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El chico del piano por Sidney

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Esa noche pintaba tan aburrida como el resto. Últimamente ni siquiera tenía ganas de ver a sus amigos, tras la gran insistencia de estos finalmente accedió a salir a regañadientes

 

No se molestó en arreglarse demasiado, sólo recolocó un poco su morena cabellera antes de salir rumbo al lugar en el que habían acordado quedar

Pese a no acostumbrar a llegar tarde, por primera vez en algún tiempo lo hizo, pese a eso aun faltaba gente por llegar, o al menos eso creía...

Sólo Haruhi, que permanecía apoyada cansinamente en la pared de al lado de la puerta estaba allí, se acercó a ella y la saludó con un cabeceo desganado. Un bostezo por parte de su amiga le demostró que tampoco a ella le agradaba la idea de una ostentosa cena de navidad en esos momentos

 

 - Han ido a prepararlo todo, al final cenamos en casa de los gemelos, nosotras tenemos que coger el próximo bus, ya sabes cómo es Tamaki-senpai... -

 

 Kyouya pidió perdón débilmente por la tardanza y se apoyó en la pared junto a su amiga

 - ¿A que hora sale el bus? - preguntó desganado

 - A las ocho - respondió Haruhi mirándole extrañada - ¿Qué te pasa? Llevas unos días bastante raro... - suspiró algo hastiada antes de la esperada negativa de su compañero que no pudo llegar a pronunciar y continuó - sabes que a mi no me engañas -

Sonrió de medio lado ante la extrañamente maternal actitud de Haruhi y se limitó a suspirar y alzar los hombros restándole importancia

 

- Tsk, pues habrá que hacer algo para que te animes ¿no? - una sonrisa traviesa asomó en el rostro de muchacha, colocó una mano en el hombro de su amigo y su sonrisa se agrandó sospechosamente - voy a llamar por teléfono, espérame aquí... -

 

La actitud de la más pequeña no pareció agradarle demasiado pero prefirió no tomarle importancia, se encogió de hombros, metió las manos en su abrigo preso de la fría tarde de diciembre y esperó pacientemente el regreso de Haruhi mirando cómo el cielo se oscurecía poco a poco

 

Haruhi le hizo un gesto con la cabeza y ambos partieron en silencio hacia la parada de autobús temerosos de perder nuevamente su transporte

El autobús no tardó mucho en llegar y ambos se sentaron juntos dejando que el silencio los invadiera, pero lejos de resultar incómodo a ninguno de los dos les molestaba

 

Se apearon del autobús y dejaron que sus pasos les condujeran a la gran casa de los gemelos

Cruzaron la puerta de fuera y caminaron a la parte de atrás siguiendo los ruidosos gritos de sus amigos

Haruhi se adelantó un poco y se detuvo con los puños cerrados y el cuerpo temblando de ira

 - ¿¡Pero no se supone que os ibais antes para prepararlo todo!? - gritó indignada la menor

 - Esa era la idea - interrumpió Hikaru - pero ya sabes como son de vagos - suspiró también hastiado, ya que eran sus gritos riñendo a sus amigos lo que resonaba antes

 - Anda que te ayudo - se rindió Haruhi - vamos a ponernos con la barbacoa, tsk, esto pasa por querer hacerlo sin ayuda... estos ricos bastardos. Y vosotros, poned la mesa por lo menos ¿no? -

Mori, Honey y Tamaki entraron en la casa a por platos mientras Haruhi se unía a los gemelos pervertidos en la tarea más ardua, preparar las brasas

 

El rey entre sombras se limitó a sentarse y observar cómo el resto se encargaba de los trabajos de plebeyos

 

 - Vosotros dos - dijo la muchacha ante la desgana del Ootori señalándoles a él y al host king mientras veía como Tamaki la guiñaba un ojo - id dentro a hacer la salsa, es lo único que falta

 

Ambos se dirigieron a la cocina, Kyouya se adelantó mientras Haruhi sonreía al rubio, ambos sonrieron cómplices antes de que Tamaki entrara en la cocina

 

El Ootori ya había comenzado a preparar la salsa. Desde su espalda Tamaki se acercó con la botella de aceite y lo vertió en el recipiente mientras su pecho se apoyaba en la espalda del moreno haciéndolo sonrojar imperceptiblemente, soltó la botella en la mesa y se dirigió al cuello del rey entre sombras soltando un suspiro que erizó la piel del muchacho antes de susurrar al oído

 - Falta la sal -

La mano de Kyouya temblaba suavemente mientras cogía el bote de sal y lo acercaba al recipiente para poder echar la necesaria para terminar la salsa, la mano de Tamaki se colocó en torno a la del moreno y le ayudó a echar la sal, removió la salsa con el dedo y con él aún untado lo acercó al rostro del Ootori

 - pruébalo - pidió en su oído

 Kyouya se dejó llevar por sus instintos y lamió con cuidado el dedo del muchacho ya que a Tamaki no podía negarle nada, con la mano libre, Tamaki giró la cara del moreno y se acercó a sus labios muy lentamente mientras soltaba el aliento en ellos

 

- Yo también quiero probar - argumentó antes de unir sus labios con los del moreno en un cálido y calmado beso. Lamió los labios del muchacho haciendo que los abriera e introdujo la lengua en su boca instando a la de Kyouya a moverse al compás, el beso se intensificó mientras los brazos de Tamaki se cerraban en torno a la cintura de Kyouya apretándole contra su pecho, aun en la misma posición de antes, en lo que él llevaba una mano al rubio cabello acercando más el rostro del otro chico.

 

El sonido del móvil de Kyouya rompió el momento haciendo que se separaran para que pudiera ver que quería su padre

 

Suoh salió de la casa con el bote de salsa en la mano y asintió hacia la atenta Haruhi que hizo el signo de la victoria con la mano izquierda mientras sacaba traviesamente la lengua a su guapo amigo

 

Cuando Kyouya salió de la casa ya todos estaban esperando sentados a que comenzara la cena; el único hueco libre estaba entre Haruhi y Tamaki, el muchacho se acercó algo reticente aun maldiciéndose internamente por su atrevido comportamiento y se sentó entre ambos amigos, cuyas sonrisas se le tornaban misteriosamente sospechosas

 

Agitó la cabeza esperando que todas las absurdas ideas que pasaban por su mente no fueran ciertas; que estaban compinchados de alguna forma era obvio pero no era lógico que la pequeña muchacha hubiera ideado todo lo que estaba ocurriendo, definitivamente debían ser imaginaciones suyas... continuó algo más tranquilo y se sirvió un pedazo de carne y un vaso de agua listo para comenzar con la cena

 

Un tranquilo suspiro escapó de sus labios mientras todos comenzaban a recordar sus vivencias en el club de Host

Estaba escuchando tranquilamente la conversación cuando se levantó de un salto de la mesa al sentir una mano en su muslo... ¿cómo demonios podía estar hablando ese rubio pervertido tan tranquilamente mientras trataba de meterle mano? Miró al lado contrario mientras volvía a sentarse avergonzado ya que nadie sabía porque se había levantado y vio a Haruhi aguantarse la risa lo mejor posible; la agarró del brazo y se la llevó a rastras al interior de la casa esperando una explicación

 

 - No seas paranoico Kyouya-senpai - comentó la muchacha tras escuchar la escueta y concisa historia de su amigo - ¿cómo voy a hacer yo que Tamaki-senpai se porte así?, con lo educadito que es... estás exagerando - pronunció con sorna mientras salía de la casa para volver a su sitio con una maquiavélica sonrisa tatuada en el rostro dejando al moreno con la boca abierta y unas ganas enormes de asesinar a la más pequeña...

 

Regresó bufando a su asiento y terminó su comida sin más interrupciones; el grupo se dedicó a recoger y fregar todo lo que habían empleado para la cena; el frío calaba en sus huesos pero eso no pareció impedir que quisieran ir a la piscina, al menos a sentarse allí, Kyouya se negó rotundamente, hacía demasiado frío, la discusión entre el moreno y los dueños de la casa acabó por dejar que el muchacho se quedara viendo la tele mientras los demás se iban, y es que Kyouya quería estar solo un rato

 

Apoyó su espalda en el sofá y dejó que el sonido que producía la televisión encendida fuera adormeciendo sus sentidos poco a poco...

 

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Abrió los ojos y tras un par de bostezos logró finalmente reaccionar, ese no era el sitio donde se había dormido, se frotó los ojos aun adormecido y comenzó a asimilar la situación, ni siquiera estaba en casa de los gemelos, se levantó del lugar donde yacía e incluso sus ropas no eran las mismas, llevaba puesta una camisa negra que le quedaba algo grande, se llevó las manos a la cabeza con gesto confuso y se pasó la mano por el puente de la nariz, ni siquiera tenía sus gafas puestas; comenzó a buscarlas por toda la habitación cuando el sonido de una calmada melodía llegó a sus oídos; era una canción que nunca había escuchado, se fue acercando lentamente al origen de tal hermosa melodía olvidando su búsqueda

 

Y ahí estaba él, se quedó recostado en la puerta observando los lentos movimientos del muchacho, que seguía tocando con los ojos cerrados perdido en la música que creaba; él también cerró los ojos dejándose envolver por la sensual melodía que inundaba sus sentidos y que parecía contar una historia; preso de la música sus pasos le acercaban cada vez más a aquel enorme piano de cola negro desde el que el rubio tocaba

       

Se acercó a él por detrás y apoyó las manos en los hombros del pianista aún ambos con los ojos cerrados y una sonrisa en el rostro, sintió cómo hubo un cambio en la melodía, algo poco perceptible en el momento, pero la sensación de paz que antes le trasmitía la melodía había cambiado, ahora sentía que esa música le estaba invitando a algo, algo que no tardó en percibir; sus manos bajaron acariciando el pecho del muchacho y se agachó lentamente dejando ir su aliento en el oído del chico que aun seguía tocando

 

Las manos seguían bajando mientras se deshacían de los botones que impedían que Kyouya sintiera la pálida piel del rubio provocando que la respiración del pianista se fuera sintiendo perceptiblemente acelerada

El moreno comenzó a besar el cuello y los hombros recién descubiertos del rubio una vez la camisa que él portaba fue retirada

 - No pares de tocar - ordenó el rey entre sombras mientras mordisqueaba el lóbulo de su oreja

El muchacho obedeció, continuando con la melodía mientras las manos del chico llegaban al borde de su pantalón; una mano traviesa se coló entre la tela sacando el falo semi erecto y comenzando a acariciarlo muy despacio mientras la lengua se deslizaba por el cuello haciendo que el pianista se estremeciera de placer y ahogara sus jadeos mordiéndose los labios

 - No te reprimas - volvió a imperar ante el comportamiento del muchacho comenzando así a escuchar los placenteros jadeos que escapaban por la boca del adorable rubio

 

La melodía seguía sonando mientras el moreno le acariciaba, los labios del Ootori rozaban sus hombros en una sensual caricia y unos leves mordiscos seguían el recorrido de la lengua por el cuello del chico; las caricias en el miembro del rubio se volvían cada vez más candentes y rápidas haciendo que el pianista se estremeciera

 

Y de pronto la melodía paró

 

 - No dije que pudieras dejar de tocar - susurró Kyouya en su oído tras lamer su cuello y mordisquear su oreja

 - Ahora mismo prefiero tocar otra cosa - pronunció aquella voz tan sensual mientras de un rápido movimiento alzaba al moreno y le colocaba sobre sus piernas permitiendo que sintiera su erecto miembro rozar sus ingles mientras una hambrienta lengua se abría paso entre sus labios

 

Kyouya ahogó un jadeo en la boca del contrario sintiéndose ahora presa de las manos del rubio que se dedicaban a desabrochar lentamente cada uno de los botones de aquella camisa negra mientras sus propios dedos se deshacían de la ropa de Tamaki

 

La mano del moreno regresó al miembro del rubio proporcionándole la atención que, saltaba a la vista, necesitaba, los dedos del rubio rozaron sus pezones y el moreno aprovechó para lanzar lejos la camisa desabrochada e hizo que se incorporara un poco para retirarle pantalones y bóxer de un solo tirón a Tamaki

 

Colocó las manos en los hombros del rubio al sentirse incorporado para que el hábil chico pudiera lanzar lejos el resto de su ropa quedando ambos completamente desnudos

 

No pudo evitar perderse en aquellos profundos ojos violeta tan increíblemente atrayentes e hipnotizantes y acercar lentamente el rostro hasta rozar los labios del muchacho lentamente; un leve y tranquilo roce y una suave lamida a los labios del rubio antes de devorar con gran pasión su boca presa del ansia que sus instintos irradiaban

 

Sintió como el rubio hacía que colocara las piernas en torno a su cintura y se levantaba del asiento, cayendo sobre las teclas del piano que provocaron un sonoro amasijo de notas discordantes, para recuperar rápidamente el equilibro y enviar el taburete lejos de una patada recostando a Kyouya en la acolchada alfombra

 

Ambos temblaban de excitación, Kyouya fuertemente asido al cuello del rubio impidiendo que sus cuerpos se despegaran, poco a poco fue aflojando el agarre al sentir al muchacho tratar de deslizarse hacia abajo besando la piel a su alcance

 

El rubio acarició la sensible piel del cuello arrancándole al moreno placenteros suspiros y fue lamiendo y mordiendo la piel en toda su extensión mientras iba bajando poco a poco, lamió los pezones del chico terminando de erizárselos y se deslizó hasta su ombligo para colar la lengua dentro provocando un impaciente jadeo

 

Dejó de torturar al Ootori bajo él y finalmente llegó a su destino rozando con sus dedos las ingles del chico para inmediatamente después subir un poco las manos y alzar las piernas del moreno sobre sus hombros colando repentinamente la lengua en su entrada y logrando escuchar un sonoro gemido por parte del muchacho al sentir algo húmedo en aquella sensible zona

 

Acarició con su lengua cada pequeño pedazo de carne sensible escuchando los sonoros gemidos de Kyouya, que presa del deseo, era incapaz de reprimirlos

Estaba haciendo así que el moreno se estremeciera de placer mientras arqueaba la espalda hacia arriba en busca de más contacto mientras su voz se intuía cada vez más seca ante tanto grito de placer

 

 - Nhh no es justo - gimió Kyouya con la respiración fuertemente afectada por la lujuria que emanaban

 - Por ahora relájate y disfruta - murmuró el muchacho antes de dirigir su lengua a la entrepierna del moreno - tú déjate hacer -

 - No quiero - susurró él sacando fuerzas de flaqueza e incorporándose de la alfombra haciendo que ambos quedaran de rodillas, frente a frente

 

De un suave empujón Tamaki quedó sentado en la alfombra mientras Kyouya se levantaba, volviendo en seguida con un condón con el que andaba jugueteando antes de abrirlo y arrodillarse frente al muchacho

 

 - Mando yo - susurró mientras se dedicaba a deslizar la protección por la erección del muchacho que gimió levemente extasiado ante la demostración de autoridad de Kyouya

 

Una vez con el condón puesto, el moreno se apoyó en el firme pecho del rubio para inmediatamente después llevar las manos del muchacho a sus caderas y sentarse impacientemente sobre su alzada erección soltando un profundo suspiro de satisfacción al sentir la tremenda envergadura del muchacho en su interior

 

Las manos de Tamaki participaban activamente en el movimiento del moreno alzándole y dejándole caer sobre su excitado miembro provocando que ambos gimieran desbocados por el placer

 

La cadencia de movimientos aumentaba en velocidad y profundidad haciendo que la fricción volviera locos sus sentidos sintiéndose ambos presos de la lujuria del momento álgido y soltando en un profundo alarido los últimos vestigios del orgasmo

 

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Abrió los ojos, confundido y levemente sonrojado por lo que aún pasaba por su mente, las reminiscencias de su fantasía aun se hacían eco en su mente haciendo que se encendiera solo de pensarlo olvidando así su acostumbrado despertar malhumorado

 

Miró a ambos lados de la sala en la que se encontraba... el salón de los Hitachiin... estaba recostado en un cómodo sofá de cuero, tapado por una manta, se frotó los ojos tratando de desperezarse un poco y puso los pies en el suelo

 

 - Buenos días - escuchó de la voz que hacía un rato oyó gemir - te dormiste en el salón y te tapé... espero que no te haya molestado - continuó el rubio con una amable sonrisa en el rostro

 

Kyouya sonrió malicioso mirando fijamente los ojos violetas y brillantes del muchacho que permanecía recostado en la puerta, mirándolo fijamente

 

 - Oye Tamaki... - comenzó suspicaz - ¿Qué tal si tocas el piano para mí? -

 

Solo que yo seré el seme, pensó para sí el menor de los Ootori


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