Las notas eran tocadas, en aquellas teclas de marfil, con asombrosa facilidad. Entonaban una melodía triste y melancólica, acompañada únicamente por la suave respiración del intérprete.
- Siempre tocabas esa melodía para él – dijo una voz suave, con un leve matiz de tristeza, aunque trataba de ocultarlo.
- Era su preferida – dijo el intérprete con voz trémula.
- No has podido olvidarlo ¿cierto? – pregunto la primera voz con una profunda tristeza marcada en su tono, y aunque quiso esta vez no logro ocultarlo.
- Jamás podría olvidar a James – contestó el intérprete dejando de tocar la triste melodía, y girándose para mirar a su acompañante con sus penetrantes ojos color negro, como una noche sin estrellas ni luna que la iluminaran.
Su acompañante simplemente le devolvió la mirada con sus inmensos ojos azules enmarcados en su cabello rubio.
- James murió hace seis meses, y eso no va a cambiar – susurró el ojiazul con tristeza palpable en el temblor de su suave voz.
- Lo sigue siendo todo para mí – respondió Henry ligeramente molesto por lo dicho por su acompañante.
- Si continuas así te quedaras solo, no te cierres a la posibilidad de un nuevo amor – le dijo el rubio con una leve sonrisa que no conseguia ocultar completamente su pesar.
- No hay nadie como James, jamás volveré a estar con nadie Alexandre – contestó fríamente el ojinegro.
Sin siquiera mirar a su acompañante se volvió de nuevo hacia el piano, comenzando a entonar la triste melodía de nueva cuenta.
Mientras tanto, Alexandre solo miraba entristecido la espalda de su amigo del cual estaba enamorado desde hacía años, sin embargo, su amigo nunca le había prestado atención; era irónico como su hermano menor le había arrebatado el amor de su vida y aunque dolía verlos juntos, no podía evitar estar contento en cierto modo, ya que su mejor amigo y amado estaba feliz.
Sin embargo, su hermano James había muerto hacía seis meses en un accidente automovilístico, y él no había logrado hacer que Henry dejara su dolor.
- ¿Vas ha seguir ahí mirándome toda la noche? – la voz gélida de Henry lo hizo salir de sus pensamientos.
- ¿Ya quieres que me valla? – preguntó el ojiazul con burla tratando de esconder su tristeza.
- Son más de las doce, deberías ir ya a dormir – respondió sin dejar de tocar el piano.
- No tengo sueño y prefiero seguir escuchándote tocar – Alexandre sonrió al pronunciar estas palabras, mientras se acomodaba en el sillón en el cual llevaba horas sentado.
Henry siguió con su melodía, sin comentar nada más, y Alexandre, en contra de su propia naturaleza habladora, tampoco hizo comentario alguno.
Continuaron en ese estado de mutismo, uno tocando la triste sonata y el otro simplemente escuchando, durante más de una hora.
- ¿Por qué lo haces? Preguntó Henry dejando de tocar repentinamente.
- ¿El qué? – preguntó Alexandre confundido, él no había hecho nada.
- ¿Por qué estas aquí? ¿Por qué te preocupas por mí? – especificó sin todavía mirarlo.
- Por que eres mi amigo – respondió con una sonrisa sin dejar que sus sentimientos fueran notados.
- Nunca fuiste bueno mintiendo, así que responde – las palabras de Henry hicieron que el otro sonriera divertido.
Tratando de hacer el menor ruido posible, Alexandre, se levantó del sillón y se acercó hasta la espalda del pianista, para después abrazarlo por la espalda, rodeando con sus brazos su cuello.
- ¿Qué crees que haces? – cuestionó fríamente el pianista al notar el abrazo de su acompañante.
- Responder a tu pregunta – contesto el ojiazul tranquilamente, después de todo estaba acostumbrado a la frialdad de su amigo.
- ¿Qué? – preguntó desconcertado
- Te amo, Henry – susurró bajo, en el oído del ojinegro.
Tras declararle sus sentimientos después de tanto tiempo, se alejo del pianista que permanecía en silencio.
- Ya me imaginaba esta reacción – comentó con tristeza – si me necesitas estaré en mi habitación.
Alexandre se marcho de la habitación, dejado al pianista solo y sumido es sus pensamientos.
- Alexandre – susurro, mientras comenzaba a tocar nuevamente el piano con su usual maestría. Sin embargo no prestaba atención a las notas que tocaba, simplemente presionaba las teclas adecuadas de manera mecánica, su mente se hallaba sumida en un inmenso caos. Quería a su amigo desde hacía tanto tiempo, y se había enamorado de su hermano menor solo para olvidarse de él. - ¿Por qué nunca me lo dijiste? – preguntó imaginando como habrían sido las cosas de haberlo sabido antes.
- Por que eras mi amigo y no quería perderte – de inmediato Henry se giró para mirar al ojiazul intensamente - después empezaste a salir con James y deseaba que fueras feliz, aunque eso me costara mi propia felicidad.
- Creí que te habías ido a tu habitación.
- Y así lo hice, pero te escuche tocar y decidí oír desde más cerca – explicó con su habitual sonrisa clamada.
De forma lenta, el ojinegro, se acercó con pasos casi felinos hasta el ojiazul y lo acorraló entre la pared y su cuerpo.
- ¿Qué estas haciendo Henry? – pregunto el ojiazul ruborizándose fuertemente.
- Desde que te conocí nunca pude sacarte de mi cabeza, me encantabas…pero creía que nunca me mirarías como yo a ti, y por eso empecé a salir con James, del cual me enamore perdidamente – dijo el pianista contra los labios del rubio.
Alexandre lo miró sorprendido, apenas y podía creer que no hubieran estado juntos desde hacía años por culpa del miedo al rechazo, sin duda que eran unos idiotas…
- Alex, te quiero, no te vayas quédate con migo y ayúdame a superar la muerte de James – la voz de Henry sonó extrañamente tierna al susurrar esas palabras.
- No hacia falta que me lo pidieras tenia pensado hacerlo – sonrió el rubio, antes de ser besado dulcemente por el pianista.
Ambos jóvenes se besaban con pasión en la oscura habitación del piano, solo iluminados por la luz de la luna llena que se colaba por el gran ventana, demostrándose así el amor que sentían el uno por el otro desde hacía años y que por temor nunca se habían atrevido a confesar, logrando así separarse. Sin embargo, ahora, podrían estar juntos para siempre, ya que, ya no había nada que los pudiera separar después de tanto tiempo guardándose su amor para ellos mismos…..
Fin….