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La cuerda Roja por suou

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Notas del fanfic:

 

 

 

El segundo fic, es realmente buena esta serie....

Espero que la disfruten.

 

 

Notas del capitulo:

 

Bueno aqui, el segundo capitulo, espero que lo disfruten.

La canción es de plastic tree y me gusto tanto que quise hacer otro fic con esta canción. La cancio es Makka na ito.

y si quieren leer el fic y escuchar la cancion, aqui:

 http://www.savefile.com/files/1996396 

 

Los personajes no me pertencen son de Tomo Takabayashi, si es que no me equivoco, yo solo los tomo prestados.

 

El fic....

 

La cuerda Roja

 

 

            El cielo inusualmente azul, siendo traspasando por grandes y blancas nubes. La hierva completamente verde que se mece en armonía, el bosque amplio que se mueve de aquí allá, aspirando el viento.

 

“Dicen que se acerca una tormenta al cielo de cristal

Probablemente será u viento grandes”

 

            Llegó cómo de costumbre, el agua lo transporto al templo de Shinou.

            Al abrir sus ojos lo encontró cómo tantas veces lo hizo.

 

“Lo ves,

Es lo único que necesitamos para reír”

 

            Le ofreció una toalla para secarse, y Yuuri la acepto de inmediato, saliendo de la fuente.

— ¿Cómo sigue?— pregunto esperando una respuesta favorable.

—Estable. — respondió, siguiéndolo.

 

“Había luz por todos lados y no podíamos ver”

 

            El sol entraba por los largos ventanales, el cielo era tan azul y vivo, que le daba envidia.

            Movió un poco su mano, haciendo que la cabeza de Greta se moviera un poco de su lado.

            No sabía qué tenia, qué había agarrado o cómo fue a llegar así a la cama. Ni Gisela, había logrado curarlo.

            La niña abrió sus ojos y se acomodo más cerca del joven.

—Wolfram, no te morirás, ¿verdad?

 

“¿Qué es este líquido que brota

Cuando cerramos nuestros ojos?”

 

—No. — le dio una pequeña sonrisa, antes de volver a caer dormido.

            Greta apretó fuertemente la mano del rubio en su pecho. Mientras libres y claras lágrimas caían por sus mejillas.

—Wolfram…

 

“Adiós, aa”

 

            El caballo corría a todo galope.

            El rostro de Yuuri, era melancólico y débil. No comprendía porque Wolfram estaba en cama tan mal, si hace unos días se encontraba con buena salud.

            Su salud se había deteriorado hace unos días atrás, cuando regresaban de una expedición. Había sido el único que había amanecido mal.

 

“Los sentimientos que se mezclan

Con mi amor por ti…”

 

            Llego al castillo Pacto de Sangre y desmonto su caballo; entro rápidamente al recinto. Dirigiéndose a su habitación.

            Conrad lo seguía desde atrás, preocupado.

 

“…en una cuerda roja.”

 

            Irrumpió en la habitación, con cuidado y se encontró con su hija, que mantenía abrazando el brazo del rubio.

            La envolvió en su regazo y la niña soltó la mano y fue a dar al pecho de su padre, rompiendo así, en llanto.

—Yuuri…

—Greta, tranquila. Wolfram mejorará, ya lo verás.

— ¿De verdad?— pregunto levantando su rostro ligeramente.

—Si, te lo prometo.

 

“Se deshace, aa

La magia se rompe”

 

            Greta se quedo dormida en los brazos de su padre, mientras esté velaba el sueño de Wolfram. LA tomo en brazos y la llevo a su habitación, dejándola ahí, arropada.

            Regreso.

            El rubio tenía entreabierta la boca, respirando cansadamente, intentando llevar el aire a sus pulmones. Su piel perlada por el sudor, ya que la fiebre no quería bajar.

—Wolfram. — llamó.

—Ah…Yuuri. — logró pronunciar, sintiendo la presencia del pelinegro.

            Sintiéndolo lejano.

           

“¿Me preguntó sí podré caminar sólo?”

 

            Yuuri agarro la mano blanca, helada y la cerró en la suya. No podía hacer nada. No tenia la fuerza suficiente para hacer algo.

            Y Wolfram no mejoraría, su corazón se lo decía firmemente.

            Le toco la frente. La fiebre era notoria.

—No sueltes mi mano. — le dijo entreabriendo un poco sus verdes ojos, dándole una sonrisa.

—No lo haré, la sostendré aquí sin alejarme de ti.

—Gracias. — los cerró y volvió a dormir, cayendo muy profundamente en el sopor.

 

“El cielo de cristal se rompió”

 

—Yuuri. — Conrad ingreso al cuarto y se acerco al pelinegro. — Ya verás que todo va estar bien.

—Si… No le pasará nada, ¿verdad?— la misma pregunta de Greta, pero con palabras diferentes.

—No lo creo. Ven a comer un poco.

—Si.

 

“El mundo detenido se empezó a mover”

 

            Luego de comer algo y que se hiciera de noche regreso.

            Por el pasillo vio pasar a Gisela con cara de preocupación, su pecho se apretó un poco. Pero con fuerza se acerco a la mujer:

—Gisela-san, ¿Cómo se encuentra Wolfram?

—Estable…

— ¿Qué tiene?

—No lo sé. Nunca había visto algo así.

—Mmm... pero, ¿mejorará?

—No estoy segura…

—Mmm…— miro el piso.

—Si me disculpa, su majestad. — dio una reverencia y siguió su camino.

            Llego a la habitación.

            Wolfram, seguía allí dormido.

 

“Emocionadamente le pedimos a todos

A nuestro alrededor que nos dejaran.”

 

            Se cambio de ropa.  Dormiría al lado de Wolfram, se enfermará o no. No lo podía abandonar, eso no lo haría.

            Levanto la frazada y se metió.

 

“Había mucho sobre que hablar.”

 

—Yuuri— salio de la boca del rubio.

—Si. —  se acerco y le toco los mechones rubios, removiéndolos.

— ¿Puedes…— suspiro cansado. —…abrazarme?

 

“Quiero estar contigo”

 

— ¿Por qué?— preguntó extrañado. El rubio lo hubiese abrazado sin pedir permiso, eso habría hecho.

            Se encontraba confundido, pero no podía evitar no hacerlo. Se acerco y lo rodeo con sus brazos, acunándolo en su pecho.

—Gracias…

 

“Adiós, aa”

 

            Wolfram, sentía la tibieza de Yuuri. Al fin lo podía sentir por completo. Todo lo que era ese chico para él. Todo lo que significaba… Si tan sólo se hubiese dado cuenta que lo amaba y se lo hubiese dicho, cuan feliz seria.

—Yuuri. — decía casi inconciente. Buscando el amor que necesitaba para resistir.

 

“Ya no nos podemos ver”

 

—Yuuri. — volvía a repetir, suaves y débiles lágrimas resbalaban por sus ojos. Sin que el pelinegro se diera cuenta.

—Estoy aquí— lo apretaba más. Sintiendo que poco a poco Wolfram se iba.

—No te vayas— y su mano se aferro casi sin fuerza al brazo izquierdo de Yuuri.

 

“los sentimientos entrelazados…”

 

            Dormidos.

            Apegados como nunca.

            Uno dándole calor a ese cuerpo un poco helado y el otro buscando el posible amor.

 

“…en una cuerda roja.”

 

            La mañana llego.

—Yuuri. — le llamó, moviendo levemente al pelinegro.

            Abrió sus ojos, encontrándose al rubio sentado, con una sonrisa en sus labios.

— ¿Acompáñame?

— ¿A dónde?

—A la colina…

— ¿Por qué? ¿No estás enfermo?

—Estoy mejor. Por favor…

—No puedes salir, aún no te recuperas por completo.

—Yuuri, no seas malo. Sólo está vez…Vamos. — bajo de la cama y fue a buscar ropa.

—Está bien. — no podía hacer nada.

            Wolfram, era Wolfram.

 

“Una promesa, aa”

 

            Sin que nadie se diera cuenta salieron del castillo, uno en cada caballo, uno cerca del otro.

            Pasaron por la cuidad, que aún dormía, en sólo unos minutos se despertarían.

            Sonriendo corrían.

            Y el sol nacía en lo lejano.

 

“Quiero que as amables mentiras

Me sigan engañando.”

 

 

            Una vez en la colina. Bajaron.

            El sol salía, inundando el paisaje con débiles y abrigadores rayos, que los sobrecogían.

            Tomo asiento en la hierba y espero a que le hicieran compañía.

            Yuuri también bajo el caballo y lo dejo ahí. Fue a donde se encontraba el rubio.

— ¿Te sientes, mejor?

—Si.

— ¿Dices la verdad?

—Claro, yo no te mentiría.

—Mmm…

 

“Pláticas delirantes, aa”

 

—Sabes Yuuri, creo qué esté lugar es bonito y clamado. — miro al cielo, con matices cálidos.

—Si.

— ¿Sabes, por qué te traje, aquí?

—No. — aquella pregunta lo tomo por sorpresa y se sentó al lado del rubio.

—Desde que me volví tú prometido he estado al lado tuyo. Siempre detrás de ti, cuidándote…Pero sabes…— bajo la vista. —… en una parte del camino y mientras más cerca estaba de ti, me di cuenta que realmente te amaba…— lo último lo dijo levantando su vista y fijándola en la negra. — No importa si tú no sientes lo mismo…Yo sólo quería que lo supieras.— descanso su cabeza en el hombro del pelinegro, cerrando sus ojos.

            Yuuri se mantenía callado, nunca había visto tan clamado a Wolfram.

—Wolfram…

 

“Llamé tú nombre,”

 

            Siempre trato de evitar el tema del compromiso. Por que realmente nunca supo que era lo que sentía por el rubio. Siempre lo vio tan hermoso e inalcanzable, que nunca quiso pensar qué era lo que sentía por él.

            Sabía que era más que una simple atracción. Más qué una llamada de aquella belleza, más qué solo el sentirlo a su lado.

—Wolfram…Yo si te quiero…— le toco el cabello con su mano izquierda. — sólo qué no he tenido el valor para decírtelo, tenia miedo…

— ¿De qué?

—De no saber llevar, esté sentimiento que crece en mi pecho.

—Esto es bueno.

— ¿Qué dices?

—Estaré feliz, qué puedas lograr ser feliz…

—No entiendo…

—No es necesario. Dile a Conrad que realmente lo quise mucho, que lo siento si lo trate mal en el pasado.

—Eso se lo puedes decir tú…

—No, ya es tarde.

— ¿De qué hablas?

—Te amo, Yuuri…— cerró sus ojos, sus mejillas acaloradas por el contacto y lo dicho.

            Se sentía feliz…Se sentía feliz…

— ¿Wolfram?— llamó. Sintió un gran peso en su hombro y la mano del rubio caer de sus rodillas a la hierba. — ¿Wolfram?— llamó nuevamente.

            Wolfram…Wolfram…Wolfram…

            Se movió levemente y el cuerpo del rubio cayó a su regazo duramente.

— ¿Wolfram?

 

“Lo repetí cómo un hechizo.”

 

            Toco sus mejillas. Busco calor en ellas, pero estás se encontraban pálidas y tibias.

            El rostro del joven era tranquilo, era paz y tranquilidad.

 

“No lo olvidaré, aa”

 

— ¡WOLFRAM!— gritó.

            El sol estaba presente. Los pájaros alzaban tiernamente su vuelo, las flores se mecían poco a poco con el viento tibio.

            Su garganta no soporto el dolor y dejo que todo sentimiento fluyera afuera…

— ¡WOLFRAM! Vamos no me molestes….

 

“Tú voz,”

 

—Debilucho. — le dijo. Cruzo sus brazos y lo miro  mientras desayunaban. — No debes ser tan amable con todos…!uh!

 

“Tus varias expresiones.”

 

— ¡Uh! No me engañes. — se acerco celoso, cuando Yuuri ayudaba a una chica  a recoger unas cosas en el suelo.

 

“Y los corazones que se conectaron”

 

—Wolfram…

            Lo tomo en brazos, con mucho cuidado. Lo subió al caballo y luego él lo monto. Regresando as i al castillo.

 

“Adiós, aa”

 

            Pasaron por la cuidad, siendo observado por varios ojos.

            No los tomo en cuenta.

            Débiles  lágrimas pasaban y mojaban sus acaloradas mejillas.

 

“Los sentimientos que se mezclan

Con mi amor por ti.”

 

— ¡Yuuri!— gritó Conrad, viéndolo acercarse con Wolfram en su regazo.

—Conrad…— respondió y las lágrimas caían como un torrente de sus ojos.

 

“en una cuerda roja”

 

            Gwendal se acerco, dando una leve sacudida a su cabeza y fue en dirección del pelinegro, robándole el cuerpo de Wolfram.

            Yuuri descendió del caballo y corrió a brazos de Conrad, afirmándolo muy bien a él. Dejando salir todo su dolor….

 

“Se deshace, aa

La magia se rompe.”

 

— ¿Por qué— lloraba, aforrándose al mayor y esté también lo abrazaba con fuerza, porque él estaba ahí y seria su sombra por siempre…

 

“¿Me preguntó sí podré caminar sólo?”

 

            Gwendal se alejo con Wolfram. Su tibieza se extinguía, junto al viento que entraba.

 

“Adiós, aa

Ya no nos podemos ver.”

 

            Yuuri se fue calmando. Regreso a su habitación y se sentó en la cama, observando desde allí el azul del cielo.

 

“Los sentimientos entrelazados

En una cuerda roja”

 

—Yuuri. — una voz.

 

“Una promesa”

 

            Un abrazo desde su espalda.

            Unos brazos delgados y conocidos.

            Un olor conocido:

—te amo…

 

“Quisiera que las amables mentiras

me siguieran engañando.”

 

—Yo también. — tomó el brazo y junto más  sus cuerpos.

 

“Adiós, aa”

 

            El cielo azul, se fue marchando con el tiempo, esperando un nuevo día…

            En ese día Yuuri, también desapareció…

 

“Adiós, aa”

 

—Debilucho. — rió.

 

 

 


 

 

Notas finales:

 

 

Espero que les haya gustado, es un poco triste, pero lo podia dejar pasar la oportunidad con esta cancion.

Bye, se cuidan.


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