Dos vidas diferentes de dos personas totalmente contrarias que por azares del destino entrelazarán sus caminos... y puede que para siempre...
Paolo, un joven y atractivo pintor italiano con muchos misterios tras esa sonrisa.
Eduarth, un supuesto escritor inglés de aspecto serio con unas cuantas sorpresas por detrás.
Y una ciudad... Venecia
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Su nombre es Paolo Giovanni; tiene 19 años y estudia Bellas Artes en Venecia, la ciudad donde siempre ha vivido.
Es un chico rubio con unos hermosos ojos marrones que muestran siempre una alegría falsa al igual que su forma de ser. Cuando tenía nueve años perdió a su madre sumiéndose en una profunda tristeza, fue a psicólogos para que le ayudaran. Pero el más afectado fue su padre, este empezó a ir de putas para olvidarla pero no le satisfacían…. Cuando Paolo tenía once años su padre lo violó convirtiéndose en una rutina casi diaria, que satisfacía a su padre por su enorme parecido con su madre.
Paolo comenzó a ser un chico solitario que no sonreía pero comprendió que si actuaba así todos lo descubrirían y su padre le pegaba por ser tan obvio. Trató de convertirse en un chico feliz pero era falsa su forma de actuar….
Un día cuando tenía 19 años, su padre volvió borracho, se dejó a hacer lo mismo de siempre y cuando se durmió ya de noche cogió sus cosas ya preparadas anteriormente para huir de la casa….lejos de ese infierno.
Eduarth es un chico de 21 años bastante siniestro y con aspecto atemorizante. Sobrepasa el metro ochenta y cinco, con un cuerpo musculado y atlético aunque también es bello. Su cabello era de color castaño oscuro, casi negro, largo hasta la mitad de la espalda y cortado a capas. Su tez era pálida y su expresión casi siempre algo ceñuda adornada por unos preciosos ojos azules grisáceos. Hacía poco de dos meses que había llegado a Venecia desde Londres para alejarse del ambiente lóbrego de Inglaterra y había empezado a estudiar filología inglesa en la universidad de Venecia. Aunque hubiera preferido estar solo su economía no le daba lo suficiente como para poder pagarse un piso el solo; así que muy a su pesar redactó en su ordenador un anuncio de “se busca compañero (chico) universitario para compartir piso”. Especificó lo de chico porque pensó que sería menos problemático que tener a una mujer en casa, además de que estas no eran de su agrado y estaba acostumbrado a vivir siempre rodeado de hombres.
Aprovechó que rea de noche para salir a colgar los carteles para que nadie le viera ya que no tenía ninguna clase de permiso para hacerlo.
Pegó el primer cartel en una farola cercana y avanzó por la calle buscando otro hueco donde exponer su anuncio. Al pasar un joven italiano rubio pasó a su lado sin percatarse de su presencia, tomándolo simplemente por uno más de todos los ciudadanos de Venecia pasó de largo. Sin llegar a imaginarse lo mucho que iba a cambiar su vida aquel chico.
Dos vidas diferentes, dos personas contrarias que en este enorme mundo entrelazarán accidentalmente sus vidas, para siempre…