Todas las noches sueño que soy un noble de gran poder, el príncipe de príncipes.Pero, ¿sabes? en ese sueño no soy feliz, por que la persona de la que estoy enamorado es un sirviente…y un vampiro. Continuas veces estoy al lado de él, amándonos a escondidas, pero ya no podemos ocultarlo mas…él ya no quiere estar a mi lado. Cada vez que nos encontramos en la oscuridad él bebe de mi sangre.”Si lo sigo haciendo vas a morir”. ¿Y a mi que me importa eso?, con tal de seguir contigo todo el tiempo posible, seré fuerte, y si muero al menos sabré que morí amándote. Me mira con sus penetrantes ojos rojos para después desaparecer y volver a ser el sirviente de siempre, ya no mi amado, ya no el vampiro.
Mi sueño siempre se repite, y siempre despierto sin saber si nos quedaremos juntos o no. Me enamore de ese vampiro y me duele el corazón por que el solamente es una fantasia, un sueño. Me enamore de una ilusión, soy patético.
Despierto al mundo real, tengo que continuar con la rutina.Levantarte, ir al baño, vestirte, desayunar y a la escuela. Para después regresar y perderme en la inmensidad del atardecer hasta que llega de nuevo la noche. Hasta que puedo verlo de nuevo y besarlo. No quiero que acabe el sueño, no quiero regresar al mundo real. Ahí no tengo a nadie a quien amar, no tengo a alguien con quien compartir mi vida.
Mi vampiro…ni siquiera se su nombre.
Otro día de rutina, y, mientras voy caminando hasta la parada del microbús veo a una persona que viste extraño. Totalmente de negro, solo resaltan las mangas abombadas y blancas debajo de su traje. Parece un hombre sacado de la época victoriana, pero el es joven, tal vez me rebase unos dos años. Me acerque un poco más para mirarlo mejor, pero sin delatarme. Tiene el cabello largo, negro…se parece…a mi vampiro. Solo que esta persona tiene los ojos negros.
No pude seguir observándolo por que si no hubiera perdido el microbús, pero alcance a verlo por última vez y cruzamos miradas. Me sentí avergonzado…es bastante guapo.
Pasaron varias semanas de tediosas rutinas, y, cuando caminaba de nuevo hacia la parada del microbús volví a verlo. Esta vez el caminaba en sentido contrario hacia donde yo iba, paso al lado mío y apenas lo mire de reojo. Vestía igual que ese día.
Regrese emocionado a casa y le conté a mi hermana (mi mejor confidente) lo que me había ocurrido, como había visto dos veces a esa misma persona, y mi creencia de que el seria el vampiro que tanto esperaba. Ella me sonrío cálidamente, “Ojala lo vuelvas a ver y esta vez le preguntes su nombre, hermanito”.
Sigo en espera de verlo de nuevo, y sigo soñando con él, creyendo que estamos juntos. No hay noche que deje de soñar y no hay día en que no mire ilusionado hacia todas partes buscándolo. Aunque creo que mi hermana es algo ilusa, no tengo el valor para hablarle, me conformaría con verlo de nuevo.
Mi nombre es Paulo Alain, y estoy enamorado de un vampiro que no conozco. Si alguna vez llegas a verlo, dile que lo amo, y que esperare que nuestras miradas se crucen de nuevo.