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Itsy Bitsy Spider por Evil Onigiri

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Notas del fanfic:

Ninguno de los personajes utilizados me pertenece. Eriol Hiragizawa y Syaoran (Xiaolang, Shaoran) Li son pertenecientes a CLAMP y a la serie Card Captor Sakura de las mismas así como la contextualización y las dos señoritas citadas en el one-shot.

 

 

Itsy Bitsy Spider

 

 

 

"Eras verano y mil tormentas
Yo el león que sonríe a las paredes"
La chispa adecuada-Enrique Bunbury.
 

 

El rechinar de la cadena del columpio nunca sonó tan melancólico ni la lluvia cayó jamás con tanta amargura sobre las calles de Tomoeda.

Ni un rayo de sol se atrevía a aventurarse a salir entre las espesas nubes que con su manto gris cubrían la figura del Rey Pingüino y tergiversaban todo su esplendor sobre las demás figuras del transitado parque, dándole el protagonismo con un tímido aclarar, que ni siquiera permitía pasar a la luz, a una sombra que se mecía en uno de los columpios sobre la arena.

Entre los labios entreabiertos se deslizaba con suavidad una tonadilla infantil.

-Itsy Bitsy spider climbing up the spout, down came the rain and washed the spider out-.Una mano, pálida, se alzó para recoger algunas de las muchas gotas de lluvia que caían a su alrededor-.Out came the sun and dried up all the rain...-Un rayo de sol cruzó las nubes, tímido y titilante-.Now Itsy Bitsy spider went up the spout again...

La voz se silenció con un suspiro, un suspiro triste lleno de recuerdos imposibles de olvidar. Un suspiro que clamaba por la mujer que acababa de perder y que se elevaba por la oportunidad que había ido a buscar. Un suspiro que tenía sabor a Jack Daniel's y sake. Un suspiro que llevaba impreso el aroma de Kaho.

-La pequeña araña a un tubo se subió, vino la lluvia y al suelo la tumbó-.Una voz se había unido a la que, solitaria, cantaba unos minutos antes entre las gotas y la melancolía-.Luego salió el sol y todo lo secó-.La figura de la que provenía la voz se acercó a la sombra del columpio-.Y la arañita de nuevo subió.

Unos ojos atormentados, de un gris azulado oscuro e imposible de definir, sonrieron a otros que se abrían con ímpetu y arrojo en un tono castaño brillante.

-Buenas tardes, Li.

-Buenas tardes, Higarizawa.

El columpio libre fue ocupado por la figura y el cielo se aclaró permitiendo que unos cuantos rayos de sol más acompañasen a ese que antes se había abierto paso entre el espeso manto de nubes. El chirriar de las cadenas rompió la quietud que reinaba en pos de la melancolía y el desasosiego del recuerdo vano de aquellas que ya no eran para ellos.

-¿Qué haces aquí? Creía que estabas en Inglaterra.

-El tiempo, Li, es algo verdaderamente curioso-.Un pajarillo trinó en un árbol fuera de la arena del parque y su canto se escurrió entre las pocas gotas de agua que seguían cayendo, resistiéndose a abandonar su tarea.

La sombra sonrió con amabilidad y cierto recato, tal vez algo de silenciosa petición. El pelo de enigmático tono negro con reflejos azulados cayó a un lado con gracia junto con la inclinación de cabeza de la sombra. La comprensión se dibujó en las facciones serias de la figura y a su asentimiento le acompañó un revoloteo de mechones castaños.

-No quieres hablar del tema...-La sombra asintió pero dirigió su mirada triste y a la vez esperanzada a la figura.

-Aún es doloroso, Li...¿quieres hablar tú del tema?

-Llámame Syaoran, Eriol.

-Ignoro cuándo te he concedido el permiso para llamarme por mi nombre de pila, Syaoran-.Y pese a todo, Eriol no parecía disgustado. Donde antes sólo había desolación, en ese momento se abría paso una sonrisa sincera que ansiaba acompañar a la de Syaoran antes de que el abismo de la soledad la desterrase.

-Sakura y yo hablamos. Desde que volví de China, nada está saliendo bien-.Los ojos pardos se clavaron en el frente, en la figura del Rey Pingüino. La tenue lluvia empapaba la ropa y calaba hasta los huesos pero no hacían nada por evitarlo. No era necesario cuando todo por dentro estaba tan frío-.He roto con ella. Definitivamente...

Eriol guardó un silencio respetuoso antes de dejar caer su mano sobre el hombro de Syaoran en gesto de ánimo. Sabía lo que era sufrir por una mujer. Lo sabía muy bien. Apenas diecisiete años y ya había sufrido tanto por Kaho...

-He dejado a Kaho. No podía más-.Los ojos de Syaoran se estrecharon, entre comprensivos y sorprendidos, ante tales palabras. Eriol no le miró en ningún momento, clavada su mirada donde lo estuviera antes la suya-.Ella lo quería todo y yo no podía darle nada. Y aún así me duele más de lo que le duele a Kaho...-.Su profunda amargura, en armonía con la de Syaoran, ensombreció un ambiente que empezaba a clarear. De nuevo las nubes se aglutinaron en el cielo y encerraron al sol entre sus férreas murallas.

-¿Cuándo volviste de Inglaterra?

-Llegué aquí esta mañana-.El silencio se extendió, piedoso y balsámico, prometiendo tratar heridas que tal vez nunca llegasen a sanar. Sin darse cuenta, habían vuelto al principio de la conversación.

-A los demás les gustaría verte-.Eriol suspiró.

-Es posible que a mí no me agrade la idea de ver a los demás, Syaoran-.Las miradas se encontraron en medio de toda esa tragedia innecesaria, de ese drama fantástico que de alguna forma les ayudaba a mitigar el dolor que cercenaba su capacidad de discernir entre lo justo y la exageración. Syaoran comprendió que no debía preguntar el por qué y que él no se incluía en ese "demás".

-¿Vas a quedarte en Tomoeda?

-Sólo si encuentro una razón para hacerlo-.El semblante de Syaoran cambió, tornándose incisivo y autoritario a la par que dulce y pasivo.

-Quédate en Tomoeda-.La voz madura de Syaoran acarició los oídos de Eriol, que no se atrevió a negarse ante la amenaza que brillaba en el fondo de los ojos pardos.

Y de nuevo silencio. El mutismo que siguió a esa imposición sirvió sólo para recordar otros tiempos, años atrás, años en los que no eran ni amigos ni rivales pero aún así lo eran todo. Años en los que Eriol era la calma veraniega que azotaba todo a su alrededor con su secreto de tormenta y Syaoran era el león impestuoso que por cabezonería se negaba a avanzar.

Los dos habían cambiado mucho y no habían cambiado nada. Toda su vida se rigió por lo políticamente correcto y en especial para Eriol la cortesía y los buenos modales eran algo que nunca se podía olvidar. No dijeron nada, nada que llenase ese vacío silensioso en el que los columpios se balanceaban gimiendo bajo la lluvia que surgía de la nubosa profundidad del cielo.

El mundo hablaba por ellos.

-Good morning, good morning-.La voz de Eriol volvió a hacerse oír, suave y arrullante, entonando nuevamente una canción infantil-.Good morning and how are you? I am fine, I am fine-.Syaoran le observó en silencio, admirando los perdidos ojos tempestuosos y la delicadeza del tono-.And I hope that you are too...

Con elegancia y soltura, Eriol se levantó y contempló el cielo. Syaoran le imitó. Ambos empapados, helados y tiritando bajo la lluvia...no parecían darse cuenta de todos los factores anteriores.

-¿Por qué esas canciones?-No se miraron, la vista fija en el cielo que volvía a empezar a clarear iluminando con vagueza sus rasgos.

-Me calman-.No había nadie en la calle que pudiese interrumpir. Sólo ellos dos y sus recuerdos, alzándose con tiranas sonrisas como dueños del espacio destinado a sus demonios interiores-.Yo estoy bien...y espero que tú también...-Recitó Eriol, casi más para sí mismo que para Syaoran. Y Syaoran, que al principio no lo entendió, asintió y dejó que una de las últimas gotas de agua que caerían ese día bajase por el puente de su nariz.

-Estoy bien-.Los ojos de Syaoran bajaron al suelo y de ahí se movieron hacia el perfil sereno de Eriol-.Pero necesito a alguien que me enseñe a andar.

Eriol asintió, ojos cerrados y sonrisa en los labios, sin volverse nunca a mirar a Syaoran.

-Por supuesto, Syaoran. Aunque dudo ser un buen maestro-.Los misericordiosos y tranquilos ojos se entreabrieron con pereza-.Aún así...necesito a alguien que me sostenga para no volver a tropezar.

Sellada quedó esa promesa y por vencida se dio la lluvia, desistiendo en su intento por seguir cayendo intangible sobre sus cuerpos entumecidos.

-¿Qué hacías aquí bajo la lluvia?-Eriol en ese momento miró a Syaoran y tras los cristales de las gafas se apreció la llama de la esperanza.

-Esperarte-.La sonrisa amable y estudiadamente reconfortante se ensanchó un poco-.¿Por qué viniste tú, Syaoran?

-Porque tú me trajiste-.El salvajismo nunca enjaulable de los ojos castaños de Syaoran se hizo atrás para dejar espacio a la comprensión del anhelo de alguien en quien confiar más allá de lo que podía proporcionar cualquier mujer, la seguridad de que para todo lo que necesites habrá alguien esperando que le pidas ayuda.

-Itsy Bitsy spider climbing up the spout, down came the rain and washed the spider out-.El tono melancólico de la primera vez desapareció de la voz de Eriol. Era sólo un chico cantando, viendo el sol que secaría su camino.

-Luego salió el sol y todo lo secó-.La voz de Syaoran acompañó a la de Eriol, sosegada pese a su carácter indomable y el fuego que corría por sus venas.

-Now Itsy Bitsy spider went up the spout again.

-Y la arañita de nuevo subió.

A la vez, terminaron la canción en distintos idiomas. Eriol en su lengua natal, Syaoran en esa que había acogido como suya al llegar a Tomoeda.

El sol brilló con fuerza sobre el parque del Rey Pingüino perfilando dos sombras que, juntas, se alejaban en busca de un nuevo destino.

Notas finales:

Lo he escrito de forma impulsiva, probando una nueva forma de narrar que no se centre sólo en un punto de vista.

Está claro que tampoco espero reviews aquí y que si llegan me gustaría fuesen críticas constructivas (que no destructivas) que me ayudasen a mejorar.

Todo error que pueda haber será corregido mañana. Son las dos y media de la madrugada y estoy que me duermo sobre el teclado...

Es un regalito para una amiga a la que le han pasado demasiadas cosas en sólo dos días...


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