Ryuuzaki Lawliet vive con su abuelo, Watari-san. Su madre murió, y su padre lo abandono cuando tenía tres años. Actualmente tiene 17 y, como a cualquier chico, le gusta divertirse. Salir al cine con sus amigos, solo a dar una vuelta…a divertirse. Claro, es agradable, pero casi nunca se puede contar con él, ya que tiene que hacerse cargo de la casa y de su abuelo, por lo tanto, le queda muy poco tiempo para él. No tiene mucho en que pensar…salvo en Light. No, no le gusta; lo que pasa es que desde que entro a la preparatoria, a notado que ese tipo no deja de mirarlo. Al entrar al salón, lo primero que ve son los ojos de ese castaño sexy, para luego ver su sonrisa, y escuchar un “¡Konnichiwa, Ryuuzaki-kun!”. Todo el día se la pasa esquivando las miradas y sonrisas lascivas del compañero, que no pierde oportunidad para tocarlo de forma sutil, pero erótica. Si bien, no lo soporta, prefiere callarse, ya que nadie hará nada. Yagami-san, su padre, es directos de la preparatoria; dueño de grandes cadenas de oficinas, lo que hace que Light este en un posición económicamente alta. Eso lo hace inmune…
-Konnichiwa, Ryuuzaki-kun!
Ryuuzaki levanto la mirada. Allí estaban esos ojos rojos y excitantes.
-Konnichiwa…
-¿Y cómo amaneciste hoy?
-Bien, arigatto.
-Voy al salón, ¿caminamos juntos?
-Tengo que…-Ryuuzaki intenta inventarse un pretexto, pero no puede pensar sintiendo la mano hábil y suave de Light entre su cabello.
-¿Te acompaño?
Maldito; usa ese tono que tiene que insita a besarlo con la lengua hasta atragantarlo de…
-¡No! No, gracias, me voy.
Ryuuzaki corrió y, ya, a lo lejos, se volvió. Aun lo veía que, lento, pero seguro, caminaba hacia él. Corrió de nuevo y llego al salón, donde Mikami-sensei comenzaba a pasar lista. . Tomo su lugar, y pidió una disculpa por la tardanza y su brusca forma de entrar. En ese momento, también entro Light.
-Este será otro larguísimo día- pensó Ryu mientras sentía la mano de Light acariciar su muslo.
Al terminar un educativo y lascivo día de clases, Ryuuzaki, solo pensaba en llegar a comprar raíz de bardana para preparar la comida, cuando escucho esa lasciva voz decir:
-¡Konnichiwa!
Ryu se detuvo al lado de la puerta.
-Light-san...
-¿A donde vas?
-A casa, tengo que llegar rápido
-Pero, ¿no te puedes quedar un rato? por favor, vayamos al cine
-Es en serio, no tengo tiempo, gracias
-Será un rato...-dijo y le tomo la mano.
-¡NO! ya basta
-¿Que?
-Detesto que hagas eso, que quieras imponerte sobre mí, como si fuese tuyo; entiéndelo, no te quiero cerca de mí, no quiero que me hagas sufrir más.
Light lo miro. El chico hablaba con gran sufrimiento, tanto que lo hizo sentir mal. Ambos se quedaron allí, uno frente al otro, sin nada que decir, hasta que el celular de Ryu sonó.
-Moshi, moshi...
Light pensaba despedirse de aquel chico a quien tanto deseaba, cuando miro el rostro asustado del chico.
-¿Que?-dijo Ryu-¿Como...? ¿Cuando...? Si, si, si, ya voy...voy enseguida.
-¿Que pasa?
-Mi abuelo...esta enfermo...muy enfermo, tengo que ir rápido al hospital.
-Si quieres te llevo en mi auto.
-Si, gracias.
En otra situación, Ryuuzaki hubiese preferido correr, pero ahora lo que mas le importaba era su abuelo, y no perderlo como a sus padres. Aunque eso significara tener que pedirle ayuda a alguien como Light.
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