Capitulo 1
Tarde.
Primero de septiembre del 2007, cumpleaños número 18.
Bill llevaba meses preparando el regalo perfecto para Tom, estaba muy entusiasmado con la idea de que talvez Tom le diera algo especial y por primera vez fuese capaz de demostrarle lo que siente.
No era la gran cosa, pero significaba mucho, era una simple pulsera preciosa de oro blanco, tenía grabada en la parte de atrás ¨Ich Liebe Dich ¨ y en una esquina con una letra preciosa decía ¨Bill-Tom¨, no dejaba de contemplar aquella preciosa placa, sonreía y suspiraba de emoción situando la pulsera en su pecho.
Tom se acercaba a la sala con paso lento y con la mirada perdida en el suelo, eran alrededor de las 12 de la noche y tanta fiesta lo tenía agotado, se tiró en el mueble recostando la nuca en uno de los cojines, cerró los ojos y resopló con fuerza.
Bill se acerco a él de rodillas, se sentó sobre sus pies al quedar en frente de Tom, le contempló por unos segundos, un minuto para ser exactos cuando Tom rompió el silencio, sacándolo de sus pensamientos.
-¿Qué haces Bill? ¿No estás cansado?-
Bill sonrió ampliamente y le obligó a abrir los ojos agitando ligeramente su brazo, Tom abrió con pesadez sus ojos y volteó a mirarle, en sus labios se dibujo una media sonrisa, luego esta se ensanchó pero la felicidad no llegó a sus ojos, éstos seguían mostrándose distantes, vacíos.
Bill seguía con su resplandeciente sonrisa, abrió sus labios para hablar pero Tom le interrumpió antes de que pudiese decir palabra.
-Me voy a dormir, estoy exhausto.- susurro.
La sonrisa de Bill se desvaneció, miró como su hermano se levantaba, el rastas tomó la barbilla de Bill en su mano y le sonrió, le soltó con suavidad y se abrió camino escaleras arriba.
Bill le siguió con la mirada, sus ojos se humedecieron, no podía creer que Tom no tuviese ni un gesto de cariño con él ese día.
-¿Tenías algo que decirme?- musitó de repente Tom.
Bill se exaltó y parpadeó un par de veces, le miró incrédulo, recorrió la habitación con la mirada y luego se levantó con gesto ausente del suelo; negaba con la cabeza mientras intentaba ubicar los ojos de Tom.
-¿Cómo puedes?- preguntó con un hilo de voz.
Tom frunció el ceño, era demasiado ignorante, nunca recordaba nada y mucho menos si se relacionaba con Bill.
-¿Qué?- musitó
-¿No recuerdas?- intentó gritar pero su voz se quebró por las lágrimas que se abrían paso en sus ojos.
-¿yo…?-
-¿Qué tienes para mí?, supongo que nada… tú nunca tienes nada para mí… ni el más mínimo gesto… ¿Cómo?-
Su voz se quebraba y apenas eran audibles sus palabras.
Bill se ahogaba con el nudo en la garganta, las lágrimas en sus ojos le cegaban, su cuerpo se estremecía, Tom solo le observaba, parecía no comprender.
-¡¡¡Prometimos darnos algo especial este día!!! ¿¡No recuerdas!? ¡Maldición Tom!- gritó con un tono desgarrante en su voz, no se oía enojado, el dolor podía percibirse aún sin verle.
Tom abrió los ojos como platos y su mano derecha cubrió su frente, abrió ligeramente la boca, señal de que había olvidado por completo aquella promesa.
-Flash Back-
-¡Tomy! ¡En 4 meses cumplimos años! ¿Qué vas a regalarme?- gritó con alegría mientras saltaba en la cama.
-Bill…- le miró, con cara de pocos amigos. – ¡Faltan 4 meses!- los enumeró con sus dedos – ¡falta mucho todavía!-
Tom miraba los saltos de Bill parado en frente de la cama, Bill se detuvo e imitó el gesto de Tom mientras colaba sus brazos alrededor de su cuello.
-Por eso…- susurró besando el cuello de Tom –Tienes que planear algo grandioso-
Le sonrió con amplitud y besó tiernamente sus labios.
-mmmm…-vaciló por unos instantes – ok! Te daré algo que no te imaginas!-
-¿Lo prometes?- preguntó Bill, esta vez con seriedad y brillo en sus ojos.
-¡LO PROMETO!- aseguro el rastas.
Agarró las caderas del moreno acercándolas a su cuerpo, le miró fijamente y mordió su labio inferior, se separó de él por un momento para observarle con los ojos cerrados esperando por su apasionado beso de su amante.
Tom se adueñó de sus labios y recorrió el cuerpo del moreno con sus manos de pronto este se alejo con brusquedad, le tomó de los hombros apartándolo lo suficiente.
-¡Recuerda que lo prometiste!-
-Fin Flash Back-
Tom jadeó y hecho la cabeza hacia atrás.
Había recordado.
No podía creer que había olvidado algo tan importante para él y para su hermano, lo que más le dolió fue pensar en la idea de que Bill si tuviese algo especial para él… Y él ¿Qué tenía?, las manos vacías… como siempre solía hacer.
Bill sonrió con sarcasmo.
-¡Aquí está tu regalo! ¡Gracias por tu detalle tan especial! gracias por siempre recordarme. Te amo, Tu me amas, ¿Qué puede ser mejor?- vaciló con un tono chocante y con el sarcasmo a flor de piel, definitivamente era su segundo idioma.
Bill sacó de su bolsillo la preciosa pulsera de Tom, tirándosela en la cara, mientras Bill gritaba Tom la agarraba entre sus manos, sus ojos se llenaron de lagrimas al ver lo preciosa que era, no podía perdonarse a si mismo que lo haya olvidado.
El moreno le observaba agacharse y tomar entre sus manos la pulsera, sus ojos chispearon de ira, se tornaron rojos, su labio inferior comenzó a temblar… dudaba la razón, no sabía si se debía a la rabia o al dolor que se apoderaba de el.
-¡Ya Tom! Es suficiente…- musitó.
Tom enseguida levantó el rostro y le miraba, suplicaba perdón.
-¡Bill! Perdona…-
El moreno no le dejó si quiera terminar, salió corriendo hacia la puerta, salió en menos tiempo del que le hubiese tomado a Tom reaccionar y correr tras Bill, oyó el portazo y éste le hizo reaccionar.
Corrió a la puerta y la abrió, bajó corriendo las escaleras ya que el ascensor ya lo había ocupado Bill, cayó en varias ocasiones pero esto no hizo que se detuviera.
Al bajar lo buscó con la mirada y le pudo ver correr a través de la reja y los cristales de la entrada, la puerta aún estaba abierta, la abrió de un solo golpe provocando un estruendo fortísimo al chocar con la otra pared de cristal.
Al salir escuchó otro estruendo.
-Biiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiill!-
fue lo único que logro gritar mientras se abría paso entre la multitud.
Ese iba a ser su castigo…