Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sus dos amores por zandaleesol

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fics es respuesta al desafio de San Valentin, para la Mazmorra del Snarry.

SUS DOS AMORES  

¡¡Respuesta al desafío de la Mazmorra del Snarry!!  

Estaba retrasado, le había costado trabajo safarse de sus colegas de la escuela, por ser un día especial las clases sólo  habían durado media mañana, esta fecha era la que esperaba con ansiedad, no había día  como este  para el amor y para él en especial resultaba una de las más fantásticas de todo el año. Un dejo de emoción lo inundaba para que negarlo, se sentía como un muchacho de dieciocho que acudía a la que sabía sería una inolvidable cita, su amante estaría esperándolo en el mismo hotel y en la misma habitación en la que mantenían aquellos encuentros secretos de vez en cuando, temblaba de emoción sólo de pensar en él, era tan apasionado, tan lujurioso, completamente insaciable, a pesar de los años de diferencia que le llevaba era el muchacho quien dominaba la situación, él  sólo se rendía a la locura y la pasión desatada que inundaba su cuerpo cada vez que se encontraba con Piere, hasta el nombre le resultaba sensual. 

 Antes de salir de Hogwarts había dado a su persona una apariencia impecable, tal como le gustaba a  su joven amante,  llegando al hotel se dirigió enseguida hasta el mostrador, el encargado lo recibió con una sonrisa maliciosa y a la vez cómplice. Ya lo conocía y a pesar de que jamás cruzaban palabras Severus veía en la mirada del hombre que casi ya lo consideraba algo así como un amigo, claro y era natural él llegaba hasta el hotel por lo menos una vez al mes y ocupaba la misma habitación  714, siempre llegaba solo, pero sólo media hora después llegaba su amante, más de una vez Piere le había dicho que aquel hombre le acogía siempre con una risita cómplice en cada ocasión que el se acercaba a preguntarle si el cliente del 714 había llegado, sólo eso preguntaba su amante, luego subía el ascensor y dejaba de ser perseguido por los ojos anhelantes de aquel hombre que seguro lo envidiaba a más no poder y claro como no hacerlo si su amor era el joven más atractivo que podía existir.  

Severus luego de recibir la llave de la habitación, enseguida se había introducido en el ascensor ya eran casi las tres de la tarde, Piere debía llegar a esa hora era increíblemente puntual jamás se retrasaba, estaban juntos casi hasta las seis, jamás se quedaban más tiempo, pero aquellas tres horas las aprovechaban al máximo, aunque él reconocía que nunca tenía suficiente, lamentaba que esos encuentros se produjesen sólo una vez al mes, pero también reconocía que eran lo suficientemente apasionados como para compensar que no fueran tan asiduos. Piere le decía que de ese modo era mejor, si se veían sólo una vez al mes no despertaban las sospechas de Harry. Apartó su pensamiento por un instante de Piere para pensar en Harry, su esposo, tan tierno y adorable, era tan distinto a Piere  que era todo lujuria y desenfreno, pero el no tenía problemas en amarlos a los dos, ellos eran parte de su vida. El adoraba a Harry, hacía tres años que se habían casado, los mismos tres años que tenía de conocer a Piere.  

Con Harry también celebraba de forma especial ese día, a Harry le gustaba quedarse en casa en San Valentín, organizaba una cena romántica a la luz de las velas, música suave para luego terminar en la cama haciendo el amor de forma maravillosa. Era una suerte para él ser un experto en pociones, aquel día especial debía recurrir a cierta ayuda extra para tener la energía necesaria con que responder a sus dos amores. Una vez más dejó de pensar en Harry y otra vez se concentró en Piere que de un momento a otro llamaría a la puerta, se quitó el abrigo y lo depositó sobre una silla, todo en la habitación estaba como siempre, champaña fría, la ocasión lo ameritaba más que nunca, las fresas de las que tanto disfrutaba Piere.   El corazón le saltó de emoción cuando escuchó por fin los golpes en la puerta, abrió en seguida, y ahí estaba él, deslumbrante como siempre, sensual y con la mirada cargada de lujuria, sin decir palabra el muchacho se abalanzó sobre él para devorarle los labios, sólo se apartaron cuando les faltó el aire.  

-          Parece que me extrañaste –dijo Severus con tono sensual 

-          Siempre… cuento los días para estar contigo –dijo Piere besando al hombre otra vez  

-          Confieso que verte sólo una vez al mes no me basta… desearía que... 

-          No… no lo digas… así es mejor… mientras más tiempo paso sin  verte más te deseo. 

-          A mi me sucede igual… me vuelvo loco con sólo pensar en ti –dijo Severus besando apasionadamente al muchacho  

Cuando finalmente logró apartarse el muchacho sonrió malicioso.  

-          Si Harry supiera que me besas de esa forma… 

-          No tiene como saberlo… además no estamos aquí para hablar de él… ahora sólo somos tú y yo… 

-          Es cierto… y no estamos aquí para hablar –dijo Piere comenzando a quitarle la camisa  

Severus ya sabía lo que venía, después que su camisa quedó en el suelo fue empujado con suavidad hasta la cama, ahí tendido de espalda, su amante se encaramó encima de él, de inmediato atacó su cuello con una lengua húmeda y ardiente,  aquello lo enloquecía le encantaba sentirse por una vez dominado, él no controlaba nada, sabía que Piere haría lo que quisiera con él. Y así sucedió con destreza le fueron quitadas todas las demás prendas del vestuario hasta quedar desnudo, el muchacho encima de él con firmeza se encargó de su erección, aquellas manos eran tan expertas y poseían una suavidad que lo enloquecía no tardó mucho estar completamente excitado, a sus gemidos se unieron los de Piere que ya preparaba su entrada para la penetración que vendría a continuación, apenas podía contener la ansiedad de sentir a su amante dentro de él, no tuvo que esperar demasiado el muchacho con una experticia que le fascinaba se introdujo en él certeramente de una sola vez.  Con una vaivén lento y acompasado él ayudaba a que la penetración llegara lo más profundo que fuera posible, no existía momento como ese era único e irrepetible y era justamente eso lo que tanto le enloquecía de su amante le hacía vivir una experiencia fascinante, la de sentirse complemente subyugado.

El orgasmo no tardó en llegar para ambos casi a un tiempo, las sensaciones que vivía Severus eran increíbles, ser poseído por Piere era la cosa más excitante que vivía a lo menos una vez al mes. El resto de tiempo que les quedó libre para continuar con aquellos juegos eróticos que tanto placer les causaba, pero luego todo se convertía en vorágine, a Piere le venía la prisa por irse, generalmente él reclamaba pero ahora no tenía ganas de hacerlo, en casa le estaría esperando Harry con sus bellos preparativos de San Valentín y no podía defraudarlo.  

Abandonó el cuarto y se dirigió hacia el ascensor, en el hall de entrada se topó con el encargado que una vez más le dirigió su mirada y risita cómplice, con una leve inclinación de la cabeza a modo de despedida le dio la espalda al hombre para salir del lugar y aparecerse en su casa.   

Cuando entró al apartamento notó de inmediato el ambiente, tal como lo había supuesto sonaba una melodía romántica, las luces algo bajas eran muy a-doc, un suave perfume le llegaba, eran las esencias especiales que tanto gustaban a Harry y que decía siempre eran ideales para el amor y el romance, la mesa ya estaba dispuesta con los platos exquisitos así como el vino que Harry se preocupaba de encargar con mucha antelación. Severus sonrió más que complacido y también expectante sólo de imaginar como sería aquella noche.

Cuando volvió la vista hacia el sala ahí estaba su Harry, su dulce amor, que se había esmerado para sorprenderlo, un atuendo muy elegante modelaba su cuerpo, se veía fascinante, todos los días llevaba aquellos jeans gastados y esas sudaderas algo anchas que no dejaban apreciar la deliciosa anatomía de su cuerpo, era el único Auror que recordaba Severus que vistiera de aquella forma tan descuidada, pero esta noche le había dado un toque elegante y sofisticado a su persona, le parecía sublime verlo vestido con aquel tono negro y turquesa que le daba a sus ojos esmeraldas un brillo deslumbrante.  

-          Tardaste amor –dijo Harry viniendo hacia su esposo que le abrió los brazos 

-          Lo lamento amor… ya sabes la escuela… estuvo algo revolucionada hoy con esto de que era San Valentín… costó poner orden.  

Harry sonrió comprensivo, sabía que su Severus no dejaba su papel de profesor intransigente ni siquiera ese día.  

-          Olvida la escuela… ahora sólo debes pensar en lo que preparé para esta noche –dijo el chico besando el cuello del hombre  

-          Soy todo tuyo… te aseguro que todo en mí está ansioso por comenzar a celebrar este día… en el que sólo debemos pensar en el amor.  

Le tendió la mano a su chico de ojos esmeraldas y lo invitó a bailar al compás de esa música, el ver a Harry tan dulce, tan entregado despertaba en él toda la ternura y la dulzura. Después de eso fue conducido a la mesa, la cena le resultó maravillosa. Después naturalmente el postre lo tomaría en la habitación, el postre era Harry, que se entregaría a él con todo el amor que él sabía que ese chico tenía sólo para él.

Tomó al chico en sus brazos para conducirlo a la habitación que había sido preparada con tonos rojos, pétalos de rosas esparcidos por todos lados que relucían con las luces de las velas  que iluminaban todo, llevó a Harry directo hasta la cama, todo aquello le había puesto muy a tono, el chico silencioso y sonriente le invitaba con su mirada llena de deseo, lo besó dulcemente en los labios, luego repartió  besos por todo su rostro, le besó la frente y el cabello, Harry era adorable, que afortunado era de tenerlo en su vida y que fuera sólo suyo.

Comenzó a quitarle la ropa con lentitud, tal como sabía que le gustaba a Harry, regodeándose con la belleza de su cuerpo tan bien formado tan apetecible y sensual, el muchacho completamente desnudo se entregó a las caricias previas que tanto le excitaban, la ternura de Severus, su calidez y dulzura era el mejor afrodisíaco y Severus lo sabía no necesitaba más para enloquecer a Harry que ya estaba completamente rendido a sus deseos. Se le entregó de forma maravillosa tal como lo hacía siempre, apasionado y dulce, sin duda para Severus era el día más feliz de su vida, estaba seguro que ese día sería inolvidable, las emociones para él toda esa jornada habían sido muchas.  

Harry se durmió plácidamente en los brazos de su esposo, Severus le observó dormir completamente feliz, nunca había imaginado que su vida con Harry sería tan feliz, en un principio había evitado la relación, se había negado al amor de Harry pero la constancia y la dulzura del chico había acabado convenciéndolo, no había podido seguir negándose y no lo lamentaba era muy feliz en todos los aspectos de su vida junto a ese chico maravilloso. Varias horas después Harry despertó de golpe al sentir algo fría el lado de la cama donde debía estar su esposo, abrió los ojos con pesadez Severus no estaba a su lado, se sentó en la cama, escuchó ruidos en el cuarto de baño, cuando nuevamente comenzaba a cerrar los ojos sintió que su esposo se recostaba otra vez a su lado, se apretó contra ese cuerpo cálido que tanto amaba, aprovechó el instante para recrear su vista, en el momento en que Severus le hacía el amor no lo observaba mucho, las sensaciones le hacían casi siempre mantener los ojos cerrados concentrándose en las emociones que explotaban dentro de él, ahora admiraba las formas tan perfectas de Severus, pero de pronto su vista se clavó en aquel lugar donde terminaba la espalda de su esposo, se quedó extrañado al ver una marca en la nalga izquierda, abrió la boca con cierto asombro esa marca no debía estar ahí, no era una marca cualquiera, era marca muy decidora, demasiado evidente para su gusto.  

-          Severus… puedo hacerte una pregunta –dijo el chico sentándose en la cama  

-          Claro amor… la que tú quieras –dijo Severus volteándose para mirar a Harry  

-          Sabías que tienes una marca… que no deberías tener. 

-          No entiendo a que te refieres… ¿una marca?... ¿dónde? 

-          En un lugar donde no deberías tenerla… en la nalga izquierda… Severus al oírlo se incorporó de golpe, no podía ser, Piere sabía que no debía dejar ninguna marca en su cuerpo y menos una tan evidente. Miró a Harry directamente a los ojos

-          Creo que me debes una explicación –dijo Severus 

-          ¿Yo?…  

-          Sí tú… acabas de incumplir una norma fundamental…  

-          ¿Cuál? –preguntó Harry  

-          Nunca me habías dejado una marca y mucho menos en ese lugar. 

-          Mi amor no fui yo… fue Piere…  

-          Claro que  fue Piere… pero teníamos un acuerdo… nada de evidencias. 

-          Lo lamento… no pude controlarme… eres tan delicioso… esta tarde me hiciste perder la cabeza. Severus sonrió más compresivo. 

-          Esta bien… perdonaré a Piere sólo porque hoy es un día especial… 

-          Gracias creo que se siente muy aliviado… 

-          Que tal si aprovechamos de llamar a Piere ya que aún el día no acaba… tal vez le permita que me deje una marca en el otro lado. Harry sonrió malicioso.  

-          ¿Estás seguro?... Harry podría ponerse muy celoso… 

-          No… no lo hará… él sabe que lo amo… amo su dulzura… pero en este preciso momento estoy añorando la lujuria de Piere… quiero gemir de placer y…  

No pudo continuar, porque unos labios apasionados devoraron los suyos sin piedad, mientras el peso de ese cuerpo le aplastaba, buscó los ojos del muchacho y se encontró con esa mirada esmeralda llena de deseo y lujuria, sonrió feliz, volvería a gemir de placer, volvería a ser sometido, Piere había regresado.  

FIN 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).