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El ángel negro por Angel del Diablo

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Notas del capitulo:

Los personajes de Naruto no son mios, son de Masashi Kishimoto-sensei y la idea es original, aunque esto lo hago sin animo de lucro y sin sacar beneficios y todo eso...

Un ruido muy molesto hizo que un chico de cabello dorado y ojos de cielo se despertara. Ese molesto ruido procedía del despertador que había en su mesita. Abrió los parpados pesadamente y miró la hora que marcaba aquel aparato tan odiado por el rubio: 6:40. Era la hora de levantarse… aunque daba igual porque vivía sólo y nadie se preocupaba de si iba o no a clase, de si estudiaba, o comía bien y todas esas cosas de las que se suele preocupar una madre.

Pero aún así, se levantó, se duchó, desayunó algo ligero y salió corriendo para el instituto. El nombre de este chico es Naruto, Naruto Uzumaki. Es huérfano y una de las personas más solitarias del mundo, o al menos de la ciudad en la que vive: Tokio. Todos los días los pasaba más o menos igual: se levanta tarde y tiene que correr para llegar a la primera clase. Allí suele estar siempre solo, ya que casi ningún alumno le habla. Solo unos pocos, pero como tienen diferentes asignaturas normalmente iba sólo. Al salir, por la tarde, suele ir por caminos poco frecuentados porque la gente suele tomarla con él. Lo miran raro porque es una persona diferente: tiene unas marquitas en las mejillas que le hacen parecer un kitsune, también en su estomago hay un tatuaje con forma de espiral, rodeado por unos caracteres chinos. Nadie sabe muy bien que son esos signos o esas marcas, pero si saben que es raro y peligroso. Y la raza humana tiende a marginar o maltratar a los que son diferentes porque les tienen miedo. Naruto si sabe porque tiene esas marcas: fue maldecido cuando aún estaba en el vientre de su madre por una vieja bruja que odiaba profundamente a los Uzumaki. Esto hizo que su madre muriera al darle a luz. Su padre también murió al poco y él se quedó solo. Estuvo mucho tiempo en un orfanato, hasta que se escapó, consiguió un trabajo y ahora vivía sólo. Aunque le dolía que nadie le estuviera esperando en su casa cuando llegaba, eso era mil veces mejor que cuando estaba en el orfanato. Intentó no pensar en eso cuando vio que se acercaba al lugar donde trabajaba. Su jefe era uno de las pocas personas que se preocupaba por él, y no le gustaba verlo triste.

Empujó la puerta del restaurante y saludó a la única persona de su interior: -Ohayo… Iruka-sensei!!

-Llegas tarde, Naruto.

-Lo siento dattebayo –le dedicó una sonrisa zorruna a modo de disculpa. Iruka-sensei le sonrió y le indicó que se cambiará porque abrirían pronto. Naruto corrió a cambiarse. Iruka-sensei era muy bueno y nunca le regañaba por llegar un poco tarde. Era un hombre joven, con el pelo largo recogido en una coleta alta y una cicatriz sobre la nariz que le atraviesa la cara.

 -Ya estoy listo!! –Naruto salió con su uniforme de camarero: en realidad solo eran unos pantalones negros, zapatos y un delantal que le cubría la camisa, blanca. La especialidad del restaurante era el ramen. Aunque tenían otros muchos platos, la gente iba allí porque era el mejor restaurante de ramen. El restaurante en concreto era pequeño: tenía una barra en donde se pedía y se preparaba la comida, servicios y un cuarto para los empleados y lo demás era donde estaban colocadas las mesas y sillas para los clientes.

Aquella noche fue tranquila. Por eso: -Naruto –llamó Iruka-sensei al rubio.

-Hoy as ayudado mucho y hay poca gente. Puedes irte ya a casa.

-¿De verdad?

-Claro que si ^_^

-Arigato!!!!

El muchacho se puso otra vez su uniforme del colegio: pantalones negros, zapatos del mismo color y camisa blanca, sobre esta una chaqueta de cuello alto con botones. Cogió su cartera y salió corriendo. Aunque según Iruka-sensei era temprano, en realidad era casi la media noche. Por la calle casi no se veía nada ni a nadie. Cuando le faltaba poco para llegar a su casa, cuando sólo le faltaba doblar una esquina, se encontró con algunos tipos que iban en dirección contraria, borrachos. Naruto pasó de largo con la esperanza de pasar inadvertido, pero no tuvo esa suerte.

-Oye… ¿no es eseel monstruo?

-Si, esoparece…. –había tres hombres, pero Naruto no se paró para intentar reconocerlos. Salió corriendo y llegó a su casa. Cerró la puerta con llave, pero cuando iba a cerrar la única ventana que había abierta vio que uno de esos tipos intentaba entrar por ella. Por suerte era demasiado gordo y estaba demasiado borracho. Pero aún así, Naruto tuvo problemas para que no se colara. Lo había agarrado del brazo, clavándole las uñas. Mientras un poco de sangre corría por su brazo, las lágrimas corrían por sus mejillas. En un acto de desesperación, mordió al hombre en el brazo. Le clavó los dientes fuerte hasta que lo soltó. Cerró la ventana y se alejó de ella. Se dejó caer junto a la cama. La casa de Naruto estaba compuesta por cuatro habitaciones: una pequeña cocina (estaba equipada para cocinar, pero Naru la usaba poco); un baño (con bañera y lo necesario para asearse); un dormitorio con una cama (la única ventana que hay está ahí), una mesita y un armario. Y por último un pequeño salón en donde se recibía a las visitas (solo había un sofá, unas sillas, una mesa y una TV). Naruto, que había dejado su cartera tirada por el suelo con la prisa de entrar, estaba de rodillas junto a su cama. No se había curado el brazo (eran sólo rasguños) ni había parado de llorar. Juntó sus manos apoyando los codos en la cama y cerró los ojos.

-¿Kami? ¿Está ahí? Soy Naruto, otra vez. Yo… quería pedirte lo mismo de siempre. Mándame un ángel, el más bonito que tengas… por favor… yo… me siento tan sólo..... –esto último lo dijo en un susurro, mientras las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas.  

Esta imagen era observada por un angel. Tenía las alas blancas y el cabello de plata. Ocultaba casi todo su rostro y uno de sus ojos. Su nombre era Kakashi. Era un ángel de la guarda. Veía esa escena en una pila llena de agua sagrada. En esta agua se podía ver reflejado el mundo de los humanos. Y aquel ángel había visto sufrir a ese chico y rezar por un ángel todos los días y todas las noches. -No temas, pronto llegará.

Dejó que el agua volviera a ser transparente y se alejó de la pila. Pasó por pasillos inmaculados y llenos de ángeles de distintos rangos hasta llegar a una puerta. Era de madera y estaba rodeada por un rosal de espinos. Sus rosas eran tan rojas como la sangre y no se permitía la entrada a nadie. Pero Kakashi era muy poderoso y consiguió abrir la puerta lo justo para entrar. Bajó por unas escaleras de piedra (todo allí es blanco, pero cuando cruzas esa puerta es de piedra normal) hasta llegar abajo. Se abría un pasillo corto y estrecho que llegaba hasta unos barrotes. Tras ellos había un angel, sentado en el suelo. Sus alas, su cabello, sus ojos, todo era de un negro tan oscuro como ala de cuervo. Su piel era tan pálida como la porcelana. Era alto y musculoso, cubría su cuerpo con una túnica negra, deshilachada y sucia. Él tampoco estaba en muy buena posición: unas cadenas muy gruesas rodeaban sus alas, una por ala, y hacía que se mantuvieran bajas. Eran enormes (más o menos de la altura del chico) con la fuerza de resistir cualquier peso, pero estaba cansado. Además, unos grilletes en sus muñecas le mantenían los brazos unidos sobre la cabeza. En sus tobillos había también grilletes, con una única cadena amarrada al suelo. En su cuello había restos de lo que fue una cuerda, pero se había soltado de la pared en la que había estado colocado hacía tiempo porque el joven angel la había roto cuando intentaba escapar. Pero estaba cansado de intentarlo. Le daba igual estar dentro o fuera… no tenía por que o por quien vivir. Por eso se sorprendió cuando vio al otro acercarse hasta los barrotes y hablarle:

-Angel negro Sasuke….

-Que sorpresa, pero si es mi antiguo compañero Kakashi. Dime, cómo es que TÚ, el favorito de Kami, se ha dignado a bajar hasta aquí? -

No me interrumpas cuando estoy hablando. He venido a hacerte una oferta.

-¿Una oferta? ¿De qué se trata?

-Vaya, veo que no te andas por las ramas, Sasuke. Eso me gusta….

-No tengo nada mejor que hacer…. -Bien. Más que una oferta es una proposición. Es…. un trabajo.

-Te escucho. El otro angel tomó aliento y comenzó a contarle lo que había planeado.  

Continuará…

Notas finales:

Por favor dejen sus opiniones (y cualquier sugerencia, consejo, critica CONSTRUCTIVA...)Contestaré todos sus reviews^^


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