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Saturday night fever por Thiara

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Notas del capitulo:

Este fic es una paranoia que escribí para una amiga mía. Es un guión para un comic que quiere hacer, así que no os lo toméis muy en serio.

 

Espero que os guste ^^ 

Era de noche. El sol hacía ya horas que se había escondido y dejaba paso a una brillante luna. Las calles de Tokyo estaban habitadas por adolescentes y jóvenes que salían a celebrar una estupenda noche de sábado. Las luces de neón de los bares y pubs relucían entre la oscuridad de las calles. La luz de un cartel luminoso donde se podía leer el nombre de "Orion", dibujaba la silueta de dos figuras que se situaban en frente del bar con dicho nombre. Una de ellas, más alta que la otra, lucía una media melena rubia y vestía una sencilla camiseta de manga corta negra, mostrando el tatuaje de tu brazo izquierdo y unos tejanos desgastados. La otra, más bajita y de pelo moreno, vestía una camisa blanca y unos pantalones negros. Las dos figuras se aproximaron a la puerta y se adentraron en el interior del recinto.

 

En el interior, variedad de luces de colores y sonidos se mezclaban con el ambiente, cargado y vaporoso. Las dos siluetas se acercaron a la barra.

 

- ¿Qué quieres, Kyoya? 

 

- Mmm... me da igual ¬¬

 

- Bien, entonces... ¡Camarero! Pónganos... dos cócteles tropicales, por favor.

 

- ...

 

- ¿No te apetece, Kyoya?

 

- Esas tías me están poniendo nervioso. No dejan de mirar, parecen espías.

 

- ¿Hum? ¿Esas chicas de ahí? Seguro que miran a otro lado, no te alteres.

 

En ese momento, el grupo de chicas que observaba a Dino y Hibari se acercó a ellos, con paso decidido y minifaldas más cortas de lo normal.

 

- Hola chicos. No me sonáis. ¿Sois nuevos? Si queréis, yo os puedo acompañar para que no os sintáis solos - dijo una de las chicas, de pelo ondulado pelirrojo, y vestido de tirantes granate.

 

Antes de que Hibari empezara a regalar mamporrazos, Dino contestó amablemente a la oferta de la chica.

 

- Te lo agradecemos, pero estamos bien así. No creo que nos sintamos solos, gracias.

 

La respuesta de Dino desembocó en una estampida de grititos y rozamientos de las otras chicas del grupo.

 

- ¡¡Ahh!! Encima que está buenísimo, es tan amable. Venga vente, vente con nosotras.

 

- ¿Eres rubio natural? Waaaa! ¡Entonces eres extranjero! ¿De dónde eres? Venga, cuéntanos.

 

- ¡Ahh! Esta canción me encanta. ¿Vienes a bailar conmigo? Anda, por favor. ¡Eres guapísimo!

 

Poco a poco la conversación fue evolucionando hasta concluir con la exclusión de Hibari de ella. Todas las chicas se habían agrupado rodeando a Dino, mientras éste intentaba evadirlas como podía.

 

Mientras esas desconocidas seguían gritando como histéricas, Hibari se fue al lavabo sin avisar a Dino. Le dolía la cabeza. Los chillidos de esas gatas en celo le perforaban el cerebro. Esperó unos minutos en el lavabo escuchando el ruido de fondo, hasta que se calmó un poco, y volvió a la barra. Pero al volver se encontró a Dino rodeado de más frescas calienta braguetas. Una de ellas se le acercó demasiado y empezó a besarle. Esa era la gota que colmaba el vaso y Hibari se dirigió hacia allí a toda prisa.

 

Dino vio como se acercaba mientras se intentaba separar del pulpo que le oprimía. Finalmente lo consiguió y se fue directo a Hibari:

 

- ¡Kyoyaaaaaa bésame! ¡Me ha besado una chicaaa, ahora voy a morir! ¡BÉSAME ANTES DE K MUERAAA!

 

El grupito de chicas se quedó atónito. Dino fue corriendo hacia Hibari, pero éste ya preparaba su puño para estamparlo en la cara del capo italiano. Seguidamente, le propinó otro puñetazo en el estómago y una patada para rematar. Después de tal paliza, salió rápidamente por la puerta.

 

Dino intentó seguirle, pero las fieras en celo volvieron a contraatacar, impidiéndole salir ni librarse de ellas. Le tenían atado con caricias y roces indebidos. No le dejaban respirar con preguntas e insinuaciones. Pero, después de minutos y minutos intentando escaparse, y habiéndose formado tal montaña de chicas acosándole, Dino logró escabullirse por un pequeño agujero y corrió hacia la puerta, pero, antes de llegar, se cayó al suelo. No obstante, y sin mirar atrás, se levantó a toda prisa y consiguió salir del local.

Justo al salir, alguien le cogió por el cuello de la camiseta y lo arrastró. Dino pensaba que era otra de las chicas del bar, pero cuando vio los ojos de Hibari, se dio cuenta de que se equivocaba.

 

- Has tardado mucho... - le susurró Hibari, y acto seguido juntó sus labios con los de su joven acompañante.

 

El beso que Dino tanto ansiaba por fin había aparecido y mientras se besaban, Dino esbozó una leve sonrisa de agradecimiento.

 

- FIN -

 

 

Notas finales:

Ya está xD

 

en fin, espero que os hayáis reido y tal ^^

 

Nos vemos pronto

 

Gracias 


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