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Mucho más que un simple deseo por zandaleesol

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Título: “Mucho Más Que Un Simple Deseo”

Pareja: Harry/Severus

Disclaimer: Los personajes todos pertenecen a J.K. Rowling.


¡¡Respuesta al desafío de la Mazmorra del Snarry!!


1

Ese era el último cumpleaños que viviría en la casa de sus tíos, ya pasaban unos segundos desde que el reloj marcara las doce de la noche, ya era mayor de edad, podía decirse que era libre por fin. Su martirio había terminado ya podía dejar esa casa y a sus parientes que tanto detestaba. No perdería más tiempo, no permanecería ni un minuto más en aquella casa en la que sólo había recibido desprecio y mal trato. A partir de ahora se abría para él un mundo de posibilidades ilimitadas, ya no estaba sujeto al dichoso “Decreto para la mooderada limitación del uso de la brujería en menores de edad”, ahora podía hacer magia fuera de la escuela sin que nadie le recriminara por ello.


Aquel era el comienzo de una nueva existencia, era como nacer de nuevo, en ese preciso instante comenzaría a vivir. Estaba completamente preparado luego de todo lo vivido hacía poco más de un mes, Voldemort muerto, la guerra terminada, había cumplido con su destino, nunca más nadie podría exigirle algo, había respondido de la forma que se esperaba de él.


Emocionado tomó su varita y lo primero que hizo fue insonorizar su habitación, no quería que sus tíos que dormían allí cerca escucharan algún ruido.


Puso sin ningún orden todas sus cosas en el baúl, libros, ropa, todo lo que había desparramado durante aquel último mes, en unos cuantos minutos todo estuvo guardado; no tenía claro a donde iría, a casa de Ron no podía ser, su amigo había viajado con toda su familia a Francia a la casa de la novia de Bill, Hermione le había acompañado, eran novios ahora. Ron le había propuesto que se uniera al grupo cuando cumpliera su mayoría de edad y pudiera salir de la casa de sus tíos, pero él no quería hacer eso, aún estaban muy recientes en su memoria los sucesos de la batalla final, ahora que ya no vivía con el peso tremendo de ser la esperanza del mundo mágico, deseaba alejarse de todos para pensar en sí mismo por primera vez.


No quería regresar tampoco a Hogwarts a terminar ese último curso, no era que hubiese dejado de amar la escuela, aquella siempre sería su hogar, el verdadero, pero lo cierto era que no se sentía capaz de regresar y pretender vivir como un estudiante más, la guerra había cambiado muchas cosas dentro de él. Nadie sabía de las decisiones que había tomado con respecto a su vida de adulto, ya nunca más nadie le diría que debía hacer, nadie volvería a manejar su vida, ya no sería sólo la marioneta en manos de otros, ahora tenía el control de su existencia.


Cuando por fin todo estuvo guardado en su baúl, lo cerró y redujo su tamaño mediante un hechizo y lo guardó en el bolsillo de sus jeans, tomó su escoba y varita en mano salió de la casa, nada en ese lugar había significado mucho para él, por lo tanto no extrañaría nada, tuvo la idea fugaz de dejar una nota de espedida, pero luego la desechó, sus tíos estarían felices de no saber más de él, por primera vez haría algo que los complacería.


Salió a la calle y con paso lento se fue alejando de Privet Drive, llegó a las inmediaciones de una plaza solitaria, luego de dar una mirada en derredor desapareció sin más.

2


El director se encontraba sentado en su escritorio leyendo un libro, aquellos días de vacaciones le resultaban agradables en Hogwarts, no era que no le gustase la presencia de sus alumnos, pero luego de los difíciles sucesos del mes de junio necesitaba un poco de descanso, su espíritu había quedado algo quebrantado, pues muchas de las personas que él había conocido ahora ya no estaban, entre ellos su amigo Ojoloco Moody, si bien era cierto que había muerto por la causa no dejaba de lamentarlo profundamente.


De pronto la puerta del despacho se abrió dando paso a la figura alta y oscura de Severus Snape, el profesor de Pociones era otro, bastante diferente desde que Voldemort ya no existía, aunque en sus maneras y gestos pareciera ser el de siempre, sólo el director que lo conocía a la perfección notaba su transformación.


—Buenas tardes, director.

—Ah… Severus ya regresaste, creía que tardarías más.

—Compré todo lo que necesitaba.

—¿Y cómo está el callejón Diagon?

—En el mismo lugar de siempre.


Dumbledore sonrió complacido.


—Estás de buen humor… alguna razón especial.

—Ninguna.

—¿Estás seguro?

—Completamente.

—Esta bien, no preguntaré nada más.

—Se percibe un ambiente muy agradable en el callejón, sin duda el hecho de que terminara la guerra influye mucho, a pesar de todo la gente se ve más animada.

—Es natural que así sea, sin Voldemort nuestro mundo ya es diferente.

—Así es, diferente y mejor.

—Sí, sin ninguna duda —dijo Dumbledore mirando con aire distraído hacia la ventana.

—¿Qué sucede? ¿Espera correo?

—La verdad sí, esperaba ver llegar de un momento a otro a la lechuza de Harry.

—Ah… y eso por…

—Severus no tienes que fingir delante de mí, sabes perfectamente que hoy es el cumpleaños de Harry.

—¿Se supone que debo recordarlo?

—¡Por favor! No es cualquier cosa que Harry este de cumpleaños, además de ser un héroe en nuestro mundo, ya es mayor de edad, un hecho importante sin duda.

—Sí, sí… ya sé que usted es su admirador número uno, supongo que le envió un regalo.

— Sí y esperaba que me dijese que le pareció.

—Potter es un distraído, con toda seguridad no se acordará ni siquiera de darle las gracias.

—Tú siempre juzgándolo con precipitación.


Snape iba a responder, pero unas llamas verdes crepitaron en la chimenea, la figura de Remus Lupin salió de ella.


—¡Remus!... que sorpresa...

—Disculpe por venir así tan sorpresivamente.

—Sabes que no necesitas invitación para venir a a escuela Remus —dijo Dumbledore

—Sí lo sé, gracias.

—¿Qué te trae por aquí Lupin?... no estabas de vacaciones con tu novia —preguntó Severus con tono algo socarrón

—Sí, pero las interrumpí para visitar a Harry en casa de sus tíos… por su cumpleaños.

—Muy tierno —ironizó el profesor de Pociones


Lupin simplemente ignoró el comentario de Snape y se dirigió al director.


—Profesor Dumbledore, Harry no está en casa de sus tíos.

—¿Cómo dices?


La sonrisa burlona se borró al instante del rostro del profesor de Pociones.


—Eso… Harry no está ahí… hablé con su tía… sus cosas también desaparecieron.

—¿Se fue de la casa de sus tíos sin decirle a nadie?

— Eso parece.

—Seguro que está con Weasley —dijo Snape

—No, no está con ellos.

—Entonces esta con Granger —dijo Snape

—No, Hermione está con Ron.

—Podría ser que hubiera ido a Grimauld Place —dijo Dumbledore

—La verdad lo pensé, pero lo cierto es que jamás le gustó esa casa, todos sabemos porque.

—Es muy extraño, Harry jamás se iría de esa forma, sin decirle a nadie.

—La verdad no estoy seguro profesor, creo que Harry quedó bastante afectado por el final de la guerra —dijo Lupin

—Es cierto, pero aún así no debió partir de casa de sus tíos sin decirle a nadie, ni siquiera le avisó a sus amigos.

—No entiendo por que ni siquiera me lo dijo a mí, lamento haberme ido de vacaciones, debí estar a su lado, yo noté que algo le sucedía, después de salir de San Mungo, lo vi más triste que nunca, no me atreví a preguntarle el porque de eso, no era sólo lo del final de la guerra, creo que había algo más que lo hacía estar triste, pero no imagino que pudo ser.


Dumbledore le lanzó una breve mirada al profesor de Pociones que miraba distraídamente por la ventana.


—Bueno la verdad si Harry se ha marchado así, sin decirle a nadie debe tener sus motivos y creo que debemos respetarlo, y esperar que en algún momento se comunique con nosotros —dijo Dumbledore


Snape fijó su mirada oscura en el director.


—¿Eso significa que no piensa hacer nada por buscarlo? —preguntó el profesor con voz que sonaba algo amenazante

—No, ya lo dije Harry se marchó por algún motivo, ya es mayor de edad, por lo tanto dueño de su vida, yo jamás volveré a imponerle nada.

—La verdad no puedo entender porque se fue así —dijo Lupin


Snape miró con enojo al director, la pasividad del anciano lo enfermaba, se preguntaba como era posible que tomara la desaparición de Potter con tanta calma, podía haberle sucedido algo malo. Sin embargo se abstuvo de decir más, se marchó del despacho de inmediato.

3


El colegio estaba muy solitario, caminó por los pasillos desiertos hasta llegar al vestíbulo, la puerta se encontraba abierta y el calor de aquel día de verano se colaba hacia el interior, decidió dar una vuelta por los jardines, no podía dejar de pensar en Potter, se preguntaba dónde estaría, era su cumpleaños y ni siquiera tenía la compañía de sus amigos, debía sentirse muy solo. Se sentó bajo una haya cerca del lago, cerró los ojos para recordar con más precisión la fisonomía del chico, su último encuentro con él había sucedido hacía muy poco tiempo, desde aquella vez en que Potter le confesara en San Mungo que lo amaba.


Flash Back


La urgencia de San Mungo estaba repleta de heridos más de los que hubiera esperado, pero lo cierto era que le importaban poco, lo único que necesitaba era saber que Harry estaría bien. Había recibido un hechizo muy potente que lo tenía inconciente aún, los Medimagos esperaban que no tuviera secuelas graves.


No recordaba ya cuanto tiempo había estado sentado en aquella silla a la espera de noticias, y no era el único, los amigos de Harry y el licántropo no se habían movido al igual que él en horas, ellos tenían excusa para estar ahí a la espera de noticias, él no las tenía, pero después de todo lo sucedido no le importaba mostrarse preocupado.


Ya caía la noche cuando una enfermera se asomó para preguntar por los amigos de Harry Potter, había despertado y quería verlos para asegurarse de que estaban bien, aunque se lo habían dicho no lo creía. Era todo lo que él había deseado saber, que Potter estaba bien, ahora podía regresar a la escuela, cuando ya se daba la vuelta la enfermera lo llamó.


— Profesor Snape, también ha preguntado por usted y quiere verlo —dijo la mujer

—¿Por mí?

—Sí, por favor acompáñenme.


Sin decir nada siguieron a la mujer hasta una habitación al final de un largo pasillo. La mujer empujó la puerta con suavidad, entraron a un cuarto todo blanco con apenas un par de sillas y una amplia cama en medio. Los dos amigos se precipitaron sobre el chico de ojos esmeraldas y se abrazaron con fuerza en medio de un elocuente silencio, él estaba incomodó, no se sentía con derecho a presenciar aquello, era algo de Potter y sus amigos.


—Harry nos alegra tanto que estés bien —dijo Hermione —teníamos miedo de que no te recuperarás

—¿A caso no saben que yo me libro de todo siempre? —dijo Harry con una débil sonrisa que hizo la delicia del profesor

—Sí y esta vez es definitivo, aquel miserable esta muerto —dijo Ron


No podía negar que sentía alivio y felicidad de verlo bien, también había temido que aquel último esfuerzo por derrotar al Señor Tenebroso le hubiese causado algún mal permanente, pero no era así, eso lo aliviaba profundamente.


—Profesor, gracias por todo, sin su ayuda no hubiese podido —dijo Harry con sincero agradecimiento

—No fue nada Potter, sólo cumplía con mi deber.


Una mirada extraña le dirigió Harry a sus amigos, sin embargo estos parecieron entender aquel lenguaje subliminal.


—Nosotros esperaremos afuera —dijo Hermione

—Potter usted necesita descansar, yo también me marcho.

—No… no se vaya… por favor.


Los dos amigos de Harry pasaron junto al profesor y casi sin hacer ruido dejaron la habitación. El profesor se acercó un poco más, pero siempre manteniendo la distancia.


—Profesor…

—Potter no vaya a darme las gracias otra vez.

—No… no es eso… yo… bueno estoy agradecido, pero no es eso de lo que deseaba hablarle.

—Necesita descansar, dejaremos esta conversación para después.

—No, no puedo esperar… he esperado mucho… prometí que si acababa con Voldemort y sobrevivía no perdería ni un minuto más en decirle lo que siento por usted.

—¿Lo qué siente por mí?

—Sí, yo quiero decirle que lo… amo… y que… yo sé que aún no soy mayor de edad pero… dentro de un mes cumpliré diecisiete y…

—¿Y qué Potter?¿Qué idea loca se le ha metido en la cabeza? ¿A caso cree que yo puedo sentir algo por un mocoso como usted?


Sin duda alguna Harry jamás esperó una respuesta tan hóstil de parte del profesor, parecía que la sola idea de saberse amado por Harry le resultaba ofensiva.


—Yo… pensé… yo creí…

—Pensó y creyó mal Potter… lo que hice por usted antes, durante y después de la batalla era mi deber, no porque tuviera sentimientos especiales por usted, no se confunda, yo no soy uno de sus admiradores Potter, sus sentimientos no me resultan un halago se lo aseguro, no tengo tiempo, ni el más mínimo deseo de ser el capricho y el simple deseo de un adolescente hormonal como usted.

—Usted no es un capricho y es mucho más que un simple deseo.

—Potter olvide semejante tontería, no sueñe con cosas imposibles que jamás sucederán.


Tras estas duras palabras y sin darle tiempo a Harry de decir nada más salió de la habitación del chico para regresar a Hogwart.


Fin Flash Back



Ahora que recordaba aquello sentía dolor, había sido excesivamente duro con el chico y no había razón para ello, al menos no una razón que ahora le pareciera legítima, después de eso no había vuelto a ver a Harry, y ahora el chico se había marchado sin decirle a nadie, no tenía dudas que él era responsable de ello. Había pasado un mes completo pensando en la declaración de Harry y justo cuando aceptaba que también lo amaba y que debía dejar sus miedos a un lado, resultaba que el muchacho se marchaba sin una palabra, sin ninguna explicación, no eso no podía quedar así.


Se levantó decidido a que buscaría a Harry hasta bajo las piedras si era preciso, si Dumbledore no hacía nada, él se encargaría de buscar a ese chico malcriado y decirle unas cuantas verdades, entre otras, que lo amaba locamente y que a pesar de sus dudas y temores quería estar junto a él, por toda la vida si era posible.


Continuará…


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