Cocoa
-Mello, estoy un 94% seguro de que Near se va a dar cuenta.
El aludido se mordió los labios- ¿P-Por qué lo dices?
-Bueno- comenzó llevándose el dedo pulgar a los labios y mirando hacia arriba en gesto de pensar- Primeramente porque es su favorito, además le puso nombre y lo lleva consigo a casi todas partes…
-Si lo llevara a “todas partes” no abría pasado esto- interrumpió.
-Por eso mismo mencioné el “casi”, además no estas en posición de decir algo como eso.
El otro rodó los ojos, ya no estaba tan seguro si había sido una buena idea el haberle contado al pelinegro de su “problema”- Pero si solo es una mancha, además ya casi no se ve.
L observó el afelpado hocico del muñeco- ¿Realmente lo crees?
Bajo la cabeza, derrotado- ¡No!... se va a dar cuenta ¡Y sabrá perfectamente que fui yo!
-Es lo que te ganas por impulsivo y…- miró los azules ojitos aguados de su aspirante a sucesor- por no dejar de comer tanto chocolate.
-¡No es mi culpa que sea tan delicioso!
-Eso no te lo negaré- señaló- pero lo que si ha sido tu culpa es haber manchado el peluche favorito de Near.
-No lo hice a propósito- refunfuñó- ¿Qué puedo hacer?
-Lo más correcto sería decirle- notando la fea mirada que le dirigía el menor, continuó- Bueno, haremos esto: yo intentaré conseguir un muñeco parecido- suspiró- y tu: mantén ocupado al algodón, ¿Quieres?
Asintió, sería difícil, no era ninguna novedad el hecho de que no se llevaba muy bien que digamos con Nate. Pero era preferible a que se enterara de que él…
-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Tiempo mas tarde…
Frente a sus ojos había una gran juguetería, recordaba bien haber comprado el peludo muñeco de Near allí mismo, esperaba que aún tuvieran ejemplares pues eso había sido algunos cuantos años atrás.
-No se porque siempre me termino metiendo en estas cosas…- susurró a la nada.
-Debe ser porque eres irremediablemente lindo- unas manos se apoderaron de su cintura, apretándolo.
-Light-kun… ¿Qué estas haciendo aquí?- se había puesto rojo, más aun por que las personas que pululaban por la calle se les quedaban viendo.
-Pensaba en recogerte- restregó su mejilla entre el cuello y hombro del detective, con cariño- cuando llegué, te vi salir del orfanato y me preocupé.
-Me seguiste…- dio un manazo a los dedos traviesos que intentaban meterse debajo de su playera- Aquí no, hay muchos niños.
-Bah, como si no fueran lo suficientemente precoces- deshizo el abrazo, no sin antes dejar un beso en la pálida mejilla, y se posicionó a su lado- Entonces, ¿Qué hacemos aquí?
-Es una historia algo bizarra- rió el pelinegro, recordando- Vamos, te la contaré entretanto busco a “cocoa”.
-¿Cocoa?
Las puertas eléctricas se abrieron, dándoles la bienvenida.
-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Al mismo tiempo y en otro lugar…
Todos miraban raro a Near, era la primera vez que se le veía algo nervioso, yendo de aquí para allá e irrumpiendo en cada habitación.
-¿Qué te pasa Near?- preguntó Linda, quien había sido la elegida por los demás en ir a preguntarle.
-No esta…- decía el niño, sin detenerse en sacar las cosas de un gran baúl.
-¿Se te perdió algo?, ¿Quieres que te ayude a buscarlo?- se ofreció amablemente la pequeña.
-No se me perdió, alguien lo tomó.
La niña parpadeó un par de veces, confundida- ¿Alguien lo tomó?
El peliblanco asintió.
A punto estaba de preguntarle que era eso tan importante que se buscaba cuando alguien la apartó de un empujón- Auch…- se quejó, pues el golpe había sido lo suficientemente fuerte para tirarla al suelo- Mello, me empujaste, te acusaré con Roger.
-No fue a posta Linda.
-No me importa- dijo una vez puesta en pié- ¡Eres un tonto!- luego le sacó la lengua y se fue corriendo.
El rubio apretó los puños, si fuera un chico seguro no viviría para contarlo, pero era una niña… y el no le pegaba a las niñas.
-Debiste pedirle una disculpa- oyó decir al peliblanco.
-Eso a ti no te importa.
El menor se quedó mirándole en silencio, se giró y siguió con su camino sin prestarle más atención.
Mello quiso disculparse, pero su orgullo le ganaba.
Aun así lo siguió.
-Eres un grosero- dijo Near, quien acababa de entrar a la habitación de Matt para echarle un vistazo.
El otro gruñó- ¿Qué se supone que buscas?- tenía una ligera sospecha de que.
El pálido niño abrió el ropero, dándose cuenta que el pelirrojo no tenía mucho agrado por la limpieza- A cocoa.
- ¿Hablas del conejo que llevas a todas partes?
-Así es- arrugó la nariz cuando tomó un calcetín sucio sin querer.
-Sabes que no puedes entrar así como así a los dormitorios de los demás, ¿Cierto?
-No robaré nada Mello, incluso puedes quedarte para confirmarlo.
-¿Tan importante es para ti? Es solo un estúpido…- se calló cuando Nate se giró a verle con expresión molesta, cosa que jamás había visto en él- Bien, pero será tu problema si alguien le dice a Roger lo que estas haciendo.
-Claro…- respondió Near, mirando bajo la cama y encontrando una caja llena de cartuchos y videojuegos.
-Que no te sorprenda, Matt es un adicto a esas cosas- le escuchó decir al ojiazul.
No encontrando lo que buscaba, salieron rumbo al siguiente cuarto.
-Revisaré tu habitación, ¿Esta bien?
-Como quieras…- dijo desinteresado, después de todo no tenía nada que esconder, el conejo lo había dejado…- ¡¡En la cama!!- gritó- ¡No, no puedes entrar!- cubrió la puerta con su cuerpo.
Near suspiró- ¿Por qué?
-P-Porque… olvide guardar… Mi-¡Mi ropa interior!
Sospechó- ¿Si?, no te creo- empujó a Mello pero este no se movía.
-¡Dije que no!- se aferraba al marco.
-Es solo ropa interior- se cruzó de brazos-Yo también la uso, ¿Qué importa que la vea?
-Iught, demasiada información- hizo mueca de asco- además se trata de MI ropa interior ¡Y no quiero que la veas!
-Bien- accedió por fin- espero que no me estés mintiendo Mello.
El aludido entró rápidamente a su cuarto tomando al felpudo- “Dónde lo escondo, dónde lo escondo”
-Oye…
Casi se le sale el corazón, Near se asomaba por la puerta.
-¿No te dije que esperaras?- escondió el peluche atrás de sí.
-Pero no mencionaste cuanto, ¿Qué llevas en las manos?
-Nada, sal de mi cuarto aún no he terminado.
-Pues yo no veo que te falte algo por recoger- el peliblanco, que le miraba mal, se iba acercando a donde estaba- Muéstrame tus manos.
-No, ya déjame en paz Near.
-Tú tienes a cocoa, ¿Verdad?... Dámelo.
Comenzó una pelea en la que uno luchaba por esconder sus extremidades y el otro por coger lo que había entre ellas, hasta que el rubio arrojó el muñeco por la ventana.
-¿Vez?, te lo dije, no había nada.
Se hizo un silencio, luego lo señaló- Sea lo que sea, lo descubriré…
Y entonces tragó saliva.
-O-O-O-O-O-O-O-O-O
-¿Entonces a Mello le gusta Near?
-Y Near gusta de Mello- afirmó- pero ya sabes como son- continuó- uno tan orgulloso que jamás se atrevería a decirle o mostrarle afecto y el otro tan tímido y calculador que no se arriesgaría a perder la poca cercanía que se tienen, sin estar seguro de obtener una respuesta afirmativa nunca le dirá.
-Vaya, jamás me lo hubiera esperado, se llevan tan mal…
-Bueno, eso no es tan raro, tan solo venos a nosotros- se hallaban mirando algunas estanterías repletas de peluches- “Eras Kira y yo el detective a cargo de atraparte”- pensó.
-Es verdad, nos llevábamos realmente mal- rió tomando un muñeco peludo que pretendía ser un panda jugando con su pelota- Mira, se parece a ti.
Frunció el ceño- No es gracioso Light-kun.
-Pero si yo no lo dije para que te rieras- acercó el juguete hasta la mejilla del pelinegro- Me vas a negar que grita “Llévame contigo”.
El otro apartó la cara, fingiendo molestia- No vine a comprar semejante cosa, además- miró el peluche por el rabillo del ojo- Ni siquiera parece un panda, está muy mal hecho.
-Tonterías, simplemente lo dices por el comentario que hice.
-Claro que no.
-Oh, claro que si.
-Si digo que no Light-kun, es porque no.
-Yo más bien lo veo como un gran si.
-No.
-Si.
-No pienso pelear contigo por semejante tontería.
-Pues yo tampoco.
-Bien.
-Bien.
Ryuuzaki se fue al siguiente pasillo- “Si tu buscas aquí y yo allá, terminaremos más rápido”- había dicho como escusa.
-“No puedo creer que se enojara, esto es absurdo”- pensó el castaño, mirando los grandes ojos negros del Panda entre sus manos.
-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Mello mordía su chocolate nerviosamente, no encontraba por ningún lado el maldito conejo. Luego de dejar a Near en su recámara había salido corriendo hacia al jardín, no se había tardado tanto, era increíble que se lo hubiese llevado alguien.
-Que no cunda el pánico, respira profundamente- se dijo a si mismo- Near está allá arriba, aun queda tiempo para buscarlo.
-¡Near!
Se giró rápidamente, ¡Demonios! El maldito niñato había bajado ya, es que eso si era tener una pésima suerte.
La persona que llamaba al peliblanco con insistencia era Matt, pero parecía no escucharlo. Se acercaba caminando a Nate con algo entre las manos, Mello achicó los ojos para ver que es lo que era.
¡Cocoa!
Corrió tan fuerte como pudo, empujando a cuanto niño se encontrara en su camino y trastabillando de vez en vez con alguna roca o mal paso. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Tackleó al pobre pelirrojo, quien nunca lo vio venir, cayendo encima de éste
Near volteó- “Creí escuchar mi nombre”- pensó, luego se encogió de hombros y siguió con su camino.
-¿Qué rayos te pasa Mello?- el chico a rayas se acomodaba los googles.
-¡Dame eso!- le arrebató el conejo.
-¡¿Tu tenías a cocoa?!
-“¿Cómo demonios sabe el nombre del conejo?”
-Lo dice la cinta que rodea su cuello- le dijo, adivinando sus pensamientos- No puedo creerlo- cambió su tono a uno enojado- sabía que eras desquiciado pero no para tanto, ¿Sabes el cariño que Near le tiene a ese peluche?
-Cállate, no sabes mis razones.
-Algo tendrá que ver esa “misteriosa” mancha de chocolate que tiene en la…
-¡No lo digas!- tapó su boca, acercándose a su cara para susurrarle- Mas te vale no contarle nada.
-No puedo hacer eso Mello, además tarde o temprano se dará cuenta, eres muy descuidado- Decía esto último porque momentos atrás, mientras fumaba un cigarro a escondidas de Roger, le había caído el felpudo en la cabeza.
-No lo hará, L-sama ha ido por un reemplazo.
-Lo van a… ¡¿Se han vuelto locos?!
-Shhh, no grites, es solo que la macha no se quita- bajó la mirada- ¿Y sabes lo que diría si la ve?
-No tienes manera de averiguar como reaccionaría- le tomó por los hombros- Me decepcionas Mello, tu siempre haz sido muy valiente y arriesgado, te lo juegas el todo por el todo, no se porque no lo haces ahora.
-No puedo arriesgarme esta vez Matt, no me puedo permitir perder lo poco que tengo de él... si se va, no hay nadie más.
-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Aun podía recordar la voz de Light gritando “Renuncio”, lo había dejado todo por él: su nuevo mundo, su falsa justicia, a Kira…
Y ahora lo arruinaba enojándose por una cosa insignificante.
-¿Lo encontraste?
-Light-kun, discúlpame…
El aludido se sorprendió un poco por el comentario tan repentino, avanzó lo que restaba de pasillo entre ellos y alzó su barbilla, perdiéndose en las brillantes gemas negras que eran los ojos de Elle.
-¿Por qué?
-Por lo que hace rato…
-No me refiero a eso- cortó- es decir, ¿Por qué te amo tanto?
Elle cerró el contacto, besándole.
Y Light encontró una vez más la respuesta.
-O-O-O-O-O-O-O-O-O
-¿Near?
Estaba de espaldas- Ahora no, no es un buen momento…
Se le hizo extraña su voz, así que se acercó un poco más- Que… ¿Estás llorando?
El niño intentó apartar el agua salada con sus mangas- No…
-Creí que nunca mentías- se agachó a su altura, observando por primera vez aquellas gotitas en esos ojos- Es por el conejo, ¿Verdad?
Asintió.
-¿Por qué significa tanto para ti?
-¿Por qué estas siendo amable?, siempre intentas humillarme o hacerme sentir mal.
-Solo los idiotas responden a una pregunta con otra- mencionó enojado- deberías cooperar conmigo ahora que trato de llevarme mejor.
Luego de un breve silencio, el niño por fin habló- Es solo que… -hipó- L-sama me lo obsequió para practicar.
-¿Qué cosa? ¿Practicar?
Las blancas mejillas enrojecieron y Mello observaba fascinado todo aquello, deseando por instantes que ese sonrojo fuese dirigido hacia él.
-Yo…- le miró- no me atrevo a decirle a alguien sobre mis… sentimientos- el rubio abrió los ojos como platos- Cocoa era el molde de esa persona, L-sama me dijo que practicara lo que quería decir con él.
-Por eso lo llevabas a todos lados- mencionó el otro, algo ido por lo que acababa de escuchar, ¿Quién sería esa persona a la que quería tanto?, sentía envidia.
-Y ahora no lo encuentro…- sus ojos amenazaron con desbordarse nuevamente.
El rubio recordó las palabras de Matt, observando la tristeza de Nate-“Es ahora o nunca”- pensó- “Tengo que arriesgarme”- se levantó y salió corriendo del lugar dejando desconcertado al menor… tiempo después regresó jadeante y con algo entre las manos.
-Near, no te enojes- le dijo, agachándose una vez más hasta poder ver su rostro- Pero yo…
-¡Cocoa!- tomó el muñeco entre sus dedos- ¿Tu lo tenías?
Asintió, escondiendo su mirada tras el cabello.
El niño le miró con un gesto que el mayor no pudo entender- Estoy seguro de que debiste tener tus razones para tomarlo, gracias por devolvérmelo.
Mello se quería ir, la vergüenza ya lo estaba matando y eso que aún no notaba la…
-¿Qué…? ¿Esto es chocolate?
Apunto estaba de echarse a correr cuando llegó la pregunta, la que no se atrevía a contestar.
-¿Tu lo hiciste?
No respondió, el rojo le cubría la cara.
-Tonto…- le escuchó decir, y cerró sus ojos esperando lo que tanto temía, allí estaba eso que… ¿Presionaba sus labios?
Abrió su azulina mirada de golpe, encontrando la cara de Near muy cerca, sus cabellos rozaban sus mejillas, tenía los párpados cerrados y su boca estaba pegada a la de él.
-Si querías un beso- habló el peliblanco luego de separarse un poco- solo lo hubieras pedido.
Mello sonrió eliminando distancias, queriendo probar una vez más aquello tan delicioso como sus chocolates.
-O-O-O-O-O-O-O-O-O
-Matt, ¿Sabes en donde está Mello?
-Emm… Si, pero creo que está muy ocupado.
-Oh…- Ryuuzaki sacó de una bolsa de papel un conejito blanco- Es que… tengo su pedido.
-Ya no será necesario L-sama- rió, a la vez que volvía perderse en la pantalla de su videojuego.
El moreno miró extrañado a Light, que estaba atrás de él, ambos se encogieron de hombros.
Minutos atrás Matt había visto al rubio ir corriendo con Cocoa en las manos hacía la habitación de Near, no fue difícil interpretar lo que pasaría pues sabía que esos dos se gustaban.
Sonrió, harían un buen equipo.
-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Hay un bonito peluche de conejo sobre la cama, la luna refleja sus ojos negros con un brillo misterioso. Su nariz es aterciopelada, da la impresión de ser real, mas su bordada sonrisa le hace regresar a ser solo un muñeco. Rodeando su cuello hay una placa, se lee “Cocoa” en perfecta manuscrita.
Cocoa está solo.
Su dueño no dormirá con él esa noche.
-Finite-