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"Destinos Cruzados" por Puchiko nyo

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 “Destinos Cruzados”

En una noche fría y oscura de Agosto, el viento corría frío como un témpano de hielo, las flores de cerezo se movían, haciendo que se cayeran unos cuantos pétalos.

La gente corría apresuradamente, para poder ir a resguardarse a sus calientitas casas. Pero un joven caminaba lento entre toda esa masa de gente, su nombre era Tsuzuki, hombre alto y delgado, de bellos ojos violeta y pelo café, tenía un abrigo largo y negro que se ondulaba con el helado viento.

Tsuzuki, no se apresuraba, no tenía por qué hacerlo, en su casa no lo esperaba nadie, ni siquiera un perro, lo único que deseaba era llegar para tomar un café con unos pastelillos, pero no quería llegar tan rápido porque o sino se deprimiría, ya que hace muy poco que su amante había fallecido.

Lo recordaba dulce y bello, su mejor amigo en los tiempos difíciles y su mejor amante en las noches de calor y sudor. Pero, para qué seguir recordándolo con melancolía, ya no estaba y había que continuar, algún día se le pasará y podrá volver a amar y ser feliz.

Mientras reflexionaba sobre ese tema, sus ojos se posaban en una persona, la que estaba bastante lejana, sus recuerdos se esfumaron y sus ojos se centraron en aquella persona.

Era un poco más bajo que él, ojos verdes, pelo castaño y delgado, su nombre era Hisoka, él tampoco se apresuraba, estaba centrado en sus pensamientos, e inquietudes, pero se daba cuenta que un poco más allá un joven lo observaba con paciencia.

Continuaron caminando, sabían que se iban a encontrar, que se verían la cara por primera vez, caminaron, hasta llegar a un punto fijo, en el cual pararon drásticamente, comenzaron a observarse con detenimiento, como si se buscaran una pequeña coincidencia, para saber que a esta persona la había visto en algún lugar.

Tsuzuki, lo recorría de pies a cabeza, encontraba entraño que alguien como él vagara a esas horas de la noche, y con ese frío que calaba los hueso, mientras tanto Hisoka, sólo se fijaba en su cara, en sus ojos, en su boca, se detuvo en minuto en sus ojos, comenzó a observarlos con ternura, ya que estos no tenían el brillo que algún día tuvieron, claro él no sabía cual era la razón, pero le atraía saberla.

El llanto de una niña, los saco de sus pensamientos, cuando reaccionaron, decidieron que lo mejor era seguir su camino, y así fue, Tsuzuki continuo su viaje sin rumbo, mientras tanto Hisoka se dirigía a su departamento.

Otro día había comenzado, había amanecido con un pálido sol, pero el viento seguía moviéndose amenazante, Tsuzuki se levantó, tomo una ducha, la cual parecía ser la más larga que se había tomado, no tenía apuro en llegar a su trabajo, era él el jefe.

Aun así tenía que apurarse, ya que tenía que contratar a un nuevo asistente, por que el antiguo era su amante que había fallecido, se tomo el café como de costumbre y se dirigió al trabajo, mientras caminaba por la calle abarrotada de gente, sus pensamientos recaían en una sola cosa, al joven apuesto de anoche, con esa mirada fría y provocante.





Se sentó en el sillón de su oficina, ya pronto llegarían los postulantes al trabajo.

Pasaba uno, pasaba otro y otro, ninguno lo satisfacía completamente, lo que tenía uno le faltaba a otro y viceversa, pero pronto ocurrió algo inesperado por Tsuzuki, un joven apuesto llegó, al mirarlo a los ojos se sorprendió, ya que era el joven de la noche anterior.

Sus ojos lo recorrieron nuevamente, y cada vez que lo miraba lo encontraba más y más perfecto, le hizo las preguntas de rutina, casi sin escuchar las respuesta, estaba poseído por su encanto, que cada vez más le atraía, casi sin pensarlo le dijo.

- Estas contratado, no necesito oír más tienes todo lo necesario para el trabajo.
- Pero…. Como y las otras preguntas, ni si quiera has visto mi currículo
- Que importan esas cosas lo importante es que confío en ti
- Pero si ni si quieras me conoces
- No necesito conocerte para confiar en ti
- Si que lo nece….

No alcanzo a terminar la frase, ya que Tsuzuki había obedecido a sus impulsos, lo beso apasionadamente, abrazándolo acariciándolo, pero pronto lo soltó.

Hisoka no reaccionaba, había quedado en un estado de shock increíble, reacciono y súbitamente se dirigió hacia Tsuzuki, lo tomo entre sus brazos y lo beso apasionadamente, sus lengua se juntaron audazmente, sin represión alguna, sus sentimientos estaban liberados y no se separarían nunca más.

Sus manos recorrían cada centímetro de sus cuerpos, querían establecer una conexión de piel, para no olvidar los rincones más ocultos.

Continuaban fogosamente acariciándose, pero fueron interrumpidos sorpresivamente por Watari, un ejecutivo de lo más loco de la empresa.

- Tsuzuki!!! .......mmmm…….. lo lo lo siento….. yo…..ehhhhh… no quería molestarlos…… (sonrojado y muy nervioso por encontrarse en una situación así)

Tsuzuki no hablaba, trataba de arreglarse, la camisa y la corbata, Hisoka en cambio, no se movía, estaba tricolor de la vergüenza, sólo agacho la cabeza, para no ver a Watari a los ojos.

- Bueno Watari, él es Hisoka, mi nuevo asistente (actuando como si no hubiera pasado nada)
- Veo que ya lo conoces muyyyyyy bien, o no? Tsuzuki, (mirándolo de una forma picarona)
- Ehhhhhhhhhhhh? Que me dijiste es que no te escuche _
- Nada, nada, omítelo
- Bueno será mejor que los deje continuar con su “TRABAJO”
- Emmmmmmmmmmm como quieras

Hisoka no lo podía creer, no sabía como iba a mirar a los ojos a Watari, sin que le diera tanta vergüenza, la única idea que se le vino a la mente fue cortar lo que iba a empezar con Tsuzuki, para así olvidarse luego de lo ocurrido, tomo sus cosas bruscamente y se fue a su lugar de trabajo.








Tsuzuki, no estaba tan impactado, conocía muy bien a Watari, sus relaciones anteriores, sus penas, sus alegrías, y sabía perfectamente, que era mucho mejor que Watari los hubiera encontrado a que hubiera sido cualquier otra persona, ya que confiaba plenamente en él, para que este lo defraudara.

También estaba preocupado por la reacción que había tenido Hisoka, pero comprendía que ahora no le podía explicar nada, ya que o sino las cosas iban a empeorar.

La tarde paso lenta, Hisoka, no miraba a nadie a la cara, creía que lo de Tsuzuki y él ya lo sabía todo el mundo, claro que eso no era así. Eran las 6:30pm hora de salida, tomo sus cosas y se fue lo antes posible, para que ningún compañero de trabajo le contara alguna cosa.

Llego a su casa pequeña, pero hogareña, tomo una ducha y se tiro en la cama, allí se puso a pensar en todo lo ocurrido ese día en la oficina, sus besos con Tsuzuki, que Watari los allá encontrado, todo, lentamente sus pensamientos se fundían y comenzó a quedarse dormido, antes de que el sueño le ganara, sonó el timbre, de poca gana se levantó, todavía con la toalla de baño, y se dirigió a abrir la puerta, donde se encontró con la gran sorpresa. Tsuzuki.

- Pero.... tú que haces aquí
- Mmm vine a visitarte
- Pero… de donde sacaste mi dirección
- Jajajaja… te olvidas que soy tú jefe.
- Perooooooooooooo
- Shhhhhhhhhhhhh (haciéndolo callar) pero nada (en un tono susurrante)
- Vamos Hisoka tú eres libre, yo también, que importa lo que piense la gente, la vida es corta y hay que disfrutarla a toda costa.

Se fue acercando lento, muy lento, estaba a un paso de tenerlo en sus brazos, cuando mira el torso descubierto de Hisoka, siente unos deseos muy fuertes, de tocarlo, besarlo, sigue bajando con sus ojos, y ve la diminuta toalla que lo tapaba, la mira con detenimiento y pensándola un poco se acerca más mucho más, lo toma por la cintura, y se inclina un poco para besarlo.

Fue un beso carnoso, que juntaba todos los sentimientos encontrados que habían, nadie los molestaría ahora, introdujo su lengua la cual se movía desesperadamente, Hisoka sabía responder muy bien esos besos que le daba, le acariciaba la espalda, el pelo, le tomo la nuca y lo acercó un poco más a él. No quería que lo dejara de besar, era una sensación de plena libertad, mezclada con una excitación nunca antes vivida por él.

Retrocedieron sincronizadamente, llegando así a la cama, Tsuzuki, arrogó a Hisoka al lugar de los hechos que iba a presenciar, se acercó a su torso descubierto, y comenzó a darle pequeños besos, que mezclaba, una fogosidad eterna, junto con el deseo de no separarse más.

Subió a su cuello con los mismos besos, se acerco a su cara y se apoderó de su boca (nuevamente ^^), pero no la beso, si no que comenzó a pasar la lengua por sus carnosos labios, Hisoka suspiraba de placer, lo abrazaba e incitaba a que continuara.

………………….. Continuará………………

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