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NO, FORGET SMILE AGAIN (no olvides sonreír una vez más) por Gasper_Van_Garret

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Diez de la noche, el frió empezaba a hacerse presente, cayendo en forma de helados crepúsculos sobre la ciudad, mientras caminando me dirigía a casa, siendo una noche de invierno en la cual parecía ser la única alma presente sobre la calle, y el helado viento hacia estragos en mi cuerpo, mientras las cuadras parecían hacerse cada vez mas largas, y las veredas, como así los pasos mas pesados, y al sentir un crepúsculo de helado frió caer por mi rostro, dirigí mi mirada a la eterna noche, cubierta por un manto de rojizas nubes, que dejaban caer sus lagrimas congeladas, sobre todo el lugar, y mis pasos sobre si mismo. Mi mirada postrada en el cielo, me detuvo a contemplar, lo magnifico de la oscuridad cubierta por una lluvia de estrellas blancas, que desaparecían en cuanto tocaban el suelo. Y amarrándome fuertemente la bufanda a mi cuello, y con la canción de fondo que mis auriculares repetían una y otra ves en mis oídos, seguí camino y como buen ciudadano antes de llegar a la esquina mire que ningún auto fuera a venir para poder cruzar con tranquilidad la acera, pero definitivamente lo que me golpeo no se aprende en ninguna clase de seguridad vial, ya que creo que nadie piensa que alguien puede salir de debajo de los arbustos que cubrían la vereda y golpearte tan fuerte como un auto. Dejando que tu cuerpo adormecido por el frió golpeara en el suelo, sintiendo ese horrible dolor que produce el frió mezclado con una contusión sobre tu cuerpo, y sobre las adoloridas manos. Pero era tanto el frió que hacia que rogaba que mi cuerpo no sintiera el dulce aroma del calor, para no experimentar el dolor de las lastimaduras que acababa de ocasionarme. Y en el momento en que intentaba levantar mi cuerpo del piso, note que mi rodilla había sido lastimada y mi pantalón roto, ahora con una tonalidad un tanto rojiza, parte del golpe, que no dejaba que mi pierna se enderezara del todo bien. Y Unos brazos fuertes me sostuvieron de la cintura y me ayudaron a pararme, y una voz algo familiar, desde atrás de mi oído, me pedía disculpas por el accidente ocasionado, y pasando un brazo por encima de su hombro logre divisar ese rostro tan varonil marcado por la vida con esas facciones tan masculinas que lo convirtieron en el objeto de mi deseo, hace bastante tiempo, ese mismo que creía olvidado.
-“por favor, discúlpame, es que creí que ha esta hora no venia nadie por la calle, y venia corriendo para llegar a casa, ya que como veras la nieve se ha hecho presente”
-“no te preocupes, es que estaba distraído, y no me di cuenta que venia alguien”
-“dime, ¿nos conocemos de alguna parte?”
-“si, tu cara se me hace bastante familiar, pero no logro recordar de donde y con el golpe que me di, mucho menos”
-“corrígeme si me equivoco, pero puede ser que una vez me hallas golpeado con la palma de tu mano en la pierna, y me allá quedado la marca por unos días”
-“si eso es cierto, y no me equivoco, tu debes ser Touya, y cuando jugábamos al rugby, yo te golpee, porque tu pasaste una pierna sobre mi lastimándome con un botín”
-“si ciertamente, entonces tu eres Yukito, el chico que me dejo la palma de su mano grabada en un muslo”
-“discúlpame no fue mi intención hacerlo, es que no lo pensé”
-“no te preocupes, aparte creo que después de lo de hoy, vas a tener un recuerdo en tu rodilla de mi, como así yo de ti en mi pierna”
-“al parecer eso es muy cierto, pero Touya, no te preocupes yo puedo caminar solo, aparte ya es tarde y me he retrasado mucho para llegar a casa”
Luego de despedirme de aquel conocido amigo, logre dar dos pasos y mi lastimada articulación me dejo tendido en el suelo, sin intención de dejarse levantar nuevamente, y el dolor acompañaba su sentimiento por no pararse del lugar. Y nuevamente Touya, rodeándome con sus brazos me ayudo a pararme, o si se puede decir de esa forma, ya que creo que me cargaba mas que ayudarme.
-“ves Yuki, como siempre necesitas mi ayuda, así que vamos a mi casa, que esta aquí nomás, y luego de curarte esa herida, y cuando ya puedas mover la pierna te iras a tu casa, antes no”
-“si seguro, como tu digas, papa, siempre has sido tan controlador, y no has cambiado en tanto tiempo”
-“vos lo sabias antes de ser mi amigo, y no me intentaste cambiar, así que ahora atente a las consecuencias”
Luego de cruzar la avenida desde donde nos golpeamos uno con el otro, estaba su gran casa, y no había cambiado mucho desde que me acuerdo, era tan hermosa, esas por las cuales tienes que levantar la mirada para verlas por completo, y haciéndome pasar me sentó sobre uno de los sillones de la sala de estar y luego se retiro, a la cocina trayéndome una tasa de calentito y delicioso te, el cual de sus manos aunque hubiera sido amargo, y desabrido, lo hubiera tomado cual elixir de vida, y luego de terminármelo, se acerco a mi y levantándome cual pareja recién casada, yendo hacia su luna de miel, me acerco hasta el baño donde la bañera estaba repleta de agua perfumada, y el cuarto cubierto por un gran vapor, que daba la sensación de un gran y amplio sauna. Y sentándome en un banquito, paso a retirarse.
-“perdón Touya, pero no entiendo nada”
-“acaso no pretenderás que esa herida en tu pierna se valla a limpiar sola, necesitas una buena ducha con agua caliente, y de paso te va a caer muy bien. Y si aun no se te olvida, las batas están en el segundo estante”
-“gracias angelito, pero aun me acuerdo, aunque creo que el jabón se me acaba de caer”
-“muy chistoso, Yuki ¿no?, tu no has cambiado en estos años”
-“¿acaso tu si?”
Luego de retirarse procedí a quitarme la ropa, la cual por cierto en el momento en que iba saliendo por mi cuerpo, rozando la delicada piel, rememoraba recuerdos de años atrás, en este mismo lugar, generando deja vu de situaciones ya vividas, solo que otras eran las manos dulces y delicadas, que acariciaban mi cintura en el proceso de quitar mi remera y mi cinturón, si definitivamente eran sus manos.
Sintiendo el agua caliente, apoderándose de mi cuerpo, lograba despegarme de la realidad, introduciéndome en ese mar de tranquilidad, dejándome solo, llevar por el tiempo, para no sentir el ardor de mi pierna mientras era recorrida la herida abierta por el agua, y el jabón.
Y nuevamente los recuerdos de tu cuerpo sobre el mió cubiertos de agua, uno sobre el otro regando el piso fuera de la bañera, mientras tus labios repetían cuanto me amabas, cuanto me deseabas desde ese festejo en medio de el campo de deportes en el cual te bese al ganar el partido de la liga y tu respondiste a mi beso, justo en el momento en que éramos cubiertos por todos nuestros compañeros de equipo que en la confusión no se dieron cuenta de nuestro festejo privado.
Y luego de esa noche en la cual todos tomamos demasiado, por no decir que estábamos alcoholizados, me invitaste a quedar a dormir a tu casa, casi como esta misma noche, y luego de meterme a la ducha, tu apareciste detrás de mi, recorriendo con tus manos mi cuerpo, sobre mi ropa, las cuales iban introduciéndose bajo las misma de ves en ves, para luego prenda por prenda ir esparciendo por el suelo y yo solo quería que esa noche me hicieras tuyo, y a ti no te hicieron falta palabras para entenderlo. Y girándome, logre sentir lo pronunciado, de tu sexo, y el helado frió de tu torso desnudo, apoyándose sobre el mió ahora igual que el tuyo, y dejando nuestros pantalones como ropa interior atrás, luego de un forcejeo interminable, en el cual comprobé la fuerza de tus manos sobre mi cinturón, y la de tus brazos sobre mi cuerpo, y subiéndome sobre tu cintura empezaste ha abrirte camino entre el espeso vapor para introducirnos en la tina de agua caliente, y mientras tu cuerpo yacía sobre el mió, el silencio de tu mirada se quedo tiesa sobre el eje de mi mirada, impaciente por algo, y a la vez expectante, por una respuesta, y ambos supimos solo que no había un porque, solo un no se, de algo totalmente obvio, de una respuesta que no tenia sentido, ya que la pregunta siempre fue retórica, tanto para ti como para mi, decir te amo, era lo mismo que no hacerlo, aunque era necesario, en este momento ninguno se atrevió a pronunciarlo, y sus labios se fueron acercando cada ves mas a los míos dejándose llevar por igual intuición, acercándome a los suyos urgentemente, y de esa manera lograr conformar una sola unidad de dulzura cubierta por la lujuria del alcohol, que hasta el día de hoy me reprocho por no haber tomado menos, y poder recordar con claridad ese momento, en el cual por fin el hombre de mis sueños a su corta edad me hacia completamente suyo.
Y despertando del ensueño, sentí su vos tras la puerta girando la perilla de la misma, y pasando al interior de la misma, acercándose poco a poco hasta mi oído, y creyendo yo mismo que tal vez traía otras intenciones y más específicamente las intenciones que yo tenia.
-“¿que quieres de comer corazón?”
-“sabes que lo que tu siempre cocinas me parece espectacular, así que lo que tu quieras para mi esta perfecto”
Y dándome un beso húmedo en la nuca, se retiro, dejándome con los ojos abiertos, y esperando algo más. Algo que me tenia muy inquieto, ya que después de tantos años y de que por los rumores que tenia de el, sabia que nuevamente había entablado una relación, con una chica de el grupo de desequilibradas, que siempre anduvieron tras el, tratando de llegar a algo mas que solo amigos. Y no creo estar preparado para una jugarreta de una noche en la cual la mortificación del día después te rompe la cabeza, por impaciente y por no saber que la boca del lobo era tan profunda. Que tal vez los pensamientos de algunas personas son mas oscuros que su dulce sonrisita y solo por la idea de disfrutar el momento, tomarle la mano a la libertad, de ideas remanentes, siguiendo una por una lo que el instante nos presenta, y de allí no hay un punto limite mas que nuestras mas locas ideas tienen un solo fin entregarme al eterno placer de pasar un momento con ese cuerpo extraordinario, del cual es dueño mi ángel guardián, quien me recogió de la calle y entre sus brazos me atrajo hacia el, y luego hacia el interior de su hogar, dentro del cual en este momento el me cocina algo delicioso para saciar mi apetito, de un alimento sustancioso, y mientras tanto el se va condimentando para servirse en un enorme plato de porcelana, solo para mi. Y mi cuerpo dentro de la tina de agua caliente, se pone a tono y a la misma temperatura que mi ángel del pecado.
-“guau, pero que estoy diciendo, hace un momento, tenia miedo de lo que pudiera llegar a pasar, y ya me estoy imaginando como me devoro el gran postre, definitivamente estos vapores perfumados del agua me están mareando, y haciendo pensar cosas demasiados libidinosas, para un día de semana normal”
Pero, y que si acaso, me dejara llevar por lo que siento, por lo que deseo, si ya no creo que las cosas fueran a cambiar mas de lo que sucedió antes, cuando por primera vez, el amor de mi vida me convertía en la persona mas feliz de la historia, dejándome cubierto por su delicioso sudor, que bañaba mi cuerpo, y sus labios cubrían los míos. Pero mas allá de todo, nunca entendí porque el se fue alejando poco a poco, dejando el equipo, como así, de hablarme, hasta perder todo contacto. Tal vez o más bien seguramente se arrepintió, de lo que había sucedido entre los dos esa noche cuando el efecto del alcohol desapareció, y los recuerdos volvieron a su mente dejándolo muy mal parado, por algo que izo sin pensar. Pero no fue tanto eso lo que me molesto, sino que no lo hubiera intentado hablar y pedirme aunque mas no fuera que olvidara todo lo de la noche anterior, y que solo siguiéramos siendo amigos, y aunque yo hubiera accedido a su pedio, solo para seguir a su lado un día mas, se que no podría ni siquiera contemplar la idea de mirarlo solo con ojos de amigo luego de esa noche.
Pero a pesar de todo, hoy estoy aquí en su casa en la misma tina, en la que mis sueños dulces se hicieron realidad, y el parece haberse olvidado de todo, y yo como un bobo acepte entrar sin siquiera escuchar a mi corazón, nuevamente en su juego favorito, de enamorarme y dejarme luego en una cuerda floja parado y con mis recuerdos desvaneciéndose sobre mi mano.
Y procediendo a salir del agua que estaba tan grata como para quedarse allí todo un día completo, y tomando una toalla del armario, me secaba la cabeza frente al espejo, cuando un entrometido, sin pedir permiso, y con su aire, de “yo se que querías que pasara, y no llamara”, se dejo ver en el reflejo de el espejo, sobre mi espalda.
-“Yuky, aquí te traje algo de mi ropa, para que te vistas ya que tu pantalón se rompió, y de paso te quedas con un recuerdo de tu querido, golpeador”
Y yo de espaldas y sin una toalla, trataba de darle las gracias, y urgentemente, la baje a mi cintura y atándola a la misma. Me di vuelta, y con una sonrisa en el rostro, le agradecía por sus cuidados, y la atención amable para conmigo. Pero su visión, ni siquiera su mente estaban prestando atención a mis labios moverse, ni a las palabras que salían de allí, solo su vista se paseaba por el sendero, que había entre mi cuello y el recorrido, que a su paso había entre mi torso, mi abdomen y mi cintura, quedándose como parada final en la toalla que formaba un nudo en la cintura, y solo a su imaginación quedaba el contenido de la misma.
-“eu, eu Touya¡¡¡”
-“¿Qué pasa?”
-“te quedaste colgado, estas bien”
-“no te preocupes estoy bien y mejor me voy a seguir poniendo la mesa”
Cerrando la puerta tras el procedí a terminar de secar mi cuerpo y tomando la remera que había dejado sobre el pupitre y apretándola entre mis brazos llevándola a mi nariz pude sentir ese hermoso perfume que despedía la misma, (toda una escena de Brockback Mountain) ese aroma a…., a solo el, ya que solo el huele de esa manera, tan especial, que me deja flotando al llevar mi cabeza hacia su nuca. Y luego de calzarme el bóxer color blanco que mejor solo les digo que no era el que yo traía puesta cuando entre a esa casa, ya que mi mente se llevo todos los premios de divagaciones lujuriosas en ese momento. Pero el problema fue solo cuando quise pasar el pantalón por mi pierna lastimada, y la herida me incomodaba, ya que aun estaba abierta. Y lego de colocarme la toalla nuevamente a la cintura, lo llame para que me alcanzara algo para desinfectarme, y vendarme la pierna, pero el izo mas que eso.
-“no te preocupes Yukito, que yo te voy a desinfectar esa herida”
Y cargándome entre sus brazos, me llevaba por el pasillo, y luego por la escalera hasta su dormitorio, y yo solo me deje ser, y apoyando mi cabeza entre su cuello, y su oído, lograba transformarme y sacar mis colmillos, para delirar y sentirme tal cual como un niñito inocente entre sus brazos, fuertes. Y recostándome sobre su grande y mullida cama, trajo su botiquín, y sacando de dentro del mismo, un frasco que contenía un líquido rojo y un pincel, procedió a intentar pasarlo por la herida.
-“Toya, eso no me va ha doler o a arder, porque sino déjalo así y solo véndamelo”
Como se darán cuenta ese es un gran aspecto de mi, soy muy miedoso, ya que ni siquiera puedo ir al cine a ver una película de terror, porque aunque tenga veinte años, sigo cubriendo con mi flequillo mis ojos, o directamente salgo al corredor a sentarme hasta que la película termina, y siempre pago una entrada al reverendo cuete.
-“no te preocupes mi angelito, que si te llega a arder yo te soplo, aparte esto no tiene alcohol”
-“si, no tiene alcohol, pero yo soy un terrible cagon”
Nuevamente procedió a pasarlo por encima de la herida, y como era de suponerse me comenzó a arder mucho, y el tomándome fuerte de la pierna con la mano desocupada, me impidió moverla, y si, el bonito, me soplaba, hasta que se me pasara el ardor.
-“viste tontis, que no ardía tanto”
-“si seguro, habla por vos”
Pero al prestarle atención a su mano, la que me sostenía la pierna, note que esta había llegado por casualidad(si justamente, fue casualidad), hasta debajo de la diminuta toalla, sin tocar áreas sensibles, pero solo con sus soplidos calidos en mi pierna, bastaron para hacer que mi sexo, cobrara fuerza, y mis mejillas se tornaran de un colorcito, mas rojo que de costumbre y la toalla, dejara notara lo que debajo se ponía en acción, así que sentándome rápidamente trate de disimular, lo que ya se estaba empezando a descontrolarse.
Y luego paso a enroscar la venda cuidadosamente por mi pierna, mientras su dulces y fuertes manos, la acariciaban, y ya definitivamente quería clavarle mis colmillos, y hacerlo mió, pero tratando de contenerme, mire hacia otro lugar.
-“¿Touya, acaso esta nevando mas fuerte que hace unos minutos?”
-“hace unos minutos, no, hace una hora que nieva solo que en la tina y dentro del agua caliente, el tiempo se pasa volando. Pero si esta nevando mucho mas fuerte, y han anunciado temporal, para toda la semana”
-“guau que semana horrible”
-“bueno Yukito, ya esta muy desinfectada, y mejor vendada imposible”
-“hay gracias, mi doctorcito”
-“eres un bobo, pero esta bien te acepto que me llames de esa forma, aunque el que este por recibirse de doctor, eres tu”
Y quitándome la toalla, ya sin ningún pudor delante de sus ojos, me coloque el pantalón, y parándome, y aferrándome a su cintura bajamos al comedor, y allí, con la mesa ya puesta el me sentó en una silla, como todo un caballero, y luego volviendo a la cocina, trajo un boul de vidrio, con unas pastas que despedían un vaporcito, tan rico, y apetitoso.
-“Gracias mi angelito, por preparar una comida tan especial, para mi”
-“no hay porque, aparte me tengo que disculpar, por haberte chocado, hoy, porque con lo resentido, que eres, seguro, que después ni me hablabas”
-“eres, un hablador, yo cuando he sido, resentido…., mas que esas dos veces que me dejaste plantado, cuando dentro del boliche te ibas y me aburría como una ostia, sino nada mas”
-“solo esas dos, por eso después vos me empezaste a dejar plantado a mi, y ni siquiera te aparecías, y hay solo me tenia que volver a casa”
-“bueno pero era para darte una lección, y que no lo volvieras ha hacer”
-“si, si, si, pronto te voy a castigar por eso….”

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