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The beating of my heart por Thai Maqui

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Notas del fanfic:

El título es los latidos de mi corazón.

Derecho de personajes kishimoto san.

Notas del capitulo: Heiwa  Flash back

 

El inconfundible aroma a cloro se esparcía en el ambiente, era la media noche y los largos e iluminados pasillos se hallaban desérticos. 

Parado frente aquella impoluta puerta, con sus manos temblorosas de girar la perilla, se encontraba un joven de cabello negro azulado, piel pálida y de hipnotizante belleza. Tenía unas notorias ojeras, la angustia y el dolor se reflejaban en sus orbes aún acuosas y rojizas.

Uchiha Sasuke había estado en el hospital una semana sin moverse de la habitación 106 donde se hallaba la única persona que amaba.

Naruto Uzumaki, su medio hermano por parte de madre, descansaba postrado en la cama del hospital, los doctores no habían determinado la causa pero si que le quedaba un escaso mes de vida y ya no había nada que pudieran hacer o al menos eso decían hasta el momento.

Verlo allí, le dolía, con un dolor indescriptible y punzante que lo hacía trizas, aquel ángel que iluminaba todo con una simple sonrisa, sus ocurrencias o alguna travesura, con su característico dattebayo o su insaciable glotonería por el ramen, estaba perdiendo poco a poco su luz y eso era algo que Sasuke no estaba dispuesto a permitir

La primera vez que supo de su existencia lo odio hasta el punto de desearle la muerte, pero todo eso cambió al ver sus bellísimos azules como cielo.

************

- Su madre ha muerto - habló melancólico Umino Iruka, tutor de Itachi de 15 y Sasuke de 12 años que se mostraron impasibles ante la noticia, pues no les importaba en absoluto.

Mikoto Uchiha ya hace ocho años los había abandonado para irse con Minato Uzumaki, su verdadero y único amor. Debido al poder de Fugaku, este la obligó a casarse bajo amenazas con él, pues pertenecía a una familia de renombre, con clase y muy acaudalada, ante la sociedad era la mujer perfecta para ser su esposa.

Las apariencias eran todo lo que le importada y esto sumado a su carácter frío y cruel hizo que ella terminara por irse, claro que esto no lo sabían los hermanos Uchiha.

Por su parte Fugaku había muerto ya hace tres años, a causa de un accidente automovilístico, dejando la tutela a manos de Iruka, su abogado de confianza y administrador de sus bienes.

- Desde hoy tendrán un nuevo hermano - prosiguió inseguro el castaño ante la reacción de los pequeños - fue el último deseo de su madre.

- Quieres decir que el bastardo ese vendrá a vivir con nosotros - habló en menor iracundo - por su culpa no tenemos familia - agregó para salir corriendo a encerrarse en su habitación.  

- Porqué - preguntó Itachi - que tenemos que ver con él, si nuestra oka san nos abandonó, jamás le importamos - pronunció ocultando la turbación en su voz.

- A pesar de lo que crean su madre fue una buena mujer, además está decidido mañana su hermano se mudará con nosotros .

- Sasuke tiene razón jamás aceptaremos a ese bastardo en nuestra casa - dijo azotando la puerta de la entrada después de salir.

Ambos hermanos estaban dispuestos hacer un infierno la vida de su nuevo ototo y hacerle pagar caro el craso error cometido por su madre, pero cambiaron de parecer al ver aquella imagen angelical que se presentó frente a ellos. 

- Soy Naruto Uzumaki, tengo siete años y es un gusto conocerlos dattebayo - habló con melodiosa voz el pequeño. Solo se podían percibir unos dorados mechoncitos pues Naruto estaba escondido detrás de Iruka.

- Vamos no seas tímido - animó el castaño a presentarse adecuadamente, haciendo que el menor saliera de su escondite.

"Un hermoso ángel" fue la frase pensada por ambos Uchihas al verlo. Cabellos sedosos intensos, piel canelita muy tersa, unas graciosas marquitas en sus infladas mejillas, pero sobretodo esos sus intensos ojos azules que provocaban  indescriptibles sensaciones en ambos. 

- Es un placer conocerte Naru chan - dijeron al unísono los pelinegros mientras se dirigían miradas furtivas, asesinas y celosas.

Ante aquel gesto de competitividad el ojiazul inocente de toda situación, les regaló una deslumbrante sonrisa, si definitivamente, Naruto era muy especial.

**********

- Como esta Naru chan - dijo una grave y varonil voz detrás suyo, haciéndolo salir de su letargo.

- Esta descansando, pero ha estado preguntando por ti - la voz de Sasuke sonó entrecortada pero prosiguió - Itachi - y sin más el mayor entró a la habitación.

Desde el marco de la puerta, Sasuke pudo observar la dulce escena mientras unas suaves lágrimas surcaban sus pálidas mejillas. Naruto besaba dulcemente a su hermano, reflejando en sus orbes azulinas y su deslumbrante sonrisa todo el amor que le profesaba a su aniki. Ese amor con el que él soñó con tener, al lado de su bello ojiazul y que jamás lograría, aquel amor que se convirtió en un frugal y tormentoso sueño.     

***********

Los años fueron pasando, haciendo que Naruto captara la mirada de todos a su alrededor, su angelical belleza y su dulce personalidad hacían que quien lo viese cayera bajo su encanto, sucediendo lo mismo con Sasuke, pero para el ojiazul nada de eso importaba, pues ya tenía a alguien que ocupaba su corazón.

- Sasu niichan - gritaba eufórico el rubio de ahora 15 años. Sasuke se encontraba  en la biblioteca, leyendo un libro frente al  acogedor fuego de la chimenea, el frío invierno se hacía presente arremetiendo con fuerza, calando hasta los huesos.

- Que pasa usuratonkachi - contestó Sasuke recibiendo como respuesta un gracioso bufido por parte del menor, ese gesto le encantaba al azabache, molestarlo era una de las cosas que más le gustaba.

- Adivina qué - balbuceó el rubio perceptiblemente nervioso - ya tengo novio - susurró con un carmín en sus mejillas.

Sasuke dejo caer el libro de entre sus manos y abrió los ojos como platos, como alguien se había atrevido a enamorar a SU Naruto y sobretodo quien podría haber sido capaz, pues él siempre estaba pendiente de cualquiera que osara acercarse.

- Se puede saber quién es dobe -  dijo notoriamente enfadado, pero antes de que el ojiazul pudiera responder se escuchó el sonido de las llaves abriendo la entrada principal.

- Ya llegué - avisó el mayor de los Uchiha. Naruto corrió emocionado al escucharlo, algo que extrañó a Sasuke, pausadamente caminó al recibidor encontrándose con la peor de sus pesadillas.

Naruto estaba sentado sobre el regazo de Itachi, cómodamente acurrucado mientras se entregaban en un apasionado beso, tan ensimismados estaban que no se percataron de su presencia.

Con paso trémulo retrocedió lentamente, encerrándose en la biblioteca. Al cerrar con llave, pegó un manotazo a los libros que se hallaban sobre el amplio escritorio cayendo de rodillas golpeando con sus puños la fina alfombra, hasta que sus manos sangraron, su pecho subía y bajaba rápidamente, estaba furioso, dolido y frustrado.

Se sentó en el sillón cayendo pesadamente y trató de calmarse, sin ningún resultado, su adorado angelito, la razón de su vida, arrebatado delante de sus narices por su aniki - Naruto te amo - susurró llorando amargamente con los puños cerrados - te amo - repitió desconsolando, ni el calor que irradiaba la chimenea, pudo calentar en ese momento su frío y destrozado corazón. 

Dos años tuvo que soportar con valentía y simulando indeferencia a la feliz pareja, todos sus te amo, los besos, las caricias y sus escenas románticas. Se maldijo por tener tal agudeza de oído, oyendo claramente los dulces gemidos nocturnos, emitidos por su rubio, los cuales eran como estacas clavándose en su interior pues susurraban el nombre de Itachi. 

Pero valía la pena, sí que valía, pues nunca vio tan radiante a su angelito y si para lograrlo tenía que sufrir, encantado se sacrificaría mil veces por su felicidad.

***********

- Sasuke kun porqué no te vas a descansar - habló angustiada una pelirrosa ofreciéndole una taza con delicioso café recién echo.

- Gracias Sakura pero quiero estar a lado de Naruto - la ojiverde era la enfermera a cargo del rubio y había notado perfectamente lo enamorado que estaba el azabache, aunque la situación la preocupaba, pues Sasuke desde que internaron al ojicielo no se separaba de él ni a sol ni sombra.

- Llevas una semana aquí desde que lo trajiste, piensa en ti podrías enfermar y .. - trató de apelar la enfermera pero el Uchiha interrumpió.

- Sakura te agradezco la intención pero lo único que me importa es estar con Naruto y dime si algo malo llegara a pasarle mientras no estoy yo .. yo - balbuceó entrecortado recordando como fue que lo encontró mientras sus ojos ébanos se nublaban.

*********

Sasuke regresaba temprano a la mansión luego de una productiva reunión con los Hyuga, entró sin hacer ruido para sorprender al ojiazul.

Itachi le pidió al azabache que entretuviera a Naruto pues, para el mayor de los Uchihas ese sería el día más feliz de su vida, aquel día que le pediría matrimonio a su adorado ángel, caso contrario, aquel día era el más triste en la vida Sasuke pues sentenciaba definitivamente la pérdida de su amado ojiazul.

- Dobe quieres ir al Ichiraku, te invito el ramen especial - habló el azabache, sabía que Naruto no podría resistirse a tal ofrecimiento y bajaría cual ciclón hiperactivo en cualquier segundo, pero nada sucedió.

- Usuratonkachi no escuchaste - volvió a decir, pero no obtenía respuesta, un espasmo recorrió su espina dorsal dando paso a un mal presentimiento.

Corriendo subió las escaleras presuroso, buscó en su habitación pero no lo encontró, hasta que notó la luz encendida por la rendija de la puerta del baño.

Giró la perilla y un rictus de terror se apoderó del pelinegro, al encontrarse con la escalofriante escena. En el suelo y en posición fetal, Naruto yacía desmayado, mientras borbotones de sangre salían de su boca, formando un charco de sangre debajo de él.

- Na..ru - articuló con dificultad acercándose a él - ¡¡Naruto¡¡ - un grito desesperado y desgarrador salió de sus labios, mientras tomaba el frágil cuerpo del rubio entre sus  brazos para llevarlo al hospital.  

*********

- Que tiene Naruto - exclamó Sasuke zarandeando al doctor Hatake.

- Cálmate ototo deja que nos explique - Itachi posó su mano en el hombro del menor, calmándolo. El azabache soltó al peligris y tomo asiento a lado de su aniki.

- Verá el joven Uzumaki sufre una enfermedad congénita, necesita un trasplante de corazón lo antes posible - explicó Kakashi mientras revisaba los análisis.

-¿Puedo hacer algo? - inquirió Sasuke  en tono preocupado.

-No, la verdad solo queda esperar, es probable obtener algún donante - manifestó el doctor retirándose de la sala de espera.

El menor de los Uchiha se quedó allí, meditando la amarga situación, tras unos largos minutos, se dirigió a ver al ojiazul, pero justo antes de voltear por el pasillo colindante a su habitación, vio a Itachi y Kakashi conversando, por lo que se ocultó sigiloso para no perder detalle de nada.

- Sabes perfectamente que tú o Sasuke son los únicos que pueden ser donantes - aseveró el peligris recibiendo un asentimiento por parte del pelilargo -  además su tipo de sangre es muy rara, eso imposibilita a cualquier otra persona. 

- Lo sé y ya sabes que hacer - fue la escueta respuesta por parte del ojinegro.

- Prepararé todo para cirugía, tienes esta noche para despedirte - emitió el galeno, pero antes de retirarse volvió a inquirir - estas seguro de tu decisión. 

- Claro, mi vida sin Naruto no es nada, además ya se volverá a enamorar - contestó firme, sin mostrar ninguna señal dubitativa en su voz.

Cuando se disponía a entrar a la habitación del ojiazul una pálida mano se posó sobre la suya impidiéndole continuar.

- Yo lo haré - susurró el azabache - el es dueño de mi corazón así que déjame dárselo - agregó, sorprendiendo a su hermano, Sasuke lo había escuchado todo.

- De que estas hablando ototo baka - el pelilargo se hizo el desentendido ante las palabras del azabache, tratando de disuadirlo inútilmente.

- Lo conozco, sabes también como yo que el es muy dobe y jamás amará a nadie más - admitió el menor con turbación en su voz - si me condenas a vivir viéndolo sufrir nunca te lo perdonaría aniki baka - dijo, logrando una sonrisa melancólica por parte de Itachi.

- Perdóname Sasuke yo - pero este negó ligeramente con la cabeza.

- No te disculpes, su corazón eligió, así como el nuestro, no se puede evitar - dijo con una hermosa sonrisa.

- Solo hazlo feliz - pronunció entrando al cuarto del Uzumaki, cerrando la puerta tras de sí.

- Sasu niichan - murmuró quedito el ojiazul. Para Sasuke era muy doloroso ver en esa situación a su amado rubio, tumbado en la cama, siendo una sombra de su verdadero yo, pero sabía que eso pronto cambiaría.

- Estas bien Naru - habló tranquilamente aunque por dentro era todo lo contrario.

- Sí - mintió - estoy muy bien dattebayo - contestó animado pero no sonaba  nada convincente.

- Hasta enfermo no dejas de ser un usuratonkachi - reprochó aparentando molestia mientras acariciaba sus dorados mechones.

- El doctor dijo que estarás bien, te darán pronto de alta - dijo falsamente - yo tengo que viajar para arreglar unos negocios así que no podré estar cuando salgas del hospital - explicó, para Sasuke cada vez era más difícil, sintiendo un nudo en su garganta con cada palabra emitida, pero no mostró atisbo en ningún momento.

- Pero niichan - reclamó el rubio - no me esperas con un ramo de flores y un gran tazón de ramen - dijo inflando graciosamente sus mofletes.

- He estado cuidándote una semana baka - habló frunciendo el ceño - ahora tengo mucho trabajo acumulado por tu culpa dobe - pronunció dándole la espalda, ya no podía seguir manteniendo su careta de indiferencia por más tiempo.

- Naru chan, te amo nunca lo olvides - susurró imperceptible entre labios - nos veremos usuratonkashi - se despidió sin voltear a verlo.

- Nos vemos teme dattebayo - y así salió de la habitación diciendo adiós para siempre a su hermoso ángel de ojos azules.

 

******** Tres años después *******

 

- Sasu chan no corras o te caerás - decía Naruto de ahora 21 años, a su hijo pequeño.

- Pero papi ya quiero ver a oji san - respondía el chibi de dos años, tenía un asombroso parecido a Sasuke, excepto por sus bellísimos ojos azules, idénticos a los de su progenitor padre.

Naruto, salió de la operación satisfactoriamente, siendo dado de alta en dos meses. Jamás se enteró del verdadero motivo de la muerte del azabache, solo que el Uchiha había fallecido en un trágico accidente aéreo, esto destrozó al joven Uzumaki, pero poco a poco fue recuperando su sonrisa, sobretodo al enterarse de la maravillosa noticia que estaba esperando a su primer hijo, al que por supuesto decidió bautizar con el nombre de Sasuke. 

Sobre una alta colina, yacía la lápida del pelinegro rodeada de hermosas flores. El sol resplandecía en lo alto del cielo despejado y los pétalos de cerezo revoloteaban juguetonamente con el viento.

 - Al final lo conseguiste ototo tu corazón es suyo y ahora solo late para él - susurraba Itachi mientras unas cristalinas lágrimas surcaban sus mejillas.

- Siempre serás parte de él y el vive gracias a ti, se que eso te hace muy feliz - habló depositando un ramo de rosas blancas sobre tumba.

- Arigato Sasuke por regalarme la felicidad - susurró el pelilargo mientras miraba hacia el horizonte observando a las personas que más amaba, Naruto con su hijo cargado en brazos, ambos riendo felices mostrando aquella bella sonrisa que iluminaba todo y el puro corazón de su ototo, que latía día a día para su amado ojiazul.  

 

Mi corazón es tuyo Naruto, pues tú eres el único que puede hacerlo latir  intensamente y sacar a relucir lo mejor que hay en mí, te amo y amaré  por siempre.

Uchiha Sasuke

 

Notas finales: Triste, pero espero que les haya gustado. 

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