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Piruletas por Neko6

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Notas del fanfic:

Se situa en el arco actual del manga en Japón, así que el personaje de Spanner no lo conocereis si no la habeis leido ^^

El sonido de las maquinas acompañado del tecleo del ordenador le volvieron a despertar, aun no había asimilado que estaba cautivo, pese a que ni siquiera podía moverse con facilidad al estar esposado. Por eso la mayor parte del tiempo se lo pasaba durmiendo o simplemente tumbado, ya no había nada que hacer. Y se preguntaba cuando llegaría el momento en que su enemigo acabaría con él. Tenía tanto miedo que apenas podría despegar su mente de la idea de una próxima  y más que inevitable muerte.

 

Pero el rubio parecía no estar por labor. Le hacia sentarse junto a él y que le sirviera de ayudante acercándole las herramientas. Su mirada distraída no era la de un asesino, Tsuna empezaba a aliviarse, más aun por el interés que mostraba en perfeccionar sus x-gloves. No sabia que pensar.

 

Vuelve a dormir…y al entreabrir los ojos ve a Spanner mirándole fijamente, que acto seguido le tiende una taza de te. Tsuna la acepta, aunque no es que le apetezca, pero claro el que va armado no es él. Y da pequeños sorbos, en los que la afilada mirada del rubio no se despega de él, cosa que le incomoda de sobremanera, y más cuando clava su mirada en sus labios. Tenso se la acaba y le tiende la taza, pero no reacciona.

 

- Este…- dice con un hilo de voz intentando captar su atención.

 

- Ah…- y sus grandes manos le cubren, en un roce más que innecesario para el gusto del pequeño.

 

El mayor se levanta y camina hacia su mesa, o lo que quedara de ella bajo los miles de tornillos, cuercas y de más cosas que Tsuna no sabia como se llamarían. Se rasca la cabeza mientras busca algo. Mira en todas direcciones, hasta hallar su pequeño tesoro bajo una pila de monos de trabajo sucios. Y victorioso alza la bolsa de su vicio particular, piruletas. Se deja caer sobre la silla giratoria y abre una, da varias vueltas sobre si mismo, finalmente para quedando la silla en dirección al pequeño capo. Spanner empieza a juguetear con el caramelo, lo lame y succiona. Tsuna no sabe si es que se ha olvidado completamente de él o es que esta intentando algo… algo que ya hacia un tiempo que se había percatado, pero que obviamente intentaba disuadirse de tan siquiera pensarlo.

No podía despegar la vista de aquel endemoniado dulce, y rezaba porque se le acabara de una vez, pero iba tan despacio, dando lametazos lentos y profundos, lo paseaba por toda su boca y luego delineaba el contorno de sus labios, haciendo que se volvieran un tanto rojizos por el contacto.

 

- Quieres? – Tsuna da un respingo.

 

- Eh, ah…no no, gracias.

 

Pero se levanta y se arrodilla delante de él.

 

- Prueba un poco- le dice con la piruleta en la mano.

 

- Uh. No, en serio.

 

- Va…- pone unos ojos de cordero degollado y finalmente cede, maldiciéndose por no tener fuerzas para nunca negarse a nada

 

Con timidez dirige sus manos esposadas hacia la piruleta.

 

- Ah ya te lo doy yo.

 

- Ehh?

 

- Si, tu solo tienes que chupar.

 

- ….- vale… Tsuna habría salido por patas de no ser porque la estúpida realidad era que estaba allí preso. Así que lo haría rápido, antes que la vergüenza lo matara antes que un disparo.

 

Así que Spanner acerca su mano con la dichosa golosina, Tsuna posa como puede sus manos sobre de él, pues le sitúa la piruleta de tal manera que no puede metérsela en la boca, pero el otro no cede. Saca su lengua y le da una lamida. Mira esperando aprobación, más que nada para terminar ya con eso, y no es que no le gustara el sabor, pero la situación no es que fuera la idónea.

 

- No te gusta?- Spanner pone cara “otra” vez de perrillo.

 

- Eh, si, esta muy dulce.

 

- Si? Pues sigue ^^

 

Mierda…

 

Lame la piruleta y repite las mismas operaciones que hacia un rato le deleitaban a él (por mucho que le pesara).

 

- Cierra los ojos, así se capta mejor el sabor.

 

Pues casi mejor, porque ver como le miraba Spanner hacia que algo en su estomago empezara a hacer hormiguitas y no precisamente de aversión.

 

En la oscuridad el chico empezó a soltarse más. Las lamidas eran más rápidas pero más intensas, hasta que empezó a notar como su mono se estaba desabrochando. Y una mano intrusa bajaba peligrosamente por su pecho hasta llegar a su entrepierna.

 

- Ah!- abre los ojos cuando la misteriosa mano envuelve su paquete.

 

- Te he dicho que abrieras los ojos?

 

- Euh… es que…

 

- Bueno mejor así.

 

Tira la piruleta que ya estaba casi extinguida y abre una nueva. Con una mano sobre el pecho de Tsuna hace que se tumbe sobre el futón y con la otra apresa las manos del chico sobre su cabeza. Introduce la piruleta dentro de su boca, dando círculos, su boca empieza  segregar saliva y un hilillo empieza a caer por la insistente intromisión. Saca la empapada piruleta y respira con agitación, hace ademán de querer limpiarse la saliva, pero tiene las manos apresadas, así que notaba como cae barbilla abajo.

 

Spanner se posa encima de sus caderas, y la piruleta empieza un lento descenso desde sus labios, bajando por su cuello, dejándole la piel pringosa y húmeda.

 

Y empieza a juguetear con sus pezones. Tsuna nota como su cara arde y todo su cuerpo empieza a subir de temperatura, que decir de unos extraños gemidos que estaba empezando a producir.

 

Sigue bajando, hasta llegar al ombligo. Deja la piruleta y se reclina para dibujar círculos con la lengua, rodeándolo una y otra vez.

 

Tsuna al tener las manos ya liberadas, intenta reprimir los gemidos que en vano puede acallar.

 

- Quizás sea momento de pasar al dulce.

 

Y mete ambos pulgares bajo los boxers del castaño, que evidentemente están ya de por si bastante tensos por la mas que notable erección. Finalmente los baja dejando al descubierto su nueva piruleta. Empieza por la punta, luego se la mete toda, y Tsuna se estremece de placer ante la habilidad del mecánico. Su espalda se arquea para profundice más y sus manos se revuelven en el pelo rubio. Llega el momento cumbre y aunque le avisa que se va a correr Spanner no se despega y se corre dentro de él. Este se lo traga y se incorpora limpiándose la boca.

 

- Quieres probar ahora tú? – le dice cuando aun esta recobrando el aliento.

 

Y como siempre no sabe decir que no.


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