Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Internado Akatsuki por EnvySama

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este mi primer fanfic.

Me encanta el SasoDei así que al final me han acabado entrar una incontrolables ganas de hacer uno.

Los personajes no me pertenecen, son de Kishimoto.

Notas del capitulo:

No os precupéis, en los siguientes capítulos iré introduciendo los demás personajes.

 


1. El encuentro

Era una tarde de otoño, las nubes oscuras cubrían el cielo impidiendo el paso a los rayos de luz. En un solitario parque alejado de la zona central se podía observar como a causa de la torrencial y fría lluvía que empezaba a caer la actividad de las figuras que paseaban tranquilamente por la calle se empezaba a ajetrear. Sentado en un banco del parque había un chico de grandes ojos azules y larga cabellera dorada tan sumido en sus pensamientos que pese a la lluvía que se había enfurecido no parecía haberse percatado de ella.

"¿Qué hago? No tengo una casa a la cual volver. Mis padres han muerto, estoy solo y sin nada... ¿Qué haré ahora? um"- En su rostro se dibujó una mueca de dolor al recordar la recién perdida de sus padres.

Alzó la vista hacia al cielo y por fin se dio cuenta de que estaba lloviendo, esbozó una triste sonrisa llena de frustración al darse cuenta de lo perdido que estaba entre sus pensamientos. Cuando se preparó para volver a introducirse en ellos se encontró con una mirada profunda fija en él. No sabía desde cuando pero, sentado frente a él en los columpios que se perdían en una inmensa oscuridad debido a que el cielo estaba completamente ennegrecido y aún no habían encendido las farolas que daban luz a la ciudad, había un hombre con un posado tranquilo. Este al darse cuenta de que había sido descubierto se levantó del columpio lentamente y, sin ninguna muestra de nerviosismo, se dirigió hasta donde estaba el chico que le examinaba con la mirada. A la vez que la distancia entre ambos se iba acortando poco a poco las facciones de aquel hombre se podían empezar a vislumbrar. El hombre era de alta estatura, esbelto. Su cabello era corto, de un color anaranjado, tenía unos preciosos ojos grises con forma espiral... pero sin duda lo que más le llamó la atención al rubio fue que aquel pelianaranjado llevaba la cara llena de piercings: cinco en los cartílagos de cada una de las dos orejas y otro más atravesando estas de forma horizontal, tres en la nariz y dos más situados en la parte inferior del labio. Después de haber examinado sus facciones observó su ropa, vestía con una chaqueta negra decorada con unas nubes rojas, unos pantalones tejanos de color oscuro ligeramente ceñidos y unos zapatos de cuero. Justo al acabar de examinarlo, el hombre se quedó quieto frente del chico:

- Tú eres Deidara?- dijo mientras se retiraba el flequillo mojado de los ojos en un sensual gesto.

Deidara intentó retirarse creando un poco más de distancia entre él y ese extraño hombre con un patoso gesto. Se quedó mirándolo durante escasos segundos, dudó pero al fin contesto:

- S-sí y tú quién eres? um...

- Discúlpame por no haberme presentado. Soy Sarutobi Pein, dirijo un Internado situado en las afueras de la ciudad. He sido informado de que recientemente tus padres han fallecido, por eso vengo a proponerte que te unas a Akatsuki, mi Internado. El colegio es algo… Fuera de lo común – dijo Pein con algo de misterio – ya verás como acabarás acostumbrando. No tienes por qué venir, sólo si realmente lo deseas – finalizó

El chico miró al pelianaranjado extrañamente. Se quedó unos segundos pensando en la propuesta que le acababan de hacer:

<i>"Por qué sabe mi nombre? Qué sabe de mis padres? A qué se referirá cuando dice que el Internado está fuera de lo común? Bueno al fin y al cabo no tengo ningún lugar mejor que ir, um"</i>

- Así pues, quieres venir? – Preguntó Pein sacando a Deidara de sus pensamientos.

El rubio hizo un gesto de afirmación con la cabeza.

-Muy bien – Dijo el del pelo anaranjado – ahora sígueme.

Pein empezó a andar y el rubio lo siguió. Atravesaron el oscuro parque hasta llegar a un coche negro. Con un sutil gesto el pelianaranjado le indicó al rubio que se subiera al vehiculo. El interior de este era amplió, los asientos era de cuero negro y las ventanas eran translucidas. Aquel hombre se subió también al coche, y una vez los dos se encontraban dentro, arrancó.

Pein estaba conduciendo, siempre con la misma expresión en su cara, a su lado estaba el chico de ojos azules intentando ver através de la ventana del coche mientras esperaba a que aquel hombre le contara más cosas sobre el sitio donde iba.

-Bueno, el internado es un sitio donde hay varias...especies, es decir vampiros, licántropos, zombies, momias, seres mitológicos... Aquellos a que los humanos llaman ficticios -dijo el hombre de pelo anaranjado mirando fijamente a la carretera.- seres como tú, Deidara.

-C-cómo yo,um?! - dijo el chico de ojos azules con un poco de burla- entonces qué soy, um? Haber tengo dieciséis años y me siento como cualquier humano.

-Ya lo sé pero eso es porque tus "poderes" aún no han despertado, sabemos que eres uno de los nuestros como tus padres también los eran. Tu madre era una vampiresa y tu padre un licántropo, lo que sucede es que aún no sabemos que eres tú.

- ¿Qué estás diciendo? - Reclamó sin intentar disimular su enfado - ¡Mis padres eran humanos, yo soy humano! - como respuesta sólo escuchó una risilla por parte de Pein.- ¡¿De qué te ríes?! Estás loco...

- Puede ser - Dijo sin alterar el tono de voz ni apartar los ojos de la carretera a la vez que dibujaba una curiosa sonrisa.

- He cambiado de idea, quiero bajarme del coche. - Empezó Deidara con un tono más débil que el anterior - Por favor aparca y déjame irme.

- Una vez nos hemos subido al coche y lo he arrancado no hay vuelta atrás. No frenaré el coche hasta llegar a su destino; tu nuevo y, aunque no te lo creas, mejorado destino. - Dijo el del pelo anaranjado mientras desviaba un poco la mirada hacia aquellos ojos celestes que lo miraban con un resplandor de miedo en ellos del cual él se percató - ¿Asustado?

- ¿Q-qué dices? Ja! ¿Asustado, yo? Que va, um - Contestó de inmediato Deidara con dificultades para disimular su temblor de voz. - Quiero volver, detén el coche
¡ahora!

- Se me olvidaba, eres todo un hombre. ¿Cómo vas a tener miedo? - Refutó Sarutobi con una pizca de ironía - Pero ya te he dicho que no puedo parar el coche, ahora cálmate y deja de darme esos molestos golpes con el codo -Resaltó este mientras percibía los flojos codazos que el rubio le estaba dando sin darse apenas cuenta - vas a provocar un accidente.

Deidara sucumbiendo al miedo dejo de insistir, aquel extraño personaje del que había decidido fiarse al principio resultó estar loco, así lo creía él. Decidió esperar al momento en que llegarán a la supuesta destinación del coche para propinarle un empujón al hombre de los piercings y echar a correr. Pasaron unos escasos y silencios minutos que a Deidara le parecieron horas hasta que Pein decidió romper ese incómodo silencio:

- Pronto llegaremos... ¿No hay nada qué quieras saber?

- Realmente te crees todas esas tonterías que has soltado al principio, um? -Casi sin pensarlo estas palabras salieron de la boca de Deidara.

- Ya me imaginaba que tu primera reacción sería negarlo, pero da igual al final no te quedará otra opción que creértelo porque pronto lo podrás comprobar con tus propios ojos.

- Cómo puedes estar tan seguro de que existen? Esto es de locos... no hay m-

- Lo sé - le interrumpió Pein - porque yo soy uno de ellos.

Sus ojos azules se quedaron fijos en Pein que no se molestó en contestarle la mirada. Deidara sólo esbozó un suspiro entre la resignación, el miedo y quizás algo de curiosidad que se estaba formando en él.

Al cabo de un par de horas de total silencio se pudo vislumbrar al final de la carretera una gran mansión de tenebroso aspecto.

- Ese es el Internado Akatsuki – Anunció el misterioso hombre

Notas finales:

Gracias por leerlo. Espero que os haya gustado este primer capítulo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).