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Babysitting Estel por midhiel

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Capítulo Uno

 

Mil gracias a Ali por corregir.

  

Elrohir entró en su recámara, dando un estrepitoso portazo. ¡Era una verdadera injusticia! Había esperado por seis meses la visita de la delegación de Lothlórien. En el último par de semanas no había hecho otra cosa que hablar del asunto hasta que Elladan, su hermano gemelo, ya harto, le había hecho callar con un coscorrón. Y ahora, cuando faltaban horas para el evento, ¿qué acababa de exigirle Elrond, el Señor de Rivendell, su padre?

 

Que cuidase de Estel, su hermanito adoptivo de cuatro años, mientras su progenitor y Elladan viajaban urgentemente hacia Mirkwood.

 

Estel era divertido, alegre, juguetón y estaba lleno de energía. Elrohir y su hermano pasaban momentos entretenidos con él. No había elfo en todo Rivendell que no estuviese cautivado con el niño. A Elrohir le encantaba cuidarlo, pero esta visita la había estado aguardando por medio año. ¿Por qué?

 

-Haldir – suspiró el gemelo, lanzando una patada al aire para canalizar su frustración.

 

Haldir era el apuesto e intrépido Capitán de la Guardia Real de Lothlórien. Un elfo de cabello platinado e intrigantes ojos azules del que Elrohir estaba profundamente enamorado.

 

Se habían conocido diez años atrás, una temporada de verano en que Elrohir y Elladan viajaron a Lothlórien por el cumpleaños de Arwen, su hermana menor. Apenas cruzaron miradas, la flecha del amor los había atravesado y no tardaron en encontrarse a escondidas para robarse besos y alguna que otra caricia indiscreta.

 

Después habían vuelto a verse en varias ocasiones: visitas diplomáticas, torneos, caza de orcos. En cada encuentro, los jóvenes habían aumentado el ardor de los besos y la pasión de las caricias, pero todavía no habían alcanzado a entregarse por completo el uno al otro. Al menos hasta ahora.

 

Seis meses atrás, Haldir le había enviado una carta, comentándole que su Reina Galadriel, la abuela materna de Elrohir,  lo enviaba a Rivendell para participar en un torneo de arquería, organizado por Glorfindel. También le confesaba las ganas que tenía de hacerle el amor y entregarle su cuerpo y su alma.

 

Y Elrohir había quedado regodeándose con la idea.

 

Pero si ahora tenía que cuidar del impaciente Estel, que no entendía lo que era quedarse quietecito jugando tranquilo en un rincón, que no entendía lo que era dormir una siesta, ¿cómo conseguiría al menos media hora a solas con el platinado elfo?

   

……..

  

-No, Elrohir, he dicho que no – Glorfindel sonaba terminante. Con su postura de elfo serio y estricto, con los brazos cruzados en la cintura y el ceño fruncido, no parecía el simpático elfo bromista que varios milenios atrás había descuartizado a un balrog -. Tu adar te encargó a ti, y sólo a ti, que cuidaras de tu hermano, y así lo harás.

 

-Pero a Estel le encanta cabalgar contigo – insistió el gemelo.

 

-Y también le encanta jugar contigo, que le leas cuentos y que lo arropes por las noches. Además, ya es hora que asumas responsabilidades, joven peredhil. Responsabilidades más importantes que recorrer el Arda exterminando orcos.

 

Elrohir se sintió ofendido. Exterminar orcos era una tarea de suma importancia, mucho más trascendente que cuidar a un niño de cuatro años. Sin embargo, ni Elrond ni Glorfindel parecían entenderlo así.

 

-¡Ro! –la jubilosa vocecita de Estel retumbó en la sala.

 

-Aquí llega el balrongcito de Imladris – suspiró Elrohir en voz baja.

 

El niño se arrojó a los brazos de su hermano. El gemelo, que a pesar de sus protestas lo adoraba, lo alzó para comérselo a besos.

 

-Ada me dijo que me cuidarás – explicó, loco de alegría -. Porque él y Addy deben hacer un viaje largo.

 

Por un instante, Elrohir olvidó su mal humor.

 

-Vamos Estel. Vamos a despedir a ada, que partirá enseguida –decidió, llevándoselo cargado -. Creo que está en su gabinete.

 

Glorfindel frunció el ceño.

 

-Si llego a enterarme que faltan hierbas en el gabinete de tu adar o que Estel misteriosamente durmió más horas de las normales, sospecharé que le diste de beber algo indebido.

 

-¡Glorfindel! ¡Por favor, me estás insultando! – Elrohir se ofendió. Aunque en su interior había esgrimido la posibilidad de adormecer a su inquieto hermanito.

  

……………

   

El engreído y solemne Haldir sintió un cosquilleo en el estómago al divisar las tierras de Rivendell. Pero mantuvo la compostura y, espoleando su caballo, aceleró el trote. No por nada se había ganado el apodo de Haldir, el helado, el elfo más serio e inexpresivo de Lórien.

 

-Capitán, una escolta de elfos se está acercando –avisó un soldado, que cabalgaba junto a él.

 

El cosquilleo aumentó cuando reconoció a Elrohir encabezando la delegación, alto y majestuoso como cualquier hijo de Elrond.  

 

Entusiasmado, Haldir dejó atrás a sus centinelas.

 

-Mae Govannen, Haldir ó Lórien – saludó Elrohir, deteniéndose frente a su amado elfo. Los guardias de Rivendell quedaron varios pasos atrás.

 

-Mae Govannen, Elrohir Peredhil – el capitán respondió formalmente el saludo. Entonces se percató que el gemelo traía un bultito, sentado en la montura, detrás de su espalda.

 

Elrohir sonrió, buscando las palabras para demostrar su alegría pero también el pequeño problema que ahora cargaba.

 

-Haldir, no sabes cuánto esperé tu visita, pero mi adar se empeñó en que cuidara de mi hermano.

 

-¿De Elladan? – Haldir abrió los ojos, confundido.

 

-No, me refiero a…

 

Antes que pudiera terminar la frase, un feliz niñito humano de pocas primaveras asomó la cabeza, detrás de su espalda.

 

-Aiya, mi nombre es Estel. Ro y Addy son mis hermanos, tú eres su amigo, ¿quieres jugar conmigo?

 

Haldir miró primero al niño y luego a Elrohir, reclamando explicaciones urgentes.

 

-Estel es mi hermanito – confesó el gemelo -. Mi ada me ordenó que lo cuidara porque salió de viaje. Es muy pegado a mí y no quiere estar solo.

 

-¿Quieres jugar, Haldir de Lórien? – insistió Estel con su encantadora sonrisa.

 

-Espero te agraden los niños – susurró Elrohir.

 

Pero la cara de pavor de Haldir le indicó todo lo contrario.

   

TBC

Notas finales: Aiya a tod@s. Aquí empecé un nuevo fic, que se me ocurrió y que no será largo. Ya estoy preparando las continuaciones de mis fics inconclusos, incluídos aquellos que no llevan a Aragorn y a Legolas como protagonistas. También estoy escribiendo uno nuevo con esa parejita. Muchas gracias por leer
Midhiel

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