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El seminarista de los ojos negros por maryme

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Notas del fanfic:

Bien pues, estoy enamorada, enamorada de estas letras, de este sentimiento y de estos versos. Esta historia pretende ser una adaptación del poema de Miguel Ramos Carrión (1848-1915) gran dramaturgo del romanticismo fundador del seminario satírico “Las Disciplinas”, repito entonces que esto no es más que una adaptación inspirada en su indiscutible logro “El seminarista de los ojos negros”. Así pues he respetado cada letra del poema, aunque por motivos de trama la “salmantina” ha pasado a ser un “Salmantino” sin más espero solamente cualquier comentario suyo.

Notas del capitulo:

Bien pues, estoy enamorada, enamorada de estas letras, de este sentimiento y de estos versos. Esta historia pretende ser una adaptación del poema de Miguel Ramos Carrión (1848-1915) gran dramaturgo del romanticismo fundador del seminario satírico “Las Disciplinas”, repito entonces que esto no es más que una adaptación inspirada en su indiscutible logro “El seminarista de los ojos negros”. Así pues he respetado cada letra del poema, aunque por motivos de trama la “salmantina” ha pasado a ser un “Salmantino” sin más espero solamente cualquier comentario suyo.

  Con amor a Dante, de su dulce Nirae recordandole el eterno amor que le profesara por siempre.
...Cuando toqué tus labios fue precisoSoñar que aquél placer se hiciera eterno.Mujeres: es el beso un paraísoPor donde entramos muchas al infierno.

 

 

-:-

 

Es una tierra de gozo, de sol suave  y  dulces nubes, Salamanca es de color dorado, doradas sus paredes y su exquisita arquitectura de tortuosas formas, dorada la campiña y dorados los reflejos por que el lugar fue bendito por la mano de un dios calmo y sonriente que hizo posible el milagro de la dorada piedra de villa mayor.

 

Él había nacido entre aquella calma, sus pies se curtieron con el andar diario de los trabajos del campo, su cabello se hizo color de trigo por que tenia que complementar los trozos de cielo que había robado para sus ojos, Lauren debieron llamarlo sus padres en honor a su abuelo y en honor al abuelo de su abuelo, definir con exactitud ¿Honor a que? Dejaría este relato sin placeres sencillos, era únicamente honor al honor.

Por las mañanas cuando el viento sopla húmedo y el trinar de las aves presume al humano su libertad de expresión, él,  siempre se pone en pie busca su calzado sencillo con el que lleva mas de un año y sale a la poza menor de su jardín trasero donde el agua clara y fría le despeja la mente y le entume los miembros, sus brazos se alzan al cielo y su cuerpo se eriza como el lomo de un gato buscando sacudirse por completo los rastros del sueño.

-Lauren no olvides ayudar a tu padre con el arado, te he dejado dormir de mas pequeño vago por que tu semblante dormido quiebra voluntades niño, ahora sino cumples tus responsabilidades mi voluntad no será lo único que se quiebre en esta casa- La mujer fregaba sus manos ansiosas contra el mandil, llenos de manteca los índices trataban de librarse de la reuma que los años habían traído sobre ellos -Lauren...

-Lo se, lo se

Tenía una sonrisa tan pronta y dispuesta que no recibió mayor reprimenda, la señora de la casa entro a sus dominios y él se ajusto los mutilados mechones del cabello, el barbero del pueblo se decía el mejor Lauren estaba de acuerdo en que era el mejor, el mejor mentiroso de Salamanca en su ultima visita al honorable establecimiento  le tiraron tanto del cabello que ofendido y sonrojado abandono el lugar asegurando que jamás volvería, aquella era una promesa que pensaba cumplir, el problema lo encontró días después cuando noto que la irregularidad de su cabello le ganaba miradas curiosas, trato de que su madre lo ayudara pero esta lo insto a regresar con el barbero  asegurándole que tragarse algo de ese orgullo le vendría bien y el chico tan obstinado como la edad le permitía prefirió quedarse tal como estaba.

Dieciséis años de su vida habían transcurrido entre el aroma a paja y los desayunos de buen queso hogareño fundido sobre hogazas de un sencillo pan que cualquier rey desearía en su mesa y ahora la mano que guiaba el destino de Lauren decidió comenzar a jugar...

...La primera vez que lo vio estaba apoyado en   su ventana, una ventana amplia con marco de cedro que las polillas adornaban con agujeros camino al destierro, destierro de sus labores sosteniendo aquellos cristales. Posaba su mirada en los adoquines de la calle, aburrido en el tedio de la tarde, se le ahogo un suspiro cuando las figuras se marcaron por la calle recortando sus oscuras siluetas con andar pausado  y austero.

-Seminaristas...- Murmuro para si.

Hombres que no son de Dios ni del diablo por que se preparan cada día y cada noche entre tentaciones y rezos para purificarse y poder llegar a sacerdotes, entonces y solo entonces los seminaristas podrán sentir en su carne la carne divina y en su sangre el ardor del éxtasis espiritual. Tienen aquellos muchachos un porte solemne y los clérigos que los acompañan balancean entre sus manos pequeñas fustas que sirven para ahuyentar a los pecados...

-:-

...Desde la ventana de un casucho viejo
abierta en verano, cerrada en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubio cabello
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientas la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro
que la beca roja que ciñe su cuello,
y que por la espalda casi roza el suelo.

Un seminarista, entre todos ellos,
marcha siempre erguido, con aire resuelto.
La negra sotana dibuja su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y esbelto.

-:-

Una señal de dios, no podía ser diferente podría haber cerrado la ventana, regresar su atención al interior donde su madre se ocupaba de la costura y su abuela rezaba, pero no fue así por que  Roel apareció ante sus ojos, ¿Cómo describir lo que sintió al mirarlo?  ¡¿Cómo podría una flor contarle a un mago lo que se produjo en ella cuando un ardiente y violento fuego le arraso los pétalos?!  Imposible, imposible tanta perfección, perder el aliento y temblorosas sus piernas por aquel de  quien solo sabia, caminaba en silencio.

No pudo tolerar mas cuando una poderosa mirada negra se fijo en él, con el corazón a punto de estallarle cerro pues la ventana y se llevo un puño al pecho  >>calmate>>  se dijo >> calmate...no es nada, es un hombre, solo un seminarista, un seminarista con ojos negros>>

-:-

...Él, solo a hurtadillas y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos,
desde que en la calle vislumbra a lo lejos
a la salmantina de rubio cabello
la mira muy fijo, con mirar intenso.
Y siempre que pasa le deja el recuerdo
de aquella mirada de sus ojos negros.
Monótono y tardo va pasando el tiempo
y muere el estío y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.

-:-

 

Se le hizo costumbre, se le hizo un vicio enfermo esperar cada tarde por aquellos visitantes, esperar tan febril y enamorado  el paso de aquel joven gallardo, se le hizo costumbre y la costumbre pecado por que una mañana de víspera nevada salio de casa envuelto con discreta capa de lana que amarilla reflejaba su pobre y larga jornada.

Había escuchado que los seminaristas limpiarían el templo, manos varoniles tallarían la dura loza y lustrarían los rostros de los santos, esperaba encontrarlo a él entre todos ellos, a su seminarista de los ojos negros.

-Roel saca eso de aquí, corre muchacho corre que Dios te mira y la sangre de tus manos le viene bien

Lauren se detuvo en el patio del monasterio había agitación tal como se esperaba pues las fiestas estivales no tardarían en llegar, se sintió un ladrón por mirarlo en secreto por observar al seminarista que se echaba al hombro un costal con trozos de piedra y con la frente orlada en sudor se alejaba poco a poco, los clérigos siguieron azuzando amablemente a sus aprendices cargándolos de mas y mas trabajo, "el trabajo limpia el alma" aseguraban y tendrían que trabajar hasta que su alma no tuviera una sola mancha.

Sea pues que todo estaba ya escrito y Lauren por mas que trato de ocultarse tras un árbol y por  mas que le grito a su corazón que dejara de latir tan raudo, el rubio casi soltó un grito cuando Roel tiro su carga y lo miro como tantas veces había hecho ya a la distancia.

-Yo no... yo- Trato de excusarse, salio de su escondite y bajo la mirada.

-¿Quieres ser seminarista?

La pregunta lo tomo por sorpresa pero era normal que el moreno la hiciera, muchos chicos no tenían valor para hablar con un clérigo personalmente y se acercaban primero a uno de ellos buscando su recomendación.

-¡No!

-¿Entonces buscas confesión?

Roel camino poco a poco hacia Lauren extendió una mano y acompaño el gesto con una sonrisa.

-Si, confesión...

La mano del rubio tomo la del seminarista ni una ni otra era la suave mano de una doncella pues castigadas por la pobreza llenas de marcas y durezas se frotaron ambas pieles.

-Confiésate pues - Insto Roel consciente de que él no tenía el poder de la absolución.

-Confieso... que me he enamorado, que soy el peor hijo del señor por que aprendí   amar a quien no debía, por que me arde el pecho cuando lo miro y con su traje negro y su beca roja me arrebola el alma señor... por que soy suyo y el es de Dios.

Lauren cerró los ojos esperando un golpe o un grito y lo que recibieron sus labios fue un suave roce, sus ojos azules se abrieron con espanto pero el seminarista lo retuvo entre sus brazos. ¿Acaso creía el dulce Lauren que las miradas de Roel eran accidentales? No, aquella confesión era innecesaria, el propio seminarista había notado como la brecha con el inocente rubio de la ventana se prendía en pasión cuando sus miradas se cruzaban, mil azotes se había dado en la espalda para borrar aquel rostro de su mente, cien horas había pasado en comunión para  limpiar su espíritu y liberar su corazón.

El seminarista lo arrastro con él, entre besos y caricias lo hizo entrar a la capilla menor y ahí dentro sobre el frió suelo lo lleno de bendiciones. ¡Ah! Que sensación,  que alivio y que culpa unían sus cuerpos, cuando Roel le separa los muslos y los negros cabellos le rozaban la intima piel, Lauren solo podía arquear su espalda, enterrar los vacilantes dedos en los hombros fuertes y mirar la piadosa imagen del cristo en la cruz.

-¡Perdóname! - Gritaba Roel mientras sus dedos se recreaban en la intimidad suave y dura de su amante - ¡Perdóname señor por que lo amo a él!

Y Lauren no podía dejar de suspirar, suspirar y gemir, removerse buscar ansioso los labios de donde bebía el agua bendita, era un pecado, el pecado mas horrible ¡y que delicioso le parecía todo! Ah... que ansiedad encontrar las pieles y que ardor los consumió como si las llamas del propio infierno los abrazaran.

Y como un fuego voraz y venenoso los llevo a la cumbre y los  dejo caer...

 

-:-

...Desde la ventana del casucho viejo
siempre sola y triste; rezando y cosiendo
una salmantina de rubio cabello
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

Pero no ve a todos: ve solo a uno de ellos,
su seminarista de los ojos negros;
cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa la niña que pide aquel cuerpo
marciales arreos.

Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego,
parece decirla: - ¡Te quiero!, ¡te quiero!,
¡Yo no he de ser cura, yo no puedo serlo!
¡Si yo no soy tuyo, me muero, me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho,
la labor suspende y olvida los rezos,
y ya vive sólo en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.

-:-

 

El encuentro no se repitió  y jamás se repetiría  por que el alma de los amantes no pudo superar la culpa. Los ojos azules se opacaron y su única luz estaba en los de Roel, Dios les lanzo una soga a cada uno, se las ofreció tentadora por que los dos le habían fallado aunque, tómese el lector  un minuto ¿Sabe el nombre de una sola persona que ame y a la que ame que jamás lo haya lastimado? Roel puede contestar a eso: >>No>> 

No, por que  así se construye el amor y la confianza, con caídas y manos amigas que pueden volverse también traicioneras... Lauren y Roel pensaron que Dios los había traicionado colocando a uno frente al otro cuando el alma de Roel ya no era suya -¿Por qué lo hizo?- Recriminaba el rubio en algunas noches fatuas, -Por que nos ama- respondía el seminarista con una llaga en la garganta.

 

Una noche de invierno a la luz de una pálida luna enferma Roel y Lauren se reunieron, noto el rubio cuando el moreno se acerco que el cuerpo gallardo y fuerte lucia débil y algo encorvado

 

-¡Amor!

Ocultos entre las sombras Lauren se lanzo a los brazos de su amante distante, recibió respuesta al gesto y una suave tos azoto al de ojos negros.

-No puedo quedarme mucho

-Jamás puedes...

Las voces eran un susurro, el de Lauren agitado y ansioso, el de Roel ronco y cansado.

-Mira que luna tan hermosa - El rubio se estremeció al sentir la caricia de su amante en la mejilla, esas manos antes febriles eran ahora una sombra fría. En sus encuentros ya no había besos, no los hubo después de la capilla pero las almas seguían unidas y dolía, a Lauren le dolía y le quemaba.

-Que injusto es Dios - Una bofetada silencio al campesino.

-¡No hables así de él!

-¡Pero es injusto! Ah... mi amor tu lo sabes es cruel y tirano

-Y es el también quien nos dio corazón ¿Cómo nos amaríamos sin el?

-Yo te amaría aun sin haber nacido...

El resto de las palabras se quedaron en el aire, aquella noche se quedaron con las manos entrelazadas sufriendo el frió invernal que se cernía sobre Salamanca. Si alguno hubiera sabido que seria al ultima posiblemente hubieran dicho mas pero de nuevo, solo el gran Dios aquel a quién Roel defendía era el único que conocía el porvenir.

 

 

-:-

..En una lluviosa mañana de inverno
la niña que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos;
por la angosta calle pasaba un entierro.

Un seminarista sin duda era el muerto;
pues, cuatro, llevaban en hombros el féretro,
con la beca roja por cima cubierto,
y sobre la beca, el bonete negro.
Con sus voces roncas cantaban los clérigos
los seminaristas iban en silencio
siempre en dos filas hacia el cementerio
como por las tardes al ir de paseo.

La niña angustiada miraba el cortejo
los conoce a todos a fuerza de verlos...
tan sólo, tan sólo faltaba entre ellos...
el seminarista de los ojos negros.

-:-

Jamás supo que le paso... tan rápida tan sagaz fue la muerte, tan astuta que Lauren jamás pudo enterarse de que había pasado con exactitud y a él, a él se le fue la vida también que dulce podía ser la despedida cuando la vida  había sido plena, cuando en el ultimo momento es tu alma gemela quien retiene tu mano y son labios los que se quedan con tu ultimo aliento.

¡Que maravilla! Cuando sobre tu pecho sin vida él descasa su cabeza tibia y tus parpados entornados se cierran contentos...

-Pero no mi Roel... te lo llevaste solo en un sucio y frió monasterio - El rubio se tiro de la ropa con desesperación, en su casa contra una pared se ahogaba con sus lagrimas y trataba de mirar al cielo, los cánticos por la calle se alejaban con salmodias de perdón al clero dedicadas - ¿Por qué Dios? ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué a él... a mi amor, mi cielo, mi seminarista de los ojos negros?...

Se le quebró la voz... se le quebró el alma...

-:-

...Corriendo los años, pasó mucho tiempo...
y allá en la ventana del casucho viejo,
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa y encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

La labor suspende, los mira, y al verlos
sus ojos azules ya tristes y muertos
vierten silenciosas lágrimas de hielo.

Sola, vieja y triste, aún guarda el recuerdo
del seminarista de los ojos negros...

Notas finales: Como puedo mejorar? sencillo diganme cualquier comentario en un lindo review X3 gracias por leer!

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