Reloj, no marques la hora.
[NejiNaru]
"...volteó hacia la derecha y entonces unas fuertes manos le sujetaron, le oprimieron los brazos, quemaba. Un cuerpo se acerco al suyo y el filo del metal pasó cerca de su mejilla, le hizo una marca más que adornaría aquel rostro acanelado. Luego, ya nada. Todo se tiñó de rojo, rojo sangre. Y una lágrima de felicidad resbaló por su mejilla."
-¡NOOOO!-
-¿Neji? ¿Amor, qué pasa?- el rubio que descansaba a su lado se despertó de golpe al oír aquel grito de horror por parte de su novio. Lo observó; tenía la respiración agitada, temblaba y las venas cerca de sus ojos se marcaban mucho. Neji era pálido, pero ahora lo estaba más que antes. Sin dudar un momento más, el rubio lo acunó entre sus brazos.- Fue una pesadilla Neji...-
-Tú sabes que no es así Naruto...- el castaño se llevó ambas manos a la cabeza, hundió sus dedos, tenía miedo.- Lo sabes a la perfección...-
-¿Yo estaba en tu pesadilla?- preguntó calmadamente el otro, soltando casi sin querer a la persona que amaba.
-¡No es pesadilla Naruto! ¡Pasará! ¡Y lo sabes y aún...!- un sollozó escapando de su garganta impidió que siguiera hablando. Un temblor se apoderó de todo su cuerpo, sentía escalofríos, sabía perfectamente que eso no había sido una pesadilla, sino una premonición. Y le dolía, le dolía más que si millares de trozos de cristal se le clavaran a la piel, más que si le azotaran sin parar durante tres días.
No era dolor físico, sino dolor de corazón.
Y eso, parecía no entenderlo su rubio amante que solo bostezó un poco y luego se rascó los ojos. Era precioso. Naruto era precioso. Y Neji lo amaba locamente, como nunca amó a nadie...y como nadie nunca lo amaría a él. Por que Neji tenía un don especial. Podía saber el futuro de una persona mediante un sueño, sabía claramente lo que sentían las personas en su corazón...y sabía que era lo que Naruto sentía por el.
No era amor. Era más que amor. El amor quedaba corto. Por que si sentía amor y muchísimo, pero lo que sentía el rubio por él era muy especial. Tan especial que ningún ser humano lo había experimentado todavía.
-...Naruto-llamó quedamente, después que su llanto cesó.- Naruto... ¿amor?- solo sintió como esos delgados brazos lo obligaban a volver a su lugar, su lugar donde su cabeza todas las noches reposaba en el pecho del rubio y sus brazos envolvían su cuerpo y sus labios besaban la boca del otro.
Era un rito de amor. Un rito que debían cumplir exageradamente todas las noches para poder dormir en paz, aunque Neji se preguntaba como podría volver a dormir después de eso, si bien sabía lo que a su amado le iba a pasar.
Pero ya no dijo nada.
En la habitación solo se escuchaban sus pausadas respiraciones y nada más. Afuera, el maullido de los gatos buscándose unos a los otros, el viento chocando contra las ramas, el mismo viento arrastrando basura por la calle, intransitable a esas horas de la noche, hasta que amaneció y Naruto despertó, como todos los días, bostezando y estirándose como un lindo zorrito.
El Hyuuga, no había podido pegar un ojo desde que soñó eso y se preguntaba como demonios a Naruto parecía no importarle. ¡Si era él el que iba a morir!
-Naruto, tenemos que hablar.-
-Neji, pero si tengo que ir a trabajar dattebayo...-
-Naruto, por favor... ¿no lo entiendes? ¡Estás es peligro! ¡No quiero que te pase nada! Y sin embargo...aún sabiéndolo...no puedo hacer nada...-
-Neji...- susurró el rubio, acercándose lentamente a su amante.- Hazme el amor...quiero estar contigo mi último día sobre la tierra...-
-¡No digas esas cosas!- el ojiblanco estalló en llanto, profundo y desgarrador. Sentía su alma partirse en pequeños trozos que se perdían en la inmensidad. Tenía ganas de salir e ir a matar a quienes matarían a su pequeño kitsune...su kitsune, su amado y adorado Naruto. Su rayo de luz.-Naruto...te amo...-
Se fundieron en un beso, uno de los últimos. Luego, hicieron el amor. Entregaron sus cuerpos a la calidez y estrechez del otro, al último trago de pasión, a la última caricia íntima. Y al final, Neji lloró. Saliendo del cuerpo de su rubio adorado, lloro.
De amor, de desesperación, de tristeza, de dolor. Lloró durante un largo rato. Un rato donde Naruto no dejaba de contemplarle, ni de acariciarle la larga melena castaña con dedicación. Quería tranquilizarlo, decirle que todo iba a estar bien pero es que nada lo estaba.
Naruto tenía miedo de dejar a Neji solo. Tenía miedo de que él muriendo, Neji encontrara a alguien más. Pero no podía decírselo, sería egoísta. Y calló.
-Neji...hoy voy a morir.- sentenció un grito se ahogó en la garganta del Hyuuga.- Si, hoy voy a morir...pero feliz. Feliz por que me amas y por que sé que muriendo no te voy a perder. De eso nunca...estoy feliz de haber pasado casi toda mi vida a tu lado, amándote más a cada instante. Por favor, no llores. Te amo. Más que eso.- miró el reloj, marcaba cerca de las 10 de la mañana.- Voy a trabajar. Te amo. Te llamaré en cuanto llegue. Te amo. Me iré a vestir. Te amo...-
Y así, Naruto a cada frase le seguía un te amo. Neji se preguntaba el por qué y el rubio contestó sin que se lo preguntaran, solo intuyendo por el rostro descolocado de su amante.
-Te lo estoy diciendo a cada instante, por que es verdad. Te amo. Y hoy moriré. Pero como tú vas a seguir vivo y feliz, te estoy diciendo todos los te amo posibles, para que me recuerdes cada mañana como si estuviera a tu lado. Por que lo voy a estar...- Naruto guardó silencio un rato. Terminó de arreglarse y tomó el pomo de la puerta entre sus manos.- Te amo...- tembló. Pero salió de allí no sin antes darle una mirada de amor a Neji.
El castaño sonrió, entre saladas lágrimas.
-Yo también te amo.-
-Lo sé.-
Era la última vez que lo vería. Y Neji se quedó deseando que su don fuera una equivocación, que Naruto no muriera ese día y que fueran felices hasta ser viejos, murieran juntos y sus almas irían juntas al cielo.
Pero sabía que no era así. Así que solo le rogó al reloj ir más despacio cada vez, para que no marcara la hora.
FIN