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Dos Gotas De Agua por mihll

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Notas del fanfic:

Los personajes de este fic por desgracia no me pertenecen, y sólo los utilizo a modo de diversión.

Notas del capitulo:

Hola

Es apenas el segundo fic de esta serie que logro hacer en lo que va corrido del año.

Espero que la lean y sea de su completo agrado.

 

"Dos gotas de agua"

por

mihll

 

+++ Parte I +++

 

 

-¡Es la solución!-Hanamichi posó las manos en los hombros de su hermano, excitado con la idea de haber encontrado la salida a su problema-¡Tienes que ayudarme Haru, sólo tú puedes...¡Por Kami, porqué no se me ocurrió antes, si es tan simple como que tu te hagas pasar por mí!

 

Haru se quitó las manos de encima, no muy contento con la brillante idea de su gemelo.

 

-No veo que sea motivo de júbilo -dijo-. ¡Es la idea más tonta que he oído en lo que va de este día! Somos muy diferentes tú y yo.

 

Hana rechazó notoriamente su falta de entusiasmo.

 

-Es tan simple, nadie nos descubrirá. Piensa que cuando nos empeñamos en jugarle la broma a nuestra madre, ni ella puede descubrir quién es quién. Para el resto que apenas nos conocen, será pan comido meterles el dedo en la boca. No podrían darse cuenta que tú no eres yo.

 

Haru se carcajeó sin una pizca de humor, luego dijo:

 

-¿Tan seguro estás? Porque yo no.

 

Hanamichi sonrió.

 

-Estoy más que seguro-emitió con total convicción-Incluso ahora, al pensar brevemente, creo que no hay plan más perfecto que este-sus ojos se iluminaron al punto que su hermano sintió susto-Tú tomarás mi lugar y yo el tuyo, piensa que no será difícil, piensa también que estarás haciéndole un favor a tu único y querido hermano, a quien por cierto-le abrazó  atrayéndole hacía sí, y le susurró al oído-le debes un gran favor.

 

Haru comprendió por el tonito usado por su hermano, que no tendría salida. Sólo una vez habían utilizado el intercambio para engañar a alguien, y precisamente había sido aquella ocasión la que le condenaba. En ese entonces, era él quien necesitaba ser salvado. Como requisito de ingreso a la escuela para estudiantes avanzados, necesitaba pasar una serie de exámenes médicos y su sangre se encontraba contaminada con drogas que llegaron a su cuerpo en la noche en que celebraba con sus amigos, por supuesto que las ingirió producto del frenesí del alcohol; en plena conciencia, y sabiendo que a dos días de dicha "fiestecita" necesitaba las pruebas de sangre nunca se habría atrevido a drogarse. Fue Hana y no él, quien en esa ocasión pasó el examen. Ante todos, seguía siendo el estudiante modelo a seguir. Sólo su hermano sabía la verdad y ahora que él necesitaba una mano, ni tonto ni perezoso, iba a dejar la oportunidad de cobrarse su favor, sobre todo al ver la sonrisa de triunfo que mostraba en su rostro.

 

-No me digas que no quieres ayudarme-dijo, Hana, serenando su euforia al darse cuenta que Haru no compartía su entusiasmo-Haru, por favor. Estoy desesperado, sino paso estos exámenes me sacarán del equipo-su hermano le miró al rostro, y él prosiguió:- No dejarás que tu hermanito pierda la única cosa que hace bien y de lo cual nuestra madre está orgullosa, ¿verdad que no?...Tú me quieres mucho, ¿cierto? Y por eso no dejarás que tu pobre hermanito caiga en desgracia, pues si lo hace, el único pasatiempo que tendrá es salir a buscar pelea a la calle y mamá no estará feliz.

 

 

Haru sintió molestia al comprender que su hermano estaba atacando a ése "yo" interno que no quería que su madre pasara malos ratos regañando al vago de su hermano. Hanamichi no tenía remedio, era un chantajista de primera clase. Odiaba cuando hacía eso con él para conseguir lo que quería, pero aun así, no estaba dispuesto a ceder con tanta facilidad. Le apartó con cierta brusquedad y lo cogió de la solapa, encarándolo.

 

-Nuestra madre siempre te reprocha tu irresponsabilidad, y esta vez, aun sabiendo que de la responsabilidad depende tu estadía en el equipo, te has dejado envolver  por la vagancia. Los exámenes los rindes el miércoles y estamos en domingo, vas a ir a tu cuarto, te sentarás en tu escritorio y vas a estudiar con decencia porque yo esta vez no haré nada por ti.

 

Hanamichi sintió un nudo en el estómago comprendiendo que su hermano hablaba muy en serio, demasiado para su gusto. Se estremeció al pensar que debería esforzar al máximo sus neuronas. Para él Dios era injusto. Cómo era posible que los dejara en el mundo como dos perfectas gotas de agua en el aspecto físico, siendo que en inteligencia eran todo lo contrario; Haru era un genio, y él, nada más que un tonto a quién le costaba mucho aprender, contando con que además, pesaba sobre su cabeza, una extrema dejadez en cuanto a los estudios.

 

-Está bien-sus ojos se tornaron opacos ante la resignación, y su expresión se volvió la típica de un niño regañado por su madre.

 

Haru tuvo la impresión de que trataba de engañarlo con esa carita. Cerró sus ojos tratando se deshacerse del todo de su lado compasivo, pero no pudo. Nunca podía enfrentarse a esta faceta de su hermano.

 

-Te ayudaré-resolvió en pocos segundos. Estaba indignado consigo mismo por ser tan fácil de embaucar por su reflejo en carne viva. Le soltó y se alejó dándole la espalda.

 

-¿Enserio?-preguntó en un tono de disimulada emoción que Haru encontró repulsivo.

 

-Sí-afirmó con sequedad. Ya estaba ciento por ciento seguro que su carita de niño a punto de derramar lágrimas fue un truco sucio para obtener su asentimiento. ¡Cómo odiaba ser tan fácil de convencer!

 

Hanamichi, sin poder contenerse de la satisfacción de su victoria se lanzó en un abrazo cargado de afecto.

 

-Hermanito sabía que no me ibas a dejar solo en esto, ¡lo sabía, lo sabía!-exclamó al tiempo que se sintió  separado c con brusquedad.

Las palabras de su gemelo salieron de la boca en un tono de airada advertencia.

 

-Con esto estoy devolviéndote la mano; un gran favor pagado con otro favor. Que te quede claro Hanamichi Sakuragi, esta será la única vez en que yo me haga pasar por ti, y vaya a tu escuela a reemplazarte para rendir un examen-su hermano asintió, pleno en felicidad, que incluso daba la impresión que le hacía caso omiso -Ay Hana-suspiró y pensó que no tenía caso.

 

-Sí te oí y lo comprendo y asimilo todo. Te juro que no habrá una próxima vez.

 

-No jures en vano.

 

-Lo hago por nuestra mad...-un dedo en su boca silenció sus palabras.

 

-No uses a nuestra madre cuando sabes que me vas a fallar. Te conozco demasiado bien.

 

-¿No me crees?-se alejó un poco, frunciendo el entrecejo, molesto-Haru, te estoy hablando en serio.

 

-Por supuesto que sí-emitió Haru con marcada ironía en la voz.

 

Hana se dio cuenta de su total incredulidad y la pasó totalmente por alto, estaba demasiado absorto en su alegría y también preocupación por la información que debía entregar a su hermano para que llevara a cabo su papel.

 

-Ahora mismo debemos ponernos de acuerdo en algunos aspectos importantes-jaló a su hermano llevándolo a sentarse con él en la cama-Tienes que saber muchas cosas de mí y lo que hago en la escuela.

 

-Dios mío, conozco muchos detalles y la verdad me asusta conocer más-murmuró Haru.

 

-Siento no ser perfecto como tú-acusó Hanamichi.

 

-Lo sé Hana, no es tu culpa-concedió palmeándole una pierna, con tal de sosegar a bestia interna que amenazaba con desatarse en su clon-Pero no te preocupes. Te escucho.

 

-No seas tan condescendiente conmigo, también te conozco y sé que te estás burlando de mí.

 

-¿Yo, burlándome de mi hermanito adorado?-atrajo su cabeza y le revolvió sus cabellos rojizos-No podría, al burlarme de ti, me burlo de mí mismo.

 

-¡Qué cínico!-se apartó y se rastrilló los cabellos.

 

-Vamos  a empezar por tu grupito de vagos-dijo resueltamente-A ellos son los primeros que necesitamos engañar.

 

-A ellos no necesitamos engañarlos, pueden saber la verdad y te aseguro que me apoyarán.

 

-No estoy tan seguro-emitió concienzudo-Sí hay algo que debemos considerar, y bien lo dice el dicho, "Si quieres engañar a tus enemigos...-

 

-¡Ya, ya!, te entendí-gruñó Hana. Viendo como su hermano se cruzaba de brazos y piernas, a la espera de que comenzara a hablar, echó fuera un suspiro, y dijo:-Quien es difícil de engañar es Yohei, el resto son unos inútiles cabeza huecas.

 

Hanamichi se encargó de poner al tanto de todo lo referente a Yohei, recalcándole que éste era muy perceptivo y que se daría cuenta al instante de cualquier paso en falso que diera, y lo peor, es que cabía la posibilidad de que no lo aprobara su majestoso plan.

 

-Ves que tenía razón-emitió Haru ante ese detalle-Yohei, aun siendo tu amigo, podría delatarte.

 

-No lo había pensado.

 

-Es que tú nunca piensas nada.

 

-¡Agh!-reprimió un insulto contra su hermano y prefirió proseguir:-Ya dije todo de Yohei, y del gundam, ahora te hablaré sobre Haruko-apenas murmuró el nombre, sus ojos se iluminaron.

 

-Aquí vamos de nuevo-Haru rodó los ojos-Sé todo de ella y como te comportas ante su presencia, en tres  palabras: como un idiota.

 

-¡Oye!, no me insultes-dijo exaltado.

 

-Mejor háblame sobre tu comportamiento con los maestros, en tu equipo, dime todo lo que yo debo saber.

 

 Hanamichi asintió y por largos minutos estuvo contándoles detalles, hasta que llegó al punto de lo que extrañamente consideró la barrera más difícil de cruzar: Rukawa.

 

Harumichi enarcó una ceja. Su hermano acababa de poner en claro que la persona que más parecía conocerle era Rukawa, aunque por supuesto, lo hizo de manera inconsciente.

 

-El zorro, es peligroso, y si se da cuenta que no soy yo, no dudará en acusarme y joder mi carrera de basquetbolista, por eso-cogió a su hermano de la solapa y  juntó sus rostros-no dejes que ése engreído eche a perder los planes de éste Tensai

 

-Dudo que se vaya a dar cuenta, recuerda que soy tu hermano-se quitó las manos de encima y se acomodó las ropas.

-Lo sé-Hanamichi se rascó la cabeza sonriendo tontamente-Eres un genio, como yo, pero en áreas muy distintas-su sonrisa se amplió.

 

-Yo me haré cargo de ése tal Rukawa.

 

-¿Verdad que sí, hermanito?

 

 -Puedes contar con ello-dijo convencido, levantándose-Lo que lamento es tener que actuar como un idiota-bufó-pero todo lo haré por ti.

 

-Ya deja de decirme idiota, ¡a veces te pareces tanto a ése zorro desgraciado!-no se dio cuenta, pero con la exaltación desatada, quedó en pie y sus manos se empuñaron con fuerza a tal punto que sus nudillos estaban blancos.

 

-¿Tanto lo odias?-consultó Haru con serenidad.

 

-Lo odio. Él siempre se anda luciendo a costa mía, me humilla ante Haruko, por eso...por eso...-su voz pareció quebrarse.

 

-"No sé porqué no te creo"-pensó Haru, al tiempo que levantaba el rostro caído de su hermano-¿Puedo hacer algo por ti? Y me refiero a hacer algo que involucre tu relación con él.

 

-¿Pero de qué hablas exactamente?, ¿lo humillarás por mí?-preguntó esperanzado.

 

-Tengo algo en mente.

 

-¿De verdad?

 

-Pues claro, soy un genio y siempre tengo la solución para todo.

 

Hanamichi sonrió complacido.

 

-Ahora y antes de que nuestra madre venga a buscarnos para almorzar, cambiémonos de ropas, que la función acaba de comenzar-indicó Haru

 

-¿Ya?

 

-Claro que ahora-recalcó comenzando a desvestirse-Si mamá llega a darse cuenta de nuestros planes, ni loca dejará que tú te vayas al internado a Tokio, haciéndote pasar por mí, el castigo para los dos no será agradable.

 

Hanamichi asintió, pero estaba con dudas. Mientras intercambiaban las ropas, dijo:

 

-¿Y qué hay de mí?

 

Haru no necesitaba más explicaciones, entendió perfectamente a lo que se refería.

-Tienes que ser serio en todo momento, y por sobre todas las cosas, en clases no hagas preguntas y no hables con nadie. Si mi grupo de amigos pregunta algo...Mmmm...Sabes qué, con mis amigos no habrá problemas, siempre están tan concentrados en estudiar que no se darán cuenta, pero tú...-le apuntó con el dedo- eres Haru, que acostumbra a estudiar solo en su habitación, y que no permite que nadie lo moleste.

 

-Entiendo-musitó Hanamichi-No tienes que decirme más.

 

-Por supuesto que no. Ya sabes que como me comporto aquí, me comporto en todas partes. Es la ventaja de no ser tú-sonrió al decir esto.

 

 

###

 

 

 

Todo, absolutamente todo, había salido a la perfección.

 

Por uno pequeño lapso de tiempo, Hanamichi había creído que su estancia en el internado en Tokio sería difícil, pero con las pocas explicaciones de su hermano y lo que conocía de él, las cosas resultaron correctamente. Nadie se había dado cuenta que él no era Haru.

 

Ayer, encerrados en su cuarto, habían sacado cuentas alegres de la situación que le favorecía principalmente a él. Sus exámenes estaban aprobados, pero claro, con cierto rango de error, el Hanamichi conocido, jamás haría un examen a la perfección.

 

Hoy, era un chico feliz, cuya permanencia en el equipo estaba asegurada.

 

Iba con una sonrisa marcada en su rostro, saludando con mucho entusiasmo a todos con quienes se encontraba. Él pensaba que tener un gemelo, que por cierto, casi nadie en esta escuela conocía, a excepción de sus entrañables amigos, era una gran ventaja. Lo lamentaba por Haru, pero si las circunstancias lo requerían, lo utilizaría de nuevo, aun cuando tuviera que obligarlo a base de chantajes. No le dejó jurar por su madre, lo más sagrado que tenía en esta tierra, después de él, y ese había sido un fatal error.

 

 

Sin embargo, a pesar de todo, tenía que confesarse una cierta inseguridad. Se deshizo de su radiante alegría al llegar al largo pasillo del segundo nivel del edificio, pero los fuertes latidos de su corazón no desmentían su arrogancia. Se encontró con Yohei y Noma, frente a la puerta de su salón y estos le saludaron como siempre. Pensó que Haru tenía razón al afirmar que sus amigos ni siquiera se percataron del cambio. Definitivamente, su gemelo había hecho muy bien las cosas.

 

Según el pensamiento firme de Hanamichi, la genialidad era herencia de familia.

 

Durante las primeras horas de las clases que se tornaron del todo aburrida, aunque nunca hasta el punto de las que tuvo que soportar en el instituto de su hermano, que se caracterizaban por una exigencia notoriamente mayor, pensó en todo lo que haría en esta tarde. Tenía tantas energías que estaba seguro que el gimnasio iba a temblar durante sus entrenamientos. Por supuesto, quería ver al zorro, Haru le había dicho que todo salió según sus planes. Se imaginaba mil cosas de las que su gemelo pudo hacer para desgraciarlo, y lo más justo y lo probable, que un chico tan inteligente como su clon pudo haber conseguido en toda una semana; que ahora el zorro prácticamente le recibiera con una reverencia y se postrara a sus pies, reconociendo su superioridad.

 

Desde ese entonces, su sonrisa parecía firme e imposible de deshacer.

Al salir al primer recreo, y muy a pesar de su creencia de que nada podría alterar su excelente estado de humor, la situación más inesperada le golpeó con la fuerza de un desastroso huracán. Se encontró de frente con Haruko, quien sin mayores explicaciones le dio una sonora cachetada y le insultó de una manera dolorosa. Ella le dijo, entre una multitud de curiosos que rápidamente los rodearon, que nunca le iba a perdonar que la hubiera despreciado como lo hizo, justamente cuando ella se había propuesto dejar en el pasado su atracción por Rukawa, para estar con él. Luego simplemente le dio la espalda y se marchó acompañada por sus dos amigas.

 

-No entiendo Yohei-dijo a su amigo, mientras se sobaba su mejilla dolorida que había otorgado a la chica creyendo que le daría un beso La amargura y confusión era lo más visible en el rostro del chico que por el momento, había olvidado la presencia de Haru en la semana anterior.

 

-¿Qué no entiendes?-consultó ése amigo que creyó sentir dolor cuando vio el golpe que Haruko le asestó.

 

-Haruko, me pegó...sin razón-dijo en tono quedo y confuso.

 

-Si serás tonto-acusó Takamilla, quien también estaba cerca, mientras el resto del grupo espantaban  a la multitud para que los dejaran solos.

 

-Ay, Hanamichi-dijo Yohei en un suspiro, apoyando una mano en su hombro-Las mujeres no saben perdonar, son rencorosas, sobre todo cuando desprecian sus declaraciones.

 

El pelirrojo se sorprendió bastante. ¿Yohei acaba de insinuar que él rechazó a Haruko?, ¿cómo y cuándo?...La respuesta llegó rápidamente a su mente, había un culpable y ése tenía que ser Haru. Bajó la cabeza sonriendo para disimular su torpeza, estuvo a punto de dejar a la luz pública su treta. Tenía que tragarse este mal rato y guardar las ganas de matar a su gemelo, hasta que llegara un nuevo fin de semana.

 

-No me imaginé que le iba a doler tanto-murmuró, fingiendo haberse sosegado.

 

-O más bien-murmuró Ookus-No pensaste que una chica tan dulce como Haruko iba a reaccionar de esta manera.

 

-Te comprendemos amigo, eso sí que dolió-dijo Takamilla, llorando por su líder.

 

-Naaa-emitió Hanamichi sonriendo y adoptando su usual postura de Tensai, con las manos apoyadas en su cintura. Se carcajeó un poco antes de decir-Éste genio ha sabido resolver golpes más duros... ¡Y ustedes, tropa de miserables!-miró con furia a sus amigos, sino podía desquitarse ahora con su gemelo, lo haría con ellos. Asestó cuatro severos cabezazos y se encaminó al baño.

 

Los pobres chicos quedaron tendidos en el piso sin saber con certeza, qué le habían hecho para merecer esto.

 

Una vez en el baño, la furia de Hanamichi se desató contra todo lo que se le atravesó. Juró por su madre que su hermano conocería la dureza de su puño. Cuando al fin salió de ese lugar, se sentía un poco más tranquilo, después de todo era un genio, y estaba seguro que este error cometido por su hermano, lo sabría llevar. Se prometió a sí mismo, que recobraría el poco terreno que había conseguido con la chica de ojos azules. No por nada, era Hanamichi Sakuragi.

 

Fue al final de la última clase, su profesor ya se había retirado, sus compañeros guardaban sus cosas, al igual que él, cuando una pequeña nota llegó a sus manos por medio de una chica.

 

"Nos veremos en la terraza cuando salgas, tengo algo muy importante que decirte"

 

Aquellas palabras, contenidas en el papelito, hicieron que su sonrisa volviera a su rostro. Se giró hacia un asustadizo Yohei.

 

-¡Es Haruko, y quiere verme!-dijo con voz llena de emoción.

 

-No lo creo-dijo un incrédulo Yohei.

 

Hanamichi le estampó la nota en la cara de su amigo.

 

-Lo ves, nadie en esta escuela, excepto Haruko se atrevería a mandarme una nota. Sólo ella tiene tal confianza conmigo, el resto me teme.

 

-Yo no estaría tan seguro-emitió a conciencia-No quiero que te ilusiones.

 

-Qué pesimista eres-se volvió, tomó su mochila y se la lanzó-Lleva mis cosas al gimnasio y espérame allí. Cuando nos encontremos, las cosas entre Haruko y yo se habrán arreglado.

 

Dicho esto, salió del saló como a quien se lo lleva el diablo, ni siquiera se dio cuenta que en pleno pasillo pasó a rozar a la chica de ojos azules que lo miró con ira. Llegó a la terraza, miró hacia todos lados y no pudo ver  a  nadie.

 

-Uff!, Creo que llego temprano-se limpió el sudor de la frente provocada por la carrera-Voy a esperarte Haruko-sonrió ampliamente, de manera soñadora.

 

No habían pasado más de dos minutos cuando la puerta a sus espaldas se abrió. Sintió los pasos de alguien, pero se negó a voltear. Su corazón latía con rapidez y su mente trabajaba en sus palabras en la excusa que daría a la chica, no obstante, al sentir que los pasos se detenía muy cerca de él, inmediatamente sintió como era jalado y arrastrado hasta la pared más cercana donde su espalda fue estampada con algo de rudeza.

 

 -¡Zorro!-exclamó entre sorprendido y asustado. Sentía el aliento del chico de ojos azules golpear la piel de su rostro.

 

-Acepto tu proposición-murmuró Kaede a medida que acercaba aún más sus rostros para finalmente besarlo, en un contacto que le tomó del todo desprevenido.

 

La mente de Hanamichi bullía, mientras su boca era asediada por otra ansiosa que le estaba robando su primer beso. Estaba paralizado en cuerpo y alma, y cuando al fin su mente pudo enfocarse en algo, lo hizo en torno a su hermano.

 

Una vez más había un culpable, un nombre, de aquel que estaba seguro asesinaría cuando lo encontrara, pero primero debía partir por liberarse de Rukawa, y en este preciso instante no podía, porque su ser, simplemente no reaccionaba.

 

+++ Fin Parte I +++

Notas finales:

Como suelo decir en estos últimos meses, " no tengo ni la menor idea de cuando publique la conti, puede ser mañana o en un mes" (ya me van a regañar por eso XD)

Si ahora no le han encontrado ni pies ni cabeza, esperen la conti. Hasta entonces. Mihll

Me sumo a la  "CAMPAÑA POR FANFICTION DE CALIDAD", impulsada por Ayánn. Si deseas saber de qué trata, te invito a conocer los detalles en: http://cbetdiayann.livejournal.com/786.html

 

 

 


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