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Sin ti… Sueño por suou

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Notas del fanfic:

 

bueno este es mi primer fic en esta categoria. Espero seguir subiendo muchos más.

Notas del capitulo:

 

Los personajes no me pertenecen son de  Tomo Takabayashi, si es que no me equivoco, yo solo los tomo prestados.

que lo disfruten.

 

 

Sin ti… Sueño

 

 

            Las campanas sonaron armoniosamente, mientras algunas aves alzaban su vuelo al son del sonido. El día era hermoso, como ningún otro…

            El castillo estaba adornado finamente y  expuesto a una gran cantidad de visitantes, que provenían de varias partes del reino y fuera de este, para presenciar la boda del Maou.

            Risas de niños inundaban por completo el lugar, sus pequeños gritos, al igual que sus voces alegres.

            El reino se encontraba feliz, al fin había llegado la tan esperada paz y armonía entre los diferentes reinos; los Mazoku y los humanos podía dejar atrás las disputas y diferencias y aunque aún había algunos problemas, con el tiempo se solucionarían, la comunicación era parte de ello. Y todo gracias al Maou.

— ¿Por qué hay tanta excitación, porque me caso?— pregunto u jovencito, mientras se arreglaba la vestimenta.

—Por que eres el Maou y al fin se están solucionando las diferentes disputas…— le dijo acomodándole los hombros del traje.

—Conrad…

— ¿Dime?

— ¿Crees qué estoy haciendo lo correcto?

— ¿Qué dices, Yuuri?, ¿no quieres casarte? Si es así solo dilo.

—no es eso, Conrad…Por una extraña razón tengo miedo.

—Sólo estas nervioso. — le dio unas calmadas palmaditas en su negra cabellera.

—Puede ser…— sonrío.

—Vamos, ¿Yuuri?— le dijo abriendo la puerta de la habitación.

—Si.

            La boda se realizaría en el patio principal, ya las personas comenzaban a tomar sus lugares. La dicha era notoria, las familias importantes tomaban asiento en las primeras filas, mientras desde lejos Gwendal miraba como la concurerencia se acercaba y llegaba al palacio.

            En una de las alas del castillo, en un cuarto casi oscuro se encontraba Gûnter, rellenando unos pañuelos de sus lágrimas. No soportaba la idea que su Majestad fuera a sentar cabeza y que su amor no haya llegado a él como lo intento con tanto ahínco…Pero cuando saliera de aquel sitio, otro Gûnter aparecería.

            La puerta sonó, con unos golpecitos despacios y casi sin sonidos.

—Adelante. — dijo botando el ultimo pañuelo al cesto de basura, para arreglarse bien y encontrase con una hermosa niña.

—he venido a recogerle.

—Esta bien, vamos Greta.

            Era plena primavera, las flores estaban en pleno apogeo y resplandor y  unos de los principales adornos de la tan esperada boda.

            Yuuri caminaba junto a Conrad, observando el castillo. Dando vueltas antes que le dieran la entrada. Se encontraba bastante nervioso, en los últimos  días no había visto a su prometido; Wolfram andaba tan alterado por los preparativos que había decidido escapar de todos y especialmente de su madre. No entendía la actitud de la mujer, ella se encontraba feliz, al fin uno de sus hijos se casaría, además que había escogido el atuendo perfecto para su bello Wolfram. Lo había perseguido por todo el palacio, armando un gran escándalo mandando a todos a perseguir a su hijo y que lo encontraran vivo o casi muerto.

            Yuuri sonrío ante el recuerdo de su prometido, quien se oculto detrás de Greta, que al final lo entrego al ver la cara de Cheri-sama, quien agarro a su hijo y se lo llevo arrastrándolo del cuarto. Y él no pudo hacer, bueno no quiso hacer nada, Wolfram andaba insoportable. Se encontraba tan cansado que no quería  alterar su calma.

            Dio una última vuelta y se detuvo:

—Ya es hora. — se dijo.

            Unas trompetas empezaron a sonar, dando a entender que la celebración comenzaba.

            Se armo de valor y dio los pasos al patio principal, seguido por Conrad, que lo miraba con gran alegría.

            Todos voltearon al verlo entrar, mientras las trompetas daban la bienvenida majestuosa. Su caminar era lentos se encontraba nervioso, pero no se le notaba para nada. Las personas lo miraban con mucho entusiasmo y orgullo. Se veía muy apuesto. Dio un pequeño saludo con su mano, mientras caminaba al altar.

— ¡Felicidades!— gritaban todos.

            Conrad llego junto a él y se coloco a un costado, se encontraba feliz. Si así Yuuri se sentía. ¿Julia también lo hubiese sentido así?

            Todos los que una vez conoció, se encontraban distribuidos perfectamente en las hileras, sonriéndole.

            La música se detuvo.

            Su corazón se exalto por el silencio que se género.

            Al final del pasillo, entre las dos hileras, aparecía su prometido en un traje que hacia relucir sus verdes ojos y su cabellara rubia

—Wolfram— salio bajito de sus labios.

            El joven comenzó a caminar al altar, con un velo largo que cubría su rostro, ondeo, cuando un liviano viento llego.

            Wolfram, todavía podía recordar la dura lucha que había sostenido con su madre. Como llego hasta la habitación y lo saco a rastras de ella, mientras nadie hacia nada en su ayuda. Lo llevo aun cuarto amplio; y aunque pateo y reclamo no logro soltarse del agarre de la mujer. Él quería elegir su atuendo, nadie más podía escogerlo, él Sria el que se casaría…

            Paso por varias manos, que lo tironeaban y jalaban de un lado a otro, mientras su madre daba su opinión.

            Caminaba observando solo a Yuuri, quien le devolvía la mirada. Se habían cautivado mutuamente, y aunque, los sentimientos de Yuuri habían costado que salieran a flote, al final logro darse cuenta de lo que sentía hacia Wolfram.

            Las personas observaban al muchacho caminar con gracia, mientras se acercaba al altar. Era tan atractivo, que cualquiera que estaba sentado ahí, le hubiese tomado en lugar del rey.

            Wolfram bajo su vista un poco.

            ¿Cuánto espero a que Yuuri se diera cuenta de sus sentimientos? Ni él lo sabia…Ni él se lo había creído cuando Yuuri se acomodo en la cama y se tapo, acercándose al rubio, que se encontraba dormido:

—Wolfram, ¿Estás dormido?— le pregunto, intentando colocarse al lado del rubio.

—Mmm…— fue su repuesta.

—Wolfram. — su voz era decidida y despierta.

—Dime, Yuuri. — abrió sus ojos y se fijo en el pelinegro.

            Era de noche, ya muy entrada la madrugada y quizás todo el castillo estuviera dormido. Las cortinas se mantenían abiertas y dejaban que los rayos de la luna entraran, colándose por la habitación.

            Yuuri lo miro directamente a esos verdes ojos, quienes lo veían casi sin curiosidad, esperando a que hablara:

—Wolfram…Tú…yo…— se coloco nervioso. Ahora era la oportunidad perfecta para expresar lo que sentía.

            El rubio lo miraba adormilado, intentando preguntarse lo que quería Yuuri, ¿Acaso no se daba cuenta que era de noche, y la noche era para dormir, especialmente en esos días de paz?

—Yuuri habla pronto, tengo sueño…

— ¡eh! Estoy hablando yo, no interrumpas…— le corto la oración que intentaba decir. — es qué es un poco difícil de decir…

—Debilucho, vamos más rápido…

—Wolfram, deja de interrumpir. — lo regaño, colocándole su mano en la boca del. El muchacho se paralizo y se dio cuenta que debía de escuchar lo que le decían. — Bien, ahora si. Wolfram, me…— se coloco rojo. ¿Por qué no lo podía decir? ¿Si era tan fácil?

            Todo era silencio, no se escuchaba absolutamente nada. No había viento. No había ningún murmullo de algo, sólo el corazón acelerado del pelinegro que amenazaba con salirse del pecho por la boca:

—Wolfram…Yo…— estaba muy nervioso, hasta su ano que se mantenía tapando la boca al rubio, empezaba a sudar un poco, así que la retiro. Se dio el valor que necesitaba, mirando con más intensidad aquellos verdes ojos:

—Wolfram…— y ahí lo iba nombrando nuevamente. —Me gustas. — lo soltó de una, sin que saliera nerviosa su voz.

            Silencio.

            Yuuri, se quedo esperando la reacción del chico, pero nunca llego:

— ¿Wolfram?— se atrevió a preguntar.

— ¿Eso era todo?— pregunto un poco asustado.

—Mm.

—Ya lo sabía. —respondió a esa pobre respuesta, intentando aún confirmar lo que sus oídos había escuchado.

— ¿Qué?

—Eres un debilucho, así que era de suponerse que te gustaba. Desde el primer momento en me viste.

— ¿Qué dices?

—Lo eres, Debilucho…

—idiota. — se dio la vuelta en la cama y cerró los ojos e intento dormirse.

—debilucho, ¿Me estás escuchando? ¡Oye!

            Yuuri se dio la vuelta y le dio un toque en los labios de Wolfram, esté se quedo realmente sorprendido ante la acción del pelinegro. Al separarse se miraron y ambos pares de ojos comenzaron a brillar.

—Es verdad, me gustas…

—Yuuri…

            Llego al altar y observo sonrojado al que iba ser su marido.

            Las aves volvieron alzar su vuelo, dando vueltas alrededor del patio principal, regalando felicidad a los que iban a tomar nupcias.

—Hoy es un día importante para el Nuevo Makoku. Aquí celebramos la unión de nuestro rey Yuuri y Sir Wolfram Von Bielefeld…

— ¡OH!— el grito de la multitud.

Todos se quedaron en silencio, mientras Yuuri se movía y quedaba al frente de Wolfram y le tomo las manos y lo miró:

—Yo, Yuuri Shibuya te acepto como mi esposo… Yo te protegeré de todo mal, estaré en las buenas y en las malas. Yo te cuidaré cuando me necesites…Yo estaré para ti… Yo te acepto.

            Todos guardaron silencio y admiración por las palabras del joven rey. Wolfram se mantenía rojo ante lo que escuchaba, no podía aguantar la sensación maravillosa de sentirse querido.

            A un costado Gûnter, lloraba a mares, por las hermosas palabras de su majestad.

            Wolfram, apretó la mano de Yuuri y también comenzó abrir sus labios y pronuncio:

—Yo Sir Wolfram Von Bielefeld, te acepto como mi esposo, para protegerte y cuidarte hasta la eternidad. Te defenderé de todo mal, estaré ahí cuando me necesites, sin importar nada… Yuuri Shibuya, yo te acepto.

            Las manos se apretaron, sin hacerse daño y los aplausos se hicieron sonar estruendosamente, parándose cada persona.

            Yuuri, comenzó a acercarse y levanto el velo que cubría el rostro de su esposo. Al hacerlo fue presentándose frente a él, a ese hermoso rostro; los labios apretados, su nariz prefecta y elegante, sus ojos verdes y esas largas pestañas. Lentamente se acerco…Y le beso.

            Tocando calmadamente los labios que daban paso a los de Yuuri, esté entro en la boca y fue dándole un mimo muy tierno.

            Se separaron.

            Todos los que estaban presentes comenzaron a aplaudir entusiasmados y felices. Cheri-sama se encontraba tan contenta por la suerte que había tenido Yuuri al escoger a su hijo.

            Ambos esposos dieron la vuelta, iban a poner los pies, para empezar a salir y recorrer todo el pueblo.

            Una ráfaga de silencio cortó el aire y descendió, velozmente:

— ¡Yuuri! —gritó Wolfram al darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Tomo el lugar de Yuuri, recibiendo así el impacto.

            Las flechas se introdujeron en la carne, metiéndose por todos lados.

            Todo fue muy rápido, quedaron en shock y de pronto el pánico se apodero de las personas. Corrían de un lado a otro.

— ¡Wolfram!— Yuuri, grito. Recibiendo el cuerpo del chico, que empezó a caer.

            Conrad se apresuro a cubrir a Yuuri por un nuevo ataque se producía, desenvainó su espada, esperando.

            Los soldados fueron a buscar los responsables.

— ¡Wolfram, aguanta!—lo recostó en el suelo, dándole su brazo, para sostener su cabeza del rubio.

—Yuuri…— levanto la mano y toco la mejilla de su esposo.

— ¡Padre!— Greta llego gritando, acercándose al chico. — ¡No te mueras!

            Gûnter llego a un lado y reviso el cuerpo.

— ¿Podemos hacer algo?— pregunto el rey, asustado.

—No.

— ¡Wolfram!

—Te amo…— la mano comenzó a descender en el espacio. — Yuuri. — cerró sus ojos y la mano cayó a un costado, duramente.

— ¡Wolfram!— en medio del altar se encontraba. El rubio comenzaba a volverse tibio.

Una onda de ataque llegó y millones de flechas adornaron el cielo. El ataque fue extraño, Conrad cortaba el aire, destruyendo las flechas, para que no llegaran a Yuuri.

— ¡Llévenselo!— gritaba Gwendal, que venia en su ayuda.

            Gwendal llegó y agarro el cuerpo de su hermano y salio del lugar junto a Yuuri y Greta. Las fechas eran lanzadas de algún punto que no se lograba ver y las personas asustadas corrían por todos lados.

            Los guardias comenzaron a  combatir y buscar a los responsables. Gûnter también se fue en busca de los causantes.

            Cecile se acerco al ver a su hijo mayor, cargando al menor.

— ¡Gwendal!— toco la frente de su hijo menor y lo observo con dolor, hasta que levanto la vista a Gwendal, esté movió en forma negativa la cabeza.  — ¡NO!— loro.

            Yuuri se tiro al piso, al ver que ya no importaba nada, pronto cazarían a todos y el castillo volvería a la normalidad.

—Yuuri. — Greta se acerco a su padre y lo rodeo con sus brazos.

–¡Wolfram!— la rodeo con sus brazos y dejo que escapara los sollozos que se mantenían incrustados en su garganta.

            No entendía que podía haber perdido así a su prometido. Nunca creyó que aquel día hubiese sido tan fatídico; Había paz, ¿Por qué los habían atacado?... NO lo entendía, ni lo quería hacer…

            Gwendal y Cecile se marcharon, junto al cuerpo del rubio. Lo dejaron en el piso llorando amargamente en el regazo de Greta.

            Pronto el rubio de batalla cedió.

— ¡Yuuri!

            Ido recordaba la noche ñeque le dijo a Wolfram que le gustaba. Luego que hablaran de sus sentimientos, lo abrazo y se durmieron así durante toda la noche. Nunca antes había dormido tan bien, nunca antes Wolfram se había quedado tan quieto y sereno en sus brazos…durante mucho tiempo lo observo dormido, antes de hacerlo él mismo.

            Wolfram…sentía un gran dolor, su cuerpo dolía entero, ¿por qué no se dio cuenta, del ataque?, ¿Por qué no recibió la flecha él?... ¿Por qué?...

            Conrad llego su lado, lo vio destruido en el piso, abrazando ala pequeña.  La niña vio al mayor y se alejo de Yuuri, ella también lloraba.

—Yuuri— le dijo bajito, arrodillándose e intento que levantara el rostro y abriera los ojos.

— ¡Debilucho!— le veía los ojos verdes y las cejas encurvadas, mientras recibía el insulto.

— ¡No lo soy!

— ¡lo eres! Debilucho…debilucho…

—Wolfram…

            Conrad lo apretó en su regazo e hizo que Yuuri respondiera.

—Lo siento, Yuuri

—Conrad…— reacciono y apretó fuertemente. Aunque se daba cuenta que debería de estar con su esposo en vez de ahí, pero no podía. No podía, era emaciado duro, muy difícil verlo quieto y sin expresión viva en aquel hermoso y apuesto rostro.

            Se detuvo, apretó la ropa de Conrad y se levanto apresurado, para salir corriendo en dirección de Gwendal.

            Sus pasos resonaban en los pasillos, eran duros y fuertes. Había tomado una decisión. Al llegar a la puerta se limpio el rostro e ingreso.

            Cecile estaba a untado del cuerpo, llorando silenciosamente, era la única escolta ahí. Se acerco a su esposo y le quedo mirando, para luego sentarse a un costado de la cama. Puso su mano en el cuerpo, para así sanarlo.

            Lo protegería, eso había dicho Wolfram…Cómo se atrevía a dejarlo ahí, sólo. Cómo podía confiar en aquellas palabras; quería creerle, quería darse cuanta de lo que había pasado…

            Quería curarle…Quería… Quería curarle…

            Su mano quieta, brillando levemente, intentando lo que no pudo hacer antes. Por ser un tonto y no responder como rey que era.

—Wolfram, vamos, ¡No me dejes!— decía mirando el rostro sereno del muchacho.

— ¿Yuuri, qué haces?— le pregunto un día, cuando de improviso el pelinegro lo abrazo, aún estando en la habitación. La cara de sorpresa del rubio fue tan maravillosa…

—Wolfram, por favor…

 

—Majestad, no se puede hacer nada. Él ya no está.

— ¡No!— y daba más poder para curarlo…— ¡Wolfram!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

 

 

 

            Abrió los ojos en una oscuridad, demasiado rápido para su gusto. Se fue acostumbrando rápidamente antes de darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Se llevo la mano a los ojos y se limpio las lágrimas que huían solas. ¿Qué era aquello? Se pregunto al verse esas gotas, mojando su piel… recordó lo que había pasado, lo que le había pasado. Apresurado se levanto de la cama y comenzó a moverse para ir a buscar a alguien, alguien debía de saber que había pasado con Wolfram…

            Su paso era rápido, sin ningún esfuerzo llego a la puerta.  Iba a dar vuelta al picaporte, cuando escucho el sonar de la respiración de una persona en esa habitación…

            La respiración sonaba tranquila y despreocupada.

            Se dio la vuelta y se fue aproximando a la cama. La manta subía y bajaba y la respiración era demasiado conocida. Quedo a solo un pequeño salto de la cama.

            Ahí quieto, respirando con tanta facilidad, tendido quizás teniendo un buen sueño… Se encontraba Wolfram…

— ¡Wolfram!— salto encima del muchacho, haciendo que se despertara de inmediato y que lo empujara a un lado.

— ¿Qué haces?— grito, alejándose del, ya que Yuuri lo había aplastado, luego de ser tirado a un costado.

— ¡estas vivo! ¡Lo estas!

— ¿Qué dices?

—Es que habías  muerto… Estabas muerto, pero estas vivo…

— ¿Muerto?— se pregunto extrañado. — ¿Cuándo?

— ¿No lo recuerdas?

—No.

—Cuando nos casamos nos atacaron y te pusiste, recibiendo las flechas.

— ¿Cuándo nos casamos?

—Si, no sabia que hacer. Creía que habías muerto y todos también así lo creían.

— ¿Muerto? ¿Casados?— lo miro, observando a Yuuri un momento. — ¿estas bien?

—Claro. Ahora que estas vivo, mejor.

—Yuuri, creo que te confundiste, no estamos casados…

— ¿Qué?, ¿Qué dices, si nos casamos?... eso creo…

—No, yo no me he casado contigo.

— ¡No puede ser!

—Yuuri, fue un sueño.

— ¿Sueño?

—Si, tanto me quieres  muerto, ¿para terminar nuestro compromiso?

—Eh…

—esta bien Yuuri, eres el rey después de todo— se sentó y se destapo. — hoy cuando amanezca.— observo el largo vidrio de la ventana— les diré a todos que romperé el compromiso…

 

— ¿Wolfram?

—Lo siento, Yuuri. Creo que no soy tan bueno para ti. Espero que seas feliz. — se levanto y salio de la habitación, dejando a un sorprendido Yuuri.

            ¿Había escuchado bien? ¿Rompería el compromiso? ¿Por qué?

            Él también salio de la habitación, hasta el rubio y lo agarro del brazo.

— ¿Qué estas diciendo? ¿De qué hablas?

—lo que escuchaste, romperé el compromiso, ¿Acaso no me quieres muerto?

—No, no es lo que quise decir…estas malentendiendo todo. Yo sólo soñé que te habías muerto y que no lo podía soportarlo. Dolía.

— ¿Qué dices?

—Wolfram eres realmente tonto y testarudo, escuchas algo y lo confundes. Que no lo entendiste. ¿Por qué crees que te sigo aceptando que duermas conmigo? ¿Por qué, lo haría?

—Porque eres debilucho y amable…

No, te equivocas. Es porque te quiero. Te quiero. — y lo abrazo fuertemente.

            Wolfram no sabia que hacer, nuca creyó escuchar una confesión de Yuuri. Hace unas semanas había perdido el espíritu para seguir adelante con el compromiso, no quería que fuera algo unilateral. Yuuri merecía amar a otra persona….Pero ahora estaba diciéndoselo a él, estaba contento; se sentía feliz que todo sus esfuerzos hubiesen valido la pena, desde la primera vez que lo vio en la escalera, mientras preguntaba si era acaso ese chico, el Maou. Cuando impertinentemente pidió su mano y lo enojo por tan impertinente proposición y todas las veces que estuvo ahí acompañándolo.

—Yuuri…

—Wolfram, ¿No te vas a ir, verdad?

—No, porque eres un debilucho. — le sonrío afirmándose más fuertemente a su rey.

 

 

 

Notas finales:

 

Bueno eso era, nos vemos, bye.


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