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Cuarto para las dos por Pandy

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Notas del fanfic:

da flojera escribir notas...

Naruto le pertenece a Kishimoto sama...

 

Notas del capitulo:

La canción se llama igual que el fic, la canta Liran roll un grupo de rock urbano mexicano :))

esp 

Cuarto para las dos

[KakaNaru]

 

Era un niño. Un niño rubio y precioso. De ojos azules, limpios, cristalinos. Inocentes. Y yo le arrebaté esa inocencia.

No tengo ningún remordimiento por eso.

 

La conocí en estado de ebriedad...

 

Fue en aquél día, después de tomarme unas copas en el bar cercano a la playa. Ese maldito día, donde la bastarda de mi ex mujer me había hecho sentir como una mierda. Me había terminado por alguien más joven. Cuestionándome, empecé a beber sin parar. Al terminar la botella, aún recordaba a aquella inútil, pesada, con permanente síndrome premenstrual. A las 8 copas de vino después, comencé a olvidarme un poco de ella. Quizá tomé tequila, ron y probablemente hasta alcohol de curación pero lo que de verdad me hizo olvidarme de lo mal que hizo sentir la perra a mi autoestima fue él.

 

Él, el rubio precioso.

 

Ese niño, que aparentaba no más de doce años de edad y que sin embargo, tenía sus quince hechos y derechos.

 

Aquel ángel caído que solo vino a sufrir. Yo era testigo cada día, desde muy temprano en la mañana que daba clases en la secundaria. Ese rubio se llamaba Naruto. Huérfano de padre y madre. Pobre. Inocente. Era retraído, callado, un poco tonto, al principio. Después cambió radicalmente. Era grosero, altanero, irrespetuoso pero sin dejar de tener la inocencia plasmada en sus ojos. Solo los duros golpes de la vida lo volvieron así.

 

Y digamos que de las dos facetas que tuvo el chiquillo, la segunda era la que me cautivó más.

 

-¡Gomenasai!- sin querer, el rubio de ojos azules derramó el contenido de tres jarras de cerveza encima de mí.- ¡Pero usted se metió en mi camino!- dijo enseguida, haciendo una leve mueca en sus delgados y sonrosados labios.

-¡NARUTO! ¡Sé respetuoso con tu profesor!- le riñó el dueño de aquel lugar, ex amigo mío, de nombre Orochimaru.- ¡O te vas a limpiar letrinas otra vez!-

 

Fue cuando el rubio reparó en mí. Y yo solo reí, si bien por los efectos del alcohol, quizás por el rubor que adquirieron las mejillas del chico.

 

-Gomenasai, Kakashi-sensei...-

 

Esa vocecita, me recordó cuando aún era un niño incapaz de defenderse solo.

 

Y me cautivó. Luego no supe por que reaccioné de esa forma; tomándole por las caderas, apretando mis afilados dedos en sus huesos, haciéndole casi gemir. Jalándolo hacia mí, quería que sintiera mi cálido aliento sobre su rostro.

 

Y yo le dije, así...

 

-No te puedo perdonar, Naruto-kun.- le susurré en el oído.- pero sé de algo que puedes hacer por mí para que empiece a perdonarte...un poquito.- apreté más mi agarre sobre sus caderas.

 

Vamos a caminar, al río de la luna

Te llevaré a un lugar que está allá

Junto al mar...

 

-Dígame...- contestó el chiquillo, asombrado y apenado.

-Hay un lugar al que quiero llevarte...-

-Usted está borracho, sensei...-

-Lo suficiente como para atreverme a hacer esto...- no lo pensé. Tampoco había que pensarlo mucho. Solo hacerlo. Solo juntar mis labios con los del rubio, abrir un poco mi boca y la suya, introducir mi lengua en su pequeña e inexperta cavidad, dejarle probar mi sabor a tabaco y licor. Y al separarme, esperé su rostro asqueado y un puñetazo en mi cara pero al contrario de eso, él solo hizo una seña al dueño del bar.

 

-Orochimaru-sama, yo...ahorita vuelvo.- su manita se aferro a mi camisa. Y sonreí por lo bajo. El dueño del lugar también sonrió, pervertido, sucio.

-Que disfrute, Kakashi-san.-

 

Solo asentí con la cabeza.

 

Con Naruto, era imposible pensar en no disfrutar.

 

Y salimos juntos de allí.

 

Lo llevé a aquel motel cercano a la playa. Él sabía perfectamente a lo que íbamos y aún así, permaneció en silencio. Yo iba un poco más adelante que él y me quedé estático cuando escuché algo parecido a un sollozo escapando de su garganta.

 

Ella me dijo

Yo a ti te quiero

 

-¿Qué pasa...?-

 

Esa fue una pregunta estúpida.

 

-Kakashi-sensei...yo le amo.-

 

No, la pregunta no es estúpida. Yo soy el estúpido. Por que en lugar de haber dicho o hecho algo, me congelé y mis pensamientos también.

 

-Le amo desde que le conozco...perdón, sé que no debí pero...- se aclaró la garganta, limpió sus lágrimas en un acto casi de furia.- ¡Pero si le voy  entregar mi virginidad a alguien, al menos sépalo!-

 

Reaccioné justo al instante en que sus bracitos se envolvieron en mi cuello y me robaba un beso hambriento, asfixiante. Un beso de verdad.

 

Nunca tú cambies

Así seguiremos...

 

Yo le tomé por la cintura. Lo apreté contra mi cuerpo. Me daba miedo que en cualquier momento se fuera, se deshiciera entre mis brazos. Que se esfumaba, eso me llenaba de temor. Pero él, borraba ese miedo. Por qué sus manos apretaban mi cuello, me asfixiaba pero me gustaba.

 

Vamos a caminar al río de la luna

 

Por que al menos, era importante para una persona.

 

Nos separamos en el momento en que nos hizo falta el aire.

 

Te llevaré a un lugar que esta allá

Junto al mar

 

Él lucía angustiado. Yo, acaricié su mejilla. Lo tomé de la mano y nos encaminamos al motel. Durante el trayecto, creo que Naruto tembló.

 

Un cuarto para los dos yo lo pedí

Un cuarto para los dos yo lo pedí

 

Pedí una habitación. La muchacha pelirrosa que atendía, nos miró curiosa. Creo que también le doy clases. Es lo más probable. Por que Naruto en cuanto la vió agachó el rostro y no lo levantó hasta que lo conduje a la habitación y lo tiré en la cama, estaba dispuesto a devorarlo, a hacerle mío.

 

Le retiré las ropas, besé todo su cuerpo color canela y que, sabía a fresas. Él se removía, apretaba entre sus puños las blancas sábanas y gemía al sentir mis dientes torturar sus pezones. Gemía al sentir mis manos apretando su hombría, acercándose peligrosamente a su estrechez, metiéndome en ella, volviendo a salir.

 

-Ah...Kakashi...te amo...sensei-

 

ella me dijo yo a ti te quiero

nunca tú cambies y así seguiremos

 

Hubo algo de magia en ese momento. Paré de besarle y acariciarle y le miré, directo a sus limpios ojos azules.

 

-Gracias, Naruto...-

 

vamos a caminar al río de la luna
te llevare a un lugar que esta allá junto al mar


No pude aguantar más después de eso. Fue cuestión de segundos, para dejarlo completamente a mi merced y poseerlo. Cuando me sentí dentro de él, fue la gloria completa. Oír sus jadeos, sentir sus calientes lágrimas resbalar por mi espalda, sus manos jalando mis grises cabellos...

 

Eso, había sido llegar al cielo y volver a la Tierra.

 

Lo besé mientras dejaba mi semilla en su interior y él, se derramaba como la miel de una colmena entre nuestros cuerpos húmedos y cansados. Se acostó en mi pecho, acaricié sus cabellos. Se durmió, abrazado a mí. Yo lo admiré un rato más, hasta que el cansancio me venció.

 

Cuando desperté, a mitad de la madrugada, sentí frío. De inmediato el pánico me embargó.

 

Lo busqué por toda la habitación.

 

Pero él ya no estaba.

 

un cuarto para los dos yo lo pedí
y al cuarto para las dos yo la perdí
un cuarto para los dos yo lo pedí....

 

Le pregunté a la muchacha pelirrosa. Ella me dijo que había salido, bañado en lágrimas a las cuarto para las dos de la mañana.

 

Nunca supe más de él. No regresó al colegio, ni al bar donde trabajaba. Creo que se lo tragó la tierra. Lo que no entiendo, es por que se fue. Justo en sueños había decidido pedirle que se quedara conmigo, para siempre.

 

Me duele su ausencia. Y todas las noches, cuando dan cuarto para las dos, el dolor se anida en mi pecho.

 

Lo perdí.

 

FIN?

Notas finales: y bien...? :(((

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