Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Onix Negro o Escarlata por jannideath

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola.

 

Paso a explicar inmediatamente.

 

Hoy me levanté con un sueño de miedo. Y recordé un articulo referente a la idea de Kishimoto de realizar un final “yaoi” para Sasuke ya que, aunque no sea algo confirmado, se nota a leguas el triángulo amoroso del equipo siete. Naruto enamorado de Sakura, Sakura embelesada de Sasuke y por último el Uchiha interesado en el bienestar del rubio. ¿No esta claro? De hacer un final alternativo me imaginé como sería ese último capitulo de la serie. Un final donde no hay mucha felicidad, pero si varias aclaraciones.

Notas del capitulo:

El ambiente es en un bosque, Naruto y Sasuke han terminado una última misión como pareja. Naruto busca y sabe que la felicidad del Uchiha no es con él. Aunque guarde sus esperanzas. El precio de su regreso fue el compromiso para poder renacer su clan. Esta narrado desde la perspectiva del Uzumaki. Quizás no sea lo esperado pero espero me entiendan. Y por último aclaro de inmediato que los personajes y ambiente pertenecen a Masashi Kishimoto. Yo sólo utilicé un poco de mi imaginación y cree esta historia. Disfrútenla.

POV Naruto

OoC Sasuke y Naruto.

 

Rivalidad.

 

Así es como comenzó todo. Como una supuesta rivalidad. Compitiendo por todo hasta en  los más mínimos detalles. Siempre superándome y yo siguiéndote. Hasta el momento en que decidiste correr a la par conmigo. Iguales.

Todos veían mis intentos por alcanzarte y los tuyos por ignorarme, pero aun así no éramos concientes de esa cercanía casi adictiva que afloraba innata en nuestros cuerpos. Empezamos con la competencia, con llamar la atención del otro, caminar de igual a igual, acompañándonos, pero por sobre todo, protegiéndonos mutuamente.

 

Vinculo.

Un lazo invisible que me une a ti es tu oscuridad. Irónico ¿no? Pero esa, además de otras razones, es por la que te sigo. Quiero evitar que caigas en el encierro. En ese horroroso manto de odio y maldad.  Te fuiste y te seguí, pero ya no era para avanzar juntos sino para detenerte. Hacer que entendieras que lo que ibas a perder seria irremplazable. No podría ser Hokage sin salvarte. ¿Cómo podría vivir con la culpa todos los días? ¿Acaso existe la posibilidad de ignorar todo tu dolor para yo cumplir mis metas? ¿Me creíste capaz?

 

Y ahí es cuando me doy cuenta de que me respondes. No con palabras o monosílabos. No hay gestos en tu cuerpo que me den una contestación excepto ellos. Tus ojos.

Nadie, no hay nadie en el mundo que sea capaz de leer esos ojos color onix negro mas que yo. No existe quien pueda responderte de la misma forma. Es un don y lo sabes.

 

Y tu respuesta me hiela. Me deja sentir lo helado del ambiente. Porque en ellos, además de tu réplica, están tus emociones. Puedo verlas. ¡Puedo sentirlas! Y me confunden.

No. No te creo capaz. 

Pero dentro de esa frase también gritas otras cosas con tus sentimientos.

Soledad. Frustración. Melancolía. Rabia.  

Pero de todas esas emociones la que me dejo paralizado fue… el miedo.

Tengo miedo. 

Si tienes miedo. ¿Por qué no te vienes conmigo? ¿Por qué no vives conmigo? Pregunte con la mirada.

Y otra vez tus respuestas me descolocan.

No puedo. Ya es tarde.  

Esa mirada, con aquella respuesta, hace que mis ojos se humedezcan. Porque aquella frase imaginaria esta bañada de esa emoción que los dos ocultamos celosamente, a pesar de saberlo siempre. Cariño.

 

¿Por qué negarlo? ¿Tanta vergüenza nos da? Ya somos adultos. Tuvimos que madurar más rápido que un niño normal. A pesar de nuestros 18 años seguimos comportándonos como críos respecto a este tema. Descifras mi mirada. Lo que estoy pensando. Y me respondes, esta vez con tu voz.

-No es vergüenza, es temor.

-¿A que?- pregunto aun sabiendo la respuesta.

-A sabernos desnudos – susurraste mientras te acercabas lentamente -. Desnudos y vulnerables – me dices ahora con tu mirada oscura y penetrante.

 

Cada paso que das con tu cuerpo es un retroceso en el mío. ¿Temor? ¿Dudas? Aun no lo analizo bien. Pero se que tu cercanía me hiere, sobretodo cuando me acaricias. Porque cada roce tuyo significa mas distancia. ¿En que sentido? Pues ambos lo sabemos.  Te quiero. Me quieres. Te deseo y tú me deseas. Me desnudas con la mirada y yo te penetro con mis palabras. ¿Qué nos detiene? Algo tan banal y trascendental a la vez.

Soy hombre.

 

Un hombre. Un chico que jamás podrá darte hijos. Y cada vez que recuerdo esas palabras saliendo de tu boca mi garganta se anuda y mi corazón se desgarra. Porque aunque nos amemos jamás llenare el propósito de renacer tu clan.  Lo sabes pero aun así te acercas, me acorralas en un árbol de tronco ancho mientras tus manos pasan de mi cadera a los muslos. Agacho la mirada y tú te percatas. Odias que haga eso, aun sabiendo porque lo hago. Y por ello elevas tu derecha y sujetas mi mentón desviando mi vista hasta tus ojos. Veo en ellos y aquí es cuando me enferma tener ese maldito don.

Te deseo. 

¡Yo también! ¡No sabes cuanto! Pero no debemos. Al menos yo… siempre soy el que resulta más herido.

 

-Deséame. Vive mi ilusión- suspiraste luego de lamer con gula el lóbulo de mi oreja.

¿Ilusión? Quieres que sea parte de un retorcido sueño. ¿Para qué? ¿Para terminar un día solo y vacío en una cama? ¿Despertar y encontrar que el calor que compartía mi almohada ya no esta? ¿Caminar por la aldea mientras paseas con tu mujer y tus hijos? ¿Para ver como renaces tu vida y consigues ser feliz sin mi?

Soy un idiota.

Porque mientras pienso en todo esto, te estoy besando con toda la pasión que mis labios pueden desbordar.

Sientes mi frustración y en un acto impulsivo me sujetas de los muslos, me alzas y presionas mi cuerpo con el tuyo mientras me besas con más rudeza. Mis piernas rodean tu cintura y nuestros miembros alzados son clara señal de la lujuria que emana el ambiente. Tus manos acarician de manera firme todo mi cuerpo consiguiendo que de mi boca emanen suspiros entrecortados por tu lengua que se mueve airosa por toda mi cavidad bucal. ¿Deseas memorizarla? Es lo mas seguro. Porque después de esta batalla de cuerpos, este momento quedara como un simple recuerdo.

 

Te separas de mis labios respirando irregularmente. Tu vista se conecta con la mía y puedo ver una vez más al verdadero Sasuke Uchiha. Tu rostro brillando en medio de esta oscuridad con pequeños rastros de sudor bajando por tu sien.  Tus labios sonrojados por la fuerza ejercida en el beso. Un vaho de aire brilla mientras respiras creando una atmosfera sombría y retorcida. Pero lo que mas llama la atención son tus ojos, entrecerrados sin ese aire prepotente, negros cual piedras de onix pulido y brillante. Con aire casi ingenuo los cierras por completo y te acercas para besarme lentamente casi delineando tus labios sobre los míos. Grabando su textura, el sabor y la forma. Cada pliegue de esa piel expuesta es memorizado. Cierro mis ojos hundiéndome en ese ensueño pero una pregunta me hace caer de lleno a la tierra.

-¿Te casaras con Hinata?- murmuraste quedito sabiendo que el silencio de ese bosque ampliaba mi capacidad auditiva.

Dude en contestarte. ¿Me creerías si te digo que lo había olvidado? Si, hasta yo no me creería. Pero es la verdad. Mi cariño hacia ella es el de una hermana, lo que nunca tuve. Estuvo conmigo mientras tú te marchaste. Cuando me dejaste solo. Como un maldito perro abandonado. Mis amigos, aquellos que pensé eran de fantasía, se hicieron reales. Me rodeé del cariño de tanta gente pero, no estabas tú y Hinata lo entendía. No me dejaba solo, se esmeraba en distraerme, que viera las cosas de otra forma. Que, a pesar de tu partida, la vida continuaba. Es tanta mi gratitud hacia ella que, a pesar de no sentir lo mismo, acepte su propuesta de ser pareja. Con el tiempo vi en ella tu reemplazo, algo estúpido y hasta egoísta, pero no me dejaste más opciones. Cuando me dijiste que no estarías conmigo por renacer tu clan, decidí separarme de tu camino y vivir el mío. Con ella a mi lado.

Veo tu rostro imperturbable. Esperas mi respuesta.

-sí- solté firme y sin lugar a dudas.

Aquella contestación tal vez no te la esperabas pues tu rostro reflejaba asombro, ira y por sobre cualquier emoción, tristeza. De forma inconsciente activaste el Sharingan y me observaste con el rostro más gélido de lo normal, buscando por todos los medios posibles que me retractara de mis palabras. Pero sabías que no mentía ni tampoco buscaba celarte. Sabías que tenía motivo para seguir con ella. Tu mismo me lo dijiste.

-¿Acaso es por lástima?- preguntaste con la voz cargada de ironía.

-No- respondí en el acto-. Ella me dará lo que tú no puedes darme Sasuke- silencie su intento de réplica con mis dedos-. Me dará amor- finalicé.

 

Silencio.

 

Lo sabía. Sabía que te quedarías callado. Aun con tus iris escarlata puedo ver a través de esa mirada escrutadora y fría diciendo “tienes razón” y eso te frustra al extremo de tirarme al piso, y subirte encima para después despedazar con un kunai mis ropas de Anbu hasta dejarme completamente desnudo. Tu Sharingan gira descontrolado mientras realizas esfuerzos monumentales para no matarme. Mi actitud te fastidia. Ves que no tengo interés en defenderme ni tampoco de hacer algo en tu contra. Te sientas sobre mi entrepierna y restriegas tu trasero en ella. Sabes que eso me calienta y no lo quieres evitar.   

 

Tu mano sube hasta mi cabello y lo tiras con fuerza haciendo que mi espalda se arquee quedando mi cuello desprotegido. Tus instintos vampíricos resaltan tu belleza mientras muerdes con rabia y pasión mi débil cuello en un intento desesperado por marcarme. ¿Por qué? ¿No era que esta noche nos diríamos adiós? ¿No se suponía que hoy terminabas estos arrebatos para mañana volver a la aldea como amigos? Notas que cavilo en mi mente, alzas tu rostro para observarme y te enfureces por mis pensamientos.

 

Mi rostro muestra claramente la frase “no servirá de nada”.

Y como si eso fuese un detonante te desnudas rápidamente para quedar en las mismas condiciones que yo, notas que recorro tu cuerpo con la mirada e intentas desviar mi atención para que no note tu sonrojo. Gimo bajo pues tus manos esta presionando mi virilidad. Bajas lentamente mientras recorres mi cuerpo con tu lengua. Es excitante.

 

Me conoces. Sabes que me encanta tu fetiche con mis pezones que se rigen erectos al recibir las caricias de tu exquisita lengua.  Mis manos se mueven solas hasta tus hebras azabaches. Las acaricio lentamente sintiendo su suavidad, además… sé que te encanta.  Vuelves a bajar hasta llegar a mi ombligo, hundes tu lengua en el simulando una penetración, acaricias el sello que reconozco como lugar “sensible”. Continúas tu camino y ahora llegas a mi miembro que late con fuerza debido a la excitación. Lames su punta con cuidado como si fuera a desaparecer. No entiendo tu cambio de actitud. Estabas furioso por mi respuesta y ahora me complaces hasta el capricho más insignificante. Estas al tanto de lo que pienso y mi actitud te vuelve a enfurecer. Sigues sin entender que me duele estar así contigo.  Te ofuscas y muerdes mi pene con saña. Grito ronco y excitado. Si al final soy un vil masoquista. 

 

Mi grito te ha complacido y vuelves a lamer delicadamente ahora, las marcas que dejaron tus dientes. Chupas delicadamente la piel circundante jalándola con los dientes sacando más de un suspiro de mi boca. Te observo. Tus ojos aun muestran el Sharingan. Mirada fría color escarlata. ¿Todavía estás furioso? Cuando muevo mis labios para cuestionarte abres la boca y te metes mi pene hasta el fondo. Mi gemido debió oírse por todo el bosque. Tu boquita caliente, húmeda, succionaba con avidez mi miembro. Ver tu rostro, escuchar el sonido de la succión, observar tu cabeza subir y bajar por mi longitud mientras tu brillante pelo rozaba mis muslos fue suficiente para que explotara en tu boca. Mis ojos se entrecerraron por el placer, busque tu mirada hasta conseguir el enfoque necesario para mi lucidez y lo que vi fue motivo mas que razonable para volver a empalmarme. Tu boquita húmeda y roja por la succión, tus mejillas sonrojadas, tus ojos rojos cristalizados y con un hilillo de semen escurriendo por tu boca. ¿Acaso no es razón suficiente?

 

Retiras el semen que cae de tu boca con tus dedos y los diriges a mi entrada. No me quejo, de hecho hago caso omiso del dolor, se que te calienta ver mi orgullo al tope y en venganza metes tres de golpe. Solo te observo y desvías la mirada. Vuelvo a leer tus emociones. Culpabilidad.

 

Mueves tu rostro enérgicamente como tratando de despejar tus pensamientos y te impones rápidamente alzando mis piernas hacia tus hombros y acercando tu miembro a mi entrada algo irritada por la anterior profanación de tus dedos.

-Dímelo- te escuche susurrar.

 

Tu pregunta me descoloca ¿Qué quieres ahora? Me tendrás por completo por ultima vez ¿Qué mas quieres? ¿Qué me humille? Levantas la mirada escarlata que choca con la mía. Y mi asombro no tiene precedentes cuando veo lágrimas deslizarse por tus mejillas.

-Dímelo, Naruto- gemiste mientras entrabas con fuerza en mi interior-. Dime que quieres tenerme, dime que me necesitas- reclamabas mientras permanecías quieto esperando que me acostumbrara. Pero no pude contestarte. No debo contestarte. Si lo hago nos haremos ilusiones, pensaremos que el mundo no es tan malo, no cumpliremos nuestras metas. ¡No podemos estar juntos!

 

-Sasuke…- murmuré quedo. En un acto lleno de angustia me penetraste con tanta fuerza que sentí como en mi interior algo se desgarraba. Pero el dolor de mi entrada no era nada comparado con la tristeza que ceñía como un puño mi corazón al verte llorar. Tus ojos se volvieron oscuros nuevamente pero esa oscuridad  provenía de la desesperación y resignación de nuestros corazones. Yo ya lo había aceptado. Solo faltabas tú.

 

En un intento por motivarme y para que te acariciara, te inclinaste hasta rozar mis labios.

-Naruto…- delineabas mis labios con tu lengua mientras embestías con rudeza contra mi cuerpo al punto de parecer dos animales en celo. Gemías mi nombre con sensualidad, procurando calentarme en proceso, tus intenciones yo las entendía perfectamente. Querías un beso, uno rudo que desgastara hasta la última gota de saliva y te dejara sin rastro de aire en los pulmones. Y si soy sincero, no quise negarme a tu capricho. Alce mis manos hasta tu hermosa y oscura cabellera, y jale de ella con fuerza mientras te forzaba a besarme. Tus manos se aferraron con fuerza a mis caderas empecinado en adentrarte mas en mi. ¡Exquisito! Ya no puedo negarlo, te deseo demasiado. El placer nubla mis sentidos y siento la necesidad de venirme nuevamente. Una de mis manos baja por tu espalda logrando que te arquearas cual felino en busca de aire. ¡Demasiado sexy!

 

Te observo mientras acaricio con verdadera parsimonia tus músculos, tu pecho, el cuello; a pesar de tus penetraciones fuertes que me obligan a arañarte en el proceso y  eso te derrite. Siento como te tensas al igual que yo, nuestras respiraciones se vuelven entrecortadas, toscas, viriles. Gimes mi nombre en un audible jadeo y yo no puedo evitar gritar el tuyo, mientras las aceleraciones ya no tienen forma ni concordancia. Me partes en dos y me avisas que ya no aguantas más mientras tus ojos me dicen que aunque pasen mil años jamás habrá alguien que me desee como tú me deseas a mí.

 

Un par de embestidas mas y siento tu esencia caliente chorreante en mi interior, llenándome. Pero yo aun no logre llegar al final pues tú me lo impediste presionando tu pulgar en mi pene. Dolía a horrores. ¿Por qué demonios haces eso? ¿Es que no te basta con ser la última vez? ¡Eres un bastardo!

-Aun no… quiero… que te corras dentro de mí- expresabas mientras salías de mi interior y sin preparación alguna te empalabas en mi erección.  Me senté como acto reflejo en un intento por detenerte. El grito que plantaste lo acalle con mi boca devorando la tuya. Me acomode mejor sentándome y apoyando mi espalda en el mismo árbol que me acorralaste.

 

Tus lagrimas salían desbordantes sin duda es doloroso. Yo tengo a Kyubi para curarme, pero tú….

-Quieto, Sasuke- te sostuve al ver tu intento de moverte.

-Déjame- jadeabas mientras buscabas la forma más rápida de recuperar el aire-. Quiero ver… tu rostro lleno de placer- me dijiste mientras acariciabas las marcas de mis mejillas.

No deje que te movieras hasta que estuvieras completamente relajado. Se como te gusta y si quieres que lo disfrute solo debo ver tu rostro marcado por la lujuria para gozarlo. Es uno de mis placeres mas ocultos: el ver a Sasuke Uchiha sonrojado, jadeando por que le de con fuerza y lo marque como mío. Si…. Nadie creería que en esta relación tú eres el Uke.

 

-Naruto… por favor… muévete…-Me suplicaste avergonzado, pero no consigo moverme. El ver tu rostro tan vulnerable mientras tus ojos me imploran atención, es algo que me considero incapaz de profanar. A veces mi inocencia llega a ser absurda. Después de tanto tiempo sigo viéndote virgen e inmaculado. Ves mi indecisión y ya no sabes como actuar.

-¿Crees que es perdida de tiempo?- me preguntas con una sonrisa desconsolada.

 

Si me preguntaran que personalidad del famoso Sasuke Uchiha prefiero, respondería con toda seguridad que “todas menos ésta”. …sta en la que eres tan vulnerable y débil. Un niño ingenuo que cree en la felicidad y la vida junto con un amor eterno. Yo conozco ese lado que muchos llamarían cursi,  pero la realidad es que no es cursi sino inocente.  Todo adulto que no disfruto de su niñez termina por tener esas creencias muy en el fondo de su ser. Tú eres uno de esos casos… igual que yo.

 

-Naruto… yo-

-Te amo, Sasuke- y me retracto interiormente, ver tu sonrisa sincera y lágrimas cayendo hasta tus muslos solo por decir lo que siento, hace que no quiera sentir esto… pero no puedo arrancarlo de mí. Ya no-. A pesar de todo…- mis manos sujetaron tus caderas de manera firme y te levante poco a poco hasta que de súbito te baje por mi extensión logrando arrancarte un ronco y largo gemido-. A pesar de... de to-todo y… el dolor q-que esto signifique… yo te… te seguiré ahh amando- susurre en su oído mientras aceleraba los movimientos. Escucharte gemir mi nombre en verdad es ir un paso hacia el cielo.

 

Tus movimientos se vuelven frenéticos, saltas sobre mi miembro como una puta en celo. Maravilloso. Tu estrechez única y asfixiante, rozando lo místico.  Calida y húmeda por, seguramente, hilos de sangre que escurren de tu interior. Te escucho gritar, te agitas con erotismo y me vuelvo loco. Eres mi todo y yo tu cable a tierra. No quieres que esto termine porque sabes   que si alcanzas el clímax nunca mas me tendrás de esta manera… seremos amigos, nada más. No habrá derecho a roce, ni a suaves caricias, tampoco a los besos escondidos en algún callejón o parque y menos las extenuantes sesiones de sexo puro y salvaje. No quedara nada, todo habrá que olvidarlo.

 

-¡No quiero!- vuelves a ver directamente mis ojos, tus perlas onix oscuro se vuelven a humedecer. No llores mi gatito. No sufras. Yo estaré cerca como el fiel amigo que siempre fui. Te apoyare cuando lo necesites. Te daré mi hombro para que llores. Velare por tu felicidad aun cuando este lejos de mi.

 

-Ya… ya es hora… Sasuke- presiono con más fuerza su cadera mientras mi mano derecha se dirige a su miembro. Te revuelves al sentir mi tacto, te aferras al saber que pronto todo va a terminar. Siento tus uñas clavadas en mi espalda y tus labios buscando los míos. Te masturbo frenéticamente y te revuelves con ansia. Ya no más. Ya no puedo esperar más.

 

-Me corro Naruto, lléname… lle-lléname con tu esencia por ultima vez- me dices al mismo tiempo que tu leche mancha mi pecho y parte de mi rostro. Tu entrada se contrae con fuerza casi de manera dolorosa y no espero más. Exploto en tu interior, bañando tus entrañas con mi marca mas intima. Lames con ternura los restos de mi rostro y te aferras a mi hombro cerrando los ojos. Nos quedamos quietos. Juntos. Abrazados. Y solos.

  

-----------------

 

Siento que despiertas. Puedo sentir tu mirada oscura penetrando mi mente. Sabes que la partida es dolorosa y por eso te sientes aliviado de que aun no abra los ojos.

 

Te conozco demasiado.

 

Te levantas rápido y con velocidad digna de ti te vistes en un par de minutos. ¿Con que objetivo? Para que no vea las marcas que esta noche te he dejado.  

Ya cuando no siento movimiento abro mis ojos y te observo detenidamente. Te vez incomodo. Tal vez sea porque aun no cubro mi desnudez o quizá sea por las marcas en mi pecho y cuello. Aunque por tu rostro desviado puedo deducir que son ambos.

 

-Fuiste rápido- le comento.

-Sí- me contestas indiferente. Aunque por dentro te sientas morir.

 Te conozco mas de lo debido, mi pequeño gatito. 

-Será mejor que te vistas, puede venir alguien… dobe- me recordaste débilmente.

-…- no te contesto porque entiendo tus intenciones al decirme ese apodo. No quieres que esto termine mal. Aun quieres conservar mi amistad.

 No tienes idea de cuanto me hace feliz saber eso. 

Me visto rápidamente, debo volver en una hora. Entregar el informe de la misión a Tsunade y llegar a una reunión con Kakashi-sensei, lamentablemente no debía faltar. Al igual que yo, tu debías regresar para preparar los últimos detalles de tu compromiso.  Me dispongo a retirarme pero tu brazo me detiene.

-Naruto…- me miraste calidamente, por última vez, con esos ojos de perla negra. Onix.

-Debemos irnos teme, nos están esperando, dattebayo- le avise.

 

Marchamos lentamente. Cada paso más difícil que el otro, en un silencio absoluto. Tanto así que no nos dimos cuenta del transcurrir del tiempo hasta que empezó a amanecer. Las puertas de Konoha abiertas de par en par con varios shinobis de la aldea, esperándonos. Entre ellos Hinata y… tu prometida, nuestra compañera Haruno Sakura.

 

A pocos pasos de llegar tuve un último deseo, y te lo comunique. Y tú, para mi sorpresa, consentiste sin dudar.

La gente se amontonó para aplaudirnos y desearte sus buenos deseos a pesar de todo lo ocurrido. Vi como Sakura se acercaba temerosa a darte un beso que, aunque no correspondiste, tampoco lo rechazaste. Mientras Hinata me abrazaba contenta sabiendo que mi meta al fin estaba cumplida. Hoy me conmemoraran como Hokage de la Aldea de la Hoja y también anunciaríamos tu pronto matrimonio con Sakura-chan.

 

Te quiero Sasuke, se feliz porque a pesar de tus errores y delitos, te perdonamos. Sufriste, peleaste y tuviste tu castigo. Ahora solo debes buscar tu felicidad. Solo espero que, a pesar de la distancia,  nuestro lazo no se rompa. Mientras tú cumplas tu promesa, yo viviré para ti.

 

“Prométeme que, sin importar cuantos milenios pasen, tu y yo siempre seremos los mejores amigos, mi querido Sasuke-teme”

 

“Te lo prometo, mi amado dobe”.    

 

 

 

 

 

FIN

  

Notas finales:

Muchas gracias por leer. Me gustaría recibir críticas respecto a la narración del lemon. Jamás he escrito uno versión yaoi. Y sinceramente creo que no estuvo taaaaaaaaaan mal. Pero eso sólo lo podré comprobar si me lo dicen.


 


Con respecto a la personalidad de Sasuke, realmente eso existe. Al menos ese es mi caso. Cuando una persona es obligada a madurar rápidamente, ya sea de manera inconsciente o no, terminamos por cubrir nuestras debilidades mostrando caretas de verdadera frialdad e indiferencia. Al menos yo muestro mi verdadera personalidad con mis verdaderos y mejores amigos y aquí en letras. Pienso que la actitud de Sasuke calza perfecto con esta patología. No recuerdo bien el nombre pero si alguien lo sabe por favor me avisa.


 


Bueno, espero que disfruten mi escrito. Se que no es un final feliz, pero pienso que, si no va a ver yaoi en la serie, este seria un final alternativo pasable.


 


Muchas gracias por todo y si alguien sabe como colocar mas características de la historia en la planilla por favor indíquenme TT.TT


Xauxau


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).