Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Olvida El Pasado Y Déjate Amar por millah

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hallo queridas lectoras

Este es mi cuarto fic y quiero decir que tendrá lemon, pero demorará en llegar, pues más que nada la historia se basa en el romaticismo, espero que les guste, trataré de no alargarme tanto con el fic y de subir seguido. Además quiero decir que habrá mucha conversación entre los personajes porque me gusta mucho  hacerles interactuar, espero que eso no les moleste.

Bueno me dejo de tanto bla bla y las dejo comenzar con el fic.

Muchos besitos a todas

Notas del capitulo:

La personalidad de Bill será algo odiosa, no le odien porfis.

 

-¡Vamos Tom!, ¡únete a la fiesta!- le gritaban sus amigos desde la pista de baile, pero él solo hizo señas de negación con el dedo índice, volviendo a tomar otro sorbo de su cerveza y cerrando los ojos para imaginar su sueño hecho realidad. Sonriendo al verse tomado de la mano de su nuevo vecino, bueno, ya no tan nuevo porque llevaba casi cinco meses viviendo en la casa de su antigua vecina, casi nada sabía de él, solo que era el chico más hermoso que jamás había visto, que se llamaba Bill y que lo había hipnotizado desde el primer momento en que le vio, no sabía si era pariente de su vecina o solo una amistad, nunca se había atrevido a preguntarle aunque la saludaba cada vez que la veía, solo se limitaba a observarlo y suspirar cada vez que le veía pasar.

-¡Tom te estoy hablandooo!- le gritó su amigo haciéndole dar un salto y salir de su maravilloso pensamiento.

-No tienes para que gritar -dijo acomodándose en su asiento.

-¿Qué te pasa?, tú no eres así...apenas ves una chica corres tras de ella y esta noche te lo has pasado sentado...oh ya entiendo, otra ves pensando en ese tal Bill.

El rubio de rastas solo asintió con la cabeza y dio otro trago terminando por fin la botella- no te preocupes Gustav, tú solo ve a divertirte, yo estoy bien aquí.

-Pues eso es difícil de creer, vamos deja de pensar en él y búscate una chica.

-Pues yo creo que tú deberías cuidar a tu chica porque Georg la está correteando, mira- apuntó a su otro amigo que notoriamente bebido hasta las nubes corría casi sin equilibrio tras la conquista de Gustav.

-¡Rayos!, bueno te dejo con tus pensamientos- dijo el rubio caminado a paso rápido para salvar a su chica de las garras de Georg.

La noche aun era joven, apenas eran las doce treinta de la madrugada y el rubio ya quería volver a su hogar, prefería acostarse a soñar con Bill, que seguir aburriéndose y bebiendo lo que restaba de la noche. Cuando decidió irse, se levantó y caminó a la pista para avisarles a sus amigos, pero lo que vieron sus ojos al cruzar por la pista no lo podía creer, allí frente a él estaba ese adorable pelinegro que le había robado el corazón, le vio dirigirse a la mesa contigua a la de él, y cuando le vio sentarse su aburrimiento desapareció y como por arte de magia sintió unas ganas gigantescas de quedarse hasta la mañana si fuese necesario. Retrocedió y caminó a su mesa en donde se sentó quedando de frente a Bill, mirándolo disimuladamente y tratando de evitar sonrojarse cada vez que su mirada chocaba con la del pelinegro.

Le miraba y se preguntaba si estaba ahí solo, pues en muchos minutos nadie se le había unido, pero su respuesta no tardó mucho en llegar porque de la nada apareció su vecina llevando unos tragos para ella y para Bill.

-Por fin te apareces Heather, ya me estaba aburriendo- le dice el pelinegro algo molesto.

-Lo siento Bill, es que la barra estaba atestada de gente y...

-Ya no importa, ya estás aquí, no vuelvas a dejarme solo.

-No lo haré, prometí estar contigo toda la noche- le dice su amiga mientras le sonríe.

-Sigo pensando que debimos quedarnos en casa viendo una película.

-Ya Bill, es que nos pasamos mucho tiempo allí, debemos salir más seguido, el fin de semana deberíamos irnos a la playa.

-Tal vez- dice el pelinegro encendiendo un cigarrillo.

La chica sonríe al no escuchar una respuesta negativa, ese "tal vez" le daba muchas esperanzas de poder salir y sacar a su mejor amigo de la amargura en la que estaba sumido, haciéndole perder poco a poco la dulzura  y la simpatía que lo destacaba, por culpa de un mal amor.

Mientras conversaban, la chica se dio cuenta de que la mirada de su amigo se desviaba por momentos a alguien que estaba sentado detrás de ella, se volteó sin disimular y miró hacia atrás sonriendo al instante al ver quien era la persona que le robaba miradas a su amigo.

-Tom, hola- le saludó ella- ¿hace cuanto rato estás aquí?.

-Amm- pensó poniéndose nervioso al sentir la mirada de Bill clavarse directo en él- hace casi tres horas.

-¿En serio?, vaya no me di cuenta de que estabas ahí...pero ven, siéntate con nosotros- le invitó ella haciéndose a un lado, para darle espacio.

Tom se levantó de inmediato y casi corrió a sentarse, quedando frente a frente con el pelinegro.

-Oh disculpen, aun no los he presentado, Bill, él es Tom, un vecino de la infancia...Tom él es Bill, mi mejor amigo.

El de rastas se acercó al pelinegro y le saludó estrechando su mano, quedando maravillado al sentir la suavidad de estas -encantado de conocerte Bill.

El pelinegro no dijo nada solo se limitó a asentir y dio otra fumada a su cigarrillo, apagándolo después. Pasaron el rato entre conversaciones de recuerdos de cuando eran pequeños, no encontrando la razón del porqué dejaron de hablarse para quedar tan solo en unos cortos saludos, pero el pelinegro poco y nada decía en la conversación, cada vez que Heather le preguntaba o le hablaba de algo él solo le daba respuestas cortantes y volvía a apoyar la cabeza en sus manos, estaba notoriamente muy aburrido, muy al contrario de su amiga quien reía a carcajadas cada vez que ella y Tom recordaban algo vergonzoso de su niñez.

Las horas pasaron y ya eran las tres de la madrugada, Bill ya se caía del sueño y Tom se mordía la lengua para no preguntarle si le gustaría bailar, pues a pesar de lo poquísimo que le conocía, sabía que le diría que no, en el fondo se sentía apenado pues al parecer Bill no era como esperaba, muy por el contrario, era muy pesado, incluso con Heather que era su mejor amiga, cortante y un tanto antipático, el de rastas se sintió desilusionado de que su pelinegro adorado no fuera lo que el pensaba, pero tambien pensó que no le conocía a fondo y que merecía una oportunidad pues alguna razón debía tener para actuar así.

-Heather ya no resisto más el sueño, vamonos a casa.

-Está bien...Tom no veo a tus amigos por ningún lado, creo que te quedarás solito- dice la castaña haciéndole un puchero al de rastas.

-Yo también me voy, conociendo a  los chicos ya deben estar divirtiéndose en algún motel- dice Tom levantándose y acomodándose la gorra.

Los tres juntos salieron de la disco, se despidieron y caminaron en direcciones contrarias, mientras Heather y Bill iban por su auto, Tom caminaba hasta una parada, en donde se sentó a esperar un taxi. Maldijo en voz baja porque el cielo estaba nublado y la lluvia estaba próxima y para colmo ni un solo taxi se acercaba, tal como lo  supuso las primeras gotas comenzaron a caer  transformándose rápidamente en una lluvia torrencial, suerte que estaba bajo el techo de la parada, de lo contrario ya estaría completamente empapado.

-¡Maldición!..no pasa ningún puto taxi y ya estoy temblando de frío- decía el rastas para si mismo, mientras trotaba en su lugar sin sacar las manos de los bolsillos.

A lo lejos pudo ver las luces de un vehículo, no podía distinguir si era un taxi o no, pero las personas que iban en el, lo notaron de inmediato.

-Mira Bill, ahí esta Tom...

-Y?- le cortó el pelinegro volviendo a cerrar los ojos.

-Debe tener frío, le preguntaré si quiere que lo lleve.

-¿Por qué?.

-Porque, vive a seis casas de nosotros y porque no tengo el corazón de piedra como para dejarlo ahí, pobrecito.

-See, pobrecito- dijo sarcásticamente el pelinegro, rodando los ojos.

-¿Es mi imaginación o te cae mal?.

-¿Acaso no viste como me miraba?...no me quitaba los ojos de encima, era muy molesto.

-Tal vez le gustas y si es así, te envidio, está muy guapo y es un buen chico.

-Para mi no existen los buenos chicos...

Heather solo rodó los ojos y se detuvo al lado de Tom, bajó la ventanilla y le preguntó si quería que lo llevara, a lo que el de rastas asintió sin dudar, rápidamente abrió la puerta y se metió al auto, en donde sintió la calidez del aire acondicionado envolver su frío rostro.

-Gracias Heather, no pasaba ningún taxi, creí que me quedaría allí toda la noche.

-No tienes nada que agradecer, se que tú habrías hecho lo mismo- le dijo sonriéndole a través del espejo, recibiendo una tierna sonrisa de parte del de rastas -¿tu no tenías un auto?.

-Sip, pero Gustav lo chocó y está en reparaciones.

Lo mismo que en la disco, los dos chicos se pasaron todo el camino a casa conversando y riendo, sin la participación de Bill por supuesto, lo que hacía al de rastas tragarse las ganas de preguntarle algo, lo que fuera con tal de romper el hielo, pues se moría por empezar a conocerle.

 

Notas finales: espero que este primer capi les haya gustado, espero sus comentarios.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).