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MI RUBIO NIÑERO por Hitomi

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Notas del fanfic:

Holaz aquí subiendo mi primera locura del 2009 (posi dice: mentira!!!!!! si vieran todo lo que a echo en tan solo 12 días/ hito dice: calla! o no subo el fic/ Nega dice: pero q mal genio!)

Espero lo disfruten y me dejen muchísimos reviews ^^

Notas del capitulo:

Holas chicas y chicos, ^^ hace mucho que no escribo, pero sabía es la vida que ilumino a mi tiito a regalarme un samsung f250 (posi: ¿cuánto te pagan x hacerle publicidad a la compañía?/hito: tu chitón, que si hablo me piden reembolso y ya me gaste la plata/nega: bueno continua escribiendo) y bueno encontre la parte de nota sy estuve escribiendo cada que se me ocurría diversos pasajes y escenas que se me ocurrían y así nació este fic ^^. Bueno en realidad empezó el año pasado durante una tarde en la q estudiaba para mis examenes, aunque eso no viene mucho al caso.

Bueno como siempre, espero que disfruten este "pequeño" oneshot y me dejen mucho reviews. Y si merlín quiere, pronto subiré otro más.

Matta ne!

P.D: los personajes de este fic no me pertenecen, todos son obra y gracia de J.K Rowling yo solo los tomo prestado para explotarlos en esta historia (actores: TE ESCUCHAMOS! / Hito: weno pero no s eenojen).

 

MI RUBIO NIÑERO

-¡James Potter o te levantas o date por divorciado!-gritaba un pelirroja mientras zarandeaba a su moreno esposo, que llevaba quince minutos sin querer levantarse.

-Bueno, entonces luego te paso la manutención-decía el moreno, mientras se cubría con las sábanas.

-Por Merlín, vamos James, despierta, falta una hora para que salga nuestro vuelo y aún no te levantas.

-Pero igual no iré, porque Harry no se puede quedar solo-explicaba entre sueños el Potter.

-Tienes que ir, porque somos socios, ¿lo recuerdas?, Lucius, Narcissa, tu y yo, y si no estamos los cuatro, no habrá alianza con el consorcio AD-explicaba la pelirroja

-Pero...Harry no tiene niñera-dijo el moreno, al tiempo que se sentaba en la cama, apoyando su espalda en el respaldar.

-Lo sé, pero ya verás que ahora mismo lo soluciono

-¿Tienes a alguien en mente?

-No realmente- suspiró cansada-¿Y Draco con quién se quedará?

-Mi cielo, él ya tiene quince, está acostumbrado a quedarse solo desde los diez-explicó apaciblemente su esposo.

-Lo sé, es un problema que Harry tan solo tenga nueve-dijo mordiéndose el labio inferior, al tiempo que se levantaba y se encaminaba al ropero que se encontraba al otro extremo de la habitación-ponte esto-dijo tras una breve pausa en la que se dedicó a buscarle ropa a su marido.

-Siempre eliges mi ropa-comentó un tranquilo moreno, mientras cogía la camisa blanca con rayas celestes y el pantalón de vestir azul marino.

-Si quieres, no lo hago-dijo tranquila

-Me encanta que lo hagas-ronroneo el mayor, poniéndose de pie, y tomando por la cintura a su esposa

-¿Quién cuidará de nuestro pequeño?-se preguntó en voz alta la mujer, tras darle un cálido beso a su esposo

-No tengo idea-respondió un pensativo moreno

-A no ser que....

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-Buenos días, Sra. Potter, perdón por la demora-saludaba un apuesto joven en el umbral de la puerta a una encantadora pelirroja.

-¿Bromeas Draco?, si haz llegado en diez minutos, es todo un record para mí-decía la mujer, dándole un cálido beso en la mejilla-y no me digas señora, que me siento vieja, dime tía Lily, ya sabes que somos como de la familia.

-Esto...sí-titubeo, mientras ingresaba a la casa

-¡Draco, hijo que gusto verte!-dijo un animado moreno bajando por las escaleras

-Tío James-saludo Draco, estrechándole la mano

-¿Y tú equipaje?

-Lo traerá la criada dentro de unos minutos-explicó tranquilo

-Perfecto-dijo Lily

-Tú cuarto ya sabes donde está, y tiene todo lo que te gusta, la tv de plasma, la laptop y tu minicomponente, además nadie a tocado tus libros-explicó James, mientras tomaba las valijas que estaban cerca de la puerta.

-Cuídense mucho Draco, nos estaremos comunicando-decía una apresurada Lily, mientras besaba y abrazaba al rubio

-¿Harry sabe que iba a venir?-preguntó el Malfoy

-Aún no despierta, pero le dejamos una carta en su alcoba explicándole todo, no te preocupes-dijo James-Bueno, nos vemos en unos días

-Apúrate cariño, que faltan veinte minutos para que salga nuestro vuelo-decía Lily mientras empujaba a su marido.

La puerta se cerró tras de ellos y el rubio se encontró consiente que estaba prácticamente solo en aquella gran mansión, que para excentricismo de sus dueños no contaba con ningún empleado, pues decían que era la mejor forma de vivir "hogareñamente".

Y si bien el rubio había pasado allí gran parte de su vida, puesto que él y Harry a pesar de la diferencia de edad eran muy buenos amigos, aún así no terminaba de acostumbrarse a tener que hacer todas las cosas por sí mismo, desde prepararse un sándwich hasta tener que prepararse el solo su baño con burbujas. No es que fuera un haragán, pero comparado con su mansión que estaba llena de empleados y empleadas haciendo todo el trabajo de la casa por él, como que el cambio no era como para festejarlo, pero estaba bien, al fin y al cabo los Potter y los Malfoy gozaban de una gran posición económica y compartían negocios juntos, pues la amistad entre las familias venía de tiempos atrás, ello no implicaba que su forma de vivir fuese igual.

Dio un gran suspiró y con el ceño fruncido pensó-"en que me he metido"-mientras subía las escaleras en dirección a su recamara.

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Abrió los ojos lentamente, el sol entraba por la enorme ventana que había al lado de su cama. Pestaño varias veces hasta poder acostumbrarse a la luz, y sin poder contenerse dio un largo y sonoro bostezo.

-Buenos días-escuchó una conocida voz hacia su espalda. Se giró para comprobar que no sé había equivocado, y ahí en frente de él, recostado en el marco de la puerta, se hallaba un adolescente de piel tan clara como la nieve, cabellera rubia, brillante y  hermosos ojos grises.

-Hola, Draco-saludó sonriente, mientras se colocaba sus pequeñas gafas

-Eres un perezoso-le regaño divertido

-¿Mamá y papá?-preguntó  no sin antes entrecerrar los ojos en clara señal de que no le había gustado el comentario del mayor.

-Ya se fueron, y por esta semana yo estaré a cargo-explicó tranquilo-hay una carta en tu mesa de noche que dejaron ellos, explicándote todo y el desayuno está servido, así que no demores en bajar-sentenció antes de girarse e irse escaleras a bajo.

-"Siempre tan mandón"-pensaba mientras inflaba las mejillas haciendo un gracioso puchero.

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-Mamá y papá dicen que te haga caso en todo-decía animadamente mientras comía su tostada

-Que sabios-comentaba con egocentrismo, mientras dejaba mostrar su sonrisa de superioridad

-Pero que vanidoso-comentó bajito

-Te escuche-amenazó el mayor

-¿Y qué, piensas castigarme?-preguntó divertido

-Me caes mal-se limitó a  decir, pues la verdad era que siempre había querido mucho a ese "pequeñín".

Los padres de Harry James Potter y Draco Lucius Malfoy, habían sido desde sierpe los mejores amigos, por lo que una vez que Lily, Lames, Lucius y Narcissa habían terminado los estudios, se casaron y fundaron una sólida empresa como socios. Es así que años después Lucius tiene a su heredero Draco y casi seis años después James ve nacer a su primogénito, al que llamaría Harry. Desde entonces ambos chicos habían crecido como hermanos, y aunque sus padres siempre habían tenido que salir de viaje, nunca se habían quedado juntos, esta era la primera vez, y también era la primera vez que el rubio tenía que hacerse cargo de alguien mas que no era él.

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-¿Ya te cepillaste?-preguntó divertido, mientras seguía leyendo amenamente su libro de ciencias políticas recostado apaciblemente en el sofá.

-Sí mi coronel-respondió un divertido moreno, haciendo ademanes con las manos.

-Bien, ahora ve a dormir que ya es tarde-continuaba leyendo el mayor

-Pero aún no me he bañado-refutó un triste pequeño

-¿Y qué esperas?-preguntó levantando la mirada hacia Harry

-Bueno es que...es un secreto-respondió a media voz, agachando la mirada.

-No entiendo-negó descolocado el mayor

-Es que... ¿prometes no decirle a nadie?-sonrió

-Bueno...

-Ya sé que soy un niño grande-empezó a  explicar con el pecho hinchado de orgullo, a lo que el rubio no pudo más que disimular las ganas de reír-pero...mi mami...aún me baña-terminó sonrojado

-¿eso es todo?-preguntó aún sin entender

-¿no te vas a burlar porque mi mami me bañe?-preguntó con un puchero de lo más adorable, según la opinión del Malfoy

-Mi madre creo que me baño hasta las cinco, ciertamente, pero que te sigan aseando no tiene nada de malo-explicó tranquilo

-gracias-sonrió de oreja a oreja

-venga, que no es para tanto

-entonces...me haces un favor-preguntó sonrojado

-dime

-¿me podrías bañar?

-"maldición"-fue lo primero que se le vino a la cabeza-"¿Cómo demonios piensa que lo voy a bañar?, Merlín dame paciencia"-rogaba de mal genio-ok-"¿ok, si serás imbécil Draco?, y tan entretenida que estaba tu lectura"

-Te espero en la tina entonces-dijo con picardía, mientras subía casi corriendo las escaleras

-"Es tan mono"-pero que idioteces estoy pensando-discutía consigo mismo.

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-tallare tu espalda, ¿ok?

El moreno por toda respuesta tan solo se limitó a asentir.

-Bien-suspiró un cansado rubio mientras cogía la esponja y empezaba a tallar la espalda del pequeño-ahora el jabón-suspiro pensando en "como demonios termine haciéndolo, tú y tu lado amable Draco"

-Se siente bien-ronroneo el menor.

El mayor sin saber porque empezó a sentir que las mejillas le empezaban a quemar, solo suspiró y continuó con su labor.

-Draco, ¿estás bien?-preguntó al notar el sonrojo de su "casi" hermano  mayor.

-ermmm....si-respondió algo cabreado

-Bueno...

-ya acabe-anunció mirando hacia la puerta, como intentando esconder su sonrojo, que en su blanquecina piel era mas que notorio

-Pero...aún no me haz bañado todo-se quejó el menor, señalando sus piececitos y bracitos

El Malfoy haciendo uso de todo su autocontrol, se limitó a rodar los ojos y a asentir-bueno párate-ordenó de mal genio

El menor obedeció, y al instante Draco se maldijo a si mismo por haberle pedido eso, pues ante sus ojos tenía un pequeño y delgado cuerpecito totalmente desnudo. Y por muy idiota que se sintiera no podía dejar de mirar la entrepierna del menor.

-"¿Qué demonios me pasa?"-se reprendió a si mismo aun sin poder dejar de mirar

-¿Es pequeño verdad?-preguntó una inocente voz, que lo sacó de sus cavilaciones

-¿A qué te refieres?-preguntó mirándolo a los ojos

-A mi "amiguito"-señalo sonrojado

-Esto...está bien para tu edad-dijo tranquilo, aunque se sentía un completo depravado mirando de esa forma nada sana al menor

-Mis amigos dicen que es muy pequeño

-¿pequeño, para qué?

-Para...bueno no sé cosas de grandes, dicen-explicó restándole importancia

-"¿Pero qué les enseñan a los niños de hoy en la escuela?"-se preguntó confundido

-Mi amigo Jimmy, dice que una vez su primo se la toco

-¡Qué!-gritó sin poder contenerse

-shiffffffff...-el indicó que se callara indico poniéndose un dedo en la boca-es un secreto, Draco

-ok-asintió más bajo, pero aún muy cabreado

-Es que...dice que lo hizo para medir que tan largo era

-Pero...

-Yo nunca lo he hecho, porque no sé como se hace-explicó sonrojado

-Basta con que sepas, que su tamaño es el ideal-asintió intentando cambiar el tema-y ahora será mejor que yo...

-¿Me ayudarías?

-¿Ayudarte?

-Sí, es que mis amigos siempre me dicen que es muy pequeño, y no puedo defenderme porqué no se cuanto mide-explicó haciendo un puchero e hinchando los cachetes

-Es...esta bien-"¿Pero en que demonios piensas Draco?, solo lo ayudare, ¡Solo lo ayudare!..."

-¿Cómo se mide?

-Esto...pues....

-¿...?

-traeré una regla-dijo girándose y saliendo casi corriendo de la habitación-"¿Traeré una regla?, si seré imbécil, idiota, tonto, estúpido"-la encontré-sonrió al hallar una regla de 30 cm sobre el escritorio de la habitación del menor-"¿la encontré?, oie Draco tú piensas, ¿o ya no tienes cerebro?"

-¿Draco?-llamó el menor interrumpiendo sus pensamientos

-Sí, ya voy-anunció regresando al cuarto de baño-toma-dijo extendiéndosela

-Ok-tomó la regla con una mano, mientras con la otra tomaba su pene e intentaba levantarlo para medirlo, pero no podía medir y sostener su pene al mismo tiempo.

Sin saber cómo ni el por qué el rubio se hallo caminando en dirección al menor, y a pesar de correr el riesgo de mojarse, se coloco tras del pequeño, tomo con sus manos el miembro de Harry y acercándose a su oído susurró-ahora puedes medirlo-el menor se estremeció al contacto, pero sintió una calidez en las manos del mayor que le gusto. Por lo que sonriendo tomo la regla y empezó a medir.

-8, no 9 cm, mmm casi diez-comentaba tranquilo

-Te dije que estaba bien para tú edad-decía un tranquilo rubio aún cogiendo al menor

-¿Tú crees?

-Te lo aseguro

-Bueno

-y verás que cuando te excites crecerá más

-¿Crecerá más, excitarse?-preguntó animado

-"No Draco si con esto ya rompiste el record de imbecilidad, como se te ocurre que le vas a explicar eso a un niño de 9 años"-esto...cuando seas grande lo entenderás-"¿Cuándo seas grande?, eso ni yo me lo creo, con los amigos que tiene no me sorprendería que pasado mañana ya perdiera su virginidad, espera un segundo, como que virginidad, a no a Harry nadie lo toca, ¿estoy celoso?, una mierda con eso, es solo que lo veo como mi hermano menor, eso es todo"

-¿porqué los adultos siempre dicen eso?-preguntó con voz inocente y triste

-porque todo se debe dar a su tiempo-concluyo tranquilo

-enséñame-pidió con ojos llorosos-¿cómo es que crece y que es excitarse?

-Es que...no es algo teórico...-intento evadir el tema

-¿Es un juego?

-no

-¿Es algo que se come?

-No

-Ahhh...-el menor lanzó un gemido, pues el rubio sin poder soportarlo y sin saber le porque había empezado a mover sus manos que se encontraban aun sujetando el pene del menor, las movía lentamente hacia arriba y hacia abajo, en un suave compas que era acompañado de los estremecimientos y gemidos quedos que soltaba el menor.

-Draaaa...co.....-respiraba hondo

-Esto...-suspiraba entrecortadamente al sentir como el pequeño y húmedo cuerpo debajo de él se retorcía de placer, con una mano sujeto por la cintura al menor para que no callera pues sus piernas apenas y lo mantenían en pie-se....llama....excitarse...-suspiró hondamente

-Siento....como....siiiiiiiiiii.....ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh...meeeeeee........hiciiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiahhhhhhhhraaaaaaaaaaa- gemía a mas no poder el menor

-Aún no-susurro Draco aun masturbando al pequeño-aguanta un poco mas-ordeno mientras apretaba la punta de la erección del más joven

-Ahhhhhhhhhh

-Un poco más, Harry-pidió

-Draco....

-Harry....

-Ahhhhhhhhhhhhhhh-gimió alto y se vino sin poder resistir más, manchando las manos del mayor

-lo...lo siento-se disculpo, mientras casi caía a la tina si no hubiese sido por que se encontraba sujeto por Draco.

-no pasa nada-dijo tranquilo-ahora ya sabes que es excitarse y si te diste cuenta tu pene creció a eso se le llama ponerse erecto, eso es normal-dijo restándole importancia-ahora terminemos de bañarte y a dormir-dijo tranquilo, aunque por dentro estaba mas que nervioso y su "amiguito" también se hacia presente reclamando atención urgente.

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-Si papi, no te preocupes Draco me está cuidando bien-decía un pequeño moreno mientras hablaba por el celular al tiempo que tomaba un "nutritivo desayuno", como solía decir el heredero de los Malfoy.

-No papá, no haré ninguna fiesta en está casa, que si que ya sé que no es mía, no, no veré a Blaise está semana, si ya sé que no es buena compañía, sí ya sé que solo piensa en divertirse, ok, ok, si, ya-hablaba al otro lado de la mesa y desde su celular de última generación un fastidiado Draco-bueno adiós-cortó un poco enojado.

-Sí mami me portaré bien, cuídate mucho-se despedía dulcemente el menor.

-ya escuchaste, debes hacerme caso-decía un divertido rubio, mientras comía una tostada

-no digo nada porque en fin, bueno y que haremos hoy, yo quiero ir al parque a jugar fútbol

-¿Tengo otra opción?

-No

-Ok, vamos-sonrió de medio lado

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-9 goles a 0, voy ganando-decía un orgulloso moreno

-"Sólo porque te deje hacerlo"

-¿Jugamos otra partida?

-¿6 de 10?

-Sí-gritó emocionado

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-¿Draco?-llamó una más que conocida voz

-¿Qué pasa?-preguntó entre sueños

-No tengo sueño-se quejó

-Cuenta ovejas y verá como te duermes

-Ya llegue a 500 y aún estoy despierto-se quejó

-"Estos críos y su energía"-pensó malhumorado, mientras se tapaba más con las frazadas

-Bueno, puedo quedarme a dormir contigo-pidió con ojos de niño bueno

-No-dijo cortante

-Por favor

-No

-Ok-y sin más cerró la puerta tras de sí y acercándose lentamente a la cama, se metió en ella y se cobijo con las frazadas, se giro para ponerse a la altura de su compañero y se abrazo a él de la cintura-buenas noches, Draco-suspiró tranquilo

-¡Harry, sal de mi cama!-gritó sobresaltado

-No quiero-se negó rotundamente

-Harry....

-No

-....

-No, por cierto Draco, ¿tú también te excitas?

-¡Qué!-gritó alarmado

-Shiff no grites solo fue una pregunta, sino quieres responder está bien

Draco por toda respuesta solo se quedó mirándolo fijamente pero totalmente pálido.

Por otro lado el menor tuvo una mejor idea, y sin decir ni una palabra más se pegó más al cuerpo de su némesis y empezó a juguetear traviesamente con el buzo que llevaba puesto el mayor para dormir, lentamente fue metiendo una manita por él.

-Harry, saca es mano de ahí

-No quiero-se negó el menor

-te he dicho que...ahhhhhh-gimió sin poder contenerse al sentir como el menor tocaba tímidamente la punta de su ya prácticamente erecto miembro.

-¿tú también te excitas, Draco?-preguntó sonrojado

-...-por toda respuesta el mayor se limitó a tomar aire y haciendo uso del poco autocontrol que le quedaba, retiro la mano del menor, se arreglo rápidamente y salió casi corriendo de la habitación.

-Dra...-susurro un triste morenito

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Por culpa del pequeño niño, el primogénito de Lucius Malfoy se había pasado casi toda la noche en la ducha, parado debajo de la regadera, peleando con las enormes ganas que tenía de regresar a su alcoba y hacer suyo al Potter.

-"maldición, maldición, maldición, esto es imposible de solo pensar en lo de la otra noche y lo de ahora, por Merlín, y tú"-pensó bajando la mirada-"deja de endurecerte cada vez que pienso en ese pequeño, ¡podría ser mi hermano!, ¡pervertido, imbécil, pederasta!, maldición, ¿y si llamo a Blaise para que me ayude con este problema?, no mejor no, seguro que hasta se le ocurre hacer un trío con el gatito, ¿gatito?, ¡maldición Draco, que no es tu mascota sexy!, ¿sexy?, bueno si ese cuerpecito tan delicado, con ese pequeño miembro y esos labios que me piden ser devorados, ¡eres idiota o ¿qué?, tan solo tiene nueves años, NUEVE AÑOS!, pero es tan precoz, ¡precoz, una mierda, concéntrate Draco, eres un Malfoy, a dónde diablos se ha ido tu autocontrol!..."-casi toda la madrugada fue la misma historia, se sentía un completo tonto por estar peleando consigo mismo mientras las frías gotas de agua envolvían su desnudez.

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-¿rubito?-preguntó una tímida voz, dejando asomar la cabeza al marco de la puerta de la cocina.

-No me llames así-pidió de mal genio, mientras bebía la segunda taza de café de la mañana

-Esto...

El rubio, al darse cuenta que el pequeño estaba a punto de tocar el tema "prohibido", como había decidido catalogarlo, prefirió cambiar de tema al instante-no sabía que querías, así que hay tienes tus cereales, el yogurt está en la refri y la leche también está servida-sentenció, mientras se ponía de pie, tomaba la tasa de café y salía de la habitación

-¿A dónde vas?-preguntó tímidamente el niño, dejando denotar en su voz que se encontraba triste por la actitud del rubio, y es que toda la noche, si bien el pequeño había regresado a su habitación, casi no había podido dormir pensando en que había cometido un delito y que por ende, Draco, la persona que más admiraba y quería le dejaría de hablar, eso por sobre toda las cosas, era lo que más temía.

-A la sala-respondió el mayor

El menor vio como se alejaba su amigo, lo siguió con la mirada, y mientras veía como desaparecía de su vista, sintió como unas lagrimas empezaban a emanar de sus ojos-lo siento...-susurro muy bajito.

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Habían pasado casi dos horas desde que Draco dejará al de ojos verde esmeralda desayunando, y desde entonces no lo había vuelto a ver, no es que se preocupara, por qué después de todo un Malfoy nunca se preocupa por nadie que no sea el mismo, pero había algo que le decía que debía ir a ver al pequeño, y por extraño que pareciera, sentía que debía pedirle perdón por tratarlo de esa manera tan fría.

-"idiota, solo es un niño, ellos se demoran en comer hasta un caramelo"

Pensaba intentando de ese modo absurdo convencerse que no había echo nada malo, pero no podía, y por más que lo intentó no lo logro. De ese modo y sin ser consiente se encontró parado en el marco de la cocina, mirando al interior, puesto que en medio estaba la mesa de desayuno. Y hay lo vio, el pequeño que se suponía era su responsabilidad durante toda una semana estaba sentado frente a su desayuno, que se encontraba intacto, con la cabeza gacha, las gafas puestas es su regazo, sus pantalones se encontraban con pequeñas manchas de agua, por lo que el mayor pudo concluir que el pequeño había estado llorando. Y ello le desgarro el corazón pues sabía a ciencia cierta que esas lágrimas habían sido por su culpa.

-Harry...-llamó entrecortadamente, pero el menor no alzó la cabeza, aunque el mayor supo que le estaba escuchando ya que vio el claro estremecimiento que sufrió el Potter al escuchar su voz-¿porqué no haz comido?

-Prometo no volver a hacerlo-dijo con voz llorosa el menor, aún con la cabeza gacha

-¿hacer qué?-preguntó sin comprender

-lo...que hice anoche-respondió alzando la cabeza, y dejando ver como sus enormes ojos se encontraban hinchados y sus mejillas húmedas por las lagrimas.

-"es tan tierno"-no tienes que prometer nada-hablo mientras se acercaba al lado del menor

-pero...tú te enojaste

-no me enoje-negó parándose a su lado e inclinándose para quedar a la altura del menor lo besó en la frente-es complicado-terminó

-¿por qué?-preguntó más tranquilo, mientras se ponía las gafas

-Es que...yo tuve la culpa-explicó Draco-porque no debí enseñarte a hacer algo que no es para tu edad-explicó mientras con un mano limpiaba el rostro del pequeño

-pero... ¿a qué edad entonces?

-No lo sé-respondiendo, sintiéndose totalmente tonto al no tener respuesta a aquella pregunta

-¿a qué edad te enseñaron a ti?-preguntó con inocencia, observando con curiosidad el leve sonrojo que provocó su pregunta en el Malfoy

-Esto...-titubeó un segundo-digamos que no fue hace mucho-decidió responder

-¿para qué sirve?-continuó interrogando

-bueno...cuando una persona quiere mucho a otra lo hace para que la persona que quiere se sienta bien-"genial Draco y luego que dirás, ¿la abeja viene y coloca la semillita en la flor?"

-Pero...yo te quiero-dijo sonriente-y muuuuuuuuuucho

El rubio no pudo evitar sonrojarse y sin poder contenerse le dio un beso en la frente y otro en la mejilla, muy cerca de los labios, provocando un notorio sonrojo en el menor.

-Yo también-dijo tranquilo, mientras luchaba consigo mismo para no terminar besando al pequeño-pero no es esa clase de cariño

-¿A no?

-no, es un cariño tan fuerte que se le llama amor, es como lo que sienten nuestros padres

-Pero... ¿cómo sé que amo a alguien?

-Buena pregunta...-musitó, mientras el mismo intentaba pensar que responder, pues desde su perspectiva el nunca se había enamorado. Si bien era cierto ya había tenido sexo, pero eso nada mas, y todo porque Blaise había querido "descubrir" como era tener sexo con alguien, y se le había ocurrido que quien mejor que su mejor amigo para ayudarlo a descubrir, claro que el seme fue el rubio pero eso no había sido amor, entonces ¿cómo sabes cuando amas?-creo...-musitó recordando lo que su madre le hubiese dicho cuando tenía casi la misma edad de su pequeño-que te das cuenta que amas a alguien cuando sientes alegría estando a su lado, si no lo tienes contigo te pones triste y eres feliz cuando él o ella es feliz-terminó.

El pequeño lo miro con interés, y sin previo aviso besó en la mejilla al mayor-entonces...-murmuró bajito-Draco-llamó sonriente

-¿Qué?-preguntó el susodicho poniéndose de pie

-¡te amo!-gritó emocionado abrazándose a su cintura.

-¡¿Qué?!-gritó asustado por tal confesión

-Sabes, yo me alegro cuando te veo, es que te quiero mucho, y cuando te vas y me dejas solito me siento triste, y me gusta verte contento-explicó inocentemente

-Pe...pe...-balbuceada aún en shock

-¿Tú no me amas?-preguntó separándose y con ojitos llorosos

Draco se sintió entre la espada y la pared. Por un lado si le decía al moreno que no, evitaría que el menor arruine su vida pero éste no dejaría de llorar y lo más probable era que lo odiara de por vida y eso él no quería. Y por otro lado si el decía que sí lo más probable es que le diera esperanzas y tampoco quería que se sintiera mal cuando descubra que él, Draco Malfoy, no era capaz de amar-"¿Qué hacer?, bueno Draco se firme dile que no"-sí-"¿qué?"-yo también te amo-concluyó

El morenito sonrió ampliamente y se abrazó a la cintura del mayor-Entonces... ¿puedo excitarte?-preguntó muy contento

-Esto...sobre eso-decía mientras intentaba ganar tiempo, mientras pensaba en como evadir ello, por más que quisiera sentir de nuevo las manitas inexpertas de su ahora pequeño-no deberías pedirlo de esa manera, no es algo para que vallas preguntando por ahí, se supone que si en una pareja hay amor, eso se da simplemente-explicó inseguro

-Entendido, entonces hagámoslo-dijo mientras empezaba a bajar el cierre del mayor

-Harry, espe...-no pudo continuar pues el menor alzo la mirada, y lo vio con una mirada triste que claramente decía ¿acaso no me amas? Sin poder contenerse asintió y suspirando hondamente dijo-vamos a mi cuarto.

El menor asintió y tomando de la mano al rubio se dejó guiar escaleras arriba.

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El camino se le hizo largo, cada paso era como cargar un peso más. Su cabeza y su cuerpo luchaban por ver quien ganaría, si su razón o su insaciable hambre de sexo, porque para él eso era lo que era sexo y nada más, porque él no sabía lo que era amar y mucho menos hacer el amor.

Llegó a la puerta y la abrió.

Entraron en silencio.

Caminó lentamente hasta la cama y se recostó. No estaba seguro de por qué lo hacía, pero algo muy dentro de él le decía que esta vez su cuerpo había ganado.

El menor se recostó a su lado.

Se miraron largamente.

Fue el menor el que dio el primer paso. Desabrochó el botón de los caros jeans de su némesis, bajo el cierre, y empezó a introducir su manita dentro del pantalón. Hizo un gracioso puchero al darse cuenta que el rubio llevaba bóxers, y lo miró como pidiéndole que se los quitara. Éste asintió y lentamente se fue quitando el pantalón para continuar con los bóxers, quedando recostado solo con camisa.

El de ojos esmeraldas se quedó mirando hipnotizado el gran miembro del rubio, que demostraba que ya estaba erecto.

-Es  por mi edad- explicó el mayor, entendiendo la mirada del pequeño.

El Griffindor asintió y estirando las manos, empezó a tocar tímidamente, primero la punta, luego toda la extensión. Una vez entro en confianza, y estando seguro que el rubio no saldría corriendo, empezó a mover lentamente de arriba abajo, lo que le pareció una tortura al mayor, que no estaba seguro de poder resistir tanto encontrándose a merced de su gatito, que era como mentalmente había decidió llamarlo.

Las expertas manos del rubio tomaron las pequeñas, y empezaron a guiarlo en la labor, conforme pasaban los segundos empezó a aumentar la velocidad, hasta que sin poder contenerse empezó  gemir por lo bajo, ya que algo muy dentro de él le decía que debía controlarse pues no era dable que un Malfoy se viera a total merced de un niño de tan solo nueve años.

Harry estaba extasiado por lo que veía, pues tenía a su casi hermano recostado, gimiendo de placer por las "caricias" que él le daba, y quería creer que él era el único que hacia sentir así a su "rubito". Pero grande fue su sorpresa cuando las expertas manos del mayor lo saltaron y rápidamente se dirigieron a él, quitándole los pantalones y calzoncillos de conejitos.

El mayor tomo la pequeña erección de su gatito y empezó a masturbarlo.

La habitación se lleno de gemidos de placer de ambos; Draco miraba con lujuria al pequeño y éste inconscientemente también lo hacía.

Sin poder contenerse el mayor se acerco al pequeño, retiró las gafas que aún llevaba puesto y lo besó. Al inicio empezó a guiar al morenito; pronto los pequeños e inexpertos labios lograron seguirle el ritmo, entonces lentamente empezó a lamerle el labio inferior pidiéndole sutilmente permiso para entrar y descubrir esa cavidad, a lo que el permiso fue concedido, dejando entreabierta su boquita.

El rubio estaba maravillado, tenía al niño a su total merced; mordisqueo suavemente su lengua, logrando que el pequeño gimiera muy alto, siguió jugueteando con esa cavidad antes virgen y ahora siendo totalmente explorada por él, hasta que hubo de separarse por falta de aire.

El pequeño lo miró hipnotizado, mientras Draco logro pronunciar-Harry...-al tiempo que se venía manchando el vientre del menor y parte de su polo, cuello y rostro.

Mientras tanto el pequeño sin poder contenerse gritó-te amo...-y se vino en la mano de su némesis.

El rubio lo miró intensamente mientras intentaba recuperar el aliento y la cordura ante las últimas palabras del Potter, que lo miraba sonrojado y con clara evidencia de estar muy agotado.

Sin saber porque le dio un beso el la cabeza y tomando sus ropas salió del habitación.

-¿A dónde vas?-preguntó el pequeño, antes que el rubio pudiese cerrar la puerta tras de sí

-Necesito tomar un baño-comentó tranquilo, girando el rostro para sonreírle al pequeño-y tú deberías hacer lo mismo-agregó apaciblemente

El de ojos verdes hincho los cachetes y dijo-ya sabes que me tienes que bañar.

-Lo sé, lo sé, bueno entonces cuando regrese lo haré, ¿vale?-preguntó amistosamente

-Ok, pero no te tardes-pidió el pequeño

-Lo intentaré-susurro por lo bajo mientras pensaba que necesitaría una ducha con agua helada pues con el solo pensar que bañaría a su pequeño se había vuelto a poner a mil.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Ya regrese-anunció tranquilo, al entrar a su habitación media hora después, pero no obtuvo respuesta. En cambio tuvo la vista más "angelical" que hubiese visto antes.

En su cama se encontraba el pequeño, apaciblemente dormido, llevaba puesto tan solo una camiseta, que Draco reconoció como suya; regado en el suelo estaban sus ropas incluyendo sus calzoncillos de conejitos, por lo que el mayor dedujo que su pequeño no llevaba puesto nada debajo.

Por alguna extraña razón sonrió, y acercándose lentamente lo cargo en brazos. El pequeño se movió un poco y aún en sueño susurro el nombre del rubio. El mayor no pudo mas que sonreír nuevamente y pronto se encamino a la recamara del Potter.

Lo dejo tendido sobre su cama, mientras él fue a traer una cubeta y una toalla para limpiar al pequeño.

Una vez echa su tarea, arropo al pequeño que aún seguía dormido, y dándole un casto beso, sin nada de malicia, ni lujuria, lo dejo dormir, mientras el se iba  hacer lo propio en su cuarto.

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La habitación estaba en total silencio, en una esquina se podía observa la cama de casi tres plazas y sobre ella un bultito, que no era otro que el dueño de aquélla habitación. Draco Malfoy se hallaba durmiendo plácidamente.

La luz de la luna entraba por la ventana, dándole directamente en la cara, lo que lo hacia ver a los ojos de cualquiera, a un hermoso ángel. A un lado y sobre la mesita de noche, el reloj marcaba las once.

Abrió lentamente los ojos.

-"Que sueño tan real"-pensó mirando anhelante hacia la ventana-"si se hiciera realidad, sería un problema, pero aún así..."-miró hacia ambos lados de su cama, y se sintió extraño pues hasta hace unos días sentía que era ideal para él, pero ahora sentía que era demasiado grande para él solo, sentía que le faltaba algo. Algo pequeño, frágil y que había puesto de cabeza toda su vida en esos últimos tres días.

-¿Draco?-llamó una tímida voz, interrumpiendo sus pensamientos, desde el otro lado de su habitación, y fue entonces cuando el rubio fue consiente que no se encontraba solo.

En una esquina oscura del cuarto, sentado sobre la silla de su escritorio se encontraba un pequeño moreno en pijama, mirándolo dulcemente y con una enorme sonrisa en los labios.

-¿Hace mucho que estás ahí?-preguntó sorprendido

-Media hora creo-explicó tranquilo-hace poco que me levante.

-Me hubieses despertado para que te prepare la cena-decía mientras se sentaba en la cama con la espalda apoyada en la pared.

-No tengo hambre-negó el adorable niño

-Si no comes te quedarás enano-dijo casi riendo

-¿pero me amas así, no?-preguntó con inocencia

El heredero de los Malfoy, tragó con dificultad pero asintió. Mientras tanto el pequeño se había acercado y ya se estaba acomodando a su lado en la enorme cama.

-¿Qué haces?-preguntó desencajado

-¿Puedo dormir contigo?-pidió ilusionado

El rubio pensó que lo mejor era dormir separados-"lo más alejados posibles"-pero como en los últimos días termino asintiendo al pedido del pequeño.

El morenito, por toda respuesta muy sonriente se acercó al mayor y le dio un casto beso en los labios que dejó al rubio totalmente fuera de sí.

-Buenas noches-dijo dulcemente mientras tomaba las sabanas y cubría con ellas al mayor y a él mismo.

-¿Aún tienes sueño?-preguntó tranquilo mientras lo veía acostarse.

-Me dejaste muy cansado-respondió tranquilo, mientras por la cabeza del mayor iban pasando mil recuerdos al instante, y sin poder evitar mirar al niño y recordar el rostro extasiado de hacia unas cuantas horas se abalanzo sobre el y pronto se encontró con un brazo a cada lado de la cabeza del niño, sus piernas a cada lado de las del menor imposibilitando todo movimiento, mientras su boca empezaba a juguetear con los labios del moreno, que se entregaba con alegría al mayor.

Draco estaba totalmente fuera de sí, solo podía recordar los momentos vividos hacia solo unas horas, y no podía dejar de pensar que su cuerpo no había quedado satisfecho, y pronto se dio cuenta que nuevamente su cuerpo le había ganado a su cabeza, ya que sin poder controlar sus movimientos se encontró rozando descaradamente sus caderas contra las del menor que ya empezaba a gemir mientras sus mejillas se tornaban color carmín.

Sus manos tenían vida propia, una había pasado a meterse debajo de la playera del pequeño, buscando contacto con esas tetillas que había visto, no solo en sueños.

Sus labios pasaron a besar todo el rostro del niño, y poco a poco fueron bajando peligrosamente hasta su nuca, lentamente empezó a besar esa sensible zona, y poco a poco esos besos se convirtieron en succiones, que lograban que Harry gritara el nombre de Draco una y otra vez como si estuviese poseído.

Mientras el mayor alejándose un poco del menor pero sin perder contacto visual, observaba con atención la "obra maestra"  que había echo, al dejar mas de una marca en el cuello del Griffindor; luego se decidió continuar, mientras sus manos empezaban ya a quitarle completamente la playera al pequeño, dejando su dorso moreno totalmente al descubierto a la par que sus caderas seguían moviéndose descontroladamente pidiendo atención.

El moreno lo miraba con sus hermosas esmeraldas totalmente brillantes, los labios color carmín entre abiertos, pidiendo ser devorados, las mejillas totalmente sonrojadas y unas hermosas tetillas de chocolate pidiendo ser probadas. El rubio no pudo resistirse ante tanta maravilla y pronto empezó a mordisquear la tetilla derecha mientras pellizcaba la izquierda, haciendo que Harry gritase más descontroladamente, si era posible.

La mano libre del mayor empezó a bajar los pantaloncillos del menor, y pronto empezó a tocar la erección del pequeño sobre la tela de los calzoncillos, provocando espasmos incontrolados en el pequeño.

Sin quitar la ropa interior al Potter, su mano se dirigió a la parte trasera, y se dedicó a apretar esas nalguitas color chocolate, tan suaves al tacto. Era imposible describir el sin fin de emociones que estaba sintiendo el mayor.

Pronto empezó a tocar la entrada del pequeño y fue entonces cuando Harry gritó sin control, viniéndose sobre ambos, manchando parte de su dorso a causa de que aun no estaba totalmente desvestido.

El rubio lo miro sorprendido, cayendo en cuento de lo que estaba haciendo y muy asustado se alejo rápidamente, y es que se dio cuenta que había estado a punto de violar al pequeño, y lo que menos quería en ese momento era hacerle daño-"no otra vez, maldición"-pensó mientras lo miraba desde el borde de la cama. Se sentía sucio por lo que había estado a punto de hacer.

-Draco, no te vallas-pidió el pequeño, mirándolo muy asustado

-Harry...esto no es correcto-intento disculparse torpemente el mayor-"y se supone que debo cuidarte"

-¿Esto también lo hacen las personas que se aman?-preguntó con lagrimas que amenazaban con salir de sus hermosos ojos.

El rubio asintió, sintiéndose el ser más despreciable del planeta.

-Eso pensé...continúa por favor-pidió casi al borde del llanto-no te vallas, no me dejes solo otra vez-pidió tristemente mientras se sentaba en medio de la cama.

El rubio no sabia que hacer, se sentía miserable, al ver así a ese angelito, tan vulnerable pidiéndole que continúe, pidiéndole indirectamente que lo posea, era como en sus sueños, y su cuerpo le pedía a gritos que le hiciera caso, pero él era un Malfoy, y como tal tenía que controlarse, y así fue. Por primera vez en lo que iba de esos tres días pudo hacer uso de su autocontrol, caminó directo al pequeño y lo abrazo. No fue una abrazo cualquiera, sino que para Draco significaba la forma de pedir disculpas por todo lo que le estaba haciendo a ese niño, era la manera que tenía de decirle cuanto lo apreciaba por ser quien era, era al fin de cuentas, la primera muestra de afecto real que daba el heredero de Slytherin a alguien que no fuese él mismo.

-Rubito-llamó dulcemente el pequeño

-¿Qué?-preguntó separándose un poco el rubio, para poder observar detenidamente al pequeño

-Continúa...

-¿Si te lastimo?-preguntó, intentando desanimarlo

-Sé que tú nunca me harías daño-sonrió mientras se limpiaba los ojos.

El rubio asintió preocupado y pronto lo empezó a besar nuevamente, pero esta vez era un beso dulce, sin lujuria de por medio-"El me lo pidió, pero no será hoy"-pensó mientras recostaba al pequeño nuevamente en la cama, y empezaba a besar su dorso muy lenta y suavemente, disfrutando de cada contacto, de cada roce de sus labios con esa virginal piel.

Bajo hasta su entrepierna, a la que le repartió muchos besos, aun sobre la tela, ante la mirada de sorpresa del pequeño. Empezó a lamer por encima de la tela, succionó dejando al ojiverde sin aliento. Hasta que se decidió y le quito completamente los blancos calzoncillos.

Empezó a masturbarlo, lenta y suavemente, mientras mordía sus tetillas, para volver a bajar y enseñarle al pequeño lo que era un "mamada al estilo Malfoy".

Succiono hasta que el pequeño se vino en su boca, y mientras subía a besarlo y darle de probar de su propia semilla, tuvo que abrirse los jeans para darle un poco de atención a su "amigo".

Grande fue su sorpresa cuando sintió unas manitas inexpertas que empezaban a masturbarlo.

No tardo mucho en venirse sobre el pequeño, que tocando con su manita el semen que cayera en su rostro, se la metió a la boca y empezó a chupar cada uno de sus dedos, esa desde el punto de vista de Draco era la escena más sexy que había visto en su vida, y aunque para él también sonara extraño, deseaba que se repitiera, solo para él, el resto de su vida.

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Había dormido lo que le pareció siglos, despertó fastidiado por la luz del sol que le daba directamente en los ojos. Claro que pronto esa molestia desapreció, al notar cierto cuerpecito tibio que estaba a su lado.

El timbre del celular empezó a sonar y muy a su pesar tuvo que salir de la cómoda posición en la que se encontraba para contestar.

-Diga-dijo enojado al encontrar su mobile en el bolsillo de su pantalón que estaba tirado en el suelo.

-Un Malfoy siempre responde al instante-decía la voz de su padre al otro lado de la línea

-Sí, lo que tú digas-agregó de mala gana

-¿Cómo va el cuarto día en la casa de los Potter?

-Bien, todo tranquilo

-¿ninguna novedad?

-Bueno, ayer fuimos a jugar futbol

-Asumo que Harry te ganó, puesto que tú en ello eres un desastre-comentó su irónico padre

-Mira papá, que mi equipo en la escuela allá perdido un partido no quiere decir que yo sea malo jugando-refutó un enojado rubio, mientras se alejaba lo más que podía de la cama, procurando no despertar al menor con sus peleas familiares

-Si mal no recuerdo, tú fuiste el que falló el gol-refutó su padre

-¡Por Merlín, tenía el tobillo hinchado!

-Excusas

-Lucius, deja de reprender a tu hijo, que nadie se queja que por tu culpa James y tú perdieran el partido de la final en el penúltimo año de la escuela-se escuchaba la voz de su madre

-¡Narcissa!

-Ya dame el teléfono-ordenó la mujer

-¿Mamá?-preguntó un divertido rubio, puesto que acababa de ganarse con cierta información que podría usar en contra de su progenitor a la larga.

-Hijo, ¿cómo están tú y Harry?

-bien mamá

-¿Qué están comiendo?

-Pues comida saludable

-¿no será pizza, no?

-no mamá, estamos comiendo lo que yo cocino

-¿Y Harry no a muerto?-se escucho la voz de su padre

-No, porque como dije yo cocino, no tú papá-ironizo el rubio

-Espera que regrese-amenazó su padre

-ya basta los dos-sentenció la Sra. Malfoy-bueno Draquito, si todo esta bien me despido, que dentro de media hora tenemos una junta importante, seguro Lily llamará luego a Harry, cuídense mucho

-Lo haremos-y así culminó la conversación.

El rubio entonces se giró para ver a su angelito, que para su sorpresa ya se había levantado y lo miraba con una enorme sonrisa en los labios.

-¿Eran los tíos?-preguntó

-Sí, y te envían saludos-confirmó el mayor

-¿Dijeron algo de mis papás?

-Que llamarían dentro de un rato y que en media hora tenían una junta

-Ya veo... ¿Qué desayunaremos?, ¡me muero de hambre!-se quejó al tiempo que le rugía la barriga. Por lo que el mayor no pudo evitar dejar escapar una risita

-No te rías-dijo inflando los cachetes

-ok, ¿quieres un emparedado?

-Si, de pollo y otro de atún o mejor los dos en un solo emparedado pero que sea enorme-decía sonriente

-¿no es una mezcla peligrosa?

-No, mi mami cada semana me los prepara

-Bueno, pero si mueres, será tu culpa-dijo divertido

-Ok

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 -¿Qué te parece si vamos a por un helado?-propuso horas más tarde el mayor, dado que llevaban buen tiempo mirando las televisión en vista que no habían encontrado nada divertido que hacer.

-Vale-asintió el pequeño muy emocionado-me dejas comer uno de esos que son grandotes con cuatro bolas de diferentes sabores-preguntó con ojos brillantes

-Esta bien, solo espero que no te enfermes-hablo más para sí que pare responder

-Si tú me invitas el helado, no me enfermo-respondió tranquilo mientras se bajaba del sillón he iba por su gorra, dado que estaba haciendo bastante calor.

El mayor solo sonrió y mientras tomaba su billetera y llaves que estaban muy cerca de él-puestas en la mesa contigua al televisor-avanzó tranquilo hasta la puerta y desde allí llamó-¡Harry apúrate, que si no te dejo!-amenazó divertido.

Al segundo un pequeño morenito, bajaba atropelladamente la escalera con temor que el rubio se fuese a ir solo a comer helados y lo dejara encerrado en la casa, aunque sabía bien que Draco nunca sería capaz de aquello, prefirió no ponerlo a prueba.

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Caminaron tranquilamente bajo los rayos del imponente sol. El menor tomado de la mano del mayor, cuan pequeño sujeto de su padre por temor a perderse. Llevaba una gorra verde que combinaba perfectamente con su camiseta que tenía en el pecho el estampado de un león. Mientras tanto el mayor que lo acompañaba vestía una camiseta negra con bordes blancos que combinaba perfectamente con sus jeans negros con marcas blancas, parecían gastados, pero ese solo era el efecto que le había querido dar el exclusivo diseñador de la familia; sí, ese era Draco Malfoy, un joven de orbes grises y el adolescente más codiciado por las chicas, y que en ese momento se encontraba yendo a comer un helado con el que a ojos de los demás era tan solo como su hermano pequeño, pero que sin darse cuanta se había convertido en los últimos días en algo más que eso.

-Deme uno de...-pensó antes de continuar

-Chocolate, fresa, limón y vainilla-se adelantó a hablar el menor

-¿Estas seguro que quieres eso?-preguntó, pero acordándose que el menor tendía a hacer mezclas fuera de lo común no le sorprendió que éste asintiera sonriente.

-Bien pequeñín, aquí tienes-dijo el de la heladería mientras le daba lo pedido a un ilusionado morenito-¿Y usted que desea joven?-girándose para ver al rubio

-Uno de menta

-Tome-le tendió una vez hubo de haberlo preparado.

Una vez pago, decidieron que lo mejor era comerlos mientras caminaban de regreso, por lo que empezaron a andar mientras platicaban de lo más cómodos, observando tiendas, casas y parques que había cerca del lugar.

- ¡Draco!-escucharon que llamaban al mayor a lo lejos

El rubio entrecerró un poco los ojos para intentar vislumbrar al punto color verde y negro que corría en dirección a ellos.

-¿Blaise?-preguntó dubitativo

-Serpiente rastrera, hace cuatro días que no sé nada de ti-se quejó un muchacho de cabellos negros con camiseta verde y pantalón negro una vez hubo llegado al lado del par.

-He estado ocupado-se explicó

-¡Qué mono!-gritó emocionado al ver al morenito que se escondía detrás del mayor-¡Harry te ves divino!-seguía diciendo mientras abrazaba como a un pequeño peluche al menor

-Blaise...suelta-se quejaba el gatito

Draco miraba la escena con una vena en la sien que amenazaba con explotar-Blaise...-decía intentando calmarse y es que desde que Harry naciera, su mejor amigo siempre que lo veía lo trataba como si fuese un juguete o una mascota, el rubio sabía que no era malo, pero si era un pervertido, y desde que descubrió que el morenito era demasiado lindo, le había propuesto a  Draco en más de una oportunidad hacerlo participe de sus "sesiones" nada sanas, y no es que el rubio ahora no lo estuviera llevando a cabo, pero el ver como su amigo con la excusa de que abrazaba al morenito, aprovechaba para tocarlo sin que el menor se percatara, realmente lo estaba sacando de sus casillas-¡Blaise, ya basta!-gritó separando al pequeño de los "protectores" brazos de su amigo.

-Que protector que estamos-dijo mientras lo miraba con perspicacia. El rubio por toda respuesta rodo los ojos.

-¿Para qué me estuviste buscando?-preguntó rápidamente para desviar el tema de conversación

-Haré una fiesta-dijo animadamente

-Porque no me sorprende-ironizó

-Es pasado mañana, ¿vendrás?

-No puedo

-Draco, no seas aguafiestas

-En serio, no puedo-sentenció el rubio

-¿Por qué?-preguntó haciendo un puchero

-Por que tiene que cuidarme-respondió un Potter escondido nuevamente detrás del rubio

-¿Cuidarlo?-preguntó atónito-esto es inverosímil, Draco Malfoy, la bomba sexy, ¡Cuidando un menor!-gritó sin poder creérselo

-Te felicito Blaise ya sabes una nueva palabra-dijo mientras se giraba con clara intención de irse

-Draco, ¿Por qué no lo llevas?-susurro en su oído, seductoramente

-Ni lo sueñes-gruño, entendiendo las claras intenciones de su amigo de la infancia

-Pero...

-Pero nada, que te diviertas en tu fiesta-puntualizó, mientras tomaba la mano del morenito para empezar a caminar

-De todas formas-empezó a hablar Zabini mientras se paraba frente al rubio impidiéndoles avanzar-serás todo mío después-dijo sonriente al tiempo que le robaba un beso

-Blaise...-gruñó un enojado rubio, mientras apartaba la muchacho-ya te dije...

-Sí ya-se quejó el susodicho-nos vemos-se despidió mientras se alejaba

-"Ese imbécil"-pensaba un malhumorado rubio mientras andaba con un silencioso morenito-"Ya le he dicho que no soy su juguete sexual, es un..."-de pronto se dio cuenta que se hallaba frente a la puerta de la casa de los Potter y lo más curioso es que había llegado ahí sin escuchar ni una sola vez la vocecita del menor que seguía tomado de su mano-¿Harry?-le llamó al notar que éste estaba con la cabecita gacha.

El morenito alzo los ojos y lo miró, tenía unas enormes orbes verdes tristes, pero para sorpresa del rubio, el pequeño sonrió-perdón, estoy cansado-decía aunque a Draco no le pareció para nada convincente su respuesta.

-Ve a dormir entonces-le animó esbozándole una sonrisa que sin saber el morenito, Draco solo se las daba a él, porque Draco Malfoy nunca mostraba sus emociones a nadie, ni a su propia familia, pero cuando estaba con el Potter todo era distinto.

-Ok-dijo el morenito, mientras corría escaleras arriba rumbo a su habitación.

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Hacía calor, un vaso de refresco estaba colocado sobre la mesita que estaba frente al sofá, el viejo reloj familiar colocado sobre la alacena marcaban las 12 pm indicando que un nuevo día había empezado, mientras un muchacho de tez tan clara como la leche y de rubios cabellos tan brillantes como el propio sol se encontraba recostado sobre el sofá, con un libro en las manos que desde hacía horas habían intentado leer sin éxito alguno.

-"No puede ser que un niño duerma todo el día, eso no es normal"-se repetía cada cinco minutos-"¿Debería subir a verlo?"-se preguntaba una y otra vez.

Alzó la mirada y se dio con la sorpresa que había pasado un minuto a penas desde que mirara el reloj por última vez y dirigiera su vista hacia las escaleras, esperando ver a un pequeño bajar corriendo para preguntar-¿qué hay de cenar?-pero, no ocurría.

Así que decidido dejó el libro que ni siquiera había mirado en toda la tarde, se paró y empezó a caminar rumbo a la habitación del pequeño.

Al llegar la encontró casi abierta, así que lentamente y procurando hacer el menor ruido asomó la cabeza por el umbral de la puerta.

En su interior, un pequeño de nueve años se encontraba tirado sobre su cama, totalmente ensimismado en sus pensamientos, con la mirada fija en el techo de la oscura habitación iluminada tan solo por la luz de luna que se dejaba asomar por la abierta ventana.

-¿Harry?-llamó suavemente el rubio mientras ingresaba a la habitación

El pequeño se sobresalto al darse cuenta que no era el único en su cuarto y con mirada tímida observo al rubio, que llevaba el semblante bastante preocupado.

-Recién me levanto-dijo rápidamente el pequeño

-No te creo-acusó el mayor

-Esto...-titubeó un poco, pues sabía que después de todo el rubio lo conocía desde incluso antes de nacer, así que no tenía caso mentirle, por lo que sentándose en la cama decidió que lo mejor era no decir nada

-¿Por qué no haz bajado en toda la tarde?-preguntó el rubio mientras se sentaba al lado del Potter

-Quería pensar-respondió quedamente

-¿Sobre qué?-preguntó, pero por toda respuesta el pequeño solo agacho la cabeza-¿Puedo saberlo?-el morenito negó con la cabeza-¿por qué?

Hubo un prolongado silencio, hasta que el pequeño se decidió a hablar y levantando la cabeza, miró fijamente a Draco, con una seriedad tal que el rubio podría jurar que en ese momento ya no estaba hablando solo con un pequeño-¿Blaise y tú que son?

Para el Malfoy la pregunta era totalmente fuera de sí, no tenía sentido que Harry le preguntara eso, era como si el pequeño le pidiese explicaciones a él, a un Malfoy, a Draco Malfoy-"No tienes porque responderle"-pensó firmemente para si-Somos amigos-respondió como todas las veces contrariamente a lo que su razón le indicaba

-Entonces... ¿Por qué te besó?-preguntó

-"¿Por qué me besó?"-sin poder contenerse empezó a reír-ahora entiendo todo-seguía riendo, mientras un serio morenito lo miraba muy enojado.

-No te rías-le reclamó muy ofendido

-Perdón pequeño-se disculpó el rubio intentando ponerse serio-es que...-tomó al leoncito por la barbilla y rápidamente unió sus labios a los del pequeño en un inicial casto beso que poco a poco se intensificó.

Harry en un inició se resistía a los labios del rubio, pero poco a poco fue cediendo, hasta que hubo de separarse por falta de aire.

-Gatito-dijo Draco mirándolo intensamente mientras acariciaba le rostro del pequeño-entre Blaise y yo no sucede nada, él siempre hace ese tipo de cosas a pesar que siempre le digo que no lo haga, solo lo hace porque sabe que eso me hace enojar.

-Pero...

-No sabía que para ser tan joven, eras tan celoso-dijo divertido, a lo que Harry infló los cachetes-quiero que sepas que los únicos labios que me gustan probar son los de MI gatito-dijo al tiempo que empezaba a besar nuevamente al pequeño.

-Rubito...-llamó cuando a causa de la falta de aire se hubieron de separar nuevamente

-¿Qué pasa?

-¿Tu y yo...que somos?

Esa pregunta tan inocente fue como un balde de agua fría para Draco, ya que a pesar de haber pasado ya cinco días, aún no le encontraba respuesta. Suspiró intentando pensar rápidamente en que decir, pero no se le ocurría nada.

-¿Draco, tú me quieres?-preguntó el morenito sumamente preocupado ante el largo silencio del mayor, pero se tranquilizó ante el sincero asentimiento del mayor-¿Me amas?-continuó preguntando.

El primogénito de los Malfoy titubeó un segundo pues lo cierto era que no sabía que sentía por el menor, estaba claro que sentía un gran aprecio por el pequeño, pero no sabía si ello era "Amor"-no lo sé-respondió mirando fija y tristemente al pequeño-yo...te quiero mucho-empezó a  decir por primera vez con toda la franqueza que le dictaba el corazón-me gusta besarte...acariciarte...tocarte...oler tu perfume...verte comer helado...que comas conmigo...odio que Blaise te toque de esa forma...-hablaba entrecortadamente

-¿De qué forma?-preguntó un interrogante pequeño

-Bueno...solo ten cuidado-continuó-Harry sabes...yo no sé amar-dijo escondiendo la cabeza en el pecho del pequeño

-¿No sabes amar?

-Nunca quise a nadie tanto como a ti, por eso no sé si lo que siento es amor

El silencio que inundó la habitación sobra decir que fue de lo más incómodo, ninguno de los dos decía nada. Por su parte el rubio se sentía el ser más miserable de la tierra, ya que no había sido capaz de corresponder al amor imposible que le tenía el pequeño, y por otro lado el leoncito se sentía mareado y confundido, pues tenía la sensación que su pequeño corazón no estaba preparado para lo que ocurría, quería gritar, llorar y odiar a Draco de por vida, pero la pureza de su alma se lo impedía porque por extraño que pensase que fuera, su corazón gritaba que deseaba ser una persona muy especial en la vida del rubio.

-Déjame...-rompió el silencio el Malfoy con un apenas audible susurro-déjame...aprender a amarte

-¿rubito?-preguntó sin entender el pequeño

-Harry, se que te quiero mucho...-continuó explicándose el rubio lo más fácilmente posible pues no quería confundir al pequeño-no sé que es amar, pero...puedo aprender...si tú me enseñas-señaló mientras revolvía los cabellos azabaches del Potter

-Pero...-el morenito dudó mientras que Draco sentía que con esa simple palabra su corazón había empezado a quebrarse-...yo no sé como se hace eso-completó el pequeño.

El mayor tuvo que contenerse las ganas de abalanzarse sobre el menor por lo que se decidió solo por atrapar los labios del pequeño con los suyos y tras un apasionado beso, susurro-entonces aprenderemos juntos.

  Y diciendo esto lo recostó sobre la cama, mientras sus labios empezaban a recorrer el cuerpo del pequeño y sus manos empezaban a despojarlo de sus ropas.

Besó y marcó cada parte del pequeño cuerpo, mientras mentalmente se decía a sí mismo que aún era muy pequeño y que no estaba listo. A su vez Harry pronto llegó al orgasmo y sin más se vino manchando parte del rostro del mayor, esté lo miró y dándole un beso le dijo que ya era hora de descansar, pero las esmeraldas verdes empezaron a apagar su brillo, cosa que Draco no pasó desapercibido.

-¿Qué sucede?-le preguntó preocupado, mientras acariciaba el moreno rostro.

-Es que...hay algo que falta hacer, ¿no?-preguntó un triste Potter

-¿Porqué lo dices?

-Por que...siempre que te vas parece como si quisieras hacer algo, pero no puedes hacerlo-explicó

-Esto...-titubeó el rubio-aún no estas listo-explicó

-¿Porqué?

-Por que...

-¿soy pequeño?

El rubio asintió y el morenito empezó a sollozar en silencio-¿con Blaise lo hacías?-preguntó el pequeño con un tono amargo que al rubio le dolió en el alma, pero sabiendo que estaba de más mentir y peor aún sabiendo que él le había propuesto aprender a amarlo, sabía que las mentiras no ayudarían en ese aprendizaje, por lo que desviando la mirada asintió.

-Eres malo-sollozo el pequeño

-Harry, es que no te quiero lastimar-se explicó, pero el morenito se había girado para darle la espalda

-¡Vete!-gritó enojado

-Harry...-susurró tristemente el rubio

-¡Te he dicho que te vallas!-siguió gritando el menor

-Pero...

-¡Vete!

-Esta bien...-suspiró un cansado rubio, y levantándose camino hasta la puerta, giró el pomo y antes de cerrarla tras de sí, susurro un "lo siento".

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-Buenos días papá-saludó un muchacho de apagados ojos grises a través del celular.

-Draco, ¿estás bien?-preguntó Lucius al otro lado de la señal

-Sí-respondió quedamente

-Te aviso que llegaremos mañana a las 4 pm, ¿de acuerdo?

-Ok

-¿Ok?, en serio Draco, ¿qué te pasa?-preguntó su preocupado padre

-Nada, y ya me voy a preparar el desayuno para Harry, así que mañana nos vemos, adiós-dijo colgando el teléfono a un enfurecido Malfoy que prometía darla un buen castigo a su primogénito en cuanto lo viera.

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-¿Mañana?, ok mami estaré listo

-Y pórtate bien, no le hagas renegar a Draco

-Sí mami-respondió tristemente

-¿Te pasa algo hijito?-preguntó una dubitativa Lily

-Esto...no nada-se rectificó rápidamente-salúdamelo a papi, ¿ok?

-Esta bien cariño, nos vemos te cuidas mucho-se despidió la Potter

-Ustedes también, nos vemos-colgó el Potter menor

-Nuestros padres llegarán mañana-anunció una voz detrás de él

-Lo sé-respondió el pequeño con un tono de desagrado

-¿sigues enojado?-preguntó preocupado

-Que te importa-respondió intentando no verle a los ojos

-He estado pensando-concluyó el Malfoy, mientras mentalmente pedía que su idea fuese aceptada por el pequeño, por SU leoncito. Pero el Potter no pareció interesado en escuchar siquiera la idea que tenía el mayor, pues empezó a buscar en sus cajones la ropa para cambiarse.

-Lo haré-dijo el rubio, a lo que el pequeño se quedó de piedra, mirándolo

-¿Qué dijiste?-preguntó aún en estado de shock

-Harry, voy a hacerlo contigo como lo hice con Blaise, bueno no de ese modo, quiero decir...que con el fue solo bueno...sin nada de sentimientos y contigo es diferente...pero...primero quiero que te pongas algo...verás...lo que te voy a hacer te va a ...-la garganta se le secó pues había estado pensando en eso toda la noche, y a pesar de que había intentado convencerse seguía con el miedo de lastimarlo-doler-terminó

-¿mucho?-preguntó el pequeño a lo que el mayor asintió.

-Es solo al principio, pero igual dolerá-se explicó-por eso quiero que te pongas esto-señaló mientras sacaba del bolsillo de su pantalón una prenda.

-¿panties?-preguntó sin poder creérselo el morenito

-Bueno...es solo para evitar que me introduzca del todo en ti, es difícil de explicar-decía un avergonzado rubio que había estado imaginando la escena desde que se le había ocurrido, y sobra decir que por ello había estado la mitad de la noche en la ducha.

-Esta bien-aceptó un sonriente morenito, mientras corría a abrazar al mayor por la cintura-te amo Draco-dijo hundiendo su cabecita en la cintura del mayor .

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Habían decidido que lo mejor sería hacerlo después de haber cenado, por lo que la mayor parte del día se la habían pasado jugando futbol, escuchando música y jugando con alguno de los videojuegos de última generación que tenía el pequeño.

-Termine-anunció un contento Potter mientras mostraba que acaba de terminar de comerse toda su cena.

-Que rápido-comentó un tranquilo Draco

-Te espero en el cuarto-dijo contento, mientras subía rápidamente las escaleras.

El rubio suspiró cansado, pues esa sensación en el estómago, a la que había decidió llamar remordimiento, había vuelto a aparecer, y aparentemente no pensaba dejarlo tranquilo en un buen tiempo. Así y dándose por vencido, pues era obvio que el apetito lo acababa de perder, y no porque no quisiera poseer a ese pequeño ángel de esmeraldas verdes, sino porque tenía miedo de que por su culpa su pequeño leoncito volviese a derramar lagrimas, y detestaba que ello ocurriese.

Con la mirada perdida y su cuerpo ganándole a su razón, terminó de lavar los servicios, limpio la mesa y se encaminó al cuarto del menor.

Por todo su cuerpo se había extendido la sensación de éxtasis, impulsada por el deseo de ver al pequeño debajo de sí, gimiendo por más, gritando su nombre, gritando su amor por él, pidiendo que lo hiciera con más fuerza y con esa idea en la cabeza, giró la perilla, y se encontró al pequeño, totalmente desnudo mirándolo sonriente.

-Rubito, ¿me ayudas a ponerme las panties?-preguntó con un brillo sin igual en los ojos.

El rubio sonrió, y pronto sus mejillas se tornaron rojas por el calor que empezaba a sentir con mayor intensidad, la sensación de su estómago desapareció y todo el peso que alguna vez había sentido, se desvaneció, pues en ese momento su cuerpo le indicaba que solo existían su leoncito y él.

Se encaminó casi corriendo a donde se encontraba el pequeño, tomo las panties negras que estaban a su lado, sonrió, y lentamente empezó a  vestir al pequeño. El tacto suave de la piel con el roce de la suave y cara tela hacían poner en duda al rubio, sobre si debía continuar vistiéndolo o si debía poseerlo así y sin más.

Pero su razón está vez ganó la batalla y poco a poco fue terminando con su labor. Una vez que hubo que cubrir incluso el sexo del pequeño, decidió que primero debía darle cierta atención a  esa zona, acercó sus labios y empezó a lamer y chuparlo, cosa que volvía loco a su pequeño.

Continuó con su labor hasta que el Potter estuvo a punto de venirse, entonces terminó de vestirlo. Lo miró largamente, y el morenito pudo notar un brillo especial en los grises ojos que lo observaban. Draco besó la frente del pequeño y tras haber ensalivado su dedo índice, empezó a hacer círculos sobre la tela que cubría la entrada del pequeña, intentando dilatar la entrada, claro que sabía que no entraría todo, pues aunque la tela cedía por su elasticidad, no permitiría que lo poseyera completamente, y bueno que malo, se había convencido que eso era lo mejor. Continuó con su labor hasta tener tres dedos casi metidos, mientras el leoncito no paraba de ronronear, pidiendo que continuara. Una vez hubo echo esto le pidió a su pequeño  que se pusiera en cuatro y éste así lo hizo, el rubio se inclinó sobre el cuerpo del pequeño y encontrándose ya completamente desnudo colocó su miembro en la entrada del pequeño, empezó a rozar descaradamente su pene, mientras Harry gemía de placer, poco a poco fue introduciéndose, aunque solo logro que fuese la cabeza puesto que la tela se lo impedía, y aunque gran parte del cuerpo del extasiado rubio maldecía y quería quemar dicha prenda, su razón intentaba balancear su deseo mandándole mensajes que decían "aún es pequeño".

Por lo que se movió dentro del pequeño y éste no paraba de gemir, el rubio se alejó cuando Harry sin poder contenerse se corrió, logrando manchar toda la prenda.

Draco se alejó pues sabía que de continuar en esa posición, no tardaría en poseer al pequeño cual animal en celo.

-Rubito-llamó el Potter que se encontraba recostado en la cama

-¿Qué pasa, gatito?-preguntó Draco, mientras miraba en dirección a  la puerta con clara intención de ir corriendo a su habitación a "darse un poco de atención personal".

-Quítame las panties-pidió con un puchero

-Te las puedes quitar solo-respondió, intentando sonar lo más dulce posible, aunque su lado animal amenazaba con salir en cualquier momento

-Draco, quiero que me hagas lo mismo pero sin las panties, no importa si me duele-pidió el pequeño

-Pero...

-Por favor-suplicó al tiempo que se despojaba de dicha prenda

El mayor lo miró intensamente, observó su fragilidad y sintió miedo de lastimarlo, pero de un modo u otro su cuerpo se lo pedía, y la mirada del pequeño león gritaba que lo poseyera, ¿qué haces cuando tú razón te grita que no destruyas más su inocencia, que lo protejas y ames en silencio porque lo tuyo es un amor imposible, mientras al mismo tiempo tu cuerpo te dice que lo ames con pasión y desenfreno sin importar su edad, su fragilidad, si mañana el mundo entero te llama pederasta, si tu ser y el suyo piden que lo marques y le demuestres que tu corazón es suyo, que evites de ese modo que vuelva a derramar una sola lágrima por ti porque piensa que sólo lo tratas como a los demás y el quiere ser el especial?. Entonces lo haces.

Draco empezó a besar cada centímetro del Potter,  dejándose envolver por la suave y frágil piel, sintiendo el sabor de la leche emanar de los labios del pequeño, marcando por primera vez el cuello del pequeño con amor y ya no por simple cariño, no sólo una sino varias veces.

-Te amo-susurra a los oídos del pequeño, por primera vez, por que lo siente y su corazón le grita que se lo diga. Mientras se introduce poco a poco convirtiéndose en uno con el menor. Las lágrimas empiezan a emanar de las esmeraldas verdes.

-Lo siento-dice un más que preocupado Malfoy, al tiempo que se va retirando del león.

-No-pide un sonrojado y lloroso el ojiverde-Draco, por favor.

-Dolerá-advierte preocupado, pero ante el asentimiento del león, decide que lo mejor será hacerlo en una sola estocada, y así lo hace. Espera un poco mientras lo besa y masturba, buscando hacerlo olvidar el dolor. Poco a poco en la habitación sólo de escuchan gemidos llenos de lujuria y placer dichos por los dos amantes.

Sus miradas se conectan, se nublan y con un te amo se vienen a una sola voz. Uno manchando el vientre del otro y el otro marcando a "su león" como suyo.

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El último día que estarían juntos casi había empezado, y ambos amantes se encontraban al parecer profundamente dormidos. El pequeño vestido con la camisa negra del mayor, y el rubio con el dorso completamente desnudo se encontraba recostado abrazando a su pequeño, ambos cubiertos con finas sábanas blancas.

-Buenos días rubito-saludó el pequeño

-Buenos días, pequeño, que milagro te levantas tan temprano-comenta mientras ve atentamente el reloj, que indicaba ser las seis de la mañana.

-Que malo-dice inflando los cachetes

-¿Y no me das mi beso de los buenos días?-pregunta con picardía el mayor, que desde hacía rato lleva despierto y aunque con los ojos cerrados pensaba en todas las emociones vividas la noche anterior, y como había llegado a la conclusión que ese pequeño le había robado el corazón y que lamentablemente él, Draco Lucius Malfoy Black, se había enamorado, sí, ahora sabía lo que era amar, y por su nombre que cuidaría de ese pequeño hasta el fin de sus días.

-Bueno-aceptó el pequeño colgándose de su cuello y acercándose a los labios del mayor le dio un casto beso.

Claro que para el rubio ello no fue suficiente, por lo que atrapando nuevamente los labios del menor entre los suyos poco a poco fue intensificando el beso, separándose sólo para poder observarlo mientras se dedicaba a desabotonarle la camisa, al tiempo que desciende para probar el sexo del leoncito, que emite sonoros gemidos de placer que el rubio disfruta porque son como una melodiosa canción en sus oídos, mientras su dedos empiezan a acercarse peligrosamente a la pequeña entrada.

El Slyterin bebe completamente la semilla del menor cuando éste ya sin poder contenerse se viene de lleno en su boca, luego lo mira intensamente para devorar sus labios y una vez separados mete sus dedos en la boca del menor, para luego introducir de uno en uno, sus largos y finos falanges en el interior del pequeño.

Harry al inicio siente un pequeño dolor por la repentina intromisión pero poco a poco su rostro de molestia cambia por uno de lujuria, mientras de sus labios nacen incoherencias entre las que sólo son entendibles sus pedidos por más.

Draco intenta controlarse pues aún es muy pronto para volver a introducirse en él, pero como en los últimos días termina cediendo ante los placeres de la carne.

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Después de almorzar los chicos habían decidido ir a dar un breve paseo en bicicleta antes de que llegasen sus padres y tuvieran que dejar de vivir juntos, aunque siempre se verían puesto que sus familias eran casi como parientes, a parte de compartir un negocio en común.

Es así que el rubio adolescente vestido con jeans azul oscuro, unas zapatillas negras y camiseta negra que le hacia juego con pequeños detalles verdes iba manejando al lado de un pequeño de cabellos azabaches, que vestida unos shorts negros con una camiseta roja y zapatillas negras con líneas rojas que el hacían juego.

-¿Qué sucede?-preguntó en voz alta el rubio, al doblar una calle y notar a un gran número de gente reunida en torno a lo que parecía ser una iglesia.

-Es una  boda-explicó una anciana que se encontraba muy cerca a ellos, y que también observaba al tumulto.

-Una boda-susurro el moreno para sí. En la frente de Harry empezó a formarse rápidamente escenas en las que incluían al rubio vestido con un traje negro y a él vestido de traje blanco y yendo hacia el altar del brazo de su madre, mientras el primogénito de los Malfoy le dedica una dulce sonrisa.

El sacerdote empieza a hablar mientras el moreno está perdido en los grises ojos del mayor.

-Acepto-dice finalmente el rubio.

-Y tú Harry James Potter Evans, ¿aceptas a Draco Lucius Malfoy Black como tu legítimo esposo para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?-culminó el sacerdote.

-Acepto-respondió un sonriente moreno.

-Harry-llamó el rubio a lo lejos, logrando que el pequeño casi cayera de la bicicleta, de la impresión-Vamos-agregó.

-Esto...sí ya voy-dijo empezando a  manejar en dirección al Slytherin.

Minutos más tarde y cuando ya estaban a la altura del mar, el moreno se detuvo, haciendo que Draco también lo hiciera.

-Rubito-llamó el pequeño

-Dime, pequeño

-Algunas vez... ¿pensaste en casarte?-soltó sin previo aviso

-Bueno...-se lo pensó el rubio-la verdad es que sí, bueno sé que debo casarme para que mi padre este feliz-explicó-pero hasta ahora no lo había pensado tan seriamente, ¿por qué la pregunta?

-¿Te gustaría casarte conmigo?-Sobra decir que el rubio por poco y no se cae de cara, si no lo hizo es porque eso sería muy impropio de los Malfoy, pero es bueno decir que lo que le propuso el pequeño formó una sincera sonrisa en los labios del mayor, no de burla sino de alegría. Así que acercándose a los labios del menor, y sin importar que alguien los fuese a ver, los rozo suavemente para luego darle un corto beso.

-¿Cuál crees que es mi respuesta?-le preguntó aun tomándolo por la barbilla

El morenito sonrió y se abrazó al mayor.

-¡Draco!-se escuchó un gritó a lo lejos

-¿Pansy?-preguntó un descolocado rubio

-Al fin que te encuentro, Dragón-dijo de mala cara la morena que se acercó corriendo hacia ellos.

-¿Qué sucede?

-Hola Harry, cariño-saludo una sonriente morena, dejando a un rubio con la boca abierta-y volviendo a ti-le dijo en tono enojado, dirigiendo su mirada al mayor, ¿qué hora crees que es?-preguntó con las manos a ambos lados de la cintura

-Las tres, asumo-respondió despreocupadamente

-¡Son casi las cinco!, tus padres están en la casa de Harry y están preocupados porque no los encuentran-se quejó dándole un coscorrón.

-Pan, eso duele-se quejó el mayor-bueno, bueno y ¿porqué no me llamaron al celular?

-Te lo olvidaste en su casa, según me dijo tu padre, quién por cierto me llamó y esta que echa humos-decía casi gritando la Slytherin

-Ok, entonces será mejor que vallamos rápido, Pan llámales y diles que ya estamos en camino y gracias por avisarme-se despidió rápidamente el rubio mientras le indicaba a Harry para que lo siga.

-Ese par es único-suspiró la morena.

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-Te dejo unos días solo, y te vuelves un impuntual-reclamaba un hombre de cabellera rubia frente a un joven muy parecido a él que lo mirada muy serio.

-Bueno, Lucius ya déjalo-decía otro hombre de cabellera negra azabache detrás de él que tenía su lado a un pequeño que parecía él mismo en miniatura.

-Es que no lo entiendes James, si Draco es así, como guiará nuestro imperio, esto le pasa por andar con Zabini-se quejó el mayor aún muy enojado

-¿Qué tiene que ver Blaise con esto?-preguntó un dubitativo morenito

-Ves, ahora hasta Harry lo defiende-señaló Lucius

-Padre, Harry se refiere a qué en realidad Bla...digo Zabini no tiene nada que ver-se corrigió, pues sabía que a pesar de que los Zabini eran una familia muy influyente, su padre no consideraba al heredero de dicha familia el mejor, puesto que Blaise era muy descuidado y casi siempre andaba acostándose con alguien o en alguna fiesta en busca de conquistas, no es que fuera un vago, porque el joven era muy inteligente, pero en lo que respectaba a llevar la carga familiar, Blaise no parecía estar muy interesado, por lo que Lucius no lo tenía precisamente en la lista de "los que si deben ser amigos de mi heredero". Suspiró cansado, pues sabía que su padre seguiría con el sermón, así que se sentó y siguió escuchando.

-Querido, ¿ya te cansaste de renegar?-preguntó Narcissa entrando en la habitación con una fuente en la que traía galletas recién horneadas. Su marido frunció el ceño pero no dijo nada.

-¿Y bien chicos se divirtieron?-preguntó Lily Potter entrando con una fuente de tazas de té

-Sí, Draco es el mejor-dijo un animado morenito

-Esto, no fue para tanto-comentó un sonrojado rubio, recordando todo lo vivido esa semana con el pequeño

-Draco, no seas modesto, saldremos de aquí a un mes posiblemente por quince días, ¿te quedarías a cuidar a Harry nuevamente?-preguntó James

-Vamos rubito, además así podemos seguir jugando-comentó el leoncito

-¡Qué no me digas así!-se quejó el rubio, que debía aparentar delante de sus padres-el menor hizo un puchero pero entendiendo porque lo hacía el mayor, sonrió-Está bien, lo cuidaré cada que quieran-se ofreció sonriente pues sabía que así podría estar más tiempo con su pequeño

-Mami-llamó Harry

-¿Qué pasa cariño?

-¿Cuándo sea grande, tu me llevarás al altar?

-¿Ah?

-Cosas de niños-dijo el rubio

-Sí, cosas de Harry-dijo un sonriente morenito abrazándose al brazo del mayor

------------------------------------------------------------------>FIN

 

Notas finales:

¿Les gustó?, espero que sí. Dejenme sus reviews para saber su opinión o envíenme un correo ^^ onegai!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Por cierto quiero dedicar este fic a Pazu_chan pues el leer sus fanfics me inspiró para terminar este oneshot, gracias lokita!!!!!!! y realmente los recomiendo, son re entretenidos ^^

Weno cuídense muchísimo y nos veremos.

Hito_chan


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