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Las aventuras de Siwon por Daramyui

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Notas del capitulo:  

(Paranoias de una estudiante estresada parte I)

Se me va la olla de vez en cuando y el resultado es un raro experimento como este. Juzguen ustedes mismos.

Escrito en una sola tarde, aun me divierto al recordarlo, espero que disfruten.

 

 

   Con un fuerte tirón arrancó las ramas que le impedían continuar su camino, sujetando con fuerza su bolsa con las provisiones continúo su camino. Sus poros hacia rato que comenzaron a destilar agua por el enorme esfuerzo y la dura caminata pues se había visto obligado a dejar a su caballo en la posada, le habría resultado imposible pasar por aquel angosto pasaje con el animal. Aquel caballo le había acompañado desde hacia años a todas partes. Era un hermoso y joven ejemplar de oscuro pelaje y elegante porte que llevaba por nombre KyuHyun. Volvería a la posada a recogerle tras cumplir su misión.

 

   Tras unas horas vislumbró a lo lejos un claro fuertemente iluminado por la luz del sol, aquel tupido bosque apenas dejaba entrar unos rayos de sol lo que le hacia parecer escuro y tenebroso. Se acercó al claro con pasos lentos y seguros poniendo todos sus sentidos alerta, aquel bosque estaba plagado de seres mágicos, algunos inofensivos pero era mejor andar con cuidado. Asomándose vio dos figuras en el centro del enorme espacio libre de árboles, vestían largas y vaporosas túnicas blancas por lo que era imposible determinas su sexo. Al ver el rostro de uno se de esos seres creyó que eran ángeles pero se dio cuenta de que eran ninfas. No eran seres necesariamente violentos pero si muy tímidos, debía ir con cuidado si quería hablar con ellas.

 

   -Puedes acercarte, forastero- dijo una voz a su espalda.

 

   Se giró asustado y vio a una tercera ninfa, su pálido rostro de facciones ambiguas sonreía traviesamente. Pasó por su lado y fue hasta sus compañeras. La traviesa ninfa se dio la vuelta y le hizo señas para que se acercase. Entró en el claro con pasos inseguros y se acercó hasta aquellos extraños y maravillosos seres de pieles casi translucidas y oscuros ojos negros. La traviesa tenía el cabello rubio y el de sus dos compañeras variaba en distintos tonos castaños.

 

   -Dinos, forastero, cual es tu nombre y que haces en este bosque, sabes que esta prohibido para todos los humanos- dijo con voz dulzona la ninfa rubia.

 

   -Esta claro quien es-dijo la ninfa más alta acercándose hasta él. La más bajita y callada le miraba con curiosidad pero sin acercarse-es el príncipe Siwon a quien tenemos delante.

 

   -Si, soy el príncipe Choi Siwon y he venido aquí en busca del mago oscuro. Necesito su ayuda pues el poderoso ogro Kangin ha secuestrado a mi prometida.

 

   Las ninfas pusieron un gesto de horror en sus níveos rostros. Aquel gesto era normal pues temían represalias de Kangin, de ahí su miedo. Hacia varios años estuvo a punto de arrasar con aquel bosque y solo el mago oscuro fue capaz de detenerle, desde entonces el mago se adentró en el bosque donde se quedo conviviendo con las criaturas para protegerlas de ese gran y temible ogro. Temían que si el mago oscuro me acompañaba el ogro volviera  a terminar su tarea.

 

   -Olvídate de esa princesa tuya-murmuro la joven rubia en su oído acariciando su pecho sobre la armadura- quédate con nosotras-suplicó en tono meloso-prometemos cuidar de ti y complacerte plenamente en todos tus deseos- la ninfa acercaba su rostro al del príncipe lentamente.

 

   -Sungmin-gritó una potente voz a su espalda, la ninfa se apartó asustada.

 

   El príncipe no había hecho nada por detener a la ninfa pues más parecía una sirena que con su dulce voz y femenina apariencia atraía a los navegantes hasta la muerte.

 

   Un alto y elegante hombre había aparecido en el claro y miraba con furia a las ninfas, estas, a su vez, le devolvían la cariñosa mirada. Aquel hombre se acercó al príncipe y las ninfas se agruparon alejándose de él. Siwon no sabia que tipo de ser seria aquel que las hacia retroceder asustadas.

 

   -Informare al mago de vuestro comportamiento.

 

   -No nos das miedo-le retó la ninfa SungMin. Se miraron fijamente unos segundos y después la ninfa se dirigió a sus compañeras- Leeteuk, RyeoWook, vayámonos y dejemos al misógino tranquilo-sus palabras fueron escupidas con desprecio y rencor.

 

   El hombre misterioso observo en silencio como desaprecian y después se dirigió al príncipe.

 

   -Debes marcharte-ordenó con rostro inexpresivo.

 

   -He venido en busca del mago oscuro-informó Siwon.

 

   -El mago oscuro ya lo sabe y ha dicho que no le recibirá. Márchate-ordenó una vez más-si intentas buscar su morada te perderás y te veras obligado a vagar por este bosque sin ninguna oportunidad de salir de aquí. Morirás aquí sin haber visto a tu princesa por última vez.

 

   Dicho esto el misterioso hombre desapareció. Sabía que no era buena idea hacer enfadar al mago pero tampoco podía desistir. Dio la vuelta y regreso tras sus pasos. Si el mago no quería ayudarle no perdería más el tiempo pues, cuanto más tiempo pasara su princesa secuestrada, mas peligro corría. Durante el camino de regreso no dejó de pensar en aquel ser. Por su vestimenta, comportamiento y aspecto era incapaz de adivinar que era. No poseía ningún rasgo distintivo que le caracterizara como de alguna especia.

 

   De pronto algo le hizo caer al suelo, era extraño pues caminaba con mucho cuidado evitando todas las raíces. Unas risitas traviesas le hicieron fruncir el ceño. Otra vez esos dos.

 

   -¿Qué queréis ahora?-preguntó Siwon incorporándose.

 

   -Tenemos hambre-contestó una vocecita a su espalda.

 

   -Y nos aburrimos-dijo otra voz esta vez desde arriba.

 

   -Os daré comida pero si me dejáis tranquilo.

 

   Los dueños de aquellas voces aparecieron frente a él con unas brillantes sonrisas. Los pequeños duendes no median más de metro y medio y mucho humanos les confundían con niños. Aquellos dos llevaban siguiéndole desde que salió del castillo y por primera vez en toda su travesía se alegró de verles. Que ellos estuvieran allí indicaba que la salida estaba cerca pues, aunque revoltosos y traviesos, eran un poco cobardes y no se atrevían a adentrarse en los bosques.

 

   Se sentó en el suelo observando a los duendes comer con ansias.

 

   -No habéis podido timar a ningún aldeano ¿verdad?

 

   Los duendes ignoraron su comentario y les observo detenidamente. Sus pequeños cuerpos, aunque bien formados, estaban ocultos por desgastada ropa que les hacia parecer aun más bajitos y desamparados. El de cabello castaño tenía una sonrisa muy sincera y parecía tener muy buen corazón pues KyuHyun siempre le dejaba acercarse, también era muy hablador por lo que se enteró de que su nombre era EunHyuk y el de su compañero era DongHae. Este otro era muy travieso y le gustaba ir burlándose y aprovechándose de los humanos.

 

   -Ha sido todo por culpa de tu caballo-protestó DongHae tras terminar el último bocado.

 

   -El posadero no ha querida alimentarle, dice que ya es suficiente con tenerlo allí-explicó EunHyuk-por eso le compramos alimento a él.

 

   Como ya había imaginado, EunHyuk tiene muy buen corazón. Siwon se levantó y continuo su camino, los duendes le seguían de cerca hablando sin parar de tonterías que no escuchó. La arboleda era cada vez menos espesa hasta que finalmente logró encontrar un camino. No tardo mucho en llegar hasta la salida. Estaba anocheciendo ya ¿Cuántas horas había estado allí dentro? Parecía que en aquel lugar el tiempo y el espacio se mezclan con frecuencia pues no tardo ni la mitad de tiempo en volver que lo que había necesitado para adentrarse. Cerca de donde había salido estaba la enorme posada. Pasaría allí tranquilo la noche y al amanecer saldría hacia su destino: el territorio del ogro Kangin.

 

   Tras comprobar el estado de KyuHyun, quien se alegró mucho de verle, ceno y se fue a la habitación que había pagado. No era gran cosa, contaba con una estrecha e incomoda cama y una pequeña mesa con dos sillas. El no necesitaba más pues los duendes desaparecieron tras salir del bosque dejándole solo. Dejó la pesada armadura en el suelo, apoyada contra la pared, junto a las botas de cuero negro. Sobre una silla colgó descuidadamente su camisa blanca y sus pantalones marrones. Completamente desnudo se tumbo en la cama, dejando una pequeña daga bajo la almohada y le espada cerca de la pared. Tenía el sueño ligero, lo que le ahorró en el pasado muchas desgracias. Acariciando el pequeño colgante que le regalo su prometida el día que se conocieron fue cayendo poco a poco en un profundo sueño.

 

*                      *                      *

 

    Un extraño olor llego hasta su nariz, abrió los ojos lentamente y vio a su lado un rostro que ni le era para nada familiar, largo cabello rojo ondulado enmarcando un bello rostro de profundos ojos negros, nariz recta y labios carnosos. Sintió unos dedos recorrer su torso desnudo y miró la picara sonrisa que tenia frente a él.

 

   -Dime, hombre de hierro, ¿podrías proteger a una damisela?

 

   -Por supuesto-respondió el príncipe adormilado, aquello debía ser un sueño pues nadie era capaz de acercarse a el y menos meterse dentro de su cama sin despertarle.

 

   Las delicadas manos que recorrían sus abdominales habían bajado hasta su entrepierna.

 

   -¿Cuál será el precio a pagar?-preguntó en un susurro.

 

   Siwon besó aquellos carnosos labios que se le ofrecían y rodeó la ancha espalda de aquella persona. ¿Ancha? Apartó bruscamente a quien le daba suaves caricias en su parte más íntima al notar que aquella persona era un hombre. Fue entonces cuando se percató de que aquello no era un sueño.

 

   -¿Quién eres?-preguntó el príncipe de pie frente a la puerta intentando cubrirse.

 

   Ahora que miraba bien a aquella persona no dejaba de preguntase como había podido confundirle con una mujer. De altura considerable y espalda ancha lucía bajo su afeminado rostro una imponente nuez, sus manos, de largos dedos, arreglaban su rojo cabello.

 

   -No entiendo porque me rechazas, se que te ha gustado-dijo señalando su ahora despierta hombría.

 

   -Príncipe Siwon, Príncipe Siwon. Hay un extraño hombre con su caballo- EunHyuk entró gritando y se quedó petrificado al ver la escena frente a sus ojos.

 

   Siwon se calzó rápidamente el pantalón y, armado con su espada, bajó a la cuadra ignorando al duende y al pelirrojo.

 

   -¿Quieres venir a divertirte conmigo?-preguntó el pelirrojo a EunHyuk dando unas palmas en el colchón. El pequeño se ruborizo y negó enérgicamente con la cabeza. Salió de la habitación corriendo tras el príncipe.

 

   Frente a su caballo encontró a un hombre vestido con una túnica negra y capa del mismo color, junto a él estaba aquel extraño hombre que le había echado del bosque. Siwon sonrió alegremente bajando  su espada, el mago oscuro había decidido ayudarle.

 

   -Has tardado mucho en bajar-dijo el mago dándose la vuelta.

 

   -Lo siento, Kibum, si hubiese sabido que vendrías te habría preparado una fiesta de bienvenida.

 

   -Heechul subió a avisarte-dijo Kibum extrañado, miró al misterioso hombre-¿Se habrá equivocado de habitación?

 

   -No me confundí de habitación-gruñó el pelirrojo apareciendo de pronto-pero tendrías que haberme avisado de que tus atractivos amigos duermen desnudos.

 

   El misterioso hombre pareció enfadarse. Kibum no le dio importancia.

 

   -Sube a por tus cosas, nos marchamos ya-ordenó Kibum.

 

   A pesar de que él era el príncipe y futuro rey de aquellos territorios obedeció ciegamente lo que su amigo le dijo. Se vistió y bajó con sus cosas lo más rápido que pudo. Se dio cuenta de que los duendes habían vuelto a desaparecer.

 

   -Será mejor que dejes a KyuHyun aquí. Yo me encargo del transporte-informó Kibum-por cierto, os presentare formalmente, este es Heechul mi aprendiz y aquel de allí es Zhoumi, aunque ya le conociste en el bosque- Siwon hizo unos movimientos con la cabeza y siguió a Kibum fuera de allí-ellos se quedaran aquí.

 

   -¿Iremos tu y yo solos?

 

   -Como en los viejos tiempos-contestó Kibum sonriendo.

 

   Hizo aparecer de la nada un bastón de madera de enebro. Dando unos golpes en el suelo con el logró que una intensa luz les cubriera por unos instantes. Cuando la luz se extinguió ellos habían desaparecido.

 

   Aparecieron rodados de aquella luz en una extraña sala en la cual no lograba vislumbrar el techo, el suelo y las paredes eran de mármol y unas columnas del mismo material se pedían en la profundidad de aquella oscuridad que tenían por techo.

 

   -¿Dónde estamos?

 

   -En el palacio del ogro.

 

   -¿Qué? Pero ¿no es muy arriesgado? Habrá notado la magia.

 

   -Si, la ha notado y se dirige hacia aquí. Ahora mismo carece de súbditos debido a la gran ofensa que ha causado. Solo los más allegados permanecen aun aquí. Ellos tienen a tu princesa en los aposentos privados del ogro. Corre a buscarla. Yo me encargare de Kangin.

 

   Siwon no esperaba que las cosas sucedieran así pero ahora que estaba tan cerca no iba a rendirse ni desaprovechar la ocasión. Con una sonrisa dedicada a su gran amigo siguió el camino que este le había indicado a toda prisa. Tras abandonar la sala le pareció escuchar unos ruidos pero no retrocedió. Kibum era un gran mago y sabría defenderse.

 

   Logró encontrar con facilidad los aposentos del ogro donde sabia que estaba su princesa. En la puerta y con una enorme sonrisa se encontraba el fiero espadachín temido en todo el reino pues se decía de él que era un sádico y disfrutaba asesinando. Vestía con unas llamativas prendas rojas que no pasaban desapercibidas.

 

   -Has tardado mucho en llegar-dijo en tono burlón.

 

   -Ya te vencí una vez, YeSung, y hoy haré lo mismo.

 

   Se enfrentaron en una dura batalla. Lo único que enturbiaba aquel silencioso palacio era el metálico sonido del acero al chocar y las respiraciones entrecortadas de los adversarios. Tras unos minutos de intensa lucha ninguno había logrado el más mínimo arañazo en su contrincante y se separaron intentando normalizar sus respiraciones. Estaban en igualdad de condiciones y solo quedaba que alguno cometiera algún error.

 

   Un fuerte ruido de cerámica al romperse acompañó la caída de YeSung al suelo inconsciente, tras él apareció su prometida dejando caer al suelo lo que parecían trozos de un jarrón. Siwon dejó caer la espada y abrazó a su princesa, la cual vestía las mismas ropas que el día de su secuestro, un largo y precioso vestido azul que se ceñía a todas las curvas de su cuerpo. Su largo cabello rubio flotaba suelto sobre sus hombros, era la primera vez que la veía sin algún complicado peinado y así estaba aun más hermosa. Dándole un casto beso en los carnosos y sonrosados labios recogió su espada y, sujetándole la mano con fuerza comenzó a caminar.

 

   -Te quiero mucho Siwon, gracias por rescatarme.

 

   -¿Cómo dejarte aquí a tu suerte con aquel ogro, mi princesa Shindong? Eres lo que más amo en este mundo-dijo mirándola con una sonrisa.

 

   Se detuvieron al ver la brillante luz que anunciaba la aparición de alguien. Cuando la luz se disolvió Kibum apareció apoyado fuertemente en su bastón, sus ropas estaban rasgadas y su rostro sudoroso. Siwon se acercó hasta él sin soltar la mano de la princesa. Kibum volvió a dar unos golpes en el suelo y fueron engullidos por la luz.

 

*                      *                      *

 

   Siwon observó con detenimiento lo que a partir de ahora serian sus aposentos. Una enorme cama con dosel en el centro de la habitación, una enorme alfombra cubría casi todo el suelo, tapices de distintos motivos adornaban las paredes de piedra. No era un mal lugar  y debía acostumbrarse pues allí dormiría de ahora en adelante. Esa mañana se había desposado con la princesa en una enorme fiesta. El rey Henry y padre de ShinDong el dio la bienvenida a la familia y la reina Hangeng había llorado tras ver a su hija única al fin felizmente casada. Ya nada podía interponerse en su amor.

 

   Miró nervioso el espejo que habían colocado en el techo encima de la cama, eso había sido por orden de la princesa pero él no lograba comprender muy bien el porque. Esperaba pacientemente a que la princesa apareciera, solo llevaba una bata pero se estaba muriendo de calor.

 

   Mientras esperaba recordó el día que trajo a la princesa de vuelta, Kibum estaba bastante malherido pero se tenía en pie. Entramos en la posada donde debían estar su aprendiz y el tal Zhoumi esperando y los encontraron en una postura bastante embarazosa para todos excepto para Heechul que no intento ni cubrir su desnudez y le propuso que se apuntaran. Por suerte Kibum se encuentra muy recuperado.

 

   Una brillante sonrisa ilumino el rostro de Siwon al ver aparecer al fin a su recién nombrada esposa. Vestía con un sencillo camisón blanco prácticamente transparente. Se besaron con pasión, era lo primera noche que pasarían juntos y Siwon, pese a su experiencia, estaba nervioso.

 

    Los gemidos y jadeos inundaron la habitación pero de pronto Siwon se detuvo y miró con curiosidad a su amada.

 

   -¿No eres virgen?-preguntó desconcertado, la joven bajó la cabeza avergonzada- ¿Con quien has estado antes de mi?- Siwon se encontraba furioso.

 

   -Puess... prefiero no decírtelo. Te enfadaras mucho-dijo con timidez ShinDong.

 

   -Ya estoy furioso.

 

   -Fue Kangin.

 

  ...

 

FIN

Notas finales:  

Que conste que esta no es mi forma de ver a los SuJus es solo una ida de olla.

Para las fan de Kyuhyun que no se enfaden, por otro lado ¿A quien no le gustaría tenerlo de semental?

Si gusta escribo una segunda parte, si no gusta podéis decirlo tranquilamente y así no repito


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