POR TU FELICIDAD
Capítulo I: Desición de Muerte
Como la mayoría de las noches, aquel joven apuesto de cabellos negros azulados se dirigía a la casa de su amante. Su rostro mostraba inquietud. Sin duda algo le tenía preocupado. Por el rabillo del ojo alcanzó a divisar algo que llamó su atención. Se paró frente a una vitrina observando un ramo de flores de un color azul bastante hermoso. Una típica sonrisa de medio lado se dibujó en los labios del chico. Entró en la floristería, que estaba a punto de cerrar, y compró aquellas flores. Salió del local y retomó su camino hacia el hogar de su pareja. Al llegar escondió tras su espalda el ramo y con su mano libre tocó la puerta.
-Toc, toc, toc
Un simpático rubio de bellos ojos azules abrió la puerta con una expresión muy alegre en su rostro.
-¡¡¡¡Hola!!!!..... Sasuke-kun ^__^ Te estaba esperando'ttebayo -dijo el de cabellos dorados poniendo un tono lascivo en la última frase. El aludido volvió a poner su común sonrisa.
-Usuratonkachi... siempre estás tan feliz... eso es lo que me encanta de ti, Naruto.... -kun -dijo el de mirada azabache -Ten... es para ti -continuó el peliazul ofreciéndole el ramo de flores que escondía tras de sí.
-G-gra-cias -contestó el moreno tomando el presente algo confuso -pero Sasuke...
-Cuando las vi me acordé de ti. Me acordé de tu linda mirada, azul como el cielo -le interrumpió el Uchiha mientras se acercaba peligrosamente al de piel morena para finalmente sellar sus labios en un apasionado beso. El kitsune simplemente se dejaba hacer por aquellas expertas caricias que tanto le encantaban.
Sasuke se fue adentrando en la casa, sin separarse de Naruto, haciendo que éste retrocediera. El ojiazul se separó provocando que el otro emitiera un gemido, casi inaudible, a modo de queja. El rubio sonrió ante aquel gesto y sin tomar en cuenta el pequeño disgusto del peliazul se aproximó a la puerta de entrada para cerrarla y echar llave. Pasó a lado de Sasuke e ignorándolo nuevamente se dirigió a su alcoba y se sentó en el filo de la cama. Aquella actitud del moreno realmente excitaba al Uchiha y al igual que un cazador persigue a su presa el ojinegro siguió a Naruto. Se paró justo bajo el lumbral de la puerta de la habitación y le propinó una mirada lujuriosa para luego acercarse al rubio y sentarse sobre su cadera con las piernas flexionadas a cada lado del cuerpo del kitsune. Volvió a unir sus labios con los del moreno en un desesperado beso, metiendo sus manos por debajo de aquellas molestas prendas para acariciar la espalda del chico. Movía levemente sus caderas rozando ambos sexos por encima de sus ropas. Naruto dejó caer el ramo de flores, que aún llevaba, al suelo para poder acariciar mejor a su amado. Posó sus manos sobre aquel bien formado trasero que tanto le gustaba, acariciándolo y masajeándolo aumentando así la excitación del azabache y la suya propia. El Uchiha dejaba escapar leves gemidos que terminaban ahogados en la boca del otro. El portador de aquellos ojos oscuros se apartó del moreno para deshacerse de la camiseta del rubio que le impedía ver aquel delicioso pecho. Aprovechó para quitarse su camisa, haciendo que Naruto se quedara embobado viendo aquel torso musculoso. Empujó al Uzumaki hacia atrás para que quedara recostado sobre la cama y de un solo tirón literalmente le arrancó los pantalones, junto con los boxers. Se quedó absorto viendo aquel perfecto cuerpo que tanto le gustaba saborear. Tanto le atraía aquella piel ligeramente tostada que ya se había vuelto algo vicioso el tener que probarla.
-No me mires así... me da mucha vergüenza, Sasuke-kun -dijo el ojiazul desviando la mirada con un sonrojo en sus mejillas.
-Vamos, no te pongas tímido, que no es la primera vez que te veo así, Naruto-kun.
-Lo sé... pero igual me sigue dando pena -contestó el rubio con un rubor aún más intenso. Nuevamente Sasuke puso su media sonrisa característica de él. Le fascinaba aquella inocencia que aun guardaba Naruto. Se deshizo él también del resto de su ropa y sin más dilación se acercó al cuello del rubio degustándolo. Depositando dulces besos. Chupando salvajemente, dejando rojas marcas que luego pasarían a ser moradas. Fue bajando poco a poco por su pecho, saboreando con detenimiento aquellos pezones hasta dejarlos duros y un tanto sonrosados. Siguió marcando un camino de saliva sin dejar un solo segmento de piel libre. Marcando así ese cuerpo que le pertenecía, probando ese ser que tanto le gustaba y enloquecía. Llegó hasta su ombligo, en el cual metió y sacó la lengua jugando un poco. Siguió bajando, pasando por alto la pronunciada erección del moreno. Dejó varios besos en aquellos muslos, tobillos, pies... En la totalidad de sus piernas, continuando así el trabajo de señalar lo que era suyo.
El rubio simplemente se dedicaba a disfrutar todo el placer que el de mirada azabache le proporcionaba y de vez en cuando algunos gemidos abandonaban su boca producto del goce que sentía ante aquellas caricias. Sasuke volvió a subir hasta quedar en frente del sexo de Naruto, que al parecer rogaba por un poco de atención. Sin pensarlo dos veces se engulló por completo ese trozo de carne, provocando que el ojiazul emitiera un gutural grito. El de piel blanquecina se sentía tan bien escuchando aquellos gemidos, le demostraban que el moreno en realidad lo estaba disfrutando, indicándole que estaba haciendo bien su trabajo.
-Eres tan... tan bueno haciendo.... esto.... Sa-sasuke-kun -le decía el moreno entre jadeos.
El peliazul subía y bajaba por aquella longitud, depositando castos besos en la punta del miembro, lamiéndolo con gula. Naruto no aguantaría mucho más, estaba a punto de llegar al clímax.
-¡¡¡Aaahh, Sasuke!!! Me voy a.... -El moreno se corrió en la boca del Uchiha. Éste no dejó escapar ni una sola gota de aquella tibia sustancia. Se limpió con los dedos un poco del líquido blanquecino que se le derramaba por la comisura de los labios, para luego hacer que Naruto lo chupara, dándole a probar su propia esencia. Acto seguido se acercó a la boca entreabierta del rubio rozando levemente sus labios, pudiendo sentir en su boca los la agitada respiración del kitsune. El ojinegro se alejó un poco. Tomó las piernas del otro y las separó un poco más para tener acceso a su entrada. Comenzó a lamer aquel lugar, lubricándolo, adentrando su lengua allí, como preludio. Después chupó sus dedos humedeciéndolos un poco y llevó su mano a la entrada de Naruto. Éste entrecerró los ojos sabiendo que eso iba a doler. Sasuke introdujo el primer dedo. Lo movió despacio, al principio, aumentando poco a poco el ritmo. Lo mismo hizo con el segundo y tercero. El rubio al comienzo solo sintió dolor por la invasión, pero luego ese sentimiento se entremezcló con el placer, queriendo más contacto con el de piel nívea. Una vez dilatada la entrada, el Uchiha sacó sus dedos y se posicionó entre las piernas del moreno. Lo penetró despacio con su glande haciendo que el rubio soltara un grito de dolor. Los dedos no se podían comparar con el tamaño del miembro de Sasuke. Su pene era mucho más grande, causándole más sufrimiento.
-Naruto.... Sigues siendo igual de estrecho que la primera vez -dijo Sasuke.
-Baka... haz-hazlo con... cuidado... dattebayo -le dijo el rubio con esfuerzo, pues el dolor era grande. El Uchiha solo sonrió orgullosamente ante aquellas palabras y haciendo caso omiso se introdujo con avidez de una sola embestida en el interior del de mirada azul -¡¡¡¡¡¡¡¡Sasuke-teme!!!!!!!! -aulló el moreno desahogando su dolencia. Unas obstinadas lágrimas que el kitsune no pudo contener rodaron por sus mejillas perdiéndose en su cuello. Su "amigo" al ver esto se aproximó a él y con su lengua limpió aquellas saladas gotitas.
-Perdón... no quise ser tan brusco -le susurró suavemente el de cabello azulado al oído. Esa voz tierna no era común en Sasuke, solo se comportaba así cuando estaba en presencia de Naruto, con el resto de sus amigos tenía un orgullo que mantener.
-Si-sigue -pronunció el Uzumaki moviendo sus caderas. Sasuke obedeció y comenzó a moverse lentamente dentro de su uke. Poco a poco las embestidas fueron aumentando la velocidad y la fuerza. Ambos cuerpos se movían a un solo compás, con un solo ritmo, parecían una bella orquesta interpretando la más dulce y sublime sinfonía.
El moreno no se podía controlar. Como siempre el placer que sentía era descomunal. Le encantaba sentir a Sasuke en su interior, que tocara aquel punto que lo hacia delirar hasta nublar sus sentidos. Era adicto al sexo. No, era adicto a Sasuke. Le gustaba tanto aquella mirada soberbia, aquel cuerpazo, que parecía haber sido tallado por los mismos ángeles, aquella ternura con que en ocasiones le hablaba, todo él era simplemente perfecto. El de cabellos dorados ya no se podía contener. Estaba a punto de acabar. Con ansias tomó su miembro entre su mano y comenzó a masturbarse a la misma rapidez de los embates. Sasuke parecía estar en la misma situación del moreno. Sus gestos de íntegra satisfacción en cada arremetida delataban lo mucho que estaba gozando aquello.
-Sí, sí... así Sasuke... más, ¡¡¡más!!! -suplicaba el rubio. Aquellas palabras eran música para los oídos del ojinegro y aumentaban aun más su excitación. Satisfecho por hacer implorar a su amante acató obsecuente a la petición e incrementó el ritmo. Sin disminuir ni un poco la fuerza, se bajó hacia a los labios del rubio besándolos con cariño y fogosidad. En aquel momento ambos se vinieron a la vez. Naruto manchando ambos abdómenes con su semilla y Sasuke inundando el interior del ojiazul, sintiendo como su sexo era aprisionado deliciosamente por aquellas paredes. Eso en verdad era la gloria infinita. Se quedaron en esa posición un rato hasta que sus palpitaciones se regularizaran un poco. Delicadamente el ojinegro salió del interior del kitsune y se recostó a su lado, abrazándolo por la cintura, juntando más sus cuerpos -Eres un dios en la cama. ¿Lo sabías Sasuke-kun? -dijo el rubio.
-Ya lo sabía -respondió soberbiamente el Uchiha.
-Engreído ¬¬ -dijo el moreno acariciando aquel pecho blanco y corpulento.
- Oye, Naruto.
-¿Qué ocurre mi amor?
-Ya habíamos hablado sobre esto, pero... no quiero que lo sigamos ocultando más.
-¿Te refieres a nuestra relación?
-Sí. Sé que decidimos mantenerlo en secreto, pero no creo poder seguir escondiendo lo que siento por ti, Naru-kun -dijo el azabache dedicándole al rubio una dulce mirada mientras acariciaba su mejilla con la mano.
-¡¡¡¡Estoy de acuerdo'ttebayo!!!! ¡¡¡Mañana mismo les digo a todos, que tú y yo somos pareja!!!
- -_-U Eso no es necesario Naruto. Simplemente ya no tendremos que pelear todo el tiempo para simular que nos odiamos cuando la realidad es que nos amamos profundamente.
-Como quieras. Lo haremos a tu modo, amor. Es un alivio, ¿no crees? Ya no tendremos que ocultarnos en los baños o encerrarnos en las aulas para poder besarnos -dijo el ojiazul en un tono lascivo.
-Ahora nos esconderemos para hacer algo un poco más subido de tono ¿verdad mi ángel?
-Eso suena bien -concluyó el moreno besando a su koi para luego recostarse sobre su pecho, cayendo irremediablemente en los brazos de Morfeo. Sasuke cogió una manta y cobijo a Naruto y a él mismo. Se quedó un momento contemplando aquel ángel de cabellos dorados, como los rayos de sol, ojos azules, que se les podía comparar con el mismísimo cielo, piel canela de la cual despedía una dulce fragancia que al Uchiha le encantaba aspirar. Poco después el ojinegro cayó dormido siendo presa del cansancio.