Sabes, ya no recuerdo muy bien que fue lo que paso, lo único que recuerdo y que siento es esa herida que me dejaste en el corazón, que no ha sanado a pesar de estos 7 años que llevo sin ti…
Aun recuerdo esa noche, yo estaba recogiendo los restos de la cena que acabábamos de tener, por la llegada de Brook al barco, todos habían ido a dormir a sus habitaciones, al menos eso creía yo
Estaba lavando los platos, cuando tú entraste a la cocina, venias por otra botella de sake para pasar la noche, ya que te tocaba hacer guardia, pero antes tomaste una botella ahí misma, te acercaste lentamente hacia mí y me besaste…
-vaya, te ves muy solo aquí, que te parece si nos divertimos un rato- me decías eso mientras me acorralabas contra la pared y ponías tus manos a mis costados, haciendo que me sintiera incapaz de escapar
-oye, suéltame, aléjate de mi- te dije haciendo esfuerzos inútiles por huir, pero tu no me dejabas, cualquier golpe que yo te diera, lo soportabas, vi de repente que sacabas una cuerda de tu faja, y no se como lo hiciste, pero me sujetaste las manos, y me tendiste en el suelo, poniendo mis manos sobre mi cabeza, no podía hacer nada
Uniste nuestros labios en un beso, tenían sabor a sake, yo no quería eso, menos contigo, me sentía atrapado en una pesadilla
Te separaste de mí y me empezaste a besar el cuello, mientras algunos gemidos luchaban por salir de mi boca, pero yo los retenía
Me arrancaste la camisa, solo vi como los botones rodaban por el suelo, no te parecías al zoro que yo conocía, te veías mas salvaje, bajaste hasta llegar a mi pecho y lo lamías, después empezabas a mordisquear mis pezones, ya no pude mas, el placer que me dabas con solo esas caricias me volvía loco, y empecé a gemir desesperadamente tu nombre
Quería mover mis manos pero no podía, sentía que iba a explotar, pero, eso no fue todo, empezaste a hacer un camino de besos desde mi pecho hasta mi vientre, te entretuviste ahí por un largo rato, viste mi abultado pantalón y vi con terror como me desabrochabas el cinturón y el botón del pantalón, después mi erección creció mas al ver que bajabas la cremallera de mi pantalón con tu boca
Me bajaste la ropa interior y tu vista se poso en mi miembro, yo me sonroje aun mas por el hecho de estar desnudo frente a ti, trate de escapar un vez mas, pero no podía, te sentaste sobre mis piernas y comenzaste a acariciarlo de arriba para abajo, lo hiciste durante un rato hasta que lo metiste a tu boca, empecé a gemir mas y mas, por fin paso, me corrí en tu boca, tu lo bebiste todo y dijiste que sabia delicioso, sentí vergüenza, levante mi torso y te di un golpe con mi cabeza, fuiste a dar al otro lado de la habitación, pero eso te enfureció
La poca delicadeza que tenias en ese momento se esfumo, tomaste mis muñecas y te sentaste en el suelo, hiciste que me sentara sobre tu miembro, de modo que podías ver mi rostro, me penetraste de una sola estocada, tenia ganas de gritar en ese momento, pero me tapaste la boca a tiempo antes de que esa suplica por que alguien viniera a ayudarme saliera de mis labios, las lagrimas no tardaron en salir de mis ojos, y tu las limpiaste con tu pulgar, mordiste el lóbulo de mi oreja pensando en que asi me tranquilizarías, pero aun me dolía, comenzaste a embestir, primero lenta y suavemente, después de eso empecé a sentir un inmenso placer, pero mis manos aun estaban atadas, tu veías que necesitaba moverme y decidiste esperar un poco, luego ya no me importo mi orgullo, te suplique que desataras mis manos y se formo una media sonrisa en tu rostro, al parecer estabas satisfecho y asi lo hiciste, las desataste
Los gemidos no tardaron en empezar a escucharse por toda la cocina, nos movíamos al ritmo que marcaban tus embestidas, los dos llegamos al orgasmo al mismo tiempo y después de eso, te vestiste y saliste de ahí, dejándome desnudo en plena cocina, pero, la lujuria que hace un momento sentía se esfumo, ahora solo quedaba el vació y el miedo que tenia
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