Mi pecho se contrae dolorosamente y una sofocante sensación invade todo mi cuerpo.
Por favor quédate conmigo.
Siento como ese tan conocido nudo en mi garganta se hace presente y las ganas de llorar se acrecentan minuto a minuto.
Por favor no me dejes.
Quizás lo que tu padre dijo no es del todo mentira y la cruda realidad termine alejándonos aún así me niego, no quiero que suceda.
Sería tan vacía mi vida si no estas conmigo.
¡Usagui-san por favor quiéreme!. ¡Quiéreme más de lo que ya lo haces!.
Por favor, no pido más, no necesitó otra cosa que no sea tu cariño.
Se que alguna veces puedo actuar de mala manera, ser tonto e inconsciente pero es que el temor de perderte me domina y simplemente me dejo llevar diciendo o haciendo cosas que definitivamente no son las correctas.
Por favor...Usagui-san quiero abrazarte.
Quiero sentir tu piel, percibir tu aroma, quiero estar lo más cerca de ti que pueda pero.. no puedo. No debo hacerlo.
Apenas y reposas a unos centímetros de mi sumido en un profundo sueño, quiero acercarme y acariciar tus cabellos, quiero avanzar un poco hacía a ti, solo estar un poco más cerca, tan solo para percibir tu colonia.
Y me acercaría, cerraría la distancia que nos separa pero te conozco tan bien que se que apenas me mueva un poco abrirás tus ojos, buscándome.
Usagui-san por favor, ¿Puedes despertar? ¿Puedes abrir tus ojos, mirarme y acercarte a mi?
Las palabras de tu padre retumban una y otra vez dentro de mi cabeza, cada vez más rápido, más fuerte.
¡Duelen! Duelen demasiado.
Tanto que puedo sentir como mis ojos se llenan de lagrimas, tanto que puedo sentirme asfixiado por esa presión que se incremente en mi pecho.
Usagui-san por favor despierta, haz lo que haces todas las noches.
Busca mi cuerpo inconscientemente ¡Por favor! ¡Necesitó tu cobijo! Necesito sentirme protegido, quiero sentir esa sensación de alivio que me otorgan tus brazos.
Por favor Usagui-san despierta, no quiero llorar solo.
No quiero creer que lo que tu padre dijo es verdad, porque la verdad duele, hiere, lastima y soy débil.
Soy mucho más frágil de lo que crees. Tan delicado es mi corazón que ante cualquier palabra, alguna frase que nos mencione a ti, a mi, que nos relacione a ambos, me hace dudar, provoca que aquí, en el lado izquierdo de mi pecho, duela.
Usagui-san quiero besarte, unir nuestros labios y obtener esa sacudida que me dan tus besos, olvidar solo por unos minutos, sumergirme contigo en un éxtasis tan profundo que no sienta ni escuche nada más allá de tu cuerpo.
Usagui-san quiero decirte.
Contarte lo que sucedió, lo que me acompleja. Quiero soltarlo todo, quiero hacerlo... pero no quiero ser una molestia.
No quiero preocuparte, así que será mejor callar. Tragar mis lágrimas y acurrucarme en la cama mientras me dejo envolver por el sueño.
Usagui-san, por favor, si algún día dejas de quererme, si alguna vez llego a convertirme en una diversión momentánea, solo te pido algo, por favor dime la verdad.
Fin