Ryan y yo solo nos conocíamos de vista. Ni en el club de teatro o en el verano convivimos realmente. Quizá alguna vez hablamos, pero nos atraíamos, eso era seguro.
Coincidimos en una fiesta, la cual estaba bastante aburrida. El llevo a Sharpey que termino dormida en una de las sillas a lado de la piscina. Yo iba con Gabriela, ya no éramos novios y lo demostró poniéndose a bailar sobre la mesa. Nos encontramos, Platicamos un poco y decidimos salir de ahí.
Me acompañaba a mi casa cuando comenzó a llover, al principio seguimos pues no era nada pero luego se hizo más fuerte y decidimos esperar un taxi en una parada de autobús.
De pronto el me abrazo y dijo con voz sensual muy cerca de mi oído “Que lindo te vez mojado Troy”. Pegándome aun más a su cuerpo.
Eso hizo que sintiera la necesidad de besarlo y sentirlo como Mío, sentirme de el. Fue un beso muy apasionado y terminando vi como me deseaba en sus bellos ojos azules.
Su casa era la que mas cerca quedaba así que aventurándonos al mal tiempo salimos de ahí y llegamos a su casa. Entramos si hacer ruido, y llegamos hasta su habitación donde me dejo por un momento para secar nuestro rastro y traer algunas toallas y secarnos.
Comenzamos un pequeño juego, ya que el me secaba y yo a el. Y cada prenda que quitábamos recorríamos la piel desnuda con besos para calentarnos. Y si que nos calentamos.
Y vaya que nos calentamos.
Ryan era hermoso, delgado pero fuerte, lo bastante como para estar encima de mi, claro que yo no tenia la intención de quitarlo. Me decía lo hermoso que era y cuanto tiempo había estado esperando tenerme solo para el, palabras que me alegraron, me hicieron sentir especial y deseaba que ese momento fuera eterno.
Me levanto en brazos, lo cual me avergonzó un poco y me llevo hasta su cama, donde colocándose encima de mi muy despacio comenzó besándome el cuello, para bajar a mis pezones, y estar jugando entre mi abdomen y mis piernas, sin desatender mi miembro el cual sobaba con sus suaves manos.
-Yo también quiero participar- dije entre gemidos de placer.
Paro de dar mimos a mi cuerpo y se coloco en posición invertida a la mía, su miembro me daba en la cara.
-Has lo que quieras con el- Me dijo en tono travieso.
Entonces empezó a meter mi miembro en su boca, oh jamás había experimentado tanto placer en mi vida, yo solo lo masturbaba pero al rato también daba pequeñas lamidas y chupadas a su miembro, lo cual le daba un poco de risa.
Paro y volvió a voltearse dándome la cara y un beso que me dejo sin aliento. Me metió tras dedos en mi boca los cuales lamí, suponiendo mal que era para entrenarme de cómo debía hacer sexo oral.
Se posiciono encima de mí, separo mis piernas e introdujo un dedo húmedo en mi entrada. Al principio dolía pero al segundo y tercer dedo me sentía en la gloria.
Pronto los sustituyo con su miembro, el cual entraba despacio en mí para no lastimarme. Al tenerlo todo adentro espero unos momentos hasta que me sentí cómodo y comenzaron las embestidas.
El no dejaba de acariciarme y decirme lo bueno que era. Mis manos ahora recorrían traviesas y sin pudor alguno la bella anatomía de mi ahora novio. Cuando el momento del orgasmo llego teníamos nuestras manos entrelazadas, fue mágico llegar al placer con esa delicada caricia.
Salió de mí y fue a su baño, regreso con algo de agua y me limpio algo de sangre que había en mi cuerpo, luego me puso uno de sus Pijamas y el otro y así nos dormimos esa noche.
Ya han pasado años de esto y aun sigo con el, solo que mi Apellido ya no es Bolton sino Evans, la única que no acepta lo nuestro es mi mama, pero sus padres y mi papa nos apoyan. El apoyo de Sharpey, Gabriela Taylor y Kelsie nos sorprendió, pero Chad me dijo que se debía a algo llamado Yaoi. No quiero saber que es.
Adoptamos un niño, es idéntico a Ryan y se llama Daniel. Soy profesor de educación física en east High y Ryan de teatro. Mi vida no podía ser mejor desde Esa noche.
Fin