APH (Axis Powers Hetalia)
Song fic
Decode - Paramore
Rusia x China
(Ivan x Yao)
Eres tan raro, intentas mostrarte de una forma tan diferente a lo que realmente eres... Por fuera te ves como una persona tranquila y cálida, y aún así todos saben que por dentro eres despiadado, incluso yo lo sé. Todos lo saben, pero al parecer a ti no te importa y sigues con esa sonrisita inocentona, mostrando lo que no eres... a veces pienso que no eres humano... pero aún a sí a pesar de todo aquello me muestras lo más humano que nadie podría ver nunca de ti... soy el único que lo sabe... y eso me hace caer cada día más en ti... pero últimamente siento que me ocultas más de lo que muestras...
¿Cómo puedo decidir lo que es correcto?
Cuando estás nublando mi mente.
No puedo ganar tu lucha perdida.
Todo el tiempo...
- Yao... - giró mi vista eras tú llamándome discretamente, mientras estamos en caminando rumbo hacia la nada misma, en esté país frío y lleno de blanca nieve- ¿Ocurre algo? Te ves algo triste... - me preguntas con voz seria no encajando mucho con tu apariencia.
- No es nada - desvío mi mirada hacia otro punto - Sólo tengo un poco de frío, aru... - te miento para no decirte la verdadera razón de mi melancolía.
- ¿Estás mintiéndome, cierto? - tu voz sigue igual, solo que le agregaste un toque de sarcasmo, adivinando mi truco.
- No lo sé, aru... - mi mirada se fija en la blancura que nos rodea, es triste esté paisaje, no me gusta está frialdad, nunca me ha gustado, pero tu me has obligado a hacerlo para verte más seguido...
Me fijó que tus orbes lilas me quedan mirando, mirándome minuciosamente, pero a la vez muy silenciosa, odio esto, eres tan extraño y no puedo adivinar lo que piensas o lo que vas a hacer... ¿Qué pasará?...
¿Cómo puedo tener lo que es mío?
Cuando estás siempre tomando partido.
Pero no me quitarás mi orgullo.
No, no esta vez...
No esta vez...
Ya no estamos en la nieve, si no que en una pequeña casucha de apariencia rústica, digna de tu país manchado por la sangre obrera. Hemos entrado aquí porque nos cansamos de estar allí sin hacer nada, sobre todo acompañados con esos silencios incómodos, en fin. Estoy preparando un poco de té para pasar el frío, un frío inexistente en tu cuerpo ya acostumbrado a este clima devastador, mientras que él mío necesita algo caliente...
Cuando la tetera terminó de hervir serví dos tazas, dos cucharadas de azúcar para ti y cuatro para mí, admito que me gusta lo dulce. Ambos estamos sentados callados en la mesa, por alguna razón siento que me observas sin tocar tu té, y levanto un poco la mirada para saber si es verdad, y acerté, ahora tu mirada es totalmente diferente a la que les muestras a las personas, está es más aguda y penetrante, generalmente alguien se asustaría, pero a mi me gusta esa mirada, es la que te realmente te caracteriza.
- ¿Pasa algo malo con tu té, Ivan, aru? - digo haciéndome el tonto de que no se nada.
- El problema es contigo - dices secamente - Yo sé que pasa algo y no me quieres contar - tu voz se oye imponente, mientras que la mía tiene un sonido normal igual que siempre.
- Está bien te diré lo que me pasa - y agregó con más énfasis - Me he dado cuenta que odio esa parte tuya que muestras a los demás ... - tus ojos amatistas se abren por la sorpresa de mi respuesta, de pronto un nuevo silencio incómodo inunda la sala...
¿Como llegamos hasta aquí?
¿Cuando te solía conocer tan bien?
¿Pero cómo llegamos hasta aquí?
Creo que lo sé...
Sabía que esa respuesta te produciría asombro, ya que fue tan repentina y tú no sabes el producto del por qué pienso esto. Pero te volviste de una forma que odio más todavía... maldito bipolar...
- ¿Así? - Decías con malicia aquellas palabras - Me alegre, ya que me cansa mucho hacer ese tipo de apariencia, pero aún así todos saben que soy algo sádico... - te paras de tu asiento y te acercas con un aura que me produce un escalofrío, pero no de frío si no de miedo...
De pronto me empujas con todo y silla hacia el suelo, me golpeó levemente en la nuca, y a la vez intento levantarme... pero me presionas con tu propio cuerpo hacia el piso. Pero no pienso quedarme así... claro que no, y te doy un golpe en la cara, no lo logré, pero alcance de rozar tu mejilla, y quedas estático... volviendo en ti de nuevo...
La verdad está escondida en tus ojos.
Y se agarra de tu lengua.
Empezando hervir en mí sangre.
Pero piensas que no puedo ver.
- Perdón - me dices sin mirarme a los ojos y me levantas como si fuera una princesa, ¿Pero qué te crees? - A veces odio está bipolaridad cuando estoy contigo... - Esa disculpa fue sincera, yo lo sé, y por tu culpa me hiciste sonrojar notoriamente, y lo peor de todo que tu mismo te das cuenta.
- ¡Ya bájame- aru!... - te exijo y tú no me haces caso, en lugar de eso me llevas a un habitación que hay en la casucha y yo sigo pataleándote - ¡Ivan, bájame! - No me haces caso, por que sabes que solo me hago el difícil... solo tú lo sabrías...
¿Qué clase de hombre eres?
Si eres un hombre en realidad...
Bien, encontraré la forma de entender esto...por mí misma...
(Estoy gritando que te amo tanto...)
(Mis pensamientos no puedes descifrar...)
Me tiras a la cama, que al parecer es muy amplia, y lo haces sin ningún cuidado, y descuidadamente retiras la coleta que sostiene mis cabellos negros de Asia, y los alborotas un poco, y alcanzo a escucharte decir algo como ´´ Así te ves más lindo`` fue un susurro, pero lo escuche de todas maneras. Aún así me intento resistir, al igual que la primera vez, que hacia lo mismo que ahora, a la gente le gustan más los desafíos y los enigmas ¿sabías? Claro que sí, por esa razón seguimos juntos... somos un enigma sin descubrir...
¿Cómo llegamos hasta aquí?
¿Cuando te solía conocer tan bien?
¿Pero cómo llegamos hasta aquí?
Creo que lo sé...
- Me gustas tanto - me dices encima de mi propio ser, convirtiéndote en el dueño de mi cuerpo en su totalidad. Siempre cuando estamos solos me hablas con la sinceridad ¿Cómo lo sé? Mi simple intuición me susurra siempre que aquellas frases son verdaderas, me gusta sentirme así... que no me ocultes nada y que únicamente a mí me digas tus verdaderas intenciones, eso es lo que más me gusta de ti... que para ti soy único...
Siento que te quitas tus guantes y tu bufanda, te sacas el abrigo y tu camisa, quedando sólo en pantalones, así te ves más alto de lo que eres... y así me haces sentirme mucho más bajo de lo que soy en cuestión de estatura. Tus manos se sienten heladas, haciendo que me provoquen ciertos espasmos que recorren mi espalda en su totalidad, nos convertiremos en uno, uno solamente...
- Aru... - suelto un suspiro al sentir que tus manos ya se acostumbran a mi temperatura, me estás abrazando con tus brazos fuertes, aunque una de tus manos está desabrochando mis botones, dejándome al igual que tú. Lanzas lejos mi ropa para no volverla a ver, y haces lo mismo con mis mallas negras, son cómodas, pero lo único malo de ellas que son difíciles de sacar, de pronto ya me siento desprotegido y libre para nosotros dos...
En estos momentos me siento lleno de ansias, y loco por qué me toques, más de lo que ningún hombre me ha tocado en mi vida, seamos uno, es mi deseo en esté momento, convirtámonos en uno... aunque sé por lo que eres capaz de hacer, no me da miedo eso... si no que al final de todo esto me digas que fue una mentira, al igual de todas las cosas que intentas aparentar en frente de los demás. Mentira, odio esa palabra, odio el engaño, y lo que tú me haces hacer...
Ves lo que hemos hecho...
Vamos a hacer el ridículo...
Ves lo que hemos hecho...
Vamos a hacer el ridículo...
- ¡Ah! - Sin querer solté un gemido al sentir que tus labios se posaron en mi cuello. Son muy fríos.
Instantáneamente mis manos se aferraron alrededor de tu nuca, quería sentir más esa sensación, de exaltación incontenible que hizo que la calentura de mi cuerpo subiera hasta encontrarme así. Empiezas a dejarme pequeños roces rojos en mi piel. Pero ni siquiera me has besado y ya empiezas por el cuello, que descortés... así que giro tu rostro hacia mis labios dejándolos juntos por un largo rato. Se siente bien sentirse deseado, querido, amado...
- Que impaciente eres, aru... - le digo de forma picarona al separarnos por falta de aire.
- Tú haces impacientarme... - Nos unimos de nuevo en una pasional mezcla de labios, mientras enredo mis dedos delgados en tus cabellos Occidentales de color claro, muy parecidos a un rubio lleno de nieve con una pizca de castaño muy leve.
Ya satisfecho con tus besos, te doy permiso con seguir con lo que estabas haciendo, bajas y bajas dejando un camino de leve saliva por mi pecho, hasta llegar al extremo de mi vientre con mi cadera. Una de tus manos grandes se desliza por mis piernas y siento esa extraña calidez tan adictiva. Jadeo un poco.
- Tranquilo... - Tú sabes lo que me provocas y sabes como apaciguarme...
De pronto siento una extraña humedad en cierta parte de mi cuerpo que no puedo mencionar, Ivan me estaba haciendo ´´ esas`` cosas en ´´ esas `` partes de abajo. Me siento tan avergonzado... mi rostro ardía y mi corazón latía a mil por hora, todo por su culpa.
- Mm... - muerdo mi labio inferior para parar lo inevitable, no quiero hacerlo... - Para... eso es sucio, aru... - me quejó.
- Yao... - llama mi atención - Déjame saborear tu ser entero... - No aguanto más y sin querer hago lo que no quería hacer, Dios, que vergüenza... y él sigue así como nada, y aún siento su boca ahora saboreando lo que dejé pasar, enseguida me tapo la cara con mis manos...
- Sabes muy bien - alcanzo escuchar - No te tapes tu cara... - siento que sube hasta mi faz e intenta descubrir mi cara roja.
¿Cómo llegamos hasta aquí?
¿Cuando te solía conocer tan bien?
¿Pero cómo llegamos hasta aquí?...
¿Cuando te solía conocer tan bien?...
Creo que lo sé...
Creo que lo sé...
- Yao, mírame.
- ¡No, aru!
- Vamos... - me sigue alentando y toma mis manos con delicadeza, dejándome al descubierto, en ese mismo instante suelta una pequeña sonrisa - Eres tan lindo, no te tapes la cara linda que tienes... - me sonrojo aún más.
- ... - Me quedo callado y giró mi vista, no sé que decir...
Me agarra completamente y me pone sentado encima de él, yo me apoyo en sus hombros aún con cara de humillado, y me susurra todo lo que me ama, que no es nada sin mí, admito que me dice lindas palabras, me gustan mucho cuando me las dice en estos momentos... De pronto me embiste de forma repentina, pero suavemente para no dañarme, siento que algo me invade y hace que en mi interior arda con furia, mis ojos se ponen algo llorosos, es un dolor penetrante, pero Ivan me tranquiliza besándome en los labios de forma tierna para calmarme, me gusta la sensación de sus labios, aunque sean fríos, son dulces, como a mi me gustan...
De pronto su velocidad y la mía empiezan a subir, haciéndome jadear mucho y gemir demasiado. Mis ojos con tendencia castaña se fijan en los de mi amado, está loco por mí, más bien está enamorado y está tan sonrojado como yo, junto mis mejillas con las de él, están ardiendo, al igual que las mías...
- ¡Ah! - Siento que me vengo, de seguro Ivan también esta al limite, ya que me presiona más a su cuerpo ya cálido, de pronto llegamos al mismo tiempo, y me hace muy feliz... terminamos en un orgasmo placentero y muy vehemente.
Hay algo que veo en ti
Podría matarme
Quiero que sea verdad...
Ahora dormimos juntos, me abraza tan posesivamente que llegó a oír sus latidos, estamos exhaustos, pero felices de habernos unido por un momento efímero, que parecía eterno, está dormido, yo solo lo aparento... y veo una bella sonrisa dibujada en su rostro... hermosa y muy sincera... es algo verdadero en él ¿Por qué lo sé? Porque yo le hice sonreír de esa forma... que felicidad...