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Herzeleid por windgates

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Notas del fanfic:

Bueno, este es otro oneshoot en el que llevo trabajando un par de días. El título, como no, está en alemán, y quiere decir básicamente "Dolor de corazón" y es el título de una canción de Rammstein, grupo al cual adoro. El fic contiene algunos spoilers de los últimos capítulos del manga. Espero que os guste, dejad reviews por favor ^^

Era una cálida mañana de primavera, y por un solitario camino avanzaba un jeep a toda velocidad, dejando a su paso una estela de polvo. En el jeep iban tres viajeros: el conductor tenía una sonrisa cálida y los ojos de color verde profundo. En la parte de atrás del jeep iban un muchacho de ojos dorados y cabello castaño junto con un alto pelirrojo de ojos del color del fuego: lo que quedaba del grupo de Sanzo. Hacía casi dos meses del incidente con Ukoku en el cual se habían separado, y ninguno había vuelto a mencionar al monje a no ser que fuera imprescindible, cada cual por una razón: Gojyo, el pelirrojo, seguía tremendamente enfadado con Sanzo por haber abandonado a Goku cuando lo necesitaba. Este, por su parte, estaba profundamente dolido por la partida de su sol, y trataba de no pensar mucho en el, ya que cada vez que lo hacía, se sentía solo. Hakkai, por su parte, evitaba el nombre de Sanzo para no provocar a ninguno de los otros dos.

Llevaban toda la mañana viajando, cuando el chico de ojos verdes anunció.

-Creo que llegaremos a una ciudad en breves, por lo que hoy no tendremos que acampar.

-¡Buf! De puta madre, Hakkai, estoy hasta los huevos de dormir en el suelo- dijo con alivio Gojyo, mientras se estiraba en el jeep tratando de ponerse cómodo. Sin querer, golpeó a Goku con el brazo en la cara.- ¡Ups! Lo siento, mono.

En otros tiempos esto habría desencadenado que el youkai chillara al pelirrojo y que acabaran peleándose infantilmente, pero desde que Sanzo se separó del grupo, Goku había cambiado mucho.

-Ah, no es nada- murmuró, abstraído en sus pensamientos.

Gojyo pestañeó, incrédulo ante el cambio de actitud del mono.¿Estaría madurando, quizás? No, no lo creía. Todo esto tenía que ver con que Sanzo. Recientemente el pelirrojo había notado ciertos cambios en los hábitos del youkai. Ya no pedía comida a todas horas, y cuando comían lo hacía en menor cantidad. Otro era su silencio, ya que a menos que le preguntaras algo directamente, no hablaba. También había dejado de dormir bien, ya que en más de una ocasión Gojyo se lo había encontrado sentado al lado de la ventana en medio de la noche, mirando la luna con un gesto melancólico. El pelirrojo cerró los ojos, cansado, y trató de despejar la mente. "Puto monje... incluso ahora que nos has abandonado, nos sigues jodiendo..."

-Mirad, ya hemos llegado a la ciudad- dijo alegremente Hakkai mientras detenía el jeep- ahora solo nos queda encontrar una posada...

Goku bajó del jeep de un salto y miró enderredor. Cuando dió con lo que buscaba, señaló con un dedo y dijo:

-Allí hay una.

Se dirijieron sin decir nada más hasta ella, y después de pedir tres habitaciones, bajaron al restaurante para comer.

El almuerzo transcurrió sin incidentes, y cuando se disponían a pagar la cuenta, la camarera les dijo con una sonrisa:

-Hoy las consumiciones van por cuenta de la casa, es un día muy especial.-dijo alegremente.

-Oh, ¿Y que se celebra?¿Alguna celebración local? -preguntó Hakkai con amabilidad.

-No se trata de ninguna fiesta- contestó la chica- es solo que los señores Hazel y Sanzo se encuentran en la ciudad ¿Pueden creerlo? Es un gran orgullo para nosotros.

Pero ninguno de los tres compañeros respondió, todos habían palidecido y permanecieron en silencio. La chica se fué, preguntándose si había dicho algo malo, y minutos después Goku se levantó bruscamente, dispuesto a irse, mas Gojyo lo agarró de la muñeca:

-¿A dónde vas?- preguntó secamente.

-A mi habitación, ¿Te importa?- dijo Goku, lanzándole una mirada desafiante al kappa.

Gojyo suspiró, resignado, y lo soltó. El mono subió escaleras arriba y se perdió de vista. Hakkai observaba a Gojyo, el cual estaba visiblemente molesto.

-De todas las putas ciudades de este jodido país, tenía que venir a esta...- masculló el kappa.

-Gojyo, sabes que esto podía ocurrir en cualquier momento,y da igual que haya tocado en esta ciudad en la siguiente, es igual de violento.-dijo serenamente Hakkai- me preocupa Goku...- comentó.

-No eres el único...-dijo Gojyo seriamente- oye Hakkai, no se como decir esto, pero por mucho que Goku quiera, no creo que deba verle.

-Tampoco creo que ocurriera nada si...-empezó Hakkai.

-¡No me jodas Hakkai! ¡Tu también has visto sus cambios de actitud!- exclamó Gojyo, perdiendo un poco los papeles.

-Cálmate- dijo pausadamente el moreno- precisamente el que Goku esté así es porque echa de menos a Sanzo.

-No, es porque ese jodido cabrón le abandonó cuando le necesitaba y se largó con el rabo entre las piernas.-dijo Gojyo con rabia- si volviera a verle... mira Hakkai, no sabemos por qué Sanzo actuó así, pero el caso es que nos dejó tirados, y es algo que podría volver a hacer. No es un riesgo que esté dispuesto a correr.

Hakkai no supo como responder a eso. Era cierto que Gojyo hablaba así debido a su enfado y que su argumento hacía aguas, pero en lo más profundo de su ser, Hakkai también estaba enfadado, y aunque tratara de ocultarlo, en ese momento no pudo más que callarse.

-Me voy a mi habitación- anunció el kappa- ¿Mañana partiremos, no?

-Si, por la tarde.- le informó- tenemos que hacer algunas compras, la próxima ciudad está bastante lejos...

-Está bien- y dándose media vuelta, desapareció escaleras arriba.

Hakkai suspiró, mientras acariciaba la cabeza de jeep y terminaba de beberse su té.

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Goku estaba sentado en su cama, abrazando la almohada con fuerza y con un único pensamiento en su cabeza. "Sanzo está aquí" El youkai cerró los ojos y se tumbó, tratando de conciliar el sueño. Hacía horas que había subido a su habitación, y la noche ya había caído sobre la ciudad. El youkai daba vueltas en la cama, incapaz de dormir. "¿Por qué?¿Por qué quiero verle? Me abandonó, se marchó corriendo cuando estaba herido y luego se fué con Hazel ¿Por qué no dejo de pensar en él?" Todas esas preguntas atormentaban a Goku. Se sentó en el borde de la cama y se quedó estático en medio de la oscuridad "¿Por qué todo está oscuro sin tí?" pensó, mientras dos lágrimas silenciosas empapaban sus mejillas, dejando dos surcos tras de ellas. Sin saber muy bien lo que hacía se levantó y salió de la habitación. "Hakkai sabrá que hacer" despacio, llamó a su puerta. El moreno salió de la habitación, aún vestido y sin aspecto de acabarse de despertar.

-Sabía que vendrías, Goku.-dijo gentilmente- entra.

Cerró la puerta después que el pequeño entrara y ambos se sentaron el la cama. Hakka estudió el gesto de Goku, hasta que finalmente se decidió a hablar.

-Hakkai... quiero verle- dijo apenado- se que nos ha hecho mucho daño... se que nos abandonó... pero no puedo evitar querer verle... saber cómo le va...

El joven de ojos verdes sonrió tristemente, y asintió.

-Lo se, Goku, y lo entiendo.-dijo mientras alargaba el brazo y abría la ventana.- está en una gran mansión que hay hacia el norte, no tiene pérdida. Se lo pregunté a la camarera cuando Gojyo y tú os fuisteis.

El youkai miró a Hakkai, para después sonreír tal y como hacía antaño-

-Gracias... Hakkai.

-Mañana por la tarde nos iremos- le informó- ah, y Goku, yo que tu no se lo contaría a Gojyo... no creo que le hiciera gracia y no me apetece tenerle de morros una semana.

-Tranquilo, no se lo diré- dijo el contento mono, mientras comenzaba a salir por la ventana y se deslizaba por el canalón hasta llegar al suelo.

-Espero que con esto se te alivie ese dolor que sientes, Goku...- susurró Hakkai mientras veía como el youkai se alejaba en dirección a la mansión.

-¿Ya se ha ido?- preguntó una voz a sus espaldas.

Hakkai se giró bruscamente, y se encontró con el kappa apoyado en el marco de la puerta. El moreno suspiró y asintió.

-Si, ahora mismo- dijo Hakkai, mientras volvía a mirar por la ventana.- ¿no te enfadas?

-¿Serviría de algo? Era inevitable... aunque espero que ese puto monje no vuelva a cagarla.-dijo el pelirrojo.

-No lo creo Gojyo, si le importa algo Goku creo que con solo ver como está recapacitará.-dijo el moreno sin apartar la vista de la calle.

Gojyo se rascó la cabeza y se colocó junto a Hakkai, mirando también la calle mientras daba una honda calada al cigarro.

-Menuda jodienda...-suspiró.

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El mono corría a toda velocidad por las calles, buscando la mansión que Hakkai le había dicho. A esas horas de la noche no había nadie a quien preguntar, por lo que tuvo que orientarse él solo. Finalmente, la vió. Se quedó parado en la puerta, sin saber que hacer. Había llegado hasta allí, pero... ¿Qué iba a hacer? ¿Qué le iba a decir a Sanzo? Mas solo tenía esa oportunidad, ya que era improbable que se lo volvieran a encontrar hasta mucho tiempo después. Saltó la verja y comenzó a mirar sigilosamente por las ventanas, buscando a su sol. La mansión tenía unas enormes dimensiones: tenía dos plantas y contaba con unos enormes jardines. Goku supuso que los dormitorios estarían arriba, en la segunda planta, por lo que trepó hasta ella y siguió mirando furtivamente por los cristales. "Espero que Sanzo esté en su habitación..." Llegó hasta una ventana abierta, y su rostro se iluminó cuando vió que era la habitación de Sanzo. Su traje de monje estaba en una silla, apartado junto con el sutra, y el rubio estaba echado en la cama vestido con su camiseta negra y con unos vaqueros, profundamente dormido. Sin poder resistir la tentación, Goku saltó al interior y se acercó muy despacio hasta Sanzo, observando sus pálidas facciones. Se sorprendió a si mismo pensando cuanto había echado de menos aquel rostro. Acercó una temblorosa mano para acariciarle el rubio flequillo, pero el monje abrió los ojos de golpe y le agarró la muñeca, apuntándole con la pistola directamente a su frente. Goku se quedó estático ante los reflejos de Sanzo:

-Un solo paso más y...- pero interrumpió la frase abriendo los ojos de par en par- ¿Go-Goku?

Automáticamente lo soltó, bajando el arma y dejándola a un lado.

-¿Qué coño haces aquí, mono? He estado a punto de pegarte un tiro...

-Siento haberte asustado, pero...- Goku levantó el rostro y dejó ver sus ojos vidriosos.- quería verte...

Sanzo no sabía como reaccionar, no sabía que hacer. El mono, su mono estaba allí con él, al borde del llanto y diciendo que quería verle. A él, un vil traidor que lo había abandonado cuando Ukoku lo hirió mortalmente. A él, que después de haber salido corriendo, había dejado el grupo para irse con Hazel, dejándolos a su suerte. Sanzo vió que Goku volvía a hablar, por lo que dejó a un lado todos sus pensamientos:

-Y... y ahora que estoy aquí, no sé que decirte, Sanzo- dijo el youkai, desviando la mirada- realmente, solo quería verte, comprobar que estabas bien. Cuando te fuistes me preocupaba que algo pudiera pasarte...

-Goku, yo...-comenzó Sanzo, más Goku lo interrumpió con la mirada: una mirada que había cambiado mucho en apenas dos meses.

-¿Por qué te fuistes?- preguntó el dolido youkai- ¿Por qué nos dejaste? ¿Tienes idea de lo mucho que nos dolió, de lo mucho que me dolió el que te fueras?

Sanzo se había quedado mudo. Ahora sí que no sabía qué decir, porque realmente no sabía muy bien el porqué de su marcha- ¿Para buscar a Ukoku? Tonterías, podría haberlo hecho con ellos. ¿Por miedo? ¿Por qué era un cobarde que había dejado abandonado a su suerte a quien lo necesitaba? Sí... esa era una probable razón. ¿Pero cómo decírselo al mono? ¿Cómo podía explicarle lo que había sentido cuando lo vió caer al suelo bañado en sangre? ¿Cómo decirle que en ese momento le habría dado igual que se acabara el mundo? ¿Cómo explicarle el que hubiera perdido las ganas de vivir cuando vió que no respiraba? Sanzo no sabía cómo responderle... su orgullo se lo impedía, al igual que le había impedido en su momento el buscar al mono y pedirle perdón de rodillas. El orgullo... por ese orgullo, casi había perdido lo que más quería en el mundo, y ahora tenía quizás la posibilidad de recuperarlo, pero el dichoso orgullo seguía allí, rodeando su corazón con una especie de muralla.

-Estaba buscando a Ukoku- respondió escuetamente.

A Goku le fallaron las rodillas, y se desplomó sentado en el suelo, momentaneamente sin fuerzas. Sanzo lo... lo había abandonado para buscar a alguien... solo por eso... él se había pasado noches sin dormir; solo por eso, había perdido el apetito; solo por eso había estado torturándose a sí mismo preguntándose qué había hecho mal...solo por eso...
Goku apretó los puños con fuerza, tratando de reprimir la rabia que en ese momento le atenazaba el corazón.

-Sanzo... eres.... eres... ¡UN COMPLETO IDIOTA!- vocifeó Goku, explotando finalmente, levantándose de un salto. Lágrimas de rabia corrían por sus mejillas al tiempo que encaraba a Sanzo, que retrocedió, por primera vez desde que conocía al mono, asustado.- ¿¡Sólo por eso te fuistes!? ¿¡Solo por eso me he pasado noches sin dormir pensando en donde estarías!?
¿Sólo por eso he pasado los dos meses más angustiosos de mi vida...?- susurró, derrumbándose y quedando sentado sobre sus rodillas, sin fuerzas ya, notando sus mejillas empapadas y sintiendo como nuevas lágrimas nublaban su vista. Se tapó la cara con las manos mientras rompía a llorar.

El monje estaba de pie, estático, sin saber qué decir o qué hacer. Observaba a Goku, sentado en el suelo con la cara enterrada en sus manos. Temblaba... sus hombros se sacudían violentamente mientras sollozaba. El monje sintió como la muralla que rodeaba su corazón quedaba reducida a escombros, solo por ver a su mono en ese estado. Sanzo comenzó lentamente a moverse: se dejó caer junto al mono, y poco a poco pasó un brazo alrededor de sus hombros, acercándolo a él y finalmente estrechándolo entre sus brazos. Goku siguió llorando en su pecho, pero no pasó por alto aferrarse a su sol, sintiendo como a su lado la angustia le iba abandonando.

-Lo siento...- susurró el monje en su oído- lo siento, Goku. He sido un cobarde, salí corriendo... porque tenía miedo... miedo de perderte. Y lo conseguí. He sido un gilipollas- añadió, notando como su propia voz se quebraba- me fuí... me fuí porque no podía soportar el pensar que te había perdido... ¿Cómo podría mirarte a la cara después de lo que había hecho...?

Goku levantó su rostro para mirar a Sanzo. Tenía la mirara vidriosa y fué entonces cuando el youkai se dió cuenta de que tenía el mismo mal aspecto que él. Estó le animó a hablar.

-No me has perdido...- susurró-  en estos dos meses no ha habido un solo día en el que haya dejado de pensar en tí...

Sanzo sonrió tristemente y tomó ambas mejillas del mono, limpiando sus lágrimas, para después acercar su rostro y posar suavemente sus labios sobre los de Goku. Este abrió mucho los ojos, mientras notaba como sus mejillas se volvían a humedecer y el beso adquiría un sabor salado: Sanzo estaba llorando. Cuando el contacto finalizó por la falta de aire, Goku acercó una mano a la mejilla de su sol y limpió sus lágrimas dulcemente, para después sonreírle con cariño. El rubio cerró los ojos, disfrutando del contacto y aún sin poder creerlo.

-No sabes... cuanto he rezado por que llegara este momento- dijo Sanzo, con la voz llorosa- lo siento, Goku, lo siento...

El youkai se abrazó a su sol, acariciando su dorado cabello, aspirando su fragancia a tabaco, disfrutando de su cercanía por primera vez. Pasó los brazos alrededor del cuello del rubio y le besó suavemente, mientras Sanzo le pasaba los brazos en torno a la cintura, acercándolo más a él. Nunca había sentido esa necesidad de estar con alguien, ni siquiera con su maestro. Con Goku necesitaba tenerlo cerca, necesitaba tocarle, besarle, abrazarle... lo necesitaba a su lado. Rompió el beso solo para bajar a su cuello y comenzar un camino de besos desde allí hasta el borde de la camiseta. Impaciente, Sanzo se la quitó y se quedó un momento admirando el cuerpo de Goku. En esos dos meses, su mono no solo había madurado, sino que también había crecido, y su cuerpo había pasado a ser el de una persona adulta. Debido a la fija mirada de Sanzo, Goku no pudo evitar sonrojarse y apartar la vista. La verdad era que él también había estado mirando el cuerpo del rubio, aunque le daba vergüenza. Sanzo se rió al ver al pequeño azorado, y se acercó a su rostro, besándolo dulcemente.

-Mi pequeño e inocente mono...- dijo sobre sus labios, mientras acariciaba su cuerpo con las manos. El youkai dejaba escapar pequeños suspiros entre los besos que compartía con Sanzo. Este batallaba ahora con el pantalón del youkai, pero era una tarea dificil hacerlo mientras besaba al mono. Se separó de él y logró liberarlo de los pantalones y del boxer, provocando que el mono se sonrojara aún más. Sanzo volvió a reír, pero después se liberó de su propia ropa, quedando tal y como estaba el mono. Se colocó sobre él y comenzó a besarle el cuello, bajando hasta el pecho y después el abdomen, deteniéndose en su ombligo, introduciendo la lengua en él.

Goku tenía la impresión de estar soñando. El estar allí, tan íntimamente con Sanzo... pero no podía evitar estar algo asustado por lo que iban a hacer. Al fin y al cabo, por mucho que hubiera madurado, en ese tipo de temas aún estaba algo verde. Trató de seguir sus instintos y comenzó a acariciar la espalda de Sanzo con una mano y enredó la otra en su cabello. Pero cuando el rubio llegó a su entrepierna y comenzó a lamerla, la mente de Goku se quedó totalmente en blanco, sintiendo oleadas de placer que hacían que arqueara la espalda, agarrando el cabello de Sanzo. Este siguió su tarea y se metió todo el pene de Goku en la boca, haciendo casi que el youkai se corriera. Pero aguantó un poco, hasta que finalmente eyaculó en la boca del rubio mientras soltaba un profundo gemido. El monje volvió a subir hasta sus labios, besándolo con ternura, mas acabó por introducir su lengua y comenzó a acariciar la de Goku, que correspondió al beso. Con cuidado, Sanzo se fué posicionando entre las piernas del pequeño, y lubricó dos de sus dedos para después acercarlos a la entrada de Goku y comenzó a dilatarle. El mono se sorprendió, y se movió, incómodo. Sanzo puso su otra mano en el hombro del youkai, tratando de tranquilizarle.

-Tranquilo, la molestia pasará enseguida.- dijo suavemente.

Goku permaneció quieto, pero vió como Sanzo tenía razón y acabó por mover la cadera, pidiendo más. Cuando sintió que el mono estaba suficientemente dilatado, dirigió su pene poco a poco hasta su entrada, pero antes de introducirlo, miró a Goku y le dijo:

-Goku... esto puede que te duela...- dijo inseguro Sanzo- si no quieres hacerlo, lo comprendería perfectamen...

Mas no pudo acabar la frase, pues el youkai lo había atraído y lo estaba besando apasionadamente, mientras acariciaba su espalda y su pelo.

-Hazlo, Sanzo- dijo el pequeño con una sonrisa, mientras el mayor asentía y comenzaba a introducir su miembro dentro de él. Todo el cuerpo de Goku se tensó y arañó la espalda de Sanzo, en una señal de que le dolía. Un par de lágrimas brotaron de sus ojos, y Sanzo se encargó de limpiarlas con una mano, acariciando y besando el rostro de Goku, tratando de reconfortarle. Poco a poco, el pequeño se fué acostumbrando, e indicó a Sanzo que siguiera. Este comenzó a moverse despacio, sin apenas embestirle, mas poco a poco su propio cuerpo le fué pidiendo más velocidad, alcanzando un ritmo frenético al final. El mono gemía sonoramente, tenía el rostro sonrojado y se aferraba a los hombros de Sanzo, mientras este le agarraba por las caderas. Finalmente, Goku se corrió, manchando sus vientres con el semen, y Sanzo eyaculó en el interior de Goku. Sin fuerzas, se desplomó, con cuidado de no aplastar al youkai. Su respiraciones eran rápidas y ambos estaban sumamente felices. Sanzo se acercó a Goku y lo besó con dulzura, acariciándole el rostro. Este solo sonreía y abrazaba al monje, sintiendo que todo aquello era demasiado bonito para ser verdad. De repente, se acordó de la situación en la que se encontraban, de la separación del grupo, de que Gojyo no podía ni ver a Sanzo y de que no sabía si aceptaría volver.

-Sanzo...- susurró.

-¿Mmp?- dijo Sanzo sin dejar de besarle y acariciarle.

-¿Vol-volverás con nosotros?- preguntó Goku, casi con miedo. Sanzo clavó en él su violácea mirada.

-No puedo, Goku, lo siento...- dijo apartando la mirada y disponiéndose a levantarse de la cama, más Goku no le dejó. Lo abrazó fuertemente, sin dejarle moverse.

-¡No! No te vayas... no quiero alejarme de ti...-dijo con la voz quebrada- te... yo te...

-¡No lo digas!- soltó Sanzo de repente, sorprendiendo a Goku, que a pesar de eso no lo soltó- no... no lo digas... por favor...

-¿Por qué...Sanzo? - dijo el youkai, dolido.- yo...

-Deberías volver...- le cortó el rubio, zafándose de su abrazo y levantándose de la cama sin mirarle- seguro que Hakkai y el otro te estarán buscando.

-Ya lo saben- dijo Goku- al menos Hakkai. Y no ignores mi pregunta.

-Vete Goku... - dijo el monje, sin aún mirar al youkai- vete por favor... si no te vas ahora... yo...

-¿Tú que, Sanzo? ¿Por qué quieres que me vaya? ¿Qué es lo que he hecho mal? - preguntó angustiado Goku, bajando de la cama mientras se colocaba los pantalones, al igual que había hecho el rubio, y susurró- ¿Acaso no me... quieres...?

-¡Precisamente por eso te digo que te vayas!- gritó Sanzo, dándose la vuelta y agarrando a Goku por los hombros, apoyando la frente en su pecho- si te quedas... no podré separarme de tí...

-¿Por qué no quieres que estemos juntos, Sanzo?- dijo el youkai, mientras dos lágrimas bajaban silenciosas por sus mejillas- ¿Acaso lo que hemos hecho no significa nada?

-Significa demasiado... pero no puedo volver Goku, no merezco ni miraros a la cara, y mucho menos volver a viajar con vosotros...- dijo por fin el dolido monje.- no puedo volver, Goku...

-¡Sanzo, no seas idiota! - dijo Goku, mientras obligaba al rubio a mirarle- todos queremos que vuelvas... incluso Gojyo... aunque el nunca lo admitirá.

-Pero...- comenzó el rubio, viendo como todos sus argumentos se desplomaban.- no... no se...que hacer Goku...

-Vuelve con nosotros, Sanzo... por favor, vuelve...- dijo Goku mientras rodeaba al rubio con sus brazos- yo... te necesito junto a mí...

Sanzo miró a Goku a los ojos, para después acercarse lentamente a él y besarlo suavemente, apoyando ambas manos en su cara, y no queriendo separarse nunca más de él. Cuando finalizó el beso, Sanzo volvió a fijar su mirada violácea en los ojos dorados de Goku.

-¿Estás seguro...? ¿Estás seguro de que quieres que un traidor como yo vuelva?- preguntó con el corazón encogido.

-Lo que no quiero es volver a separarme de tí... Sanzo- dijo con dulzura el mono.- te quiero... y te necesito a mi lado...

Soltando a Goku, Sanzo cayó de rodillas, notando como las fuerzas lo abandonaban. "¿Cómo podría negarme...?" Miraba sus manos sin verlas, pues se encontraba ido. Oyó la voz de Goku llamándolo suavemente, preguntándole que le pasaba. Sin levantar la mirada, susurró:

-Quiero...- Goku abrió los ojos con sorpresa, pero no dijo nada al ver que el monje seguía hablando-  quiero volver con...vosotros... contigo...

El youkai sonrió de manera radiante, para después dejarse caer junto a Sanzo y abrazarle, depositando antes un cariñoso beso en su mejilla. Lo había conseguido, había logrado que Sanzo volviera con ellos, y estaba convencido de que todo volvería a ser como antes. El rubio solo sonrió ligeramente, aunque en su interior no cabía en sí de felicidad.


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-Joder Hakkai, el puto mono aún no viene...- refunfuño molesto Gojyo, mientras fumaba sentado en el jeep.

-Vendrá, estoy convencido, solo se ha retrasado un poco...-dijo tranquilamente Hakkai, que estaba apoyado en la parte delantera del vehículo.

Y entonces oyeron una voz que los llamaba, viniendo de la parte de atrás. Era Goku, que caminaba contento hacia ellos, con una cara que llevaban meses sin ver, y detrás de él iba Sanzo, que se sonrojó ligeramente al ver la cara de incredulidad de los otros dos.

-¡Chicos! ¡Adivinad quien ha vuelto!- dijo un radiante Goku. Hakkai solo pudo sonreír ligeramente, algo incómodo por el ambiente que se había creado, pero trató de dispersarlo.

-Bueno... veo que por fin ya estamos todos...- por fin, consiguió sonreir- ¿Nos vamos pues?

-Goku... ¿Qué... qué hace él... aquí?- dijo incrédulo el kappa.

-Quiero volver a viajar con vosotros- dijo en bajo el azorado monje- l-lo siento...

Gojyo abrió aún más los ojos: nunca se habría imaginado a Sanzo disculpándose.

-Bueno, bueno, señor Sanzo, si nos lo pide así, ¿Cómo podríamos negarnos?- dijo con sorna- A saber lo que te habrá hecho el mono para que cambies de opinión...

Goku, que había visto como la vena de la frente de Sanzo se iba inflando más y más, temió lo peor cuando Gojyo seguía pinchando al monje.

-Tú...-dijo apretando los dientes- ¡VOY A MATARTE, PUTA CUCARACHA DE LOS COJONES!- vocifeó, sacando la pistola y tratando de acertar en el kappa.

-¡Ay, ay! ¡Está bien, está bien! Retiro lo dicho, ¡Lo retiro! - dijo Gojyo, viendo que Sanzo volvía a ser el de siempre.

-Hay cosas que nunca cambian...- dijo suspirando Hakkai, mientras el resto de sus compañeros subían al jeep, cada uno en sus respectivos asientos, y continuaban su marcha, juntos de nuevo.

Mientras Hakkai conducía, a Gojyo se le ocurrió preguntar.

-Oye, Sanzo, ¿Y que ha pasado con Hazel y el grandullón? ¿Te has marchado sin más?

-Les dejé una nota.- dijo escuetamente Sanzo.

-¿Una nota...?- preguntó Gojyo, más se encogió de hombros y volvió a recostarse sobre el asiento.

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Mientras, en la mansión, un hombre de pelo plateado y un hombre grande como un armario leían un trozo de papel que habían encontrado sobre la cama.


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Goku miró a Sanzo, él había leído y visto la nota, incluso había intentado persuadirle de que no dejara esa grosera despedida, mas como siempre, el monje había hecho lo que había estimado oportuno. Suspiró, negando con la cabeza. Después, adelantándose hacia delante, acercó el rostro a la oreja de Sanzo:

-En la próxima posada quiero compartir habitación contigo- le susurró, haciendo a Sanzo se sonrojara y le pegara con el harisen.

-¡Aparta macaco! - después cerró los ojos y añadió suspirando con falso fastidio- Me temo que me tocará compartir habitación contigo para controlarte...

Goku sonrió ligeramante, bajando la cabeza, pero cuando levantó la vista, se encontró con la cómplice violácea mirada de Sanzo, con unos ojos cargados de ternura, y con una una fugaz sonrisa en el rostro. Su propia sonrisa se ensanchó, devolviéndole la mirada a Sanzo y comenzando a desear llegar al próximo pueblo cuanto antes.

Fin.
Notas finales: Espero que os haya gustado ^^

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