Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El destino de un ángel por licherni

[Reviews - 51]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

bueno esto era una sorpresa para mis fans ya que asta ke no terminara con Dance no lo colgaria pero he pensado que actualizaria uno por semana, asi ke este fin de semana actualizo Dacen With me, no os lo perdais!!!!!!!

Notas del capitulo:

espero ke os guste y tenga exito,

muchos Kisses

 

Capítulo 1: La nueva profecía y mi posible salvación

 

(Narra Harry)

 

La guerra ya ha acabado. Creo que ha pasado un mes desde aquella fatídica noche en que todo acabó. Un mes desde que maté al Lord oscuro, un mes que llevo con este tatuaje de dos alas de ángel en la espalda, un mes que llevo transformándome en un ángel con la luz de la luna. En este periodo de tiempo las clases han vuelto a la normalidad, he conseguido recuperar a Sirius y a algunas personas más gracias a mis nuevos poderes y, por fin, el mundo mágico respira con tranquilidad.

 

Ahora mismo me encuentro en clase de adivinación a punto de quedarme roque por el aburrimiento. De repente la profesora parece ahogarse y empieza a hablar con voz de ultratumba mirándome directamente a mí.

-"El amor matará al ángel que vuela a la luz de la luna"- enseguida vuelve a ahogarse y recupera su voz normal.- Se me ha ido un poco la cabeza ¿dónde me quedé?

-Acaba de soltarnos una profecía de lo más ridícula- le responde Malfoy.- Algo sobre un ángel, todo el mundo sabe que no existen- Ron y yo nos miramos un momento para después asentir.

-¿Profesora, podemos ir al baño?- le decimos los dos a la vez.

-Señor Potter, señor Weasley, no deberían interrumpir la clase para cosas de tan poca importancia. Señor Malfoy, puedo asegurarle que lo ángeles existen- esto se complica, no me gusta el camino que está tomando la conversación.

-¿Pero podemos ir profesora?

-Sólo uno- enseguida me levanto y recojo mis cosas.

-Avisaré a Hermione, no te preocupes.

-Lo veo difícil- le contesto poniéndome la mochila al hombro, salgo de ahí corriendo tan rápido como puedo hasta que en una esquina me tropiezo con alguien y ambos nos caemos.- ¡Ay, ay, ay! Qué daño.

-No eres el único Potter- me dice el profesor de pociones.

-¿Eh? Profesor Snape, ¿está usted bien? Lo siento mucho, tengo mucha prisa- veo un frasco roto en el suelo.- ¡Ay no! Le he roto un frasco de poción, después de clases voy a ayudarle a hacer otra, lo siento mucho, luego me hecha la bronca si quiere pero tengo mucha prisa, ha salido una nueva profecía.

-¿Cómo? ¿Una nueva?- asiento intentando coger aire. Se levanta enseguida del suelo y me coge del brazo.- ¿A qué esperas? Es importante, vamos.

 

Llegamos a la gárgola que da la entrada al despacho del profesor Dumbledore y le decimos la contraseña. Enseguida nos deja pasar y subimos hasta el despacho, el profesor llama a la puerta y esperamos.

-Adelante.

-Profesor Dumbledore, tenemos un problema- dice Severus mientras nos sentamos frente a su escritorio, él levanta la vista de lo papeles que está revisando para mirarnos.- Hay una nueva profecía de la profesora Trelawney referente a la nueva naturaleza de Harry.

-¿Nueva profecía?

-Sí, nos la ha soltado en clase de adivinación, vengo de allí, según ella "El amor matará al ángel que vuela a la luz de la luna" No hay más ángel que yo en el mundo, y mucho menos que vuele a la luz de la luna.

-Está claro que Voldemort tenía esto preparado.

-¿Qué quiere decir?- le pregunto.

-Creo que Voldemort viendo la posibilidad de que pudieras acabar con él planificó lanzarte este hechizo para que murieras al enamorarte de alguien, así si él moría tú también lo harías tarde o temprano.

-O sea que va a conseguir matarme de todas formas- resumo derrotado.- No me dejará en paz ni después de muerto. ¿Por qué un ángel?

-Existe una historia que dice que los ángeles al ser seres supremos no pueden amar a un humano ya que para estar junto con ese humano deben renunciar a sus alas y eso les trae la muerte.

-No entiendo.

-Harry, lo que el profesor quiere explicarte es que el Lord oscuro se basó en esa historia para hacer el hechizo con el que te conjuró. Esas alas que tienes ahora no pueden quitártelas a menos que mueras para ello- me explica Severus, se me olvidó comentar el detalle de que nos llevamos bien y que en privado nos tratamos de tú a tú.

-Yo no quiero morir- les digo.- ¡¿Por qué no me deja en paz?!- grito levantándome.- ¡Estoy arto de todo! ¡Primero mata a mis padres! ¡Luego provoca una guerra que mata a Sirius! ¡Luego pone en peligro a mis amigos! ¡Y ahora el hijo puta de él, aunque esté muerto, va a impedir que me pueda enamorar a menos que esté dispuesto a dejar mis alas y muera! ¡Que total patatas porque estando muerto no podré estar con quien ame! ¡Esto es una mierda!

-Harry, hay una solución- me dice Dumbledore.

-¿Cuál?

-Existe una forma de que podamos quitarte esas alas, se trata de un cascabel de plata con el poder de cumplir cualquier deseo que se le pida. El cascabel sólo libera su poder una noche de luna llena cada cien años, casualmente eso pasa dentro de dos meses.

-¿A qué esperamos entonces?

-Iremos a por él, no te preocupes, pero necesito prepararlo todo, vuelve a clase y cuéntales lo que te he dicho a la señorita Granger y al señor Weasley para que se queden más tranquilos.

-De acuerdo, Severus, iré después de cenar a ayudarte con la poción que te he tirado antes, lo siento mucho.

-No es nada, no te preocupes.

-Vale, de todas formas iré- con un ligero saludo militar como despedida salgo del despacho y me dirijo a mi siguiente clase, Historia de la magia.

 

Me encuentro a Ron y Hermione a medio camino y les cuento lo que ha pasado en el despacho, al decirles que tiene solución suspiran aliviados. Ron me cuenta por dónde ha seguido la conversación sobre los ángeles, al llegar a clase estoy a punto de darme de golpes contra una pared por tener tan poco cuidado a veces. Tres fantasmas me habían visto volar por los pasillos del castillo y se lo habían contado a algunos de los alumnos y otros cinco alumnos me habían visto sobrevolar el lago, el bosque y el castillo. Me siento en mi sitio de siempre, atrás y a la esquina, para poder relajarme un poco y hablar con Ron y Herm. Paseo la mirada por la sala con gesto aburrido, intentando calcular por la cantidad de alumnos cuanto tardaremos en empezar la clase, cuando mi mirada se cruza con una gris tormenta llena de curiosidad, al darse cuenta de que lo he pillado Malfoy se da la vuelta y empieza a hablar con Zabini y Parkinson. Qué raro, ¿por qué me miraba?

 

 

(Narra Draco)

 

Es extraño, ¿por qué me dio la sensación de que toda la clase se congelaba junto con la expresión de Potter al oír la profecía? ¿Y eso de que existe el ángel? Los ángeles no pueden existir. Pero los fantasmas aseguran que han visto uno y también algún prefecto. ¿Puede existir en realidad un ángel? No creo, siempre se ha visto por la noche, serán imaginaciones de la gente que se asusta en la oscuridad. Pero hay algo que me escama, ¿por qué ese gesto horrorizado? ¿Por qué Potter se había puesto en tensión al oír la profecía? Ha salido corriendo de clase y se ha pasado la media hora que quedaba fuera, ¿qué le pasa? Este último mes apenas se lo ve por las noches en las cenas, sólo ha estado para escuchar anuncios importantes, y está más tenso que antes, ni siquiera me contesta a los insultos por lo que he acabado aburriéndome de meterme con él, al parecer tiene algo más importante en qué pensar. ¿Qué escondes Potter?

 

Su mirada se cruza con la mía en ese mismo instante y yo la aparto al verme descubierto mirándolo. La case empieza e intento atender al soporífero sermón sobre las guerras de los trolls del siglo tres del profesor Binns. A los diez minutos ya estoy intentando mantener mi cabeza erguida para que parezca que sigo atendiendo cuando en realidad he desconectado a los cinco minutos de empezar. Pansy levanta la mano para llamar la atención del profesor y éste para su sermón para atenderla, ¿cómo puede estar tan fresca como una lechuga después de diez minutos como estos?

-¿Profesor Binns, han existido alguna vez los ángeles?- le pregunta interesada. Todos la miramos entre aliviados, por salvarnos momentáneamente de la tortura verbal del profesor, y curiosos por saber el motivo para seguir con la discusión de la clase anterior.

-Sinceramente, nunca, hay cuentos, fábulas, poesías sobre ellos pero nunca ha existido ninguno, hasta ahora- añade, un aura de tensión me llega desde las filas de atrás, me giro un poco para ver al causante y descubro que se trata nada menos que de Potter, que parece que quiere asesinar al profesor con la mirada o darse de golpes contra la mesa. Al descubrirme observándolo una oleada de hostilidad me golpea haciéndome dar la vuelta y mirar hacia delante.- Se dice que por Hogwarts anda un ángel, algunos fantasmas afirman haberlo visto y algunos alumnos también, aún así no hay pruebas tangibles, sólo testigos visuales y eso no sirve.

-¿Entonces hay o no hay ángel?

-Yo lo he visto, por lo que creo que sí lo hay.

-¿Cuándo lo vio?

-Hace un par de noches, vestía por completo de blanco, iba descalzo y tenía las alas de un blanco impoluto rematado por un color dorado en el extremo de cada pluma, puedo jurar que brillaba con luz propia.

-Vaya, debe ser muy guapo.

-Tsk, vaya tontería, nunca han existido los ángeles, ¿por qué iban a existir ahora?- ¿ese es Potter? Sorprendente, nunca pensaría que fuera capaz de contestar así al profesor Binns.

-Señor Potter, yo sólo digo lo que vi y lo que pienso de ello.

-Pues, con todo el respeto del mundo, creo que es una estupidez.

-No aguanto ese tono suyo Potter, ahora mismo al despacho de la profesora Mcgonaggal para que le imponga un castigo.

-Vale- ante nuestra sorprendida mirada, se levanta recoge sus cosas y sale de clase. ¿Qué mosca le ha picado?

 

En lo que resta de clase se sigue hablando sobre el ángel mientras mis pensamientos siguen otro hilo. ¿Qué le pasa a Potter? Siempre a la defensiva, no deja que nadie que no sean la comadreja, la sangre sucia y Lombottom se le acerque. Se quita de en medio a todas las chicas con menos delicadeza que antes, las ojeras se le van tatuando bajo los ojos y nunca llega a la primera clase antes de que se haga de día, tampoco asiste a las prácticas de astronomía porque se ha desapuntado de esa asignatura. De repente un anuncio me saca de mis pensamientos:

-"Queridos alumnos de sexto y séptimo, se hará un anuncio importante para vosotros esta noche a la hora de la cena, por favor apareced todos en el comedor"

-¿Qué habrá pasado? Últimamente hay muchos anuncios, ¿qué será esta vez? ¿Un padre o una madre encontrados? ¿Algún nuevo alumno de los otros colegios?- pregunta Blaise con una sonrisa de interés.- A proposito, ¿alguien ha visto a Theo?

-Se ha metido en la biblioteca, él estudia Historia de la magia por libre, aún así saca mejores notas que yo y Granger- responde Pan.- Lo que yo me pregunto es el por qué de la reacción  de Potter, últimamente anda un poco rebelde.

-Sí, un poco, es extraño.

-Será que todavía está tenso por lo que pasó aquella noche.

-Será- decimos Pansy y yo aceptando esa posibilidad, aunque por mi parte sea sólo apariencia.

 

Llegamos al comedor para cenar y nos sentamos a la espera del anuncio que debe ir dirigido a nosotros. Por las puertas entra Potter junto con sus tres amigos provocando un silencio de admiración seguido de algunos murmullos y conversaciones por lo bajini. Su túnica ondea tras de él con cada paso que da, levantando suspiros y miradas para nada sanas al adivinar sus formas bajo la ropa y toparse con esa mirada esmeralda librada de las horrendas gafas al operarse la vista. Se sienta junto con Thomas y Finnegan entablando una conversación al parecer seria pero que acaba enseguida. La comida aparece ante nosotros y empezamos a comer con tranquilidad, una vez que desaparecen los postres los profesores obligan a los alumnos de primero a quinto volver a sus habitaciones, dejándonos sólo a los de séptimo y sexto.

-Bien, ahora que estamos aquí todos y hemos comido hasta hartarnos es hora de daros una buena noticia- empieza Dumbledore.- Para celebrar el final de la guerra y visto que ya tenéis los exámenes hechos nos iremos de vacaciones de fin de curso. Iremos la semana que viene y volveremos el 1 de julio para que volváis a vuestras casas. No estará permitido hacer magia por lo que las varitas se deberán quedar en vuestros baúles, aún así se pondrá un perímetro de seguridad en el que no se puedan utilizar las varitas. No necesitaréis llevar maleta, en el hotel tendréis todo lo que queráis y necesitéis, por supuesto podréis quedároslo al final del viaje.

-¿Qué vamos a hacer allí?

-Un concurso, en el hotel y sus instalaciones está escondido un cascabel de plata, quien tenga ese cascabel la noche del 30 de junio podrá pedir lo que quiera.

-¡¿Cómo?!- pregunta todo el comedor, algunos incluso se han levantado, entre ellos Potter pero él parece que se siente traicionado.

-Lo que habéis oído, quien tenga esa noche el cascabel conseguirá lo que quiera- repite el director, mi mirada se fija en Potter que desprende un aura casi imperceptible de color dorado pero que alerta todos mis instintos de supervivencia.- Ese era el anuncio, el lunes que viene nos vamos, os espero a todos a las once en el vestíbulo, ya podéis retiraros. Todos vamos saliendo del comedor, todos menos Potter, el director y Severus, en cuanto el último alumno está fuera las puertas se cierran con fuerza evitando curiosos.

(Narra Harry)

 

¿Qué pretende? No puede hacer eso, es injusto, si las cosas salen mal moriré, ¿es eso lo que quiere? El viejo está loco ¡loco!

-Dumbledore, no creo que haya sido buena idea hacer eso- opina Severus.

-Pues yo creo que no, es una búsqueda del tesoro, es un juego muy divertido.

-¡No es divertido!- rujo, mi voz se confunde con un trueno que acaba de sonar.- ¡Si no encuentro el cascabel moriré! ¡¿Esta era su solución?! ¡Genial profesor Dumbledore, lo felicito, acaba de enviarme a la tumba sólo por su diversión!

-Harry...

-¡No quiero oír nada Severus! ¡Necesito estar solo!- abro las puertas de par en par y salgo de allí para calmarme.

 

Vagabundeo por los pasillos que nunca se revisan para tranquilizarme, poco a  poco las nubes que había generado en el cielo con mi enfado se van disipando para dejar a la vista una noche clara con luna menguante. Me planto en medio de la antigua torre de astronomía y paso al balcón que tiene dejando que la luna me ilumine. Casi instantáneamente una luz dorada me envuelve elevándome, la camisa del uniforme desaparece y se cambia por otra de cuello alto, sin mangas y con un agujero por donde dos alas blancas con plumas ribeteadas de dorado se abren paso hasta que sus puntas tocan el suelo. Los pantalones negros corren la misma suerte que la camisa, los zapatos y los calcetines, dejándome descalzo y con unos pantalones blancos y anchos de cuero. Me dejo caer al suelo quedándome a cuatro patas e intentando recuperar algo del aire que he perdido en la transformación. Voy levantándome lentamente y extiendo las alas para agitarlas un poco y liberarlas de la tensión que sufren en los primeros minutos de su aparición. Me miro a un espejo y mi mirada se clava en mis pupilas de aspecto felino y mis colmillos un poco más largos de lo normal, de un puñetazo rompo el cristal. Alguien llama a la puerta y me escabullo con rapidez al tejado, no quiero que me descubran, no hoy, no cuando todavía me queda mucho tiempo de suplicio.

-¿Harry? ¿Harry estás aquí?- pregunta Severus entrando y cerrando la puerta. Sale al balcón y mira hacia arriba, hacia el tejado, donde estoy sentado.- ¿Harry, eres tú?

-...

-Entiendo que te enfades pero no has entendido el plan, ¿has pensado lo que puede pasar si todos buscan ese cascabel?

-...

-Si todos buscan el cascabel se encontrará antes y tú podrás obtenerlo.

-Es rastrero, quiero el cascabel pero no de ese modo.

-Puedes encontrarlo tú primero, pero que los demás estén ahí te da ventaja para obtenerlo aunque sea de ese modo.

-Dumbledore está perdiendo la cabeza Severus, la guerra ha debido trastornarlo o algo, pero el viejo empieza a chochear.

-No digas esas cosas, sabes que no es verdad, Dumbledore sólo quiere ayudarte. Eso me recuerda que hemos encontrado en sus archivos de Voldemort los apuntes y la información sobre el hechizo. Tienes dos formas de morir, enamorándote y que el amor sea correspondido, pero para que surta efecto el hechizo ambas personas deben decir "Te amo"...

-Vaya, nos salió romántico el cabrón de él, ¿cuál es la otra?

-Tienes que renunciar a tus alas por amor, muy dramático.

-Nadie diría que se trata de un hechizo inventado por el Lord, demasiado cursi y romántico para alguien sin sentimientos- suspiro.

-Tienes razón, pero así son las cosas y como no hagamos algo le dará resultado, ya sabes, amores que matan...

-¿Me pregunto qué quiere demostrar Dumbledore con esto del juego? ¿Pretende sacar a la luz esa parte mínima de mi personalidad capaz de manipular y herir los sentimientos de alguien para salvar mi propia vida? Es un pensamiento muy cruel, soy incapaz de ser tan egoísta yo no soy como Voldemort, si es eso lo que quiere saber con todo esto.

-No creo que sea eso Harry, debe de ser otra cosa.

-Severus, puedo ver dentro de ti y eso no te lo crees ni tú- le digo con una sonrisa, oigo subir a alguien por las escaleras y subo a Severus junto a mí segundos antes de que la puerta se abra. Él me mira extrañado, yo sólo me pongo un dedo en los labios para que guarde silencio.

 

Una cabecita rubia se asoma por la entrada al balcón y sale a la luz de la luna, ¡¿Malfoy?! ¿Qué hace él aquí? ¿Por qué lleva todo el día tras mis pasos? Sé que puede percibir el aura de otras personas, por eso ha percibido la mía en Adivinación al oír la profecía, en Historia de la magia al ver que el tema seguía y en el comedor al oír la "gran" idea de Dumbledore. Tengo que controlarme para que no nos descubran, se va hacia la izquierda de la torre para seguir mirando.

-Voy a bajarte al suelo, será un momento, disimula y sácalo de aquí por favor, con que me de la espalda unos cinco minutos me basta- le digo en voz muy baja.

-De acuerdo- nos acercamos al borde del tejado y bajo a Severus con mucho cuidado, vuelvo a esconderme a la espera de mi oportunidad.- Cuando le pregunte qué hace aquí ¿vale?- levanto el pulgar afirmando. Malfoy vuelve a la entrada y se para de golpe al ver a su padrino.- ¿Draco?

-¿Severus? ¿Qué haces aquí?

-Al parecer descubrirte fuera de tu habitación cuando ya ha pasado el toque de queda, ¿y tú? ¿Qué haces aquí Draco?- le pregunta. Extiendo las alas soltando algunas plumas y salgo volando en dirección al bosque prohibido, luego tendré que agradecérselo a Severus de alguna manera ¿una caja de ranas de chocolate? Las últimas que le regalé se le han acabado así que no es mala idea.

Notas finales:

espero que os aya gustado y me dejeis reviews, disfrutad de la sorpresa, es un regalo por apoyarme tanto arigatô gosaimas a todos

Kisses


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).