Su mundo era rosa desde que lo había encontrado a él, a su amor, a él creador de toda la belleza en su vida y al creador de lo más hermoso que tenia que era su hija, ese ser tan maravilloso era su rubio de ojos azules, su hyoga.
Ya hace tres años que su hija había nacido y era una niña preciosa, ojos iguales a los del padre, pero con su color de cabello, la nariz igual al padre, pero con su boca. Amaba a ese pequeño ser, por recordarle que era la persona mas feliz sobre la tierra.
Shun estaba preparando a yume (su hija), quien no se dejaba vestir y andaba como sus padres la trajeron al mundo por toda la habitación. Repentinamente, hyoga entra en la habitación y ve la escena que lo hace reír sonoramente ya que el peliverde se encontraba con toda la cara cubierta de talco (ese polvito blanco que se les hecha a los bebes para no dejarlos húmedos) (n/a: no sé como se llama en su país) y la hija corriendo de un lado al otro completamente desnuda.
Que sucede amor?-pregunta el rubio entre risas
Esta diabla que no se quiere dejar vestir- contesta un avergonzado shun, una niña le había ganado completamente el juego.
Ya veo jaja- respondió al tiempo que se agachaba- ven hija- estiraba sus manos para recibir a la pequeña que rápidamente se toma de ellos y abraza a su padre.
No es justo- reclamaba el peliverde- yo estuve media hora persiguiéndola y tu la tomas de inmediato- refunfuñaba con los brazos cruzados en forma disconforme.
Jaja amor no te enojes.
Si papi-contestaba la pequeña- también te quiero- arrojándose a los brazos de su otro padre.
Su vida era sencillamente grandiosa…
Ya era de noche y shun se preparaba para dormir, se lavo los dientes, se sepillo el cabello y se acostó al lado de hyoga quien leía atentamente un libro.
Que lees?- pregunta shun.
Es sobre los niños y sus comportamientos- decía el rubio dejando el libro de lado y abrasando a shun- pero ahora podemos disfrutar de la cercanía y….a yume no le caería mal un hermanito, especialistas dicen que seria mejor una parejita para que el primer hijo no se sienta solo.
Mm Si claro, refugiate en especialistas para tus prevenciones- ¬¬- me vas a decir que llevaste a yume a la casa de tus padres por nada? Lo tenias todo preparado no?Jaja bueno ^ ^ pero no te molestaría nee?-su cara sexy se noto de sobremanera.
Claro que no- responde shun, dando un beso tierno a su esposo.
Las carisias era lentas, suaves, los besos apasionados y llenos de sentimiento. Hyoga preparaba a shun a la vez que repartía besos por todo el cuerpo, era una sensación exquisita, la mezcla perfecta entre dolor y placer que dejaba completamente el blanco a ambos.
Pausadamente llegaron al final, hyoga derramo todo su contenido en shun y este sintiéndose recorrido por el líquido se derramo en el abdomen de su amor y el suyo propio.
Te amo- le dijo hyoga.
Y yo a ti mi hermoso esposo- respondió el pequeño, cerrando sus parpados lentamente, siendo ganado por el sueño.
Después shun se vio en otro lugar, uno desagradablemente conocido, era su casa de niño, y seguramente estaba ese ser, shun palideció tanto al verlo frente a frente, la vida se le venia en sima, esa persona estaba ahí, sobre el, acariciándolo intímamele, lloraba al verse presionado, gritaba de impotencia pero no era escuchado, su padre lo estaba violando en su propia cama, lo sostenía fuertemente por ambas manos y su cuerpo ya no reaccionaba, quería despertar, estar en ese mundo fantástico nuevamente en el que era feliz, que esa pesadilla se desvaneciera.
Lentamente abrió los ojos para verse de nuevo en la habitación que compartía con su amor, su vida feliz había vuelto. Lloro sonoramente al verse protegido, hyoga despertó y preocupado lo aferro a su cuerpo hasta que se calmo.
Amor que sucedió?- preguntó preocupado el rubio.
Soñé hyoga, fue solo eso, una horrible pesadilla-el menos se acomodo en esos brazos cómodos que se le eran otorgados y se volvió a dormir.
Nuevamente la otra escena, despertaba aun siendo besado por su padre y fuertemente ultrajado, su cuerpo estaba adolorido, mientras que el viejo asqueroso lo lamía y besaba fuertemente.
No sabia que hacer, sus ojos dolían de tanto llorar al igual que su garganta por gritar en vano sus manos en un recorrido desesperado encontraron una lámpara la cual iluminaba tenuemente la habitación, gracias a ella veía todo lo ocurrido. El asqueroso sudor que emanaba de ese hombre, su cuerpo gordo, sus ojos mirándolo fijamente llenos de lujuria, sus manos que se apoyaban en su ser. Casi sin pensarlo agarro esa lámpara y con ella le dio el la cabeza y ese hombre callo sobre él, repentinamente su cuerpo se llenaba de la sangre del viejo, salio de ahí, de debajo de él y se dejo caer en el suelo, ¿que haba hecho? Mato a su padre.
Los años habían pasado, la justicia le había dado la razón a shun por verse en tales condiciones y fue dado en adopción por su corta edad, jamás volvió a soñar con aquel lugar feliz, si eso era un sueño fantástico que había creado, el más feliz sueño.
Lo único bueno de todo era que no había quedado embarazado en esa fatídica noche, ya los residuos habían desaparecido y ahora estaba contento, había conseguido terminar los estudios, tenia muchos amigos muy buenos, que lo ayudaban mucho para sobrevivir a sus recuerdos.
Era su primer día en una oficina, su primer día de trabajo, estaba muy nervioso y ansioso por comenzar. Fue guiado por un colega a su oficina, era muy bella y con una vista algo vertiginosa ya que estaba en un décimo piso, encontró muchas hojas en sima de su escritorio, su primer día y tanto trabajo.
Una figura golpeo la puerta.
Pase- dijo shun desde adentro.
Hola- esa voz ¿Dónde la había escuchado antes?- molesto? soy tu compañero de oficina, deseo que nos llevemos bien- esos ojos azul hielo, ese cabello dorado , su boca tan conocida, su piel tan bella, todo le era muy recordado a shun.
Soy hyoga, mucho gusto- el rubio estiro su mano para conectarla con la del peliverde, tomándola entre las suyas y besándola suavemente- que rico hueles- susurro el rubio.
Shun parecía una fresa de lo colorado que estaba, creía que en cualquier minuto la sangre acumulada en su cara haría erupción.
Sh…shu...shun!!- grito el pequeño fuertemente y sintiéndose avergonzado se llevo las manos a la boca.
Jaja eres muy enérgico- esa risa la recordaba también, que bella sonrisa.
Así pasaron los días, no paso mucho antes de que hyoga se le confesara y que el se tirara en sus brazos llorando y diciendo que lo amaba desde siempre. Luego de unos años se casaron.
Luego shun se veía gordito y bello, esperando a su primer hijo, aunque el sabia lo que seria, su hija, su yume, su sueño hecho realidad, su bella predicción.