginar, y el cabello que antes se le había hecho seductor, ahora le daba la impresión de haber sido tocado por alguien más. Le miró confusa, pensando que los dos eran una pareja homosexual, pero debía tratar de todos modos, debía arriesgarse.

         -Su celular...- sacó el aparato de su bolso y se lo entregó.

         -Gracias- lo tomó entre sus manos, estaba nervioso.

          Hacia unas horas había querido coger a esa mocosa en el elevador, y ahora quería que Tetsu hiciera lo que quisiera con él.

          -Me preguntaba si- se armó de valor para preguntar esta vez, quería desesperadamente que ese sujeto estuviera con ella, no sabía la razón, pero sentía la necesidad. Ese hueco que sentía entre sus piernas debía ser llenado por ese sujeto.

         -Mi querida jovencita- Los modales de Tetsu eran inigualables- gracias por haber devuelto el celular de mi novio...

         La contracción que apareció en su rostro denotó la decepción. Hyde por su parte se quedó atónito.

          -Ah- avergonzada, se retiró del lugar pensando que era un desperdicio que un hombre como Haido fuera gay. Pero no había nada que ella pudiera decidir.

         Pasmado, no había otra para palabra definir lo que sentía; o era más bien que la erección que había olvidado en el baño volvía para recordarle lo mucho que necesitaba ser tocado por el que veía más alto que él con aquellas plataformas.

          -¿Por qué dijiste eso?- esperaba la respuesta común, pero no la escucharía, porque Tetsu jugaba el mismo juego que él.

         -Porque no debes salir de aquí hasta que hayas escrito todas las canciones para el nuevo disco- una respuesta simple, llena de excusas y sensaciones olvidadas.

         Y eso le frustró. Caminaron de nuevo hacia la habitación principal, Hyde se sentó en la cama, donde se había comido toda la comida que su amigo había ordenado para él.

          Tetsu, por su parte, comenzó a vestirse. Primero retiró la toalla que había envuelto se esbelto cuerpo para después buscar algo de ropa en los cajones próximos. La ropa interior y una camisa de resaca que se encontró por allí, los pantalones de mezclilla que había unos cajones más abajo y la colonia de irresistible olor que sólo mareaba a las señoritas próximas a su cuerpo. Un ritual embriagante, hecho a propósito para excitar más al escritor de canciones cursis.

         -No lo hagas- pronunció con una sonrisa en los labios, sacando a Hyde de su embobamiento mental.

         -¿Qué?

         -No lo hagas, Hyde, no me mires así.

         -Pero en el baño dijiste que podía mirar- pasó una de sus manos por sus labios, su voz, de nuevo esa voz.

         El juego comenzaba de nuevo, y Hyde sólo quería que Tetsu se posicionara entre sus piernas.

         -En el baño- Tetsu repasó sus palabras con una sonrisa- pero, si miras más de la cuenta no podrás calmar tu erección Doiha-chan.

         Lo había descubierto, había estado observando a Hyde todo ese tiempo.

           Hyde bajó la mirada avergonzado, cruzó sus piernas en un ademán de cubrir lo que ya era obvio, pero no podría soportarlo por más tiempo.

         -The Black Rose- cambió de tema- es otra canción que quiero incluir.- pero su voz no había cambiado en nada, seguía teniendo aquel toque seductor que incitaba a más de uno a tocarlo.

         -Me parece perfecto que ya escribas Haido, me doy cuenta de que sólo tengo que dejarte ver como me baño para que te inspires.

         De nuevo ese sonrojo en las mejillas de Hyde que denotaban su derrota en el juego. Tetsu le miraba, recorría los rincones que Haido tapaba torpemente con las almohadas de la cama; se apoyaba en sus piernas para escribir, pero sólo lograba excitarse más y más ante la figura de su líder.

         -Hyde, deberías decirme que te pasa- escondía lo que sabía- actúas muy extraño.

         -Bien sabes lo que me pasa- sonrió- ¡no lo soporto más Tetsuya! Dime... ¿Te acostarías conmigo?

            Una frase simple, sólo la verdad de las necesidades del vocalista reflejada en palabras directas. Necesitaba acostarse con él, pero no quería tener algo sentimental, sólo quería el sexo que pudiera proporcionarle una noche de pasiones desenfrenadas con el hombre, que en ese momento, era el más sexy del planeta entero.

         -No lo se Haido...

          Había escuchado con claridad aquella propuesta, y su cuerpo había aceptado inmediatamente, pero por algo era el líder, por no tomar decisiones abruptas. Lo meditó lo más que pudo, pero no vio ningún impedimento, o tal vez había uno, no debía caer en la trampa de los placeres nocturnos de nuevo como lo había hecho con Sakura. Repasó de nuevo el cuerpo de Hyde, que se asemejaba al de una linda muchachita a punto de perder su virginidad. Sus piernas eran simplemente perfectas, y desde el ángulo que Tetsu observaba las cosas, no había algo que le excitara más que el ver como Hyde movía sus piernas tratando de tapar su erección con sus mejillas completamente sonrojadas.

                -No juegues conmigo Hideto, te conozco bien- se sentó en la cama a un lado de él con la mirada puesta en sus piernas- si estas tan excitado puedes ir con esa muchacha, pero no tardes- pasó una de sus manos por la barbilla de su vocalista; lo tenía sólo para él.

         -No estoy jugando contigo- le miró con sus ojos ligeramente cerrados y sus boca entreabierta- te necesito Tetsuya- le susurró lo más que pudo.

         Hubiera sido el tiro de gracia si Tetsuya Ogawa no fuera la persona que es; por algo era el más codiciado de entre todos. Aunque Hyde tuviera su misticismo, llegaba a caer en la seducción de Tetsu más fácil que con cualquiera. Era lo mismo que a principios de Laruku, pero en aquellos días, la seducción no era tan descarada y nunca habían llegado a nada sexual. A lo más que Hyde hubiera sucumbido en esos días, era a un beso no apasionado, y se hubiera satisfecho.

         Hyde era un experto en el arte demoniaco, se había acercado lo suficiente a Tetsu como para poder susurrarle obscenidades en el oído, y eso es lo que tenía pensado hacer; gemiría su nombre, eso no fallaría. Poco a poco fue separando sus piernas para que Tetsu pudiera observar lo que antes intuía, y así podría comenzar la segunda etapa del juego.

         -En verdad que eres lindo- Tetsu estaba cayendo, lo miraba, no podía quitar su vista de encima.

         Le gustaba lo que veía, quería tomarlo por la cintura y hacerlo suyo en ese momento, pero debía aguardar un poco más, hasta que las cosas estuvieran lo suficientemente calientes para su gusto. Hacia años que no practicaba el sexo con ninguna persona; claro que existían las películas pornográficas y demás, pero nada le excitaba más que su trabajo. Era de Laruku y Laruku era suyo, pero ¿Cuándo Hyde se volvió la imagen de Laruku? Si, en ese momento se dio cuenta de que debía poseer a su querido Haido para no perder la franquicia de su sueño dorado. Pero ese era sólo un sueño extraño que había cruzado por su mentecilla, nunca pensó que Hyde quisiese que lo poseyera.

         -Te necesito Ogawa- estaba cerca, sus cuerpos estarían cerca para poder rozar aquella parte que le agobiaba- adentro...

         Sus labios hicieron contacto con la piel del cuello de Tetsu, estaba seguro de que quería hacerlo, necesitaba hacerlo. Gritaría, se aferraría a las sábanas, le besaría, le tocaría, gemiría su nombre y si se pudiera lo haría hasta dos veces seguidas; estaba seguro de ello, era lo que quería.

         -Eres malo Akuma- Tetsu le acariciaba la espalda, pasaba sus manos por debajo de la larga camisa que tapaba la espalda de su Akuma- eres un pervertido, ¿lo sabías?

         -Por ti- faltaba poco- haría lo que fuera, Tetsu, no lo soporto, tienes que meterlo.

         Comenzaban los juegos de palabras que tanto les gustaban a los dos, en eso eran buenos, en palabras y música. Hyde había comenzado, quería escuchar que era lo que Tetsu le respondería, quería saberlo, quería sentirlo.

         -Hyde...-le apartó el rostro con las manos- ¿por qué no te metes algo primero? No lo se...- esas palabras, el cinismo en persona era Tetsuya Ogawa, era aún más pervertido de lo que Hyde podía llegar a ser-...me gustaría ver que utilizaras tus dedos...- terminó con una sonrisa al momento que tomaba una de las manos de Hyde.

         Hyde había rebasado los límites de la pasión, el erotismo en el que estaba, era un tanto repugnante, pero le excitaba demasiado. Era lo que necesitaba, ese toque grosero que sólo otro hombre, no, que sólo Tetsuya podía darle.

         -¿Por qué no los tuyos? – Con una mirada coqueta tomó la mano que sujetaba la suya y la llevó cerca de sus labios- puedo ayudarte...

         Lamió los dedos que tenía en frente, estaba dispuesto a meterlos a su boca y aplicar lo aprendido, pero Tetsu no lo permitió, retiró su mano y la suplantó por su boca.

         Sus labios se unieron de una forma lenta y segura, pero a la vez desesperada. Hyde abrió lentamente su boca para darle la entrada a la lengua de Tetsu; la saboreaba como si fuera su primer beso, y lo era. Asimismo pasó su lengua a la otra cavidad para seguir con aquel juego excitante. Finalmente Tetsu rompió el beso con un toque decepcionante para Hyde.

         -Besas bien- pasó su lengua por sus labios- a pesar de que nunca has besado a nadie.- sonrió, pero ya no era esa sonrisa amable que le caracterizaba; ahora era una sonrisa llena de lujuria y deseo.

         -¿Por qué rompiste el beso?- le miró con reproche- lo estaba disfrutando...

         Un idea loca cruzó por su cabeza, si, quería ver a ese Hyde que tenía una apariencia femenina, quería estar entre sus piernas y escucharle cantar Taste of Love mientras gemía y sus rizos se enredaban entre sus dedos.

         -Porque mientras te besaba sentí ese “algo” que me recordó que eres hombre- mintió, en realidad había sentido esa parte pero no le había incomodado en absoluto- si tan sólo tuvieras esos rizos...

         Lo sabía, sabía que Tetsu planeaba algo así, pero por acostarse con él haría lo que sea. Se pintaría el pelo de rojo si tuviera que hacerlo, pero Tetsu sólo quería ver esos rizos que le caracterizaron en el 93’ quería tenerlo en su cama con esa apariencia y eso es lo que tendría. Recordó haber visto un rizador de cabello en el baño, pues claro, Tetsu era tan obsesivo con su imagen que cargaba hasta con utensilios que nunca llegaba a necesitar.

         -Entonces- Hyde se acercó de nuevo- si me rizo el cabello, ¿me harás el amor?

         Tetsu le sonrió.

         -Te haré eso y más.

         Sin pensarlo dos veces Hyde corrió hacia el baño, se tardaría unos cuantos minutos porque tendría que rizarse todo el cabello y sin ayuda de ningún estilista.

         Por su parte Tetsu se quedó acostado en la cama con las manos detrás de su nuca, pensando en todas las cosas que pasarían si realmente le hacía lo que quería a Hyde. La banda era importante, pero era más importante su deleite personal. Si lograba satisfacer sus necesidades animales con Hyde, estaba dispuesto a decirle que lo amaba con tal de tenerlo cerca siempre para poder satisfacerse. La vida era bella.

         -C’est la vie- canturreó para si mismo.

         Y escuchó el sonido de su celular, ese tono molesto que había puesto a petición de Kaori; lo cambiaría, pondría Secret Signs si no es que grababa los gemidos de Hyde y los ponía como tono en su celular.

         -¿Si?- contestó el celular.

         Sabía que era Kitamura, el trotamundos que pocas veces se reportaba.

         -Tetchan, escuché lo del disco- su voz se escuchaba lejana. Y de haber sido otro día Tetsu hubiera durado horas y horas hablando con Ken, pero no podía hacerlo ahora porque Hyde debía regresar pronto para ponerle fin a su agobio sexual.

         -Si, me lo dijo la maldita disquera....

         -¿Encontraste a Hyde?- bien sabía Ken que Hyde desaparecía para hacer sus recorridos nocturnos- yo lo busqué para ayudarle a componer... pero no lo encontré, a todos los lugares donde lo busque sólo encontré muchachas desoladas- bromeó- pero sin letra no puedo hacer música.

         -No hay problema Kitamura- Tetsu recuperó su tono infantil- Hyde está conmigo en el hotel.

         -¡Bien! Y ¿qué hace?

         -Se esta rizando el cabello- no puedo evitar sonreír ante ese comentario.

         -Ah cabrón, y ¿por qué?- se extrañó demasiado de que Hyde volviera a sus manías femeninas- que ¿acaso sale con un hombre?

         -No- Tetsu se dispuso a explicarle todo a su amigo, después de todo era Ken- Lo que pasa es que Hyde se quiere acostar conmigo, y le dije que me gustaría verlo con el pelo rizado, tu sabes, como antes.

         -Hide Hime- recordó- pero, ¡¡por dios!!- reaccionó- ¡¿acostarte con él?! Tetsuya, ¿qué demonios pasó entre ustedes? De repente se hicieron gay... bueno de ti no me sorprende...

         -Gracias...- ironizó; se sintió ofendido.

         -... pero de Hyde... el mundo se va acabar.

         -Mira, lo encontré cogiéndose a una chica en el elevador, después se me  insinuó... y todo va bien, comenzó desde la tarde y ya va a anochecer...- soltó una carcajada- imagínalo Ken, Hyde el don Juan pidiéndome que le haga el amor.

         -Pues creo que resultará divertido.

         -Ya lo creo.

         -Entonces después me paso por allí para componer- rió- aunque mejor no molestarlos- rió de nuevo- Adiós.

         -Adiós- y colgó el celular.

           Pasó por su cabeza la imagen de su futura esposa, Kaori Mochida, sería ahora Ogawa. Pero no sonaba del todo bien. Dejó el celular a un lado y se hundió en sus propios pensamientos; pensaba en que su vida era lo más comercial que existía después de la Navidad. La vida de todos era comercial, controlaban sus gustos y preferencias al por mayor, inclusive las personalidades hechas por sus directivos y superiores llegaban a ser tan falsas. Era mejor cuando podían ser ellos mismos, pero eso estaba haciendo ahora, sería él mismo, tendría un sesión apasionante con el vocalista de su banda y probablemente se bañaría con él, y tomaría un video con su celular para después mostrárselo a Kaori... el cinismo le estaba volviendo loco, sentía la necesidad de leer 120 Días de Sodoma pero deseaba que los protagonistas sólo fueran él y el hermoso Hideto Takarai.

         El tono molesto del celular volvió a sacarlo de sus pensamientos, estiró su brazo para tomar el celular pero ya no estaba, alguien más lo había tomado.

         -Habla Hideto Ogawa, ¿qué se le ofrece?

         Tetsu se quedó sin palabras al ver a Hyde, su cabello, su figura, su voz, todo era perfecto en él. Era la perfecta combinación seductora que había poseído años atrás. Ahora adoptaba esas manías femeninas que tanto le caracterizaban, tomaba el celular y le contestaba a un completo desconocido con el apellido Ogawa. Eso si sonaba bien, Hideto Ogawa, la amable ama de casa sexy que esperaría a su esposo con sólo un mandil puesto y una mirada necesitada; ese era el hombre con el que se quería casar... si tan solo no fuera Tetsuya Ogawa, el bajista y líder de la banda más famosa de Japón.

         -¿Hideto Ogawa?- una dulce vocecita contestó del otro lado de la bocina.

         Hyde se asqueó en cuanto la escuchó, así que no hizo más que pasar el celular a manos de su amo y señor.

         -Es tu tonta favorita- bromeó al pasarle el celular.

          -Kaori- si, Hyde tenía razón, era ella, pero no pensaba que fuera tonta, sólo no la quería como deseaba al vocalista.

         -Que milagro que me contestas- le reprochó- nos casaremos pronto y tu estas lejos de mi...

         -Estoy trabajando, bien lo sabes...

         No tuvo tiempo de formular bien sus palabras, porque Hyde no podía detener el juego por culpa de la tonta favorita de Tetsuya. Su cuerpo estaba demasiado excitado como para calmar sus ansias. Se subió a la cama sólo para sentarse sobre las piernas de Tetsu, quedando en una posición exquisita.

         -Mírame- murmuró sin dejar de hacer contacto visual con el hombre que le miraba maravillado al sentir su cuerpo encima.

         Poco a poco desabotonó la camisa que traía puesta, de seguro eso haría que su amo colgara el celular y le brincara encima, eso era lo que quería lograr. Su reloj le había marcado en el baño que eran más de las cinco de la tarde, y esa hora era perfecta para comenzar su juego desquiciado.

          Mientras había estado en el baño lo había planeado todo, primero le seduciría lo suficiente para después dejar que le tocara y le poseyera; era un plan sencillo lleno de lujuria, nada más que lujuria y la esperanza de una satisfacción deliciosa.

         -Pero Tetsu, si al menos me contestaras el celular... su voz ya no significaba nada.

         Tetsu estaba pasmado, miraba las curvas e Hyde, quería tocarlas, quería acercarlas a su cuerpo y mandar al diablo a Kaori. Necesitaba acercarse más al cuerpo que se le mostraba desnudo, veía con deleite como Hyde se esforzaba en mostrarse lo más vulnerable posible. Todo le estaba volviendo loco, el verlo así, con los labios medio abiertos, sus pezones erectos, su lengua paseándose por sus labios y esos rizos que le embriagaban; eso era pecado puro. Si Hyde hubiera adoptado otro sobrenombre por parte de Tetsu, sería lujuria.

         -Estoy algo ocupado ahora- pronunció sin dejar de observar a Hyde- no me vuelvas a llamar si no te llamo.

         -Tetsu, ¡espera!...- su voz fue cortada por la finalización de la llamada.

         Tetsu cerró el celular y lo arrojó lejos, no supo donde, pero no se preocupó porque el piso estaba cubierto de alfombra.

         -¿Te gusto?- pasaba una de sus manos por sus rizos y otra se dedicaba a acariciarse a si mismo.

         Las palabras utilizadas en los juegos sexuales no eran verdad, generalmente las utilizaban solo para causar placer al oído humano y no hacer sólo sexo. Tetsu sabía muy bien como utilizar las palabras, pero estaba seguro de que Hyde también sabía utilizarlas.

         -Me gustas mucho- palabras, sólo palabras. Pero no podía negar que le gustaba lo que veía- eres mejor que cualquier video porno.

          Sonrió como sólo él sabía hacerlo. Mientras Hyde cerraba sus ojos delicadamente sin dejar de tocarse a si mismo, su erección era devastadora, le estaba matando, y si Tetsu no se apresuraba tendría que acabar con ella el solo.

         -Si te gusto- le guiñó un ojo- tócame- murmuró.

         Era la clave en esas situaciones, murmurar era excitante, lo suficiente como para provocar placer.

          -Lo haré- se acercó un poco más al cuerpo deseado y tomó las muñecas de Hyde con sus manos.

         Le miró intensamente, planeando todo lo que haría y el tiempo del que disponía antes del anochecer.          -Te amo-le susurró antes de volver a besarlo.

         Pero esta vez el beso duró mucho más de lo esperado, porque Tetsuya necesitaba ese beso como excusa para deshacerse de la ropa que aún cubría el cuerpo de su presa. Retiró todo con cuidado, mirando de vez en cuando, saboreando mentalmente esa piel sin cortar el beso apasionado.

          -No es justo- el beso terminó, y un Hyde completamente desnudo tomó la palabra- yo no tengo nada, pero tu sigues con ropa...

         Tetsu se acercó peligrosamente hasta hacerlo topar con la cabecera de la cama. Delineó con sus dedos el camino que seguirían sus besos, en especial su lengua.

         -Quítamela- sonó como un reto para Hideto.         Un reto que no podría negar pero era difícil de realizar. Miró despreocupadamente a lo que se enfrentaba, los pantalones de mezclilla le causarían problemas, eso lo sabía de antemano, pero lo demás era pan comido.

         -Haido...- continuó con sus besos en el cuello del vocalista, quería escucharlo, deseaba escuchar esos acordes que sólo se escuchaban en él- Me gusta que sea Ogawa...

          Hyde sufría deliciosamente, no era de corte masoquista, pero lo disfrutaba. Nadie le había hecho gemir en la cama, nadie. Simplemente fingía lo más que podía, lo que le causaba placer era el dolor ocasionado, porque si era sádico en cuanto a sexo.

          -Ah...- comenzó con aquello que no podía mantener dentro de su garganta- Tetchan...

         Era la primera vez en mucho tiempo que le decía por ese nombre, pero todo era parte del juego. Tetsu lo sabía, pero le causaba un deleite personal.

         Hyde luchaba contra sus impulsos, sus piernas estaban completamente cerradas, sus muñecas atrapadas y lo único que podía utilizar libremente era su boca.

         -you treat me like a dog- cantó, era lo único que podía hacer, cantar la canción que tanto le excitaba a Tetsuya.

         Tetsu lo reconoció, Taste of love, sus planes iban a la perfección, su mente ya no podría pensar, tendría que entregarse al deseo... necesitaba hacerlo, pero Hyde ya no estaba ayudando como lo había estado haciendo al principio. Lo sabía, Hyde podía llegar a ser tan vulnerable; era por eso que jamás se sentiría satisfecho con ninguna mujer.

         -No necesitas una mujer Hyde- le murmuraba cerca del oído, le acariciaba la cintura, y con la otra mano tenía cautivas sus muñecas- me necesitas a mi- sonrió para si mismo al encontrarse diciendo aquellas cosas.

         Hyde no podía soportarlo más, tenía que tenerlo, ahora. Tetsu vio la oportunidad que estaba esperando, soltó las muñecas de Hyde sólo para observarle más de lejos. Se separó un poco para después acariciarle las piernas con malicia. Esas blancas piernas que tendrían que abrirse pronto.

          -No lo hagas- Hyde le miró a los ojos, se podía mirar un poco de miedo en ellos; ¿actuación? Sólo él lo sabía.

         -Tengo que hacerlo- mencionó mientras se sacaba la camisa que traía puesta.- tu también quieres mi lindo Akuma.

         Tenía razón, quería sentir un orgasmo por parte de su líder, quería sentirlo dentro, quería hacerlo, pero algo en su conciencia le decía que no debía; pero, ¿cuándo había hecho caso a su conciencia?

         Se miraban fijamente con todo aquel deseo mientras Tetsu seguía acariciando las piernas femeninas de su presa.

         -¿Dolerá?- esas ya no eran palabras de juego.

         -No lo sé- Tetsu no se detenía en sus caricias, cada vez se acercaba más a sus muslos- nunca lo había hecho con un hombre.

         -Yo si- Tetsu se sorprendió al escuchar eso, pero sólo logró excitarse más- pero nunca en esta posición, yo nunca abría las piernas- se sonrojó.

         -No se si dolerá- dejó de hacer acaricias sus piernas y comenzó a hacerlas en su pecho- pero, podemos hacer el intento- su respiración estaba agitada, tenía que quitarse la ropa, tenía que abrazar el cuerpo de Hyde y sentirlo cerca- haré lo posible para que no te duela- las palabras ya no eran juego, era la verdad- te gustará- le sonrió pícaramente- nos gustará- rectificó al momento que se quitaba lo que sobraba de ropa.

         Hyde admiró cómo lo hacía, ya lo había visto desnudo, pero no excitado. Se acercó lo más que pudo y se abrazó de aquel cuerpo perfecto. Lo sentía, podía sentir lo que sus ojos habían deseado, y le gustaba demasiado. Comenzó a abrir sus piernas lentamente, no estaba seguro de lo que hacía, pero el ver a su bajista de ese modo le alentaba a hacer toda clase de cosas.

         Tetsu le miró de pies a cabeza, fijó su vista entre sus piernas y no pudo soportarlo más, se acercó peligrosamente hasta quedar lo suficientemente cerca cómo para poder empezar.

         -Espera- Hyde le interrumpió- bésame primero- bajó la mirada para ocultar su notorio sonrojo.

         El juego se estaba saliendo de sus límites, ya no era un juego.

         El bajista se acercó y le besó de nuevo, tomando el rostro de Hyde entre sus dos manos, algo en él le decía que tenía que darle amor a ese ser.

          Terminó el beso y Hyde tomó una de las manos de Tetsu.

         -Ya no podrás decirme que no- se metió a la boca aquellos dedos que tanto admiraba cuando tocaban el instrumento que más se le dificultaba.

          Tetsu no pudo evitar gemir al sentir ese toque sensual, la saliva que sentía le recordaba muchas cosas, y le hacía desear otras. Quería meterlos allí dentro, quería saber lo que se sentía. Hyde no se detuvo, los saboreó dentro de su boca como si fuese un dulce exquisito, un caramelo delicioso que nunca termina.

          Gimió y sacó los dedos de su boca.

          -Eso es trampa- Hyde mencionó al sentir la lengua de Tetsu rodeando sus pezones. Volvió a gemir.

         -Que sensible eres Hyde- sonrió de nuevo al admirar su rostro.- Me pregunto, si sabrás mezclar el placer con el dolor-  introdujo uno de sus dedos dentro de su victima, sin dejar de lamer los perfectos círculos que se dibujaban en su pecho.

          No sabía que hacer, la invasión que sentía era incómoda, pero el trato que se le daba a sus pezones era bastante placentero. Tomó con sus manos el rostro de Tetsu, le guiaba de un lado a otro, gimiendo, pidiendo más. Nunca pensó que llegaría a sentir más placer con los besos de Tetsu que cogiéndose a dos muchachas al mismo tiempo. Pero era cierto, no podía soportarlo, el placer que le provocaba, succionaba, le besaba, le mordía, y por otro lado le causaba una molestia que poco a poco se iba convirtiendo en una caricia más intima y profunda.

         Tetsu sacó los dedos que tenía dentro de Hyde y detuvo las caricias que hacía con su lengua, dejando a Hyde más que excitado y confundido.

         -¿Por qué?

          No tuvo tiempo de recibir la respuesta a esa pregunta, instintivamente rodeo con sus piernas la cintura de Tetsu, sabía lo que vendría, pero lo deseaba más que nada.

         -No te dolerá- le abrazó completamente, quedando Hyde sentado arriba de Tetsu- no mucho...

         -Ah...ah...ah...- no paraba de gemir, no podía, era demasiado placer el solo estar en esa posición sintiéndose mutuamente.- Ah... Tetchan... ah... ¿lo prometes?...ah...

         -Aja...- la respiración de Hyde, tan cerca de su ser le daba escalofríos, le gustaba sentirlo tan cerca, tan suyo.

         En un solo instante le penetró como bien sabía hacerlo. Hyde no pudo evitar gritar, rodeo con sus brazos el cuello de Tetsu y se aferró a sus cabellos lo más que pudo. Era muy incómodo, era devastador, lo quería fuera.

         Pero Tetsu quito esos pensamientos de su mente cuando comenzó a besarle de nuevo, le abrazaba con pasión y besaba su boca, su cuello y sus hombros; quería que Hyde sintiera lo que él estaba sintiendo.

         Nunca había experimentado el sexo con un hombre, pero sabía que estar dentro de Hyde era el cielo. Estaba estrecho, era exquisito, todas las sensaciones que podía imaginar estaban allí. Quería estar por siempre así, con Hyde a su merced, llorando y gimiendo; por siempre.

         La incomodidad y el dolor de fueron transformando en caricias internas, se acostumbró a la invasión dentro de su cuerpo sin dejar de besar a cada instante la boca de Tetsu. Le empezó a gustar esa sensación.

         -¿Estás bien?- Tetsu le miró a los ojos sin dejar de abrazarlo.

         -Si...- comenzaba a sentir los placeres de aquel contacto, tenía que moverse- Tetchan...- sonreía con el rostro completamente rojo-¿Sabes moverte?- era una pregunta llena de lujuria; un reto.

         Tetsu sonrió para su vocalista y le besó apasionadamente al momento que comenzó a moverse. Realmente sabía moverse, y Hyde lo podía sentir, estaba extasiado con esas caricias.

           -Ah.... ¡ah!- sus gemidos se hicieron más sonoros a la vez que aumentaba el ritmo.

         Tan sólo sexo... no lo era, era más que eso.

          Hyde nunca en su vida pensó experimentar tal placer a manos del hombre que le había ofrecido trabajo, jamás pensó estar con él en la cama sintiendo el cielo. Por su parte Tetsu jamás planeó estar así con su vocalista, lo había hecho con Kaori y demás chicas, pero eso había sido ya hace muchos años y los resultados no habían sido satisfactorios.

         -Tetsuya Ogawa- dijo de un solo suspiro- eres... ah... Tetchan...ah...yo... ¡ah!... te... amo... te amo... ¡ah!

         -Yo...ah- trataba de controlarse a si mismo, pero no podía hacerlo, era una sensación demasiado maravillosa-... ¡ah!... te...amo también...Doiha-chan...

         Ciertamente no sabían lo que decían pero lo creían necesario.

         El placer es hermoso, pero no eterno. Y llegaban al final de la primera ronda de amor artificial pero de buena calidad.

         -¡Ah!- Hyde llegó al orgasmo de la manera que jamás pensó que llegaría. Se aferró de Tetsu lo más que pudo hasta que sintió que la hermosa sensación se desvanecía.

         -¡Ah!- Tetsu llegó al orgasmo cuando sintió a Hyde estremecerse entre sus brazos, le miró cuidadosamente, las expresiones de su rostro, y bastaron eso y demás caricias, que Hyde  proporcionaba, para que el bajista pudiera sentir el Seventh Heaven.

         Siguieron así por un instante, mientras sentían los restos de su clímax en hormigueos por todo el cuerpo.

         Si, los dos se sentían completamente satisfechos. Se separaron, sólo para acostarse en la cama uno a lado del otro, controlaban sus respiraciones a la vez que se cubrían sólo con la sábana de la gran cama de la habitación de lujo.

         -¿Te gustó?- fue Tetsu el primero en hablar.

          Hyde se acurrucó a un lado suyo y suspiró.

         -Es el mejor sexo que he tenido en mi vida- sonrió- quiero hacerlo de nuevo.

            Sus palabras eran sinceras, se sentía satisfecho, demasiado satisfecho, pero la noche aún no caía, y debía aprovechar el tiempo que pasaba a lado de su bajista, el único al que podía decirle sinceramente que lo amaba.

             -Yo también- le miraba a un lado suyo con ese aspecto afrodisiaco que le alentaba a comerle- aunque, me siento más que satisfecho.

              -Lo mismo digo Tetchan.

               Se sonrieron por un periodo corto de tiempo, debían descansar un poco antes de volver a sus juegos perversos. Tetsu se sentó sobre la cama con la intención de buscar su celular con la vista, pero no lo encontró.

               -¿Pasa algo malo?-No, es solo que...Se quedó mirando la imagen que proyectaba su vocalista, con las sabanas cubriendo hasta su pecho, las mejillas completamente ruborizadas y los ojos vidriosos que denotaban su vulnerabilidad.

               Sólo había algo que podía echar a perder esa imagen: un cigarro.

               -Quiero fumar- como invocado el pensamiento, necesitó su segundo vicio.

              -Que lastima que estas conmigo- le sonrió amablemente con ese tono infantil que todos conocían.

                -Lo sé- hizo un puchero, era el Hide-chan que todos conocían antes de que el señor Hyde apareciera en sus vidas- pero, Tetchan tengo un vicio mejor.

                Se sentó sobre la cama y se recargó en el hombro de Tetsuya. Tomó la libreta que había dejado en el tocador de la recámara y comenzó a escribir más aprisa de lo que en realidad solía hacerlo.

                -Vaya que será un buen disco- bromeó el bajista.

                 -Si lo será, como todos- abandonó el hombro en el que se recargaba y se puso de pie buscando su ropa.

                -No tienes que ponértela si quieres hacerlo de nuevo- esa mirada pícara que le causaba escalofríos se posó en su querido Takarai.

                -Pero escribiré mucho, y además tengo hambre...- sonrió.

               Encontró su ropa interior y se vistió con la misma camisa de botones que traía al principio; se veía lindo, mucho más lindo que antes. Tomó la libreta y una pluma para sentarse en el escritorio que había en la habitación para poder escribir sus más apasionantes canciones llenas de mensajes ocultos y significados confusos.

           Tetsu se alegró de haber hecho aquello, había conseguido muchas cosas a cambio y se sentía como un hombre nuevo. Tomó su ropa interior y se puso los pantalones que había escogido al azar de su cajón.

            -¿Qué se te antoja?- preguntó al letrista.

           Hyde tomó el menú de servicio al cuarto y señaló todo lo que una persona normal no podría comerse en un día.

              -Ah, y también encarga pastel- coqueteó con él- quiero darte de comer en la boca Ogawa.

               -Si claro Doiha-chan...- tomó el menú que estaba a un lado del servicio telefónico y marcó el número que ya marcaba todos los días.

                Llevaba varios días hospedado en aquella suite de lujo, solo el en ese enorme espacio, pero así le gustaba. Sentía que sólo así podía concentrarse en sus asuntos personales; la boda con Kaori había sido algo que no le había caído de sorpresa pero tampoco le había agradado del todo. Si bien, la linda cantante era su “novia” o eso se comentaba en el medio artístico, puesto que no era más que una farsa para acallar rumores sobre sus amoríos con Hyde o con algún otro hombre que se le cruzara por delante. Invocaba las palabras de sus directivos y se mareaba de tan solo pensar.

               Kaori Mochida, una linda personita enfadosa como una mosca que ronda en tus oídos antes de dormir, eso era Kaori. Y habían decidido que era la pareja perfecta para Tetsuya Ogawa, y él no se opuso; como tampoco se opuso Hideto Takarai cuando decidieron enamorarlo de Megumi Oishi. Lo malo fue cuando la linda Kaori se tomó en serio la broma y comenzó a tratarlo como si fuese su novio realmente. La boda era algo ficticio que en poco tiempo se había vuelto una obligación.

                 -Controlan nuestras vidas- canturreó Hyde mientras escribía- pronto controlarán nuestras mentes- sonrió ante el bajista.

                Bien sabía que su amante en turno estaba pensando en su tonta favorita.

                -Kaori Mochida, debe ser siempre Kaori Mochida- volvió a inmiscuir en el asunto- No puede ser Ogawa, no se lo voy a permitir.

                 Eso provocó una leve sonrisa en el rostro del aludido. Estaba simplemente allí con el teléfono a la mano, con el pensamiento perdido y el corazón confundido.

                  -Si, quiero hacer un pedido- su voz a través de la bocina metálica- si, la habitación 1506- paseaba su mano libre por su cabello corto, era una manía que había adoptado con el tiempo, después de haber traído tan largo el cabello.

                  Hyde le miró a lo lejos mientras pedía toda clase de cosas que el menú podía ofrecer. Se limitó a mirarle sin considerar nada más, simplemente pensaba en todas las cosas que habían pasado en esos dieciséis años de haberse conocido y se lamentó el nunca haber considerado a Ogawa como su primera opción.

              Terminó de escribir una larga canción extraña que había salido de los rincones más recónditos de su cerebro y se dispuso a buscar los celulares. Tomó el suyo, que había dejado en el tocador; gateó por la habitación para buscar el celular que había salido volando poco antes de haber sentido el cielo en manos de Tetsu y lo encontró.

               Caminó de vuelta al escritorio donde estaba escribiendo y revisó cautelosamente su celular.

               -Susana, Clarise, Tomoyo, Sachiko, Sara...- repasaba todos sus números telefónicos- esto es aburrido...- salió del menú- tendré que cambiar de celular.

               Tetsu terminaba la orden y alcanzó a escuchar ese comentario.

                -Si sólo eso... Tetsuya Ogawa... si claro.... gracias....espero- colgó el teléfono.Avanzó hasta donde estaba su vocalista y se extraño al ver el título de aquella canción "Alone en la Vida".-No sabía que sabías hablar español Doiha-chan.

                  Hyde recuperó su altanería por un momento y se dignó a mirar a su adulador.

                 -Se hace lo que se puede Tetsuya- sonrió- además, me tienes a mi en la banda, sin mi no sería nada.

                  Ese comentario no había sido para nada adecuado. Pero Tetsu sabía como controlar la situación esta vez, sin enojarse.

                   Tomó el rostro de Hyde entre sus manos y logró sacarle un suspiro. Hyde se dio cuenta de lo que había dicho, era bastante estúpido de su parte, pero ahora sabía que hacer para remediarlo.

                 -Pero yo no soy nada sin ti- cerró los ojos esperando el dulce beso que de seguro Tetsu le daría.

                -No lo haré- Hyde abrió sus ojos de golpe al escuchar eso- primero dime que vas a hacer con tu celular.

                  -Lo voy a cambiar- volvió a su tono superior.

                  -Pero es el segundo de este mes, no quiero que estés gastando el dinero en eso, si tienes contactos indeseables es tu culpa Hideto- le estaba reprendiendo- si fueses un poco más delicado en cuanto a tus asuntos, nada malo pasaría...

                    -Lo haré- bajó la cabeza en son de paz, no quería que Tetsu se enojara con él, no ese día ni en ese lugar ni en ese momento- seré más cuidadoso, y ya no saldré con ninguna chica- sonrió juguetonamente- no necesito a ninguna chica...

                -Eres malo Akuma- le sonrió en respuesta y le besó.

                Un beso que se iba convirtiendo poco a poco en una rutina, o eso es lo que los dos deseaban que pasara. Sus cuerpos estaban acostumbrados a mucho trabajo físico y mental, así que lo que habían estado planeando no tendría ningún inconveniente.

                -Pero tú eres más malvado que yo, jefe- comentó al terminar el beso; lo que ocasionó una sonrisa por parte de los dos.

               Un temprano desenlace se derivaba de todos sus actos. Si todo el mundo se hubiera congelado en ese momento, o si por pura casualidad del destino dios les hubiera dado la oportunidad de retrasar el tiempo; todo hubiera sido diferente y se hubiera podido contar una historia de amor. Pero el tiempo no apremiaba y no había tiempo para un “te amo” sólo había tiempo para un “quiero más”

               Las sombras de la noche iban poblando el cielo, y pronto ya no hubo más que luz de Luna para poder observar sus mutuos movimientos. De un movimiento se encendieron las luces del lugar. Los grandes candelabros elaborados con el más fino cristal y debidamente escogidos para adornas la suite de lujo; nadie les prestaba atención, a nadie le importaba la luz ni la decoración, sólo había una cosa en sus atrofiadas mentes... pensamientos que se iban coordinando con sus actos mientras el tiempo corría.

              -Ya se tardó la comida- Hyde seguía escribiendo infinitamente en su cuaderno especial para eso.

              Tetsu reposaba en un sillón con la vista perdida en el techo del lugar. Dibujaba sombras con sus ojos, pensando en todas las responsabilidades que se había echado a la bolsa últimamente. Pero ¿quién era el para decidir lo que le tenía planeado el destino? Seguramente un humano más en un planeta infestado de gente con problemas de ese mismo tipo.

              -si- afirmó sin dejar de mirar el techo.-Tengo hambre- sus manos le empezaban a doler.

               Era obvio que dolerían, pero quería acabar de escribir y componer su parte, tenía que hacerlo para mantener contento a su fuente de placer.

                -Lo sé- sonrió- siempre tienes un hambre inhumano.

             Y de aquellas siluetas dibujadas surgió un recuerdo infantil, tan sólo una vaga idea de cómo era antes de que todo el embrollo empezara; una sombra de lo que ya no podría alcanzar ni en sueños.

             Hyde dio el último retoque a sus canciones. Era cierto que entre más sexo mejor escribía, pero eso nadie debía saberlo porque se suponía que salían desde lo más profundo de su alma.

           -Sabes que tenemos que componer algo navideño- le ordenó Tetsu sin dejar su posición inicial- lo han pedido para el bien de las ventas, ya sabes- estaba algo fastidiado de eso, pero era su contrato.

            -Lo sé, ya lo hice- terminó.Soltó la pluma con la que escribía y relajó los músculos de sus delicadas manos.

              Le entusiasmaba el pensar que pronto estarían activas de nuevo en un juego macabro; ya se había recuperado del primero, así que podría seguir con el segundo sin ningún problema, pero después de comer, eso si.

              Alguien tocó la puerta.Tetsu salió de su embobamiento mental y se dirigió a lo que era la puerta de la enorme suite.

             -Voy por tu comida, amor- le dedicó una sonrisa seductora y salió del cuarto con destino a la puerta.

               Porque era de imaginarse que la suite tenía varias recámaras, aunque las demás eran ocupadas por instrumentos y ropa.

                Hyde miró como de alejaba su querido amante y se quedó sentado en la cama con las piernas cruzadas.

                -Estoy aburrido- se dijo a si mismo mientras tomaba su celular-... pero no tengo porque estarlo- sonrió maquiavélicamente como sólo el sabía hacerlo y tomó el celular de su querido Tetchan en sus manos- y tu tampoco lo estarás.

                 Mientras, Ogawa atendía el llamado con una enorme sonrisa mimada, tan comercial como su propia imagen.

                -Muy bien- revisó cuidadosamente la orden.

                 Porque si algo le caracterizaba era eso, lo minucioso y obsesionado perfeccionista que era. Un platillo exuberante con una bebida un tanto alcohólica y un postre exquisito de chocolate oscuro.

                  -Si, esta bien.

                   -Perfecto, lo cargaré a su cuenta- el muchacho que había traído la orden se retiró, dejando la charola servida.

                     Tetsu se apresuró con la charola hasta el cuarto, donde Hyde estaba sentado en la cama con las piernas cruzadas. Una mirada inocente se posaba en su rostro; algo había hecho. El bajista dejó la charola en el tocador y se sentó a un lado de su vocalista.

                -¿Qué hiciste?- le sonrió mimándolo.

                Hyde no pudo evitar sonreír al sentir las manos de Tetsu alrededor de su cuerpo. Sacó el celular que estaba escondiendo detrás de sí y se lo entregó a su dueño.

                 -Pero no dejes de abrazarme- le ordenó.

                 Y que más daba; siguió con el abrazo y tomó su celular entre sus manos, algo debía haber hecho el demonio vestido de ángel. Lo revisó cautelosamente y encontró una exquisita galería de fotos con las imágenes más sexys que jamás en su vida habría podido encontrar.

                  -¿Te gusta?- Hyde le sonrió sin dejar de sentir el abrazo- las tomé especialmente para ti.

                  Pasaba lentamente de una foto a otra; ¡Benditos celulares con cámara! Era lo más pornográfico que jamás pensó que vería en su vida, y lo mejor de todo es que el modelo era el vocalista Hideto Takarai. Al diablo con el pudor.

                -Eres de lo peor- sonrió sin dejar de observar.

               -Además- Hyde rompió el abrazo para mirarlo fijamente a los ojos- cambié tu tono de timbre por uno más “lindo”.

              Si, sabía perfectamente que Mochida inmiscuía en el celular de Tetsuya, pero se llevaría una gran sorpresa la siguiente vez que lo esculcara.

             -Tendré cuidado con estas fotos- cerró el celular a la vez que miraba a Hyde- si alguien llegase a verlas, la prensa nos mataría.

             -Eso ya no me importa- se puso de pie con el fin de traer la charola de comida consigo- si nos descubren te besaría frente a la cámara, no tendría ningún inconveniente.

             -Que directo- pensó en sus sentimientos, pero algo que no había en la historia de su vida eran sentimientos.

               Pensando siempre que el sexo se trataba del amor profesado entre dos personas, esa creencia le llevó a guardar su cuerpo sin buscar la satisfacción. Pero el demonio le había enseñado algo que no podía resistir, así que no tenía sentimientos; quería satisfacción, y si en Hyde la encontraba, se forzaría a amarlo tan sólo para sentir el cielo de nuevo- pero yo haría lo mismo. Ahora que lo pienso, deberíamos seguir juntos...

              Hyde le dedicó una mirada necesitada y se acercó lentamente hacía él.

              -no te cases- le murmuró al momento que se sentaba de nuevo en sus piernas.

             -No lo haría si de mi dependiera- le devolvió el murmuro.

             -¿Entonces te acostarás conmigo mientras me veas?

             Una pregunta que era cierta; el juego se había acabado y tan sólo quedaba el deseo carnal que nunca desaparecería mientras existiesen los dos. Si eran almas gemelas no lo sabrían nunca porque no se darían el tiempo de averiguarlo. Solamente jugarían con sus cuerpos.

              -Me acostaré contigo cuando tu lo necesites- esas palabras le sacaron de control.

             Kaori no significaba nada en su vida, y si Hyde requería su presencia en alguna noche desolada, saldría de su casa o simplemente lo llevaría a la suya para satisfacerse mutuamente.

             Se besaban de nuevo, esta vez con más tranquilidad, sin prisas. No estaban preparados aun para una segunda vez, y menos con el estómago vacío.

            -Comamos primero.

              Era de esperarse que el vocalista comiera más, pero no todo. Aunque era un plato exuberante no era una cantidad exagerada, ya que los ricos comen menos...

              -Di: ah- Hyde tomó una cucharada del pastel de chocolate que había pedido.

              -Ah- Tetsu estaba contento. Le estaban dando de comer en la boca, y nadie más que el muchacho sexy con el que se acostaría una vez más.

              Se hacía a la idea de una maravillosa vida llena de excesos. Su madre le dijo siempre que los excesos eran malos, pero ¿cuándo le había hecho caso a su madre?

               Terminaron de comer en un parpadeo, y sin más se encontraban de nuevo uno arriba del otro con la respiración agitada y el cuarto completamente oscuro.

                Hyde sentía el peso de Tetsu en sus costillas, pero podía soportar eso a cambio de los dulces besos en su cuello. Era más que notorio que su intención era dejar marcas en aquella bella piel que más de uno había deseado y ahora era sólo suya. Los gemidos que escapaban de su garganta le volvían loco, quería poseerlo de nuevo, quería poseerlo por siempre. Oh, su bello muchacho de cabellos rizados. Su delgada figura temblaba debajo de su peso, y eso le excitaba aún más.

              No era un juego, era una necesidad de dos cuerpos abusados por el estrés y la manipulación. Se desahogaban de aquella manera, y era más que satisfactorio.

              -Doiha- alcanzó a susurrar sin dejar de besar su cuello- me gustas más así.

              Tetsu estaba entre sus piernas, había contacto entre sus intimidades, y era más que suficiente para alentarlos a seguir.

              -Si...ah...- cerraba sus ojos, quería sentir al máximo las caricias dadas por el hombre de su vida- apretaba con sus piernas el cuerpo entre ellas y el contacto con la entrepierna de Tetsu le volvía loco por completo. Eso tenía que ser un sueño húmedo.

           Si, la humedad, reinaba en ese espacio cerrado bajo las sábanas. El sexo era un poco menos descarado, un poco más planeado, más placentero...

              Besaba sus labios de vez en cuando y entre la oscuridad del cuarto podía observar sus mejillas rojas. Eso le prendía demasiado, tenía a Hyde a su merced, gimiendo su nombre, queriéndolo sólo a él dentro de sí; eso era el cielo. Paseaba sus manos por debajo de la cintura de su amante, le tocaba desprevenidamente sin dejar de ver las facciones de su rostro. El placer y el dolor, como le gustaba ver sus facciones en esas etapas.

            Hyde simplemente rodeaba con sus brazos el cuello de Tetsu, de vez en cuando proporcionaba un beso o dos, pero le gustaba sentirse vulnerable ante él, sumiso.

             -ah...- un sonoro gemido de los labios de Tetsu, el contacto que sentía por debajo de su abdomen se había hecho más rígido. Necesitaba entrar ya, pero quería que durara sólo un poco más.

              Y ese gemido alteró los nervios de Hyde, dejó de rodear el cuello de Tetsu para aferrarse a las sábanas blancas. Abrió lo ojos por un momento cuando Tetsu se separó de su cuello.

             -¿Qué pasa?- le miró algo enfadado. El tiempo no era mucho y Tetsu se daba el lujo de hacer pausa.

             Tetsu le miró con las mejillas sonrojadas, detuvo el contacto y se sentó en la cama justo enfrente de él. Hyde también se sentó frente a él, con el ceño fruncido.

             -Haido- le miró con una sonrisa- es que algo cruzó por mi mente mientras te veía tan excitado.

             -Espero que sea bueno- se cruzó de brazos e hizo un puchero.

              Si, algo delicioso había cruzado su mente.

              -¿Sabes hacer sexo oral?

              Hyde se sonrojó de pies a cabeza y sintió escalofríos al escuchar eso. Tetsu lo predijo, se acercó a su vocalista y le abrazó con ternura.

              -Lo siento- sonrió el bajista- no era mi intención preguntarlo tan abruptamente.

              -Si sé...- mencionó en un susurró casi inaudible- aunque...- miró a Tetsu a los ojos- nunca lo he hecho, y menos con un hombre... pero- la picardía volvió a sus ojos- puedes enseñarme y te lo haré con gusto.

               Eso le gustaba de su vocalista, era vulnerable pero fingía que no lo era, era su angelito disfrazado de demonio.

                -Mira Haido- tomó su rostro entre sus manos- sólo quiero un poco, para después seguir con lo que estábamos. Sólo pensé, he sentido tu cuerpo, pero quiero sentir tu boca allí.

                Definitivamente era Ogawa el que le ganaba a Hyde. Y en ese estado de locura carnal todo era posible. En la guerra y el sexo todo se vale.

               -Mi boca...- tocó sus labios con sus dedos. Era una idea que en verdad lograba prenderle lo suficiente. Si, algo en Tetsuya Ogawa iba a sacarlo de su agobio existencial-..¿Estas seguro?

                     De nuevo esa mirada vulnerable que tanto encantaba a Tetsu. El juego se había terminado, ¿Podía nacer el amor de una noche de sexo? Si, si podía.

                  -Muy seguro- rectificó sin dejar de acariciar el rostro de su amante prohibido- lo harás bien, además...- hizo una pausa para pensarlo bien- tal vez no tengamos tiempo mañana para esto.

                  -¿¡Eh!?- se alteró un poco- lo dices por el maldito trabajo- se indignó.

                  Tetsuya Ogawa nunca dejaría de ser de L’Arc-en-Ciel.

                   -Pues, es que es la verdad- retiró sus manos del rostro que mimaba- tenemos que terminar la composición del disco Haido.

                   -Oh, como me va a gustar esto...

                   Tetsu pareció confundido cuando escuchó esa última frase, pero comprendió después a lo que el vocalista se refería. Hyde no perdía tiempo, no quería perderlo. Tomó el liderazgo en la sesión erótica y perdió su vulnerabilidad; se acercó a Tetsuya tan sólo para besarle el cuello de la forma más sexy que sabía hacerlo. Sin dejar de besar ni un momento su piel, bajó sus manos hasta encontrarse con esa erección que había saboreado sólo en su imaginación unas cuantas horas antes.

                El bajista rodeó el cuello de Hyde con sus brazos, gemía, se sentía bien, sabía que su idea había sido buena.

               Haido bajaba más y más sus besos, hasta que llegó al abdomen de Tetsu y e detuvo por un momento para acariciar sus muslos con sus manos.

              -Ahora entiendo porque todas están locas por ti- sonrió para si mismo mientras observaba la parte que más codiciaba- pero eres mío- resaltó las últimas palabras antes de comenzar con lo que muchas habían hecho con él.

                Pasó su lengua por la erección de Tetsuya. Era un sabor exquisito para su paladar, había sido una buena idea. Lamió de nuevo esperando las reacciones de su líder, y no se hicieron esperar los gemidos placenteros que pedían más.

                -Ah...ah...- Tetsu reaccionaba a cada caricia- Akuma...ah...

                  Hyde no se hizo del rogar, también él quería sentir más. Lo metió todo a su boca como si de dulce se tratara, lo saboreaba a cada segundo que pasaba. Por otra parte Tetsu sentía de nuevo otro pedazo de cielo, esa cavidad era húmeda, tan húmeda como la otra, pero había una diferencia que simplemente le gustaba: la lengua del vocalista. Se movía, le acariciaba delicadamente, rozaba con sus dientes; Haido era todo un experto en ese arte.

              -ah...ah...Haido...ah...- con sus manos tomaba los rizos que tanto le excitaban.

              El ritmo era perfecto y la sincronización impecable, pero Hyde tuvo que detenerse. Sacó de su boca la entrepierna de Tetsuya sólo para sentarse de nuevo frente a él.  

               Se escuchó un quejido por parte de Tetsu, pero comprendió a lo que se debía.

              -Ah... era delicioso- Tetsu sonrió frente a Hyde.

               -Si que lo era- mencionó saboreando la pre-eyaculación que rondaba por su boca.

                -Pero tu también mereces sentir el cielo- se abalanzó contra su vocalista para quedar encima de él de nuevo.

                   Hyde no se quejaba, todo era maravilloso en ese lugar, entre esos brazos, con esa sonrisa sólo para él; se sentía especial.

                   Se besaron de nuevo con más pasión casa vez, esperando más placer que conseguían exitosamente con cada caricia. Entre sonrisas y gemidos todo era como el séptimo cielo.

                  -Sabes, me gusta mucho allí adentro- Tetsu estaba listo para entrar de nuevo, quería lo deseaba, lo necesitaba urgentemente- Tu boca es deliciosa Akuma, pero tu...- entró de golpe- es más estrecho.

                -¡Ah!- un grito de dolor. Cerró sus ojos para aminorar el dolor, pero en cuanto los abrió y pudo contemplar el rostro de Tetsuya, logró sentir placer.

                 -Lo siento...- su respiración estaba agitada, y su voz no dejaba de ser caricias para los oídos de Hyde- pero es que eres tan delicioso Hideto.

                   Si, todas aquellas palabras le excitaban demasiado, ya lo había decidido, quería estar por siempre con Tetsuya Ogawa. Comenzó a moverse siguiendo el ritmo que sus caderas marcaban, se sentía vulnerable y a la vez protegido por los brazos de su bajista.

                   El ritmo aumentaba y los sentimientos iban aflorando, los dos se necesitaban, querían satisfacerse mutuamente envueltos en el erotismo y la lujuria que sentían. Era pecado, pero era delicioso.

                  El orgasmo, llegó a los dos de manera repentina, forzando el contacto más allá de lo que podían, queriendo sentirse así por siempre, juntos. El efímero momento se desvaneció en gemidos ahogados y respiraciones cortadas.

                -ah- Hyde se recostó en la cama respirando por la boca.

                Tetsu se acostó justo encima de él, controlando su respiración también. Se mantuvieron en silencio por unos momentos, hasta que pudieron hablar de nuevo. Se acostaron uno a lado del otro y volvieron a cubrirse con las sábanas blancas.

                -No te cases- Hyde al fin pudo hablar.

                 -Ya te dije que no depende de mi- Tetsu giró su cabeza para mirarle- si de mi dependiera me casaría contigo.

               Hyde dejó salir una risilla nerviosa; algo dentro de él ya no estaba marchito, ya no era repugnante.

                -Tetchan, quiero estar contigo siempre- su tonó infantil le regresó la inocencia perdida- no me quiero separar de ti.

               Tetsu tomó a Hyde entre sus brazos, y lo sostuvo allí porque sentía la necesidad de hacerlo.

              -Yo también quiero estar contigo Doiha.-Dime que me amas- le miró decididamente.

                 -Te amo- acató ordenes sin más.

                 -Yo también te amo Tetsuya Takarai- se acurrucó más en los brazos de su líder.

                   -Hideto Ogawa- sonrió para el vocalista.Y unos instantes después se quedaron dormidos, con nada más que el calor de sus cuerpos y un rastro de sentimientos, si es que había. 

 

                        El torbellino de ideas que le atacaba desde hacia años desapareció en un instante de calidez. ¿Era su imaginación? Ya no se sentía agobiado. Abrió lentamente sus ojos, esperando encontrar otra hermosa dama acostada a su lado, respirando el maldito olor a tabaco. Pero su olfato no detectó el terrible hedor de una noche de pasión desenfrenada; algo andaba mal en su mundo de excesos. Sus extremidades respondían a la perfección, como nunca lo hacían en una mañana desolada. Miraba con atención el techo de la habitación y se dio cuenta de que no estaba bajo sus redes de putrefacción; había salido ileso. Se dio cuenta del cálido abrazo que le envolvía y sonrió para si mismo.

                  Aquel miedo a mirarse en un espejo ya no era algo tan notorio en su vida, lo pensó. Tetsu estaba allí, compartiendo un sueño desde hacia mucho tiempo, y ahora estaba compartiendo su cama de una manera en la que nadie antes lo había hecho.

                   Observaba cuidadosamente las facciones del que dormía a su lado, no era nada que no se pudiera apreciar.

                  Tetsuya despertó debido a la presión visual que ejercía su compañero en él.

                 -Buenos días Doiha- le miró intensamente de nuevo, esperando que el vocalista respondiera.

                 -Buenos días Tetsuya Takarai.

                -No lo olvidas cariño- sonrió.

                Un pacto hermosamente peligroso. Algo que tal vez sólo pudo haber sucedido esa vez y nunca antes.

                 -¡claro que no!- se defendió- además yo seré de ahora en adelante Hideto Ogawa. 

                 Hubo un pequeño instante de paz, sin arrepentimientos ni nada por el estilo.

                -Bueno- Tetsu se estiró- ahora a trabajar, Ken no tarda en llegar y...

                 Se detuvo en su explicación absorbida por el trabajo cuando Hyde le tomó de la mano.

                 -Antes de que te conviertas en el obsesivo del trabajo- se sentó sobre la cama- llévame al baño por favor.

                 Por supuesto... era algo obvio. Tetsu se rió a carcajadas.

                -Bien- se levantó de la cama y tomó a su princesa en brazos, era tan delgado como siempre, y tan ligero como siempre lo había sido. Con el cuidado que siempre había tenido lo dejo donde debía y regresó a sus labores.

               Revisó el lugar con sus ojos y sintió la necesidad de tomarse otro día para estar a solas con Hyde, pero el trabajo esperaba. Tomó su celular, lleno de bellas fotos tomadas por el vocalista e hizo la llamada que Ken había estado esperando.

                Mientras Hyde se debatía en una pelea mental. Su agobio había terminado, sus necesidades estaban saciadas. Definitivamente había algo que estaba mal en toda esa paz corporal. Llenó la tina para darse un baño caliente, lo necesitaba, porque nunca en su vida había pensado que hacerlo de esa manera le traería dolor al siguiente día; pero no se arrepentía.

                 ¿Se podía volver a sentir miserable? Tal vez sólo cuando Tetsu no estuviera cerca... y eso pasaría pronto, en cuanto menos lo esperaba, Mochida terminaría con la paz corporal que había adquirido. ¿Se escapó? Seguramente si. Había huido de la vergüenza que le sugería que era un ser despreciable; ya no se sentía mal del todo.

                Se metió a la tina pensando en todas esas cosas, de las cuales siempre meditaba en las mañanas. Pero esa mañana no había tenido que humillar a una dama diciéndole que se largara.

                 -Haido- se escuchó un golpeteo en la puerta-¿Puedo pasar?

                 El vocalista encontró eso como un gesto innecesario.

                -Claro- le respondió desde adentro- no hay nada que no hayas visto ya.

                  Tetsu entró y se sentó a la orilla de la tina con esa sonrisa que le caracterizaba desde hacia no más de veinticuatro horas.

                    -Le llamé a Ken y dice que viene en camino.

                   -Que bien- se notó un poco de decepción en su rostro.

                    -¿Qué te ocurre Doiha?- le acarició una de sus mejillas, esas que una noche antes había besado.

                   -Es que, hay algo malo en esto- le miró a los ojos- mis ansias se calmaron... y tu te vas...

                   Lo entendió perfectamente, a lo que se refería su vocalista. Se acercó un poco más hasta poder alcanzar sus labios. Le besó, sin olvidarse de aquellas sensaciones y cosquilleos en el estómago; las ansias de Hyde volvieron a tomar parte de su cuerpo insaciable, el deseo le empezó a carcomer de nuevo. No quería terminar el beso que duraría poco, quería sentir a Ogawa por siempre junto a él, porque sólo así podía sentirse completo.

                   -No me iré- Tetsu terminó el beso- nunca me he ido- le hizo reflexionar- siempre he estado contigo.

                     Sus miradas se cruzaron de nuevo, por una última vez antes de escuchar el timbre de la puerta.

                  -Que rapidez- Tetsu se quejó- Akuma termina rápido para empezar a componer.

                  -Lo haré...Dicho esto no quedó ninguna duda, todo estaba en calma, o ¿era así?

                     Jugó un rato más con la espuma a su alrededor antes de volver a preguntarse por qué Tetsuya Ogawa le complacía de esa manera.

                   -Tal vez, sólo tal vez, le estoy empezando a amar... 

 

                    Después de años sin material nuevo, L’Arc en Ciel saca por fin un nuevo disco... lo demás sólo ellos lo saben.

Notas finales: Gracias por tomarse la molestia de leer.

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