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Giros inesperados por earendyll

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Notas del fanfic:

al principio hice un relato corto pero despues decidí quitarlo jejejeje pero es para hacer una serie XD y espero acabarla claro. Espero que os guste

 

No se cuanto tiempo llevamos juntos, quizás ¿4 años?. Miro mi reloj, son las 9:00 de la mañana y Tsuzuki todavía no ha venido al trabajo, seguro que está comiendo pasteles a saber donde.

Suspiré cansado, otra vez me tocaba entregar el informe a mi solo, pero por lo menos tendríamos un tiempo de descanso desde la misión que tuvimos hace dos días. No fue difícil pero si agotador, como siempre Tatsumi-san nos dio el peor hotel de la zona y ahora mi espalda está en verdad resentida.

-         Kurosaki-kun… ¿Tuzuki dónde está?

-         Todavía no ha venido Tatsumi-san

-         Ya veo – se acomodó las gafas y susurró- ¿te importaría decirle que no tendrá paga?

-         Yo…no claro que no

-         Y otra cosa Kurosaki-kun, cuando llegue Tuzuki id a la oficina del jefe, os espera.

 

Con una leve inclinación de cabeza Tatsumi se fue. Mi calvario comenzaba ahora, me tocaba aguantar las idioteces de por lo de su paga y por no poder comprar más dulces…a veces Tsuzuki da verdaderos dolores de cabeza.

-         Soooooka!!

 

La voz que se oía en el pasillo no podía ser de otro que Tsuzuki…seguro que ya le habían dicho lo del recorte de presupuesto.

La puerta se abrió de golpe con un Tsuzuki cansado, de pelo revuelto y  corbata mal ajustada.

-         Hisoka ¿por quéeeeeee?, solo me he entretenido un ratito….

-         Eso te pasa por llegar tarde baka, el jefe nos espera así que vamos

 

Tsuzuki me miraba con cara de pena mientras yo pasaba de largo. No pensaba mirarlo porque sino…. Se que no podría mantener mi fachada de chico frío, desde el principio Tsuzuki ha sabido como romper las barreras que me protegían.

-         Jefe ya llegamos

-         Hola chicos, antes que nada, Tsuzuki sabes lo de tu paga ¿verdad?

-         Si jefe- ahí estaba el inu…

 

Me daba lástima el pobre Tsuzuki. ¿Desde cuándo me había vuelto tan blando? No lo se, pero prefiero estos sentimientos que entibian mi pecho cada vez que veo a Tsuzuki. En esos momentos es cuando tengo que esconder una mirada tierna que no sabía ni que existiera.

-         Quiero que en un tiempo no aparezcáis por aquí ¿entendido?

-         Jefe eso son unas vacaciones ¿no?- la cola del inu se movía frenéticamente y las estrellas que salían de sus ojos daban directamente sobre el jefe.

-         No exactamente – al ver nuestra cara de confusión añadió- cada vez que os asigno una misión os encargáis de destrozarlo todo y ya estamos en números rojos…por eso es mejor que por un tiempo no hagáis nada.

-         ¡Jefe que cruel! ¡Nosotros solo intentamos hacer bien nuestro trabajo!

-         Tsuzuki mejor no hables porque eres tú el que lo destroza todo, agradece que no se te quite el dinero de tu sueldo.

-         Eso te pasa por hablar bocazas.

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Tsuzuki y yo estábamos viendo folletos para pasar unas buenas vacaciones en estos días que no teníamos trabajo, y claro, Watari no “pudo evitar” venirse con nosotros y arrastró consigo al pobre de Tatsumi (aunque dudo que él lo lamentase realmente).

Lo malo de todo este asunto es el de siempre: el presupuesto. Tsuzuki se lo gastaba todo en comida, Watari no se lo gastaba en comida pero claro…los destrozos del laboratorio (que siempre los causaba él) no le dejaba ni dinero para tener un piso alquilado y por último Tatsumi…Él posiblemente sea el que más dinero tiene pero claro…cualquiera se lo pide.

Con estas expectativas decidimos ir por un par de días a unas aguas termales (sugerencia de Tatsumi) las cuales eran bastante económicas.

Preparé todo lo necesario y desperté a mi compañero que babeaba la almohada pensando en dulces seguramente (me quedé a dormir en su casa).

 

Una vez reunidos todos nos fuimos hacia las aguas termales en un coche alquilado que conducía Tatsumi. En la parte delantera iba yo (para que no lo distrajeran)

-         Kurosaki-kun ¿Has pensado en tu futuro?

-         ¿El futuro?- elevé mi vista hacia el techo del coche y pude notar que tanto Tsuzuki como Watari estaban pendientes a nuestra conversación- ¿En qué sentido?

-         Digo después de que atrapéis a Muraki, ¿seguirás cómo Shinigami?

-         La verdad es que…de una vez que atrapemos a Muraki mi deseo se verá cumplido y deberé de partir, de seguir el camino que no tomé

-         Pero no te estoy preguntando lo que debes o no hacer, te estoy preguntando sobre tus deseos. ¿Qué es lo que realmente deseas?

 

Mi deseo…nuca me había planteado eso desde esa perspectiva. Siempre supe que debería de marchar después de llevar a cabo mi venganza pero nunca me planteé qué es lo que verdaderamente deseo. Por primera vez tengo alrededor gente que me quiere, quizás por que comprenden mi dolor o porque saben lo que es sufrir en tu vida terrenal…pero por primera vez tengo familia. Si, lo más próximo a una familia que he tenido ha sido el Enma. ¿En verdad me gustaría abandonar todo esto que he logrado una vez después de mi muerte?

-         Tatsumi-san…la verdad es que no lo se, no se lo que deseo.

 

Por el espejo retrovisor pude ver como Tsuzuki me miraba de manera penetrante. Al encontrarse nuestros ojos en el cristal apartó la mirada y comenzó a hablar con Watari.

  

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Después del viaje llegamos al lugar donde nos hospedaríamos durante este fin de semana. A ninguno nos pareció extraño el aspecto derruido del mismo…lo había elegido Tatsumi, como no.

Las habitaciones nos fueron dadas de dos en dos. A mi me tocó con Tsuzuki…seguro que no me dejaba dormir el muy pesado…

 

Una vez que dejamos nuestras maletas Watari nos obligó a visitar la ciudad pero acabó siendo un recorrido de pastelerías…si ya sabía yo que esto iba a acabar así…

-         QUIERES PARAR YA TSUZUKI!!!

 

Después de 5 horas en las cuales solo ves como Tsuzuki solo comía pasteles, tartas, caramelos, helados y pasteles y pasteles y pasteles…y ¡¡¡PASTELES!!! Llegó a hartarme enormemente y por supuesto a acabar con mi paciencia. Al final arrastré a Tsuzuki al hotel mientras él se despedía amorosamente de cada pastelería que veía por el camino aunque supo tener prudencia al no intentar pararse en ninguna, seguro que sabía de mis instintos asesinos.

 

Al llegar a nuestras habitaciones todos fueron rápidamente a tomarse un baño. Yo con la excusa de no sentirme bien me quedé en la habitación. El verdadero problema por el cual no iba a bañarme con ellos era por mi cuerpo. Era desagradable ver todos esos cuerpos masculinos mientras ves que el tuyo siempre será el de un adolescente y claro siempre serás tratado como tal. Me desnudé y observé mi reflejo. Miré mi cuerpo desnudo una y otra vez. No iba a cambiar. Tendría esta apariencia hasta que decidiera que era hora de seguir el camino, esta apariencia de un crío de 16 años…de un crío que murió con 16 años. Observé mi pequeños pies, mis delgadas piernas, mi estrecha cintura, mi suave pecho y…mis ojos. Me sorprendí al ver algo que antes no reflejaba: vida. Mis ojos ya no estaban muertos como hacía años…tenían un brillo especial aunque todavía no se notase en demasía. Ese brillo sabía a quién se debía…que irónico resultaba todo. Era más feliz después de mi muerte que en mi vida.

-         Hisoka!

 

La puerta de la habitación se abrió de repente. Miré sorprendido a Tsuzuki. Pude notar como sus ojos se abrían ampliamente y como después de un tiempo decidieron recorrer mi cuerpo desnudo. Empezó de abajo hacia arriba. Se paró en algunas zonas específicas como en mis muslos, caderas, labios y finalmente en mis ojos. Un tremendo escalofrío me recorrió toda la columna.

-         Creo…que deberías de ponerte algo Hisoka

 

Finalmente pude reaccionar y mi primera reacción no fue vestirme…sino tirarle todo lo que había en mi camino a Tsuzuki por pervertido.

-         ¡Tsuzuki baka ¡¡Fuera¡¡Largo!¡Pervertido!

-         Sooooka, hisokita no me pegues más, yo no sabía que estabas desnudo

-         Me da igual. Antes de entrar se pregunta ¡imbécil!

-         Soooo…

 

No pudo acabar de decir mi nombre porque se tragó unos bonitos calcetines que se quedaron atorados en su boca. Al ver que cogía ahora no unos calcetines, sino una maceta Tsuzuki decidió huir por el bien de su vida.

-         Estúpido Tsuzuki…

 

Después de calmarme, que fue después de un baño, la cena y leerme 3 capítulos de un libro… apareció Tsuzuki y puso su mano sobre mi mejilla y la acarició solamente con las puntas de los dedos.

-         Hisoka, no te preocupes por tonterías. Disfruta de lo que tienes ahora.

 

Lo miré sorprendido ¿Cómo sabía…? La verdad es que no se cómo sabía, en general, todo lo que me sucedía. Al ver mi cara sorprendida Tsuzuki simplemente puso una sonrisa tonta y me cogió de la mano.

-         ¿Pasteles?

 

Mi respuesta fue clara y contundente. Un buen bofetón que lo mandó a volar.

  

Cuando fui a tomar mi último baño relajante del día intenté en pensar en las cosas positivas que me habían pasado este día para calmar mis nervios. No me vino ni una sola. Esto era un problema, ahora me estaba acordando de todas las estupideces que había hecho Tsuzuki borracho en el bar…y tenía ya mismo 100 años…no comprendo a Tsuzuki, debería de ser un hombre joven con una mente tan mayor…tan sabia…y me encuentro con un retrasado que intenta aparentar unos 5 años.

Me seque lentamente, a pesar de pensar en el desesperante de Tsuzuki había conseguido calmarme. Después de vestirme con mi yukata verde pálido me dirigí hacia la habitación pero un enorme escalofrío recorrió mi espalda. Un sentimiento tan ardiente como el fuego me quemaba la piel, pero a la vez era increíblemente dulce, reconfortante. Este sentimiento hacía que se me incendieran de vergüenza las mejillas al saber por fin que significaba. Alguien de alguna habitación tenía una pasión realmente abrumadora. Conforme me iba acercando a la habitación que comparto con Tsuzuki el sentimiento tan feroz me aplastaba hasta hacerme prácticamente perder las fuerzas. Notaba el cuerpo tan caliente como las brasas. Estaba mareado por la intensidad del sentimiento. No podía evitar que me temblasen las piernas. Tuve que apoyarme contra la pared para no caer y de todas formas mis piernas ya no dieron más de sí y tuve que deslizarme por la pared hasta quedar sentado en el suelo. El sentimiento de esa persona crecía al igual que su avidez, pero para mi crecía el temblor de mi cuerpo. No podía moverme, mi respiración era entrecortada y pude ver como el sudor perlaba mi pecho casi desnudo…necesitaba que alguien me sacara de aquí… ¡no! Yo siempre pude solo, podré salir solo de esta.

-         Kurosaki-kun ¿Qué ocurre?

-         Tatsumi… no puedo más…

 

Al principio me miró extrañado pero después con paso indeciso intentó acercarse a mi.

-         ¿Qué debo hacer?

-         Nada, ahora que no puedo controlarme tus sentimientos también me traspasarían. Mantente lo más alejado posible de mi.

-         Voy a avisar a Tsuzuki

-         ¡NO!... quiero decir…a el no

-         ¿Por qué?

-         Dependo demasiado de él, cada vez es mayor esa dependencia

 

Mis ojos estaban fijos en mis pies desnudos y pude ver unos pies que se puesieron delante de los míos. Levanté la mirada y Tatsumi se agachó hasta poder estar a mi altura.

-         Eso es porque confías en Tsuzuki, por que tu y él tenéis un lazo… un lazo muy poderoso…no te arrepientas y mantente agarrado a ese lazo porque será el que pueda sacarte a flote.

 

Con la perorata de Tatsumi mi mente divagó en si misma y me di cuenta de que ese sentimiento tan abrumador ya se había acabado.  Esa pasión tan desenfrenada debía de pertenecer a alguien que estuviese en esos momentos intimando con su pareja. El solo pensar en eso hizo que me sonrojara.

-         ¿Te encuentras ya mejor? ¿Puedes levantarte?

-         Si…solo es que alguien de aquí tenía unos sentimientos muy fuertes…

-         Ya veo… ¿quieres decirme que tipos de sentimientos son esos como para encontrarte de esta manera?

-         Unos sentimientos que cualquiera puede llegar a tener pero que desafortunadamente yo todavía no he experimentado…Tatsumi, era tan intenso

-         Venga, levanta, Tsuzuki se puede estar preocupando

 

Tatsumi se levantó y con las mismas me extendió la mano… cuando fui a cogerla para ayudarme a levantarme noté como todavía mis manos temblaban. No se si Tatsumi de dio cuenta pero no hizo comentario alguno.

Me llevó de regreso a la habitación y mientras tanto pude analizar mejor ese sentimiento y me di cuenta de que me encantaría poder sentir ese ardor naciente en tu pecho que te provoca tan solo el mirar de una persona, pero para mí, un shinigami era imposible y sobretodo para alguien llamado Hisoka Kurosaki.

-         Hisokaaaaa! Estaba muy preocupado!

 

Tsuzuki apenas me vio vino corriendo hacia mi. Después empezó a girar alrededor mía como verificando que no tuviese nada mal…esa actitud tan protectora a veces me sacaba de mis casillas.

Después de despedirse Tatsumi, Tsuzuki me arrastró hacia dentro de la habitación y puso sus manos sobres mis mejillas.

-         Están increíblemente rojas ¿tendrás fiebre?

-         ¡No!

 

Intenté apartarme de él lo más rápido posible. Su comentario hizo que un cosquilleo naciese en todo mi cuerpo al pensar en porque del calor de mi cuerpo.

-         Hisoka…

 

Miré a Tsuzuki, su mirada penetrante hizo que me quedara en mi sitio y que el aliento de mis pulmones se fuera al quedarme hipnotizado con el violeta de sus ojos. Cada vez que se ponía serio una de sus miradas bastaban para cerrar mis labios.

No me opuse a su toque cuando el me cogió en brazos y me llevó hasta las camas ya preparadas en el suelo. Sus ojos seguían fijos en los míos y mientras tanto seguía inmóvil.

Cuando me dejó tumbado y se fue lejos del alcance de mi vista el aire volvió a mis pulmones y seguía sin saber como tomar el control que Tsuzuki tenía en mi cada vez él quisiera…

Cuando nuevamente volvió sus ojos siguieron fijos en los míos y lentamente fue acercando su cara a la mía. Era terriblemente inquietante. Lentamente su boca se puso cerca de mi oreja.

-         Parece que tienes la temperatura elevada, no te preocupes yo te ayudaré.

 

Al notar su aliento rozar mi piel hizo que un sin fin de descargas me recorrieran hasta el lugar más recóndito de mi cuerpo. Yo seguía sin contestar y Tsuzuki al no ver negativa en mí decidió desatarme el obi de mi yukata. Cuando se separó de mi había ido a por una toalla y ya se para que. Mientras que con un paño ´humedo me enfriaba la frente, la tolla también humedecida procedió a quitarme el sudor de mi ahora entumecidos hombros. Suaves círculos hacía en ellos y procedió al poco rato a lavar mis brazos. Sus sueves caricias me hacían cerrar los ojos y relajarme.

-         Date la vuelta, voy a secar tu espalda.

 

No se como pero perezosamente me giré sobre mi mismo y dejé que deslizara el yukata hasta mis caderas. Con la misma suavidad de antes estuvo secándome la espalda y cuando creyó que era suficiente me dio la vuelta para seguir con mi pecho. Vaía con mis ojos entrecerrados como Tsuzuki se dedicaba a secarme el pecho como si fuese el trabajo más importante del mundo. No podía mantenerme despierto si seguía así, esto era demasiado relajante…

-         Tsuzuki…yo no…

-         Dime

-         No voy a poder mantenerme más rato despierto

-         No te preocupes, ya mismo acabo

 

Des pues de un rato Tsuzuki paró y volvió a colocarme cuidadosamente el yukata. Mi mirada somnolienta y mi pelo revuelto me daban seguramente la estampa de un niño, pero en ese momento daba igual. Estaba con Tsuzuki.

-         Duerme ya Hisoka, buenas noches

 

Tras decir eso se inclinó sobre mí y me dio un húmedo beso en la comisura de mis labios. No pude aguantar más tiempo despierto y caí rendido en un mar de nubes oscuras.

 

Notas finales:

La verdad es que me estña quedando peor de lo que me esperaba pero intentare mejorar o por lo menos eso espero.

Muchas gracias por leer.


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