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Nunca he sido fiel por Aome1565

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Notas del fanfic:

yo sólo hago sufrir a los personajes, pero no son míos (;

Notas del capitulo:

Se me ocurrió... i así como se me ocurrió lo escribí i lo terminé en una hora...

increíble viniendo de mi, ya se xD.. i mas no habiendo escribiendo nada de ellos hace algun tiempo oxo

pero bueh.. aca lo tienen -w-

..aunque hai algo: Matt me quedó medio fuera de lo que es Matt...

lean (:

 

 

 

 

Nunca he sido fiel

 

 

 

 

Lo metió a los empujones en el ascensor y, después de que las puertas se hubiesen cerrado, se lanzó, literalmente, sobre el cuerpo del más alto y empezó a devorar sus labios de manera hambrienta y violenta, por no-sé-cuánta vez esa noche, después de habérselo encontrado de casualidad, bailando casi desnudo aferrado a uno de los caños de esa discoteca...

 

Quería castigarlo, maltratarlo...

 

¡Eran pareja, carajo!, ¿y ni aún así podía dejar de actuar como una puta?, ¿acaso él ya no le daba todo eso que le gustaba buscar?

 

El rostro de Matt se volteó por la fuerza de la cachetada que el rubio le dio cuando las puertas del ascensor de ese mugroso edificio se abrieron.

 

Mello tomó al mayor de uno de sus brazos y lo tironeó y arrastró hasta la madriguera que compartían donde, cuando entraron, sin ninguna delicadeza, acorraló al más alto contra la puerta cerrada mientras le quitaba la ropa a la fuerza.

 

El pelirrojo se dejaba hacer, maltratar. Él sabía lo que hacía cuando iba a buscar a más de uno a ese lugar algunas veces, por lo que sabía que, siendo Mello quien lo dominaba, tenía merecido aquello...

 

Se dejó empujar hacia la habitación y cayó de espaldas sobre la cama mientras el menor terminaba de quitarle la camiseta y los pantalones.

 

Y ahí fue cuando la furia del mismo estalló: Matt tenía marcas de moretones y golpes en las caderas, las piernas, y luego vio que también en la espalda.

 

-¿Qué es todo esto, Matt?, ¿quién te hace esto? -preguntó, casi gritando, de pie junto a la cama y a ese pelirrojo incorporado sobre sus brazos.

 

-Son... son heridas y chupones, Mello. Y me los hacen todos esos que quieren hacérmelos... Mello -respondió el más alto, casi en susurros y como si estuviera hablando del clima.

 

Los ojos del rubio se abrieron de sorpresa y su expresión pasó a ser de rabia. ¿Cómo podía ser cierto que Matt se haya atrevido a meterse con otros tipos y, para colmo, tenga el descaro de decirlo como si nada, como si a su dueño no le importara?

 

-Esto no te va a salir barato, Mail... -advirtió el más bajo en un susurro con rabia contenida y se quitó a tirones la ropa, para dejarse caer sobre el cuerpo del mayor.

 

Con esas esposas que tenía colgadas de uno de los barrotes de la cama y que creía jamás usar nada más que para jugar, aprisionó las manos del pelirrojo contra el respaldo y se dedicó a observar con delicia la mirada de, por primera vez en la noche, miedo de ese que estaba postrado, y ahora esposado, bajo su cuerpo. Sonrió con suficiencia, sintiéndose amo.

 

Durante un largo rato que planeó sea de tortura, se dedicó a morder con fuerza el cuello, el pecho y el abdomen de Matt, con la intención de dejarle marcas más duraderas, que lo hicieran olvidarse de cualquier clase de placer que otros dientes le pudieran haber dado.

 

Mello estaba furibundo, sumamente molesto. Pero sobre todo se sentía frustrado. El hecho de que su perro lo cambiase por otro le había herido algo más que el orgullo, aunque no quisiera admitirlo.

 

Y en la oscuridad, entre los gritos ahogados y los gemidos de ambos, Mello se tragó las lágrimas que le trajo el imaginarse al pelirrojo así, gimiendo, bajo el cuerpo de cuantos otros.

 

Entonces, el mayor sintió como sin piedad y con violencia el rubio le desgarraba las entrañas al penetrarlo.

 

-¡Mello! -gritó, arqueando la espalda y sacudiéndose del dolor, sin poder soltar sus manos. Pero el otro hizo oídos sordos y las embestidas llegaron y pasaban una a una, rápidas, profundas, arrancándole jadeos de no sabía dónde, cargados de placer y dolor mezclados... Música para los oídos del rubio, que mientras entraba y salía de ese cuerpo que bajo el suyo se revolvía, rasguñaba su piel pálida e intercalaba mordidas y besos sobre los labios hinchados del mismo.

 

 

Para Mello, sentir de aquella forma el dolor con el que el pelirrojo disfrutaba y a la vez sufría de ese castigo, era demasiado placentero para soportar tanto tiempo seguido, por lo que no se contuvo al derramarse dentro del cuerpo de Matt, que gimió más alto que cualquier sonido que se haya escapado de entre sus labios esa noche...

 

Pero el rubio no estaba conforme sólo con eso, así que coronó la noche con una nueva bofetada en el rostro sonrojado del más alto.

 

-Castigame, Mello. Pegame, haceme sufrir como más te guste; voy a llevar eternamente un ojo morado... pero enterate de una cosa: Nunca he sido fiel...

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Mello cornuuuuuuuudo! xDDDD 

..eso lo dijo marianita anoche cuando leyo su regalo de cumpleaños atrasado x333

 

 

me dejan un rr? :3


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