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My sweet honey por Fancy cat

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Notas del fanfic:

Este fue el primer fanfic largo que escribi, alla por el 2005.... Asi que sed indulgentes!

A mi no me gusta mucho, pero bueno, aquí lo tenéis ^_^

Por cierto, no sé si Tohma tenga una habitación en su despacho, lo dudo, pero con lo adicto al trabajo que es tampoco me extrañaría mucho.

Ah! La cancion del resumen, de OBK, es la que me inspiro para hacer el fanfic. 

Prometo subir pronto el siguiente capítulo!

Saludos.

 

 

 

Tohma cerró la puerta con suavidad. Hizo que el pesado abrigo resbalara por sus hombros lentamente, con un brillo malicioso en la mirada. Sus ojos se clavaron en los de Ryuichi, que sintió cómo una oleada de calor recorría su cuerpo y lo hacía estremecerse.

El abrigo siguió bajando hasta las manos del rubio, y éste lo colgó en el perchero.

 

- ¿Qué haces aquí a estas horas? -Los ojos verdes de Tohma miraron más intensamente los azules de Ryuichi. Se quitó también la americana, con la misma lentitud torturante con que se quitó el abrigo, y se desabrochó los dos primeros botones de la camisa, sin romper el contacto visual con el chico.

 

- Yo. . . Ehr. . . Me he dejado las llaves y pensé que. . . -A pesar de todos sus esfuerzos por conseguir que su voz sonara normal, la camisa semi-desabrochada de seda blanca y los ajustados pantalones de cuero que vestía Tohma, así como el pelo revuelto, hicieron que su respiración se volviera más pesada. -Pensé que podría dormir aquí. . .

 

La sonrisa de Seguchi adquirió un tono más perverso al comprobar el efecto que producía sobre el cantante. Justo el que había previsto. Se acercó al sofá y se sentó al lado de Ryuichi. Puso una mano sobre su rodilla, notando el ligero rubor que cubrió las mejillas de su acompañante. Su mirada se volvió tierna, después de tanto tiempo y Ryuichi seguía sonrojándose como una colegiala.

 

- Claro que puedes pasar la noche aquí. - Rozó con sus labios la mejilla del chico, provocándole una nueva oleada de calor. Se separó, apenas unos milímetros, su respiración chocando contra el rostro de Ryuichi. Mirándolo fijamente a los ojos, sacó la lengua y acarició con ella la mejilla del cantante.

Ryuichi intentó levantarse para separarse del chico, pero éste lo sujetó firmemente por las muñecas para impedírselo y se sentó sobre las piernas del cantante.

Los labios de Tohma recorrieron su cuello con calma y sus manos se escurrieron bajo su sudadera.

Echó la cabeza hacia atrás, dejándole más espacio a Tohma, mientras sus manos acariciaban la espalda del chico a través de la fina camisa.

Tohma bajó sus manos por el pecho de Ryuichi y lo besó en los labios, recorriendo con la lengua el borde de éstos. Ryuichi no respondió. El rubio se separó, con un deje de sorpresa en la mirada.

 

- No he venido para esto. . . -Tohma alzó una ceja.

 

- ¿Entonces qué haces aquí? -Ryuichi cogió aire, haciendo rápidamente una lista con los pros y los contras de lo que iba a decirle a su amigo.

 

- No quiero ser un segundo. . . No, un tercer plato. No quiero ser un juguete. . . -El chico cerró los ojos y bajó la cabeza, avergonzado.

 

- ¿Y qué es lo que quieres, Ryuichi? ¿Qué quieres de mi? -Puso una mano sobre la mejilla de Ryuichi, acariciándola tiernamente; el chico abrió de nuevo los ojos al sentir el contacto de la tibia mano sobre su piel.

 

- Quiero. . . Quiero ocupar un lugar en tu corazón. . . Pero uno importante. . . -Ryuichi levantó la mirada, con los ojos llorosos, para encontrarse con los sorprendidos ojos de Tohma fijos en él.- Que vengas a mí sin que tenga que pedírtelo. . . Eso es lo que quiero, Tohma. . .

 

Tohma sonrió, enredando el cabello del cantante entre sus dedos.

 

- Ryuichi. . .Mi Ryu-chan. . . Tú ya ocupas ese lugar. . . -hablaba en susurros, tan bajo que a Ryuichi le costaba oírlo. Acercó su rostro al oído del chico, rozándolo con la nariz. Ryuichi se estremeció al sentir la suave voz de Tohma chocar contra su oreja. El rubio levantó las manos del otro por encima de su cabeza y le quitó la sudadera; besó su pecho con avidez, haciéndole temblar.- Pero hay que tener. . .  prioridades. . .

 

Justo cuando empezaba a creer que no era mentira. Justo entonces, lo comprendió. Tohma siempre antepondría sus intereses a él. Era egoísta, siempre lo había sido. Estaba casado con Mika porque le era de gran ayuda en sus negocios; se interesaba por Yuki porque representaba publicidad gratuita para NG. Pero de él no podía conseguir nada que pudiera serle útil en el futuro, por eso se dedicaba a jugar con él y a apartarlo de su lado cuando se cansaba. Apartó al chico de un empujón y se levantó, haciendo que Tohma cayera al suelo. Se puso la sudadera, sintiendo que las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos.

Desde el suelo, Tohma lo miró con una ceja alzada.

 

- ¿Qué haces, Ryuichi?

 

- Me voy.

 

- ¿Cómo que te vas? ¿No has dicho que no tenías llaves? -el rubio sonrió entre dientes- ¿O era mentira para pasar la noche aquí?

 

- No, no era mentira. Prefiero dormir en la calle que contigo. . . Además yo no soy como tú, que miente a sus amigos para conseguir lo que desea. . . -Tohma suspiró, incapaz de comprender la reacción de Ryuichi.

 

- Hmm. . . ¿Y a qué se debe este cambio de humor, si puedo saberlo?

 

- Tú mismo lo has dicho, hay que tener prioridades. . . -Se secó las lágrimas con la manga, estrujando la sudadera con la otra mano.-Y la mía no es que me utilices cuando te venga en gana.

 

Tohma se pasó una mano por el cabello y lo echó hacia atrás, suspirando de nuevo. Con que era eso. 

- Ryuichi...

 

- ¿Sabes? Si no hubieras dicho eso, me hubiera quedado. . . Aunque supiera que nunca seré nada más que una buena noche para ti, me hubiera quedado. . . Porque sólo necesitaba sentir que me querías, nada más. . . Nunca te he pedido que te quedes a mi lado para siempre. . . Pero quizá incluso eso es pedirte demasiado, quizá no estoy a tu altura. . .

 

- ¿Qué tengo que hacer para que me creas? -Las lágrimas cayeron con más fuerza por el rostro de Ryuichi.

 

- ¿Cómo puedes ser tan cínico? -Se dirigió a la puerta, pensando en algún buen lugar en el que pasar la noche.

Tohma suspiró de nuevo y se levantó para agarrar al chico por la sudadera, antes de que pudiera abrir la puerta. Puso una mano sobre la que Ryuichi mantenía en el pomo, y con la otra lo abrazó por la cintura, pegando su cuerpo a la espalda del cantante.

 

- Ryuichi. . . Ryuichi, escúchame. . . No llores, Ryu-chan. . . ¿Por qué no quieres creerme? -Lo cogió suavemente por los hombros y le dio la vuelta, quedando frente a él.- Mírame. . . Mírame, Ryuichi. -el chico obedeció, con una mirada insegura de sus palabras.

 

Tohma recorrió su rostro con la mirada, hasta llegar de nuevo a sus ojos, y sonrió. Ryuichi lo besó con ansia, terminando de desabrochar la camisa.

El rubio abrió la boca y entrelazó su lengua con la de Ryuichi, jugando con ella; fue bajando las manos por su espalda, hasta llegar al trasero del chico. Dejó caer la camisa al suelo, y el cantante se quitó de nuevo la sudadera.

Ryuichi exhaló un suspiro, medio de placer, medio de derrota; se reprochaba a si mismo el no poder resistirse a los encantos de aquel hombre. Rompió el beso para lamer la parte trasera de la oreja de Tohma, haciéndole gemir. Acarició, a través del pantalón, la señalada erección del compositor, aumentando el volumen de sus gemidos.

…l siempre había intentado complacer a su compañero, olvidándose de sus propios deseos para satisfacerle. Pero esta vez se daría el lujo de perder el control y ocuparse sólo de si mismo. Lo empujó con suavidad por los hombros hasta el amplio sofá donde Tohma se tumbó;  se subió de rodillas al sofá, quedando las caderas de Tohma entre sus piernas, y puso las manos a ambos lados de su cabeza. Devoró su cuerpo con la mirada, para luego besarle los labios con ansia. Recorrió su abdomen con las manos. Tohma suspiró, fue subiendo las manos por la espalda del chico hasta llegar a la nuca y le quitó el turbante; el fino cabello de Ryuichi cayó sobre sus hombros, ocultando parcialmente su rostro. Se enderezó sobre las rodillas y empezó a desabrocharse el cinturón con una mano, mientras con la otra levantó uno de los brazos de Tohma por encima de su cabeza. Hizo lo mismo con el otro,  y luego le ató las muñecas con el cinturón.

Tohma puso una mueca de desagrado y le pidió que lo soltara, pero Ryuichi esbozó una sonrisa perversa.

 

- Ya que sólo vienes a mi cuando te conviene, bien puedes dejarme pasar un buen rato, ¿no? -le dio un beso casto, al mismo tiempo que le desabrochaba los pantalones. Fue deslizando las manos por sus piernas, casi sin tocarlas, acariciándolas suavemente con las yemas de sus dedos. Siguió subiendo por el vientre; introdujo la lengua en su ombligo, y Tohma arqueó levemente la espalda.

Ryuichi siguió recorriendo aquel cuerpo que vibraba bajo sus piernas; subió hasta el pecho, luego por el cuello, para volver a bajar instantes después. Tohma sentía que toda su sangre se había agolpado en una única parte de su cuerpo, precisamente la que Ryuichi evitaba.

 

-Ryuichi. . . Por. . . Por favor. . .

 

El chico sonrió de nuevo ante la súplica del rubio. Con un rápido movimiento le quitó la ropa interior. Le acarició la ingle varias veces, con la mirada fija en el contraído rostro de Tohma. Tomó su miembro con una mano y, con tres dedos, lo recorrió de arriba abajo lentamente. Tohma cerró los ojos.

Ryuichi ejerció algo más de presión; los cada vez más fuertes gemidos del compositor aumentaban su excitación, y con la mano que le quedaba libre se desabrochó los vaqueros. Poco a poco fue aumentando la velocidad, al ritmo que marcaban las caderas de Tohma. Su respiración se fue volviendo más pesada, convirtiéndose en suaves jadeos.

Tohma arqueó la espalda, elevando las caderas, sabiendo que iba a acabar. Pero entonces Ryuichi se detuvo. Se dejó caer de nuevo sobre el sofá, sudoroso y jadeante. Lo miró frustrado, para encontrarse con la misma sonrisa perversa de antes.

 

- Sa. . . Sakuma. . . ¿Qué te crees. . .  que estás haciendo. . .? . . .No puedes . . . parar ahora. . .

 

- ¿Qué pasa, Tohma? ¿Nunca te han dejado a medias?

 

- Hmmph. . . -apartó la mirada de los profundos ojos azules de Ryuichi.- Podrías quitarme esto, al menos. . . -Tohma levantó las manos, aún atadas, y las colocó frente al rostro de su acompañante.

 

- ¿Y si me niego?

Una sonrisa malévola se dibujó en el rostro del rubio, el cual se irguió y pasó las manos  tras la cabeza de Ryuichi, para aproximarlo a él.

 

- Entonces. . . Peor para ti. . .- al mismo tiempo que lo decía dirigió una mirada rápida a la entrepierna del chico. Ryuichi, sonrojado, lo desató, sólo para ver como se levantaba para irse a la diminuta cocina del despacho.

 

- Tohma. . . ¿Tohma, qué haces? -se giró hacia él, de repente con el semblante serio.

 

- Cállate, y no te muevas de ahí.

 

Ryuichi obedeció temeroso de lo que fuera que se le acabara de ocurrir al chico. Lo vio entrar con una bandeja de lo que parecían ser fresas y un bote de nata.

 

- ¿Tohma, vas a cenar, no da? -un brillo extraño cruzó los ojos de Tohma al oír el comentario del chico.

 

- Sí, eso es. . . Voy a . . . cenar. . . -y la sonrisa que apareció en su rostro le puso los pelos de punta a Ryuichi. Se acercó a él y lo tomó de las manos, para llevarlo hasta la pequeña habitación. Luego lo tiró sobre ella, para acto seguido tumbarse encima. Con la experiencia que da la práctica, sus manos se deshicieron rápidamente de los ajustados vaqueros del cantante.

Sacó una de las fresas de la caja y se comió la mitad, dejando la otra sujeta entre sus dientes, y se acercó a Ryuichi. …ste se apoyó sobre los codos y acercó su rostro al del rubio; lo besó, con un brillo de lujuria en los ojos, y con la lengua sacó la fresa de la boca de Tohma. Volvió a tumbarse, y contrajo los músculos al notar algo frío sobre el estómago, que iba bajando lentamente por su abdomen, dejando algo cremoso a su paso. Levantó la cabeza, para ver a Tohma esparciendo nata sobre su cuerpo. Se estremeció de nuevo al sentirlo en su entrepierna.

La boca de Tohma abandonó sus labios para retirar la nata de su cuerpo; Ryuichi entrecerró los ojos cuando sus manos le presionaron las caderas.

Tohma abrió un poco la boca, tomando el miembro de Ryuichi con una mano, y sopló suavemente sobre él. Ryuichi enderezó de nuevo la cabeza; el rubio lo miró a los ojos, mientras se humedecía los labios con la lengua.

Sus jadeos se volvieron fuertes gemidos al sentir de pronto la cálida lengua del chico lamiendo su miembro desde la base hasta la punta, muy despacio, con la otra mano tomó una de las del cantante y la apretó con fuerza; después de varias veces, lo introdujo en su boca, quedándose quieto unos instantes. Ryuichi se incorporó, aún con los ojos cerrados, y incitó al chico a seguir con lo que hacía, pero él no se movió.

Cuando Ryuichi volvió a tumbarse, Tohma bajó sus labios rápidamente, introduciéndolo en su boca y rozándolo un poco con los dientes, para subir de nuevo y volver a empezar segundos después. Ryuichi se aferró con fuerza a las sábanas y echó la cabeza hacia atrás, levantando la pelvis. Tohma le separó las piernas e introdujo un dedo en su cuerpo, moviéndolo con pausados movimientos circulares. El cantante apretó los dientes al sentir un segundo dedo en su interior.

 

- Tohma. . . ah, Tohma. . . Hazlo. . . Hazlo de una vez. . . Tohma. . .

 

Tohma se incorporó, mirando con devoción el frenético subir y bajar del pecho de Ryuichi. Puso las manos a ambos lados de su cuello; elevó el rostro hasta la altura del rostro del cantante, sintiendo su acelerada respiración rozándole los labios, para luego acercar su boca al oído de éste y lamerlo con lentitud. Ryuichi le rodeó la cintura con las piernas y lo miró con impaciencia; sus manos recorrieron el esbelto cuerpo de Tohma, haciéndolo jadear.

 

- ¿A qué estás. . . esperando, Tohma . . . ? - el aludido, entre jadeos, sonrió, y dejó que su voz chocara, entre susurros, contra el oído del chico. 

 

- Suplícame, Ryuichi. . . Suplícame que te haga el amor. . . -llevó una mano de nuevo al miembro del chico, esperando a que cumpliera su deseo.

 

- . . . Hazme. . . hmmmm. . . Hazme el amor, Tohma. . . Quiero. . . que me hagas el amor, ahora. . .

 

Quiso pedirle más súplicas, pero sintió que no era capaz de contener su propio deseo durante más tiempo; con un brusco movimiento entró en su cuerpo, los ojos fijos en la expresión de dolor de Ryuichi.

 

- ¡Tohma. . . ! Me. . . haces daño. . . Tohma. . . Ah . . .

 

- Esto es. . .por. . .atarme antes. . . - dio otra arremetida, no tan brusca como la anterior pero lo suficiente para que Ryuichi se quejara de nuevo. Fue volviéndose gradualmente más suave, acompasando su cuerpo al ritmo que imponía el otro.

 

- Eres. . .cruel. . . pero te. . . te quiero, Tohma . . . Te quiero, te quiero, te quiero. . .

 

- Ryu-chan. . . Hmm, Ryu- chan. . . Yo también. . . te quiero . . . -las uñas de Ryuichi se clavaron en sus hombros, e instantes después sintió el vientre humedecido, después de un profundo grito del chico.

Cerró los ojos, y sus gemidos se volvieron casi gritos al sentir un impulso eléctrico nacer de su abdomen, que subía por su cuerpo, sin permitirle pensar, para volver a bajar décimas de segundo después. Se dejó caer sobre Ryuichi, apoyando la cabeza sobre su hombro.

El chico lo abrazó por la cintura con una mano, acariciando su sudorosa espalda con la otra; aspiró el aroma que desprendía el suave cabello del rubio, e instantes después se quedó dormido.

 

Entre sueños, recordó la calidez de Tohma sobre su cuerpo. Cuando se despertó, las sábanas estaban frías. 


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